356 Historia Paralela Nuevo Comienzo Capítulo 35: Sin excepciones.

Aurora respiró hondo mientras se acostaba en el sillón de su oficina.

—Recuerda organizar tu horario para las clases. Hemos cambiado a una secundaria con modalidad administrativa. Según los estándares, será exigente, pero la enseñanza está centrada en administración pública y de gremios.

Al escuchar tales palabras la expresión de Aurora tembló.

Tenía bastantes cosas para pensar, pero su sistema justo ahora le avisaba de ese tema.

"Dijiste 'hemos', ¿eso significa que también me ayudaras a aprobar los exámenes?" Preguntó Aurora centrando en esa palabra en particular.

—Solo te recordaré cada vez que tengas que estudiar.

Tales palabras la hicieron sonreír debido a la seriedad con la que su sistema había respondido.

Tenía bastantes cosas para pensar y demasiados asuntos para atender, no solo a nivel administrativo, sino que a nivel general.

Recién había llegado de visitar a su maestro y para ella fue difícil… Temía que la mirara mal o que le diera una mirada con desdén por dejarse llevar y ensuciar su espada con sangre.

Había llevado unos aperitivos para complacerlo en caso de necesidad y la verdad fue diferente a lo que pensó.

Su maestro no estaba enojado por su actuación y tampoco estaba molesto porque no fuera a entrenar, simplemente comió los aperitivos y le habló sobre la meditación.

No la juzgó, cuestionó o regañó simplemente se mantuvo comiendo a su lado y al final, le dijo dejo en claro que ella tenía libertad para hacer lo que deseara, sin restricciones.

¿Un maestro no debía regañarla cuando se iba por un mal camino?

Esa pregunta hizo que Aurora se riera y eso fue por su infantilismo y deseo de querer ser regañada.

Tal pensamiento trajo malos recuerdos y tales recuerdos la pusieron de mal humor.

"Todavía no he terminado." Murmuró con seriedad.

El malhumor fue borrado por la ira y la venganza, que ya tenía objetivo.

Alima había logrado conseguir información muy importante del Gran Señor de la Guerra conocido como el General y esa información había marcado a sus objetivos.

Aquellos individuos que habían atacado la caravana y que explotaron un camión, asesinando a todos lo que estaban en el interior.

Tales individuos estaban llevando una misión importante relacionada con el bosque mágico y fueron enviados por la Señora de las Bestias.

El 'General' dio la información debido a su conflicto con esa mujer y porque deseaba que Zerzura se deshiciera de tales individuos, sin que él tuviera que mover sus fuerzas que estaban demasiado lejos.

Y Aurora no le importaba ser usada como la espada para eliminar a esos individuos.

Esos hombres no solo atacaron la caravana, sino que luego era posible que dirigieran la ola hacia su dirección e incluso era posible que causaran que la mazmorra se desbordara.

Al final, independientemente de si fueron ellos, ante sus ojos debían ser eliminados y era por esa razón que no podía dejarse tragar por sus malos recuerdos.

Respirando hondo para calmar sus emociones, Aurora miró la hora y se preparó para viajar.

La misión iba a empezar pronto y públicamente todo apuntaba a una misión arca, pero la verdad era otra.

Los equipos estaban preparados y las posiciones de esos individuos fueron confirmadas a nivel satelital.

El General había dado información certera y si bien ese individuo no era del todo confiable, ella se movería.

No tenía demasiadas fuentes de información, así que solo tenía que usar lo que tenía disponible.

Levantándose de su asiento, estuvo por salir de la oficina, cuando escuchó pasos desde afuera y Aurora suspiró al sentir las presencias del otro lado.

"Pasa." Ordenó Aurora escuchando el ruido del toque de puerta.

Edward entró y le siguió Alice quien llevaba una bolsa de papitas.

Se notaba que su glotona amiga lo estaba siguiendo debido a que ese joven no le agradaba demasiado.

"¿Qué sucede?" Preguntó Aurora sin saludar.

No estaba de buen humor en este momento y si fuera sincera, ella no tenía ni el ánimo o interés de interactuar con él.

"Deseo participar en la siguiente misión. No en la misión Arca, sino en la misión que verdaderamente estás llevando." Declaró Edward y al notar que fruncía el ceño, comentó. "Nadie me lo dijo y no se filtró a ningún lado, lo supuse yo… Y ahora veo que es verdad."

Su comentario final hizo que su expresión se relajara.

La próxima misión estaba clasificada con la más alta seguridad y los participantes debían mantener todo en silencio.

No se había usado contratos, ya que confiaba en los miembros, pero se iba a enojar bastante si alguien era de lengua suelta… Ya que podría llevar a que todo fallara o peor, que fueran emboscados si la información se revelaba.

"Escuche lo que sucedió con el Gran Kan, ¿esta vez sucederá lo mismo?" Cuestionó Edward con seriedad.

Había estado investigando para encontrar la verdad y Aurora le dio una mirada seria, al ver que él había acertado.

"Si, pero no participaras." Respondió Aurora y volviéndose a preparar para salir, Edward se interpuso en su camino.

Luego al darse cuenta de su acción, retrocedió y respiró hondo.

"¿Has escuchado lo que hice durante la ola? Puedo ser de ayuda." Dijo Edward y dando una expresión seria, detalló. "Seré de ayuda, ya lo he demostrado."

Su tono y su voz daba una sensación de orgullo y confianza que a Aurora le hizo fruncir el ceño y no pudo contener su molestia.

Lo que iban a hacer no era defenderse de una ola desde una muralla… Iban a realizar una misión 'asalto' en donde eliminarían a todos sus objetivos.

Quienes eran rangos S de gran experiencia y de alta capacidad.

Un rango A, iba a ser una molestia y era por esa razón que Makeba no fue invitado al igual que todos los de ese rango.

"¿Qué tal si lo arreglamos de otro modo?" Dudó Alice y al ver que Edward la miraba ligeramente calmado, propuso. "Que tenga un combate conmigo y si se logra defender, lo dejemos ir con nosotras."

Su mirada parecía amigable e hizo que Edward se lo creyera, pero Aurora conocía mejor que nadie a su amiga… Y sabía lo que sucedería.

"Entonces te lo dejaré a ti." Respondió Aurora aceptándola.

Sin cambiar de expresión solo abandonó la oficina para arreglar sus propios asuntos.

A pesar de que sabía lo que le pasaría a Edward, no le importo.

******

Edward siguió a Alice al centro de entrenamiento.

Esa joven caminaba con una bolsa de papitas en sus manos y desde que Aurora se fue, ella no habló en ningún momento.

Había acertado con respecto a la misión y ahora tenía una oportunidad para demostrar su fuerza, era por esa razón que Edward estaba recordando todo lo que había escuchado y visto sobre esa jovencita.

Podía sacar brazos negros de su espalda que podían convertirse en armas y podía crear un domo… Eso era lo que mayormente resaltaba de ella.

El problema era que siempre había acabado rápido con sus enemigos y nunca había demostrado toda su destreza.

Aun así, en su mente planificó el escenario para su ataque y cuando entraron al área de entrenamiento, Alice pidió que todos se fueran.

Los milicianos que estaban en el lugar se retiraron en silencio sin causar tanto problema.

"Puedes distanciarte tanto como desees." Dijo Alice señalando el campo de entrenamiento.

Este lugar era un gran edificio cuyas paredes estaban reforzadas y en este momento no se encontraba nadie y estaba completamente cerrado.

Media alrededor de cien metros y era uno de los lugares de entrenamiento creados para batallas de rango S y entrenamiento militar conjunto.

Edward al escuchar sus palabras y ver una pequeña sonrisa en su rostro, se molestó.

Le estaba dejando espacio como una concesión 'amistosa' debido a que era mago y era imposible que esas palabras no molestaran a Edward.

"No lo necesito. Empezaremos como cualquier duelo." Dijo Edward y al momento siguiente se dio cuenta de que ella sacó lo peor de él con unas pocas palabras.

Alice solo dio una pequeña sonrisa y dejo sus papitas de lado.

A pesar de que se veía atenta, en realidad Edward sintió que esos ojos negros lo miraban con desprecio… Como si estuviera viendo a una insignificante persona tratando de hacer algo gracioso solo para su diversión.

Él trató de contener su enfado y solo se preparó con su equipo, sacando su varita.

Ella solo bostezó en respuesta y ni siquiera se cambió esa ropa cómoda que llevaba.

Tal reacción estaba logrando molestarlo bastante y Edward trató de controlarse preparando sus hechizos para atacar.

"Comienza cuando quieras." Dijo Alice dándole una señal simple y al verlo fruncir el ceño, precisó. "Le diré a Aurora que te permita participar, si me pones en una situación desventajosa. Solo necesitas eso."

Sus palabras parecían honestas y si bien sonaba bien, ante sus oídos sonaban desagradable.

Daba la sensación de que nunca lograría presionarla suficiente para que estuviera en desventaja.

"Empecemos." Declaró Edward agitando su varita.

Una armadura de rayos apareció en su cuerpo cuando su hechizo fue lanzado y tal hechizo no solo servía para protegerse, también le permitía utilizarla para usar los rayos y atacar.

Viendo que Alice había sacado cuatro brazos negros, Edward volvió agitar su varita.

Los relámpagos volaron en el aire y Alice retrocedió para esquivarlo, pero Edward solo estaba iniciando.

Volviendo agitar su varita, en el aire un torbellino de relámpagos empezó a su alrededor y entonces los disparó a Alice, quien se fue moviendo.

Esos brazos negros le daban una gran movilidad para esquivar y cuando algún relámpago se acercaba, ella solo utilizaba sus brazos para defenderse sin mover un dedo.

Sus relámpagos eran poderosos y eso era porque su fuente de energía mágica era enorme, lo que le permitió lanzar hechizos con mayor fuerza.

Lanzando su hechizo notó que los brazos negros eran quemados por sus ataques y Edward actuó de inmediato.

Generando un relámpago de mayor tamaño que parecía una lanza, la disparó a Alice y cuando esa joven intentó esquivar, se dividió en decenas de relámpagos para evitar los brazos y a la vez evitar que huyera.

Su ataque fue para tratar de rodear los brazos y atacar el verdadero cuerpo que parecía indefensa, pero Alice generó un pequeño capullo cubriéndose por completo.

Entonces tras que el hechizo quemara la masa negra derritiéndola con suavidad, la expresión de Edward mejoró a pesar de que Alice lanzó un brazo hacia él.

Retrocediendo para esquivar el ataque, Edward al mismo tiempo lanzó todos sus hechizos.

Utilizó los relámpagos que conformaba la armadura logrando que su poderoso relámpago se extendiera al brazo negro de Alice.

*BOOM*

Fue un hechizo explosivo que despedazó el brazo negro y como si fuera poco pequeños relámpagos se extendieron por el brazo y dirigiéndose a Alice.

Esos relámpagos no quemarían, sino que paralizarían sus músculos y una vez que fuera afectada, todo lo demás sería un trabajo fácil.

Tenía una habilidad impresionante, pero su debilidad debía ser su cuerpo… Ese fue el análisis de Edward realizado por la poca información que tenía.

Y al ver que Alice trataba de retroceder frunciendo el ceño como si su debilidad hubiera sido vista, Edward no pudo contener su sonrisa arrogante al creer que estaba por ganar.

Lamentablemente no terminó como deseaba.

"…"

Los relámpagos fueron expulsados cuando la oscuridad se desbordó como una masa negra y el brazo creció aumentando su anchura de inmediato.

"Eso era lo que deseaba ver." Murmuró Alice con una sonrisa y caminando divertida, comentó. "No sería divertido romper tu orgullo, si no lo muestras."

Antes de que Edward pudiera fruncir el ceño, su cuerpo tembló con sutilidad cuando sintió que un aura se elevaba.

Era un aura fría que lentamente se estaba volviendo siniestra y al sentir que su mano temblaba, Edward apretó su agarre.

"¿Estuviste jugando?" Preguntó Edward al ver la sonrisa de Alice era divertida.

Alice caminó mientras que sus brazos negros la rodeaban y su sonrisa cada vez más grande daba la sensación de que estaba pensando en qué hacer con él.

Sin embargo, su aura fría estaba elevándose y lograba dar la sensación de alguien siniestro y Edward no pudo contener sus instintos.

Ella era peligrosa, lo suficiente peligrosa como para cortarle la garganta en este mismo momento y sonreír mientras lo hacía.

No era una sensación de su mente, la sonrisa que llevaba en su rostro dejaba en claro que no le importaba.

"Has sido una molestia desde que has llegado y ahora crees que, al tener un pequeño éxito, ¿puedes venir a exigirnos participar?" Cuestionó Alice y mientras decenas de brazos salían de su espalda, espetó. "¿Qué tan fuerte crees que eres?"

"Yo soy…"

*BOOM*

Antes de que él pudiera responder su visión se volvió negra y al momento siguiente sintió un gran dolor en su espalda.

"Ugh."

Tosiendo sangre, su mente quedo aturdida y su visión lentamente se estabilizó.

Parpadeando todavía aturdido se dio cuenta de que había sido golpeado por un enorme brazo negro y había sido incrustado en la pared sin que se diera cuenta.

Ahora podía ver ese gran brazo gigante que lo golpeó acercarse.

*BOOM*

Activando su barrera de su túnica por instinto, el puño golpeó con fuerza y el movimiento remanente hizo que él fuera enterrado en la pared con mayor profundidad.

*BOOM*

"¡AGHHH!"

El siguiente golpe hizo Edward gritará al sentir que una costilla se quebraba y perforaba algo en su interior… La sensación de dolor hizo que apretara lo dientes a la fuerza.

Su conciencia palideció ante el dolor, pero él se mordió los labios para mantenerse despierto.

"No eres fuertes. Eres demasiado débil. Saldrás y te matarán. ¿Y sabes quién cargará con tu insignificante muerte?" Preguntó Alice al caminar hacia él y dando una mirada fría, murmuró. "Aurora y ella tiene lo suficiente para cargar, para preocuparse por un idiota como tú."

Edward le dirigió la mirada y al escuchar esas palabras se sintió enfadado.

Que alguien le dijera que era insignificante, débil y que prácticamente fuera una carga… Lo hizo enfadarse lo suficiente como para que los relámpagos crepitaran a su alrededor de forma natural.

"Todavía no aprendes… Cuando ves la muerte, no te le acercas." Dijo Alice y la oscuridad empezó a rodearla transformándola en una gran criatura de cinco metros que dio una sonrisa revelando sus colmillos negros y al ver que él temblaba, declaró. "Huyes."

Su aura se volvió completamente siniestra y mirando a ese monstruo, Edward sintió miedo, pero el miedo no hizo nada para cambiar la diferencia de la situación.

Esa gran criatura acercó su mano y cuando sus relámpagos saltaron para defenderlo, no le hicieron nada a esa masa negra que se había solidificado.

El monstruo solo lo arrancó de la pared y la gran mano se volvió enorme hasta que pudo rodear su cuerpo.

Ella no fue misericordiosa al tomarlo, apretó con fuerza su mano como si quisiera hacer explotar su cuerpo como algún tipo de jugo en caja… Y lo peor fue esa sonrisa al verlo gruñir de dolor.

La gran criatura tenía ojos que eran más negros que su piel y sus dientes azabache relucían dejando ver el fondo de su garganta que parecía un abismo.

La boca se abrió de forma aterradora revelando un abismo que daba la sensación de no tener fondo, entonces cuando la gran criatura lo acercó con su mano como si fuera tragarlo, se detuvo.

"Lo siento, los humanos no saben tan bien." Dijo la gran criatura con una risa antes de lanzarlo a lo lejos.

Edward con todo su cuerpo adolorido apretó los dientes para no gemir de dolor y cuando dejo de rodar por el suelo, activó el artefacto de protección de su maestro… Dejando en claro que tenía miedo.

Miedo a ser tragado y devorado, peor aún, sus palabras no sonaban como una broma y la seriedad lo asusto.

La masa negra que conformaba se derritió y reveló a Alice, quien tenía una sonrisa divertida.

Por su mirada estaba claro que ella no era esa perezosa que solo le gustaba comer papitas y parecía querer quedarse al margen de todo… Ahora daba la sensación de que era algo más aterrador.

"Las papitas son más deliciosas." Comentó Alice con una sonrisa de buen humor y cuando su sombra desapareció, miró la entrada en donde Makeba y varios milicianos entraban.

Ese miliciano dio una expresión seria al ver el cráter de la pared y al ver el brazo de Edward en una posición imposible.

"Escuchamos el ruido…" Murmuró Makeba con seriedad.

"Está bien. Llévenlo a la enfermería, este pequeño combate se hizo un poco intenso, aunque fue divertido." Dijo Alice comiendo algunas papitas de forma animada y dirigiéndose a la salida, murmuró. "Quita bastante estrés."

Al escuchar esas palabras y verla irse sin ni siquiera un rasguño, la expresión de Edward se volvió más agria y su ira se elevó.

Al combinarse todo junto hizo que su expresión empeorara y sus pensamientos también se desviaran.

******

Aurora leyó el mensaje que le había llegado de la Cardenal Brousseau.

Era un mensaje que describía las heridas de Edward y como ella se encargó de curarlo por completo.

Había un poco de crítica en sus palabras, pero ella lo ignoró.

Sabía lo que iba a ocurrir si dejaba a Alice actuar y la verdad era que su glotona amiga era muy amigable o podía ser demasiado peligrosa.

La línea era fácil de cruzar para alguien como esa glotona.

Agradeciéndole por curarlo, Aurora siguió avanzando hacia la reserva de los Addax mágicos.

Se había oficializado la reserva y este lugar no estaba desolado como se creía normalmente, sino que en realidad había algunos pocos drones y algunos árboles tenían cámaras para grabar.

Nadie sabía sobre ellos y se pusieron para evitar ataques a las bestias mágicas que eran amigables.

Había leyes que castigaban el asesinato de bestias mágicas y si bien eran cumplidas en la superficie, resultaba difícil revisar cada situación que sucedía a escondidas.

Una vez que se salían de la ciudad, cualquier situación podía suceder y era por eso que en esta reserva se instalaron cámaras y usaron drones para vigilar.

Acercándose Aurora pudo distinguir a varios Addax mágicos.

Los primeros Addax invitaron a sus compañeros, quienes a su vez invitaron a otros y ahora el lugar había aumentado de tamaño y la vez el número de Addax se había elevado.

Ellos eran conflictivos entre ellos por territorio, pero como estas tierras pertenecían a la 'Protectora de Zerzura' sus batallas se redujeron.

En cierto sentido ellos tenían cierto respeto a la 'autoridad' y se lo tomaban en serio, lo que ahora la hizo sonreír.

Utilizando un artefacto mágico para conectarse mentalmente con algunos Addax, pidió a uno de ellos que protegía la zona que llamara al líder.

Entonces dos Addax vinieron trotando con calma y Aurora volvió a utilizar el artefacto.

—Escuchamos sobre el ataque de criaturas. ¡Nos vieras avisado! —Declaró uno de los Addax golpeando el suelo con enfado.

Aurora hubiera esperado muchos saludos y diferentes inicios de conversación, pero tales palabras lograron que ella se quedara en blanco.

—¿Por qué los invitaría? —Preguntó Aurora con una duda honesta que salió sin que se diera cuenta.

No podía entender la razón por la cual dijeron esas palabras y los dos Addax se miraron como si se preguntara si estaba bromeando con ellos.

—¿No es sentido común unirse cuando se enfrentan a un desastre? —Cuestionó uno de los Addax.

—Si ustedes caen nosotros caeremos… ¿No es obvio? —Reveló el otro Addax dándose una mirada.

Ellos se volvieron a mirar otra vez sin entender su pregunta, que ante sus ojos era obvia.

Aurora observó a esos antílopes y al ver en sus ojos inteligentes, honestidad en sus respuestas, se rio suavemente.

Su risa solo aumentó y luego se tuvo que limpiar las lágrimas de los ojos.

El ataque fue rápido era cierto, pero nunca le aviso de la situación.

¿Por qué fue la razón?

No aviso a sus padres, ya que se había acostumbrado a moverse por su cuenta sin depender de ellos, pero los Addax eran diferentes.

Si Zerzura caía, las criaturas se extenderían y atacarían su habitad logrando que también ellos tuvieran que defenderse y huir, lo que significaba que también caerían.

No pensó en ellos demasiado y se los trató como 'animales' cediéndole una 'reserva'.

Los veía como bestias mágicas amistosas, pero no los pudo ver como aliados y eso que ellos fueron lo que extendieron la voz entre las bestias mágicas sobre Zerzura.

Lo que hizo que cuando se encontraran a esa gran Homotherium, no fueran asesinados y atacados de forma extrema.

—Lo siento, no paso por mi mente pedir su ayuda. —Respondió Aurora con honestidad y dándole una mirada al ver como pateaban al suelo con enfado, declaró. —Pero trataré de arreglar mi forma de pensar para la próxima vez.

Su declaración ayudó a calmarlos.

¿Cómo la veían a ella?

Esa pregunta llegó a su mente y por su mirada era la sensación de que la respetaban como alguna clase de 'autoridad', lo que causo que ella sonriera de vuelta.

—Ahora necesito su ayuda. ¿Conocen a un felino grande de piel roja? —Preguntó Aurora y al ver que ambos se miraban y asentían con cierta solemnidad, pidió. —Dile que cumpliré mi promesa.

¿Cuántos felinos grandes y de piel roja existían en el bosque mágico?

El número seguramente era elevado y por esa razón fue que ella no dijo muchas palabras y no revelo demasiado.

La misión comenzaría en menos de un día y no deseaba crear ningún factor que la arruinara, era por eso que solo dio poca información.

Aun así, lo sabía.

Por la mirada, la expresión y la postura de esos Addax que estaban rectos al escucharla, estaba claro que ese gran felino había pasado algunas veces por aquí para revisar la situación.

Aurora dio una sonrisa y se despidió sin revelar más información.

No sabía lo que encontraría y era por eso que no dijo palabras vacías… Solo cumpliría su promesa.

Si encontraba a esos individuos que atacaron a la caravana, los iba a eliminar a todos.

Sin excepciones.

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