1 Capítulo 1: La Noticia

16 de agosto de 2020

Una chica despierta agitada, sudando y sintiendo las lágrimas por su cara. El chico que estaba al otro lado de la habitación, (el cual era el hermano de la chica), volteó verla con preocupación desde la otra cama.

-¿Otra pesadilla?- preguntó el chico, a lo que ella solo respondió con un leve asentimiento, secándose las lágrimas.

Por la mente de la chica solo pasaba una cosa: "Comenzaron de nuevo".

-Eliana ¿Estás bien?- volvió a hablar el hermano de la chica, con preocupación reflejada en toda su cara, hacía tiempo que su hermana no tenía pesadillas y nunca son una buena señal.

-Estoy bien- afirmo la chica con seguridad agarro su toalla y ropa, empezó a dirigirse al baño que seguramente estaban abarrotados de niños y adolescentes.

Eliana POV

De camino al baño mi mente estaba repitiendo una y otra vez su pesadilla, repitiendo esa horrible escena que marco toda su vida, escena que la atormento años, después de varios meses sin verla había vuelto...

Cuando salí de mis sueños, me di cuenta de que había llegado vi como todos le abrían paso, bajando la mirada a la vez, entro en la primera ducha que estaba a su alcance y me quité la ropa dejándola colgada en la puerta, junto con la toalla, al abrir la regadera sentí el agua caer por mi cara y después por todo mi cuerpo, hasta caer en el piso, esto me relajó un poco.

"Si volvieron las pesadillas, después de un tiempo se irán, ya lo han hecho, además no tengo que preocupar a Chris" me repetía una y otra vez, mientras me bañaba, como si el repetirme esto varias haría que el miedo por esas pesadillas desaparecieran.

Christopher POV

Después de que se fuera Eliana, me fui a las duchas, ya estaba vestido, había optado por unos vaqueros desgastados, una camisa de cuadros azules, una botas tipo militar, que eran de mi hermana, si, de mi hermana, nosotros tenemos gustos de ropa muy parecidos tanto que si mi hermana fuera hombre no sabrían cual es cual.

Sonrío burlonamente, bueno ciertamente si lo sabrían ya que sus personalidades eran totalmente diferentes somos como el agua y el aceite.

Sin previo aviso, se escuchó como se abría la puerta de la habitación, interrumpiendo sus pensamientos, dando paso a Eliana, que ya estaba vestida, tenía unos vaqueros negros, una camisa de tirantes verde oscuro y una chaqueta de cuero, junto con unos converse negros.

-¡Hey! ¿Por qué tienes mis botas?- dijo quejándose al verme con sus tan preciadas botas.

Dibuje una sonrisa divertida, me encogí de hombros. Ella suspiro como diciendo "Que más da". Me encantaba molestarla por que ciertamente era tan sería, que hacía que fuera como un imán para mis bromas.

-Bueno, Chris vamos tenemos que ir a comer.- respondió Eliana poniendo los ojos en blanco, yo reí un poco, ya que estaba un poco irritada.

-Vamos, hermanita.- dije pasando el brazo por sus hombros.

Empezamos a caminar en dirección al comedor, cada vez que pasábamos por un pasillo todos al vernos empezaban abrir paso y a susurrar cosas como "Ahí vienen", "cuidado no te pongas en medio" y otras cosas. Hace años que eso dejó de ser incómodo para nosotros.

La razón del porqué todos no tenían miedo. Era porque desde que entramos al orfanato, cada vez que alguien nos provocaba terminaban en el hospital y eso hizo que todos nos temieran.

Al llegar al comedor se sentaron en el mismo lugar de siempre en una de las puntas del comedor tratando de estar lejos de la visión de todos, aunque nos acostumbramos a lo de los pasillos, nos incomodaba que no nos quitaran la vista de nosotros la mayoría del tiempo.

-Hey, gemelos malvados.- grito un chico castaño, alto, con ojos miel, que cualquiera pensaría que es un rompecorazones y también la única persona de ese lugar que no le tenía miedo.

-Este pendejo,- susurra Eliana.- que no somos gemelos, somos mellizos

-Sí, sí, gemelos, mellizos, bla, bla- dijo en tono de burla, haciendo que Eliana se empezará a irritar

-Déjala, sabes que ella tiene un humor de perros,- dije con una sonrisa divertida, echándole broma a Eliana, ella me volteó a ver molesta como diciéndome "¿En serio?".

Athan seguía fastidiando a Eliana, mientras que esta lo insultaba en español, haciendo que Athan no entendiera lo que Eliana le estaba, siempre se me hacía muy entretenido ver la interacción entre ellos dos.

Eliana y yo somos mexicanos, pero cuando estábamos de unos 10 años más o menos, vinimos a Estados Unidos ilegalmente pero nuestra mamá, no sobrevivió.

Después de eso, no recuerdo nada hasta los 13, que es cuando una persona nos encuentra y nos lleva al orfanato donde hemos estado viviendo desde hace desde hace 3 años.

-Llamando a Christopher desde la tierra.- dijo Athan pasando su mano frente de su cara, haciendo que salga de mis pensamientos.

-¿Qué pasa? No has comido nada y tu puré de papas se me empieza a antojar,- dijo haciendo el movimiento con la cuchara para agarrar, yo puse mi cuchara evitando que lo hiciera.

-Alto ahí, salvaje, es mío.- respondí con una sonrisa, el siguió comiendo de su plato con cara resignada.

Seguimos comiendo entre bromas de Athan, insultos de Eliana y risas de mi parte, cuando estábamos a punto de irnos una de las que trabajan ahí nos llama:

-Hermanos Pérez, a la dirección.-les informo de forma bastante amable.

-¿Qué hicieron?- pregunta Athan con una sonrisa divertida.

-Nada- respondimos a la vez, mi hermana y yo.

Y era cierto hace un buen tiempo que no nos metíamos en problemas principalmente, por que habían dejado de fastidiarnos.

Caminamos con desgana a la dirección, se notaba en la cara de mi hermana que algo le estaba preocupando, sospecho un poco el porqué.

Eliana POV

Tenía un mal presentimiento, cuando llegamos a la dirección, Chris y yo nos adentramos a la oficina donde se encontraban el director, una mujer y un hombre, no sabía que estaba sucediendo pero efectivamente no era nada bueno.

-¿Qué pasa?- pregunte dirigiendo mi mirada al director de la institución. No me importaba hablarle así solo quería saber que pasa en ese instante

-Ellos son David y Skiler Williams,- los presentó a lo que ellos sonrieron.- Y los quieren adoptar-

Me quede helada, tratando de procesar la información, sentía como mi respiración fue cada vez más acelerada, sentía como si mis pulmones no dejaran paso al aire, era como si el aire quemara de un momento a otro. Me sentía mareada veía que el mundo daba vueltas.

Voltee a ver mi hermano que hasta el momento no me había dado cuenta de que me estaba hablando y abrazando, no lograba distinguir bien su cara y su voz se escuchaba lejana, sentía como si mis pulmones estuvieran en llamas junto con mi garganta, únicamente sentía eso combinado a las lágrimas que corrían por mi cara.

-N-no... pue-puedo... res-respirar...- dije con un hilo de voz pero lo suficiente alto para que el me escuchara, mi vista aún seguían en los extraños, sentía como mi respiración se dificultara más.

-Hey, mírame.- escuche decir a mi hermano.

Yo me limite a obedecer y trate de controlar mi respiración seguía sintiendo como si mis pulmones ardieran.

-Respira, profundo.- volví escuchar la voz de Chris,- está bien estoy contigo.

Seguí unos minutos que para mí parecieron eternidades, hasta que logre controlar mi respiración, me enderece un poco, me sentía súper débil, pero aun así me mantuve firme ante de la mirada de los extraños.

Sentía su mirada de pena, eso hizo sangre empezara a hervir, odiaba que sintieran pena por mí. Era como si me dijeran débil.

-¿Estas bien?,- preguntó la chica, la cual era rubia, sus ojos eran color miel, mientras se acercaba a hacía donde estaba y tratando de poner su mano en mi hombro, yo me aleje de ella como si su tacto quemara.

-Estoy bien,- la chica volví a ver con la misma mirada de pena, me puse rígida.- No necesito su pena.-

Después de decir eso me retire de la sala dejando a todos con la palabra en la boca, me dirigí a mi lugar secreto que ni mi hermano conocía, detrás de un patio que ya no se usaba.

Cuando llegue me dirigí a una tabla suelta de esa cerca y vi un jardincito que creo que en algún momento llego a ser para los niños, estaba bien cuidado gracias a mí, recuerdo la primera vez que lo vi.

Flashback

Caminaba molesta por el lugar, buscando un lugar donde poder estar sola, nadie sabía lo que me guardaba dentro, aun así me criticaban, me sentía ahogada, necesitaba aire.

Sin darse cuenta había llegado a una puerta que decía en rojo "NO PASAR", pero la curiosidad podía más abrí la puerta con cuidado de no hacer ruido, al traspasar la puerta me encontré un patio, se veía que nadie pasa por ahí, las pocas plantas que habían estaban marchitas, había dibujos en el suelo que parecían llevar ahí meses, tal vez años, no había vida ahí.

Examinando el lugar, noté que una tabla estaba suelta, me acerque a ella, asomándome un poco para ver que había detrás de está, pero no logro ver nada.

Pase a través del hueco y vi un jardincito muy lindo algunas plantas estaban marchitas pero el resto estaba en buen estado, divise una casita lo suficientemente grande para que entre unos cuantos niños.

Estaba extasiada, el lugar era hermoso me acercó a la casita, y caí en cuenta de que dentro había un chica durmiendo, ahogué un gritito de sorpresa, pero al parecer no lo suficiente, porque aquella misteriosa chica se despierta y me empieza mirar como si fuera un bicho raro.

Fin del Flashback

Suspire pesadamente volviendo a la realidad, camine en dirección a la ya conocida casita, y entré en ella, ahora se veía un poco más pequeña debido que era mayor a cuando la encontré pero no me importo, me quedé meditando y recapitulando, lo que había pasado hace apenas unos minutos.

Realmente me asustaba la idea de ser adoptada y que fueran malas personas que no pudiera proteger a mi hermano, ¿Por qué tuvo que pasar esto? Todo iba tan bien, ya solo faltaban dos años para que saliera de ese lugar.

Seguí dándole vueltas al tema por toda la tarde, hasta que me di cuenta de que me había quedado dormida en aquel lugar.

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