940 Biblioteca.

Aurora tarareó mientras caminaba llena de energía. En Terra nova no había un día que ella estuviera cansada y también uno en el que no estuviera ocupada.

Hace unos minutos había dejado de entrenar con varios magos de unas de las tantas 'Ordenes' del Imperio Falion y ahora estaba dirigiéndose a otro tipo de 'entrenamiento'.

"¿Leer libros se puede llamar entrenamiento?" Murmuró Aurora en voz baja mientras caminaba por los pasillos de este gran palacio.

Ya se había acostumbrado a las armaduras vivientes a cada lado del pasillo y prácticamente a todo el palacio principal… O al menos la parte más central de este palacio en el que Cithrel vivía y en el que ella se encontraba.

A donde se dirigía era a la Biblioteca del Palacio y si bien Cithrel ya la había acompañado antes, esta vez vino sola debido a que su amiga estaba ocupada.

Cithrel estaba preparando su coronación así que ella estaba muy ocupada en varios asuntos. Aurora suponía que recibir invitados y prácticamente mantener diálogos debía ser una tarea costosa.

La Coronación de Cithrel era un punto importante y más para el objetivo de su amiga así que Aurora no quería molestarla demasiado.

Aunque de vez en cuando Cithrel le gustaba tomarse un tiempo para alejarse de todo el peso que significaba ser la Emperatriz de un gran imperio.

Aurora al ver la gran puerta al final del pasillo dejó de pensar en el trabajo de su amiga y se adentró por la puerta sintiendo como la energía mágica y el espacio la rodeaba.

Al momento siguiente ella se encontraba en la entrada de una enorme biblioteca cuyo tamaño la dejó sorprendida la primera vez.

Una biblioteca circular con múltiples pisos cada uno con más de diez pasillos que dividían el área y cada pasillo daba la impresión de ser infinito.

Aparadores y estanterías con ciento de miles de libros uno al lado del otro cubriendo los diferentes estantes con diferentes secciones.

"Es magnífico…" Murmuró Aurora sin poder contener su honesta impresión.

Según Cithrel esta biblioteca conectaba varias bibliotecas del imperio y era en donde se guardaba todo el conocimiento del imperio.

En los estantes y las secciones no solamente había libros de magias, sino que de todo tipo de conocimiento. 

La Biblioteca de la Diosa del Conocimiento hacia honor a su nombre y aquí se encontraba libros de todo tipo representando el extenso conocimiento que el imperio y probablemente esa diosa había resguardado durante miles de años.

"¿Que sección debería ir hoy?" Murmuró Aurora con dudas.

El problema de tener tanto conocimiento a su disposición era que resultaba difícil elegir el camino por el cual dirigirse. Ella antes había mirado libros sobre artes de espada milenarias y habilidades legendarias relacionada tanto a la espada como a diferentes 'auras'.

Ella ya había forjado un camino y era bastante único y multifacético lo que llevaba a que fuera difícil guiarse, pero esos libros le dieron inspiración sobre como manipular su aura.

Aurora cada vez que podía ponía en práctica su conocimiento, pero esta vez ella quería ver alguno diferente.

"Supongo que tendrá esa clase de libros." Dijo Aurora y empezó a moverse de vuelta.

Fue al centro de la biblioteca mirando los innumerables pisos a lo alto y en el centro se encontraba un pequeño portal con una plataforma que al acercarse proyectó un panel con todos los libros.

Aurora escribió el tema que buscaba y luego de unos momentos los alrededores cambiaron al instante y ella volvió a estar en el centro de esta gigantesca biblioteca, pero en un piso diferentes.

"Sección de Dioses." Leyó Aurora y se dirigió a los diferentes pasillos acercándose para leer las secciones.

Como siempre las secciones estaban bien ordenadas, pero eran demasiadas. Existían libros de teología tanto generales como específicas.

Libros que hablaban de Dioses, sus divisiones de poder, limitaciones o incluso como convertirse en dioses. Otros libros hablaban de temas específicos de dioses como lo era la creación de una 'Religión'.

La implementación del 'Cielo' que representaba el lugar más cercano a los dioses o como el 'Infierno' que representaba el área de castigo o prisión y luego se hablaba de los 'Reinos Divinos'.

Aurora al igual que antes que había venido se sintió abrumada y si bien de vez en cuando tomaba un libro para leer los prólogos, tal sensación de ser abrumado aumentaba.

Aurora se esforzó por leer y si bien algunas veces entendía lo que leía, el conocimiento aquí no estaba ordenado de 'aprendiz' a 'maestro', sino que era conocimiento variado que no estaba categorizado.

"Esto es más difícil que entrenar."

Luego de tres horas de explorar los pasillos leyendo temas que a ella le interesaba, Aurora suspiró de cansancio mental.

Ella buscó sobre las Apoteosis y encontró bastante información específica que a ella le interesaba.

Existía múltiples formas de Apoteosis o de convertirse en un Dios, algunas estaban relacionadas a 'conceptos' específicos como eran los Dioses de la Guerra, Dioses de la Batalla o Dioses relacionados a elementos como el Agua, Aire e incluso a magias.

También dioses relacionados a armas como la Espada o Hacha u otras armas blancas e incluso tecnología.

"¿Creo una escuela de arte de espada que se extienda por todo el mundo?" Aurora caminó por los pasillos teniendo esa idea en su mente.

Una forma de ascender fue extender el conocimiento por todas partes y tener el reconocimiento sobre su arte. Múltiples dioses relacionadas a las armas alcanzaron la divinidad de ese modo.

Sin embargo, ella no lo vio viable… No, incluso si era viable, Aurora no pudo negar que fue atraído por una forma de ascender.

"Como hago que mis habilidades superen la barrera de un mortal."

Aurora al expresar ese pensamiento abrió su mano y una espada celeste se solidificó en su mano. Un aura pura que en este punto era sólida y resistente.

Ella había logrado manifestar su aura físicamente, pero a un nivel mayor también había logrado afectar a un nivel conceptual. ¿Sino cómo se podría explicar su aura blanca que podía purificar?

Su aura blanca era el mejor ejemplo de que la capacidad de su aura ya no estaba limitada a lo físico. Era más también su aura negra que lograba tragarse la magia o el aura verde que ignoraba el espacio para alcanzar su objetivo.

A pesar de que sus auras era un ejemplo de su avance, ella no lograba captar la idea que le permitiría avanzar. Tal idea le era esquiva.

Aurora suspiró y al darse cuenta de sus alrededores se dio cuenta que se había adentrado por un pasillo hasta el punto de que se había perdido.

Justo cuando estuvo por girarse para volver notó una luz diferente en el pasillo y al seguir caminando se encontró con una pequeña sala con un nombre de sección que le llamó la atención.

"Secretos de Dioses… Desde los Infernales hasta los Dioses Terranovense." Murmuró Aurora con cierta sonrisa.

Para ella fue obvio que el lugar en el que se encontraba no se podía llegar de forma normal y suponía que la 'dueña' de la biblioteca la había traído a este lugar sin que se diera cuenta.

Aun así…

"¿Qué clase de secretos tiene?" Murmuró Aurora sin poder ignorar su curiosidad.

Si fuera antes ella se hubiera estresado por la situación y probablemente hubiera escapado, pero cada día ganaba cierta confianza.

Por supuesto, la mayor razón de querer darle una ojeada a estos libros era que ella iba a ser la única que supiera los secretos y otros no se enteraría de lo que ella encontraba aquí… Al menos, eso era lo que suponía.

Aurora se acercó y tomó un libro que no tenía título, entonces al abrir la primera página se manifestó un texto largo revelándose ante ella.

"Dios de la Espada, Dios de la Lucha, Dios de los Caídos, Diosa del Conocimiento…" Aurora leyó la larga lista de nombres de dioses en el libro y dio una ojeada a cada sección.

Su expresión se mantuvo tranquila, aunque ella no pudo evitar levantar su ceja de vez en cuando especialmente cuando.

Los 'secretos' iban desde los nombres reales de esos dioses, sus historias reales o incluso detalles de su personalidad o su forma de actuar o características destacadas.

Al leer una parte ella lo cerró y tomó otro libro entonces las palabras empezaron a llenar el libro con todo tipo de historias.

"La Emperatriz del Infierno obsesionada con un mortal… La Diosa de la Lujuria y su amante… Orgullo y diferentes rostros… Ira el soldado más leal y…"

Aurora cerró el libro al seguir leyendo y cerró sus ojos al darse cuenta de que el libro la estaba empujando a leer cada vez más.

Ella se concentró tratando de calmar su mente y cuerpo, pero sus pelos estaban de punta en un escalofrió al darse cuenta de que lo que estaba leyendo eran verdaderamente secretos… Algunos muy ocultos.

"¿Por qué no sigues leyendo?"

Una voz sonó de su espalda y a pesar de que fue sorpresiva, la mente de Aurora se relajó y su cuerpo se tranquilizó como si una oleada de tranquilidad hubiera llegado de repente.

Una mente fresca abierta al conocimiento… Tal era la sensación tan misteriosa y divina que ella sintió.

"Creo que es un poco demasiado para mí." Murmuró Aurora al girarse con cuidado y viendo la anciana de cabello blanco y con varias arrugas que la observaba, añadió. "Y tampoco deseo aprender secretos oscuros. Ya sabe, me parece demasiada información saber que mi hermano prácticamente fue esclavizado por una Primordial."

Uno de los secretos que leyó se trataba de que el amor de la Emperatriz del Infierno no era tan sano como parecía. En el libro se hablaba de que esa poderosa primordial al obtener el alma de la persona que amaba le susurraba palabras de amor.

El problema era que si una Primordial tan poderosa tenía el alma de un mortal prácticamente podía hacerlo sentir o hacer lo que ella deseara… Esclavizar a una persona de tal modo que ni siquiera la persona misma se daría cuenta.

"No creo que Jezabel este muy contenta de que su secreto oscuro surja." Dijo Aurora en voz alta.

Dio el nombre de Jezabel y pensó directamente en su cuñada, pero ella no sintió el calor que normalmente surgiría cuando esa primordial era nombrada.

Al menos por lo que sabía la Emperatriz del Infierno podía darse cuenta cuando era nombrada o cuando se pensaba en ella… Sin embargo, aquí no hubo cambio.

La anciana sonrió al ver su pequeño truco y se acercó apoyándose en su bastón como si le costara caminar. Una farsa para mostrarse débil, como una amable abuela que no podría herirla cuando la verdad ella era la Diosa del Conocimiento.

"No necesitas estar tan nerviosa y a la defensiva, niña. No te voy a comer." Dijo la anciana con una sonrisa ligeramente divertida y mirándola, añadió. "Cualquier libro que leas aquí nadie se dará cuenta de que lo has leído. Estos secretos pueden permanecer oculto. Incluso de una Primordial como ella."

¿Así que este lugar fue diseñado para ocultarse de Primordiales? Si su cuñada que era considerada extremadamente poderosa no podía entrar u observar era probable que Aión tampoco pudiera.

Ante tal pensamiento, Aurora no pudo controlar su cuerpo y…

"¿Tienes más libros interesantes?" Preguntó Aurora de manera interesada.

Terra nova era un mundo de oportunidades en donde ella podía desarrollar sus habilidades, pero también podía aprender y asimilar todo el conocimiento que pudiera… O incluso secretos.

Ya no era tiempo para retroceder asustadas por las verdades, así que ella no iba a ignorar esta oportunidad.

"Oh, por supuesto. Tengo los libros con los secretos más recientes." Respondió la Diosa del Conocimiento como si fuera una anciana hablando de los secretos del pueblo y sonriendo, murmuró. "De mortales y de dioses."

******

Aurora se frotó la sien y suspiró mientras caminaba por el pasillo de la gran Iglesia de la Diosa del conocimiento.

Ella ignoró sus alrededores, las sacerdotisas o sacerdotes que la miraban por estar tan profundo en la iglesia o incluso la decoración elegante.

Su mente estaba hecha un desastre. Demasiada información en poco tiempo y algunas cosas si bien fue interesante, otras fueron difíciles de asimilar.

"Ya sean mortales o dioses todos guardan secretos incluso a las personas más cercanas." Murmuró Aurora la frase que le había mencionado la Diosa del Conocimiento.

Esa mujer que se hacía pasar por una amable abuela chismosa era alguien que le gustaba el conocimiento. A sus ojos los secretos de otros era parte de 'Conocimiento' a tal estado estaba extendiendo el concepto que ella representaba.

Conocer secretos de otros Dioses le brindaba cierto poder por tal razón su biblioteca de secreto era tan grande y había muchos secretos.

El tema era que los secretos de los mortales también tenían valor.

"Hasta mis secretos estaban ahí…" Murmuró Aurora con cierta sonrisa tonta.

Sus secretos desde su segunda identidad como que tenía un sistema y también quien era ese sistema.

Aurora agitó la cabeza y se enfocó en lo que estaba frente a ella… Necesitaba mejorar y si bien la experiencia y el entrenamiento la ayudaba necesitaba muchas cosas que hacer.

Uno era tratar de profundizar en como ella podía romper los límites de un mortal usando su espada. Ella quería usar su arte y su aura como base para su progreso.

A su mente vinieron varias ideas. Desde volver a la biblioteca no para explorar, sino que usar a la Diosa del Conocimiento como guía o hasta preguntarle a su maestro e incluso a su antiguo sistema.

Cada idea era igual de compleja para realizar y si bien ella no había terminado mal su relación con su sistema, se sentía ligeramente incómoda para volver a hablar y era igual con su maestro.

"Son cosas que debo hacer." Se dijo a ella misma cuando salió a la gran entrada de la iglesia de la Diosa del Conocimiento.

Entre cientos de creyentes que estaban presente ella sintió la mirada punzante de uno y Aurora se giró y se quedó tiesa al ver una persona que reconocía.

Corpulento y de complexión musculosa, pero de baja estatura. Cabello negro y barba con una larga trenza bien cuidada. El enano tenía los ojos abiertos como si viera un fantasma y luego de parpadear se acercó al principio lento, pero luego avanzó con pasos apresurados.

"Aurora!" Gritó Urfin Jadegrog.

El enano mayor que siempre revelaba calma y experiencia esta vez su voz se quebraba ligeramente y al acercarse Aurora lo abrazó recibiendo unas fuertes palmadas en su espalda.

"Maldición, lo sabía. ¿Cómo podrías morir?" Dijo Urfin al separarse y al verla detenidamente, su expresión se volvió seria y preguntó. "¿Cómo pudiste morir?"

A diferencia de antes que su voz fue ligeramente alegre esta vez su voz llevaba seriedad.

Aurora suspiró, sabiendo que Urfin tenía muchas preguntas.

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