7 5

Capítulo Cinco

Nueva Vida

En un lugar en el espacio, no se sabe en qué plano, súbitamente apareció la figura de un niño. No parecía tener más de doce años, sin embargo, sus ojos denotaban la experiencia que la mirada de pocas personas pueden reflejar. Esta era la experiencia de la muerte. Sus manos se desplazaron instintivamente a su abdomen, como esperando encontrar algo, pero el desconcierto llenó su cara. Su cabello tan rojo como la sangre apenas ondulaba, más no había viento. De hecho, no había nada en ese lugar más que oscuridad.

¿Morí? — pregunté con una mirada de tristeza, pero nadie me contestó. Siempre imaginé el plano espiritual un poco más… colorido.

"Grhhhhh"

Giré mi cabeza hacia el origen de ese ruido. ¿Un rugido? No, era muy lento. Quizás solo el ruido gutural de alguna criatura. —¿Quién está ahí? —pregunté tratando de no sonar muy emocional. Fuera miedo o felicidad, no lo sabía; lo que me quedaba claro era que no estaba solo en este lugar.

—Que patético… Se necesitó tan poco para matarte, pero aun así eres un niño muy suertudo— dijo una gutural voz en un idioma que no reconocía, sin embargo, entendía dentro de mí a la perfección lo que quería decir. Quise hablar, moverme, algo, pero no pude hacer nada. —Está bien, no me resistiré más. De cualquier manera, ese estúpido mago allá afuera está debilitándome cada segundo, supongo que fallé en escoger a mis enemigos. Escúchame, niño— en ese momento dos grandes ojos rojos con pupilas negras aparecieron frente a mí, una intimidación tal se apoderó de mí que no tuve más opción que escuchar las palabras del dueño de ese par de ojos—, ahora que eres uno de nosotros, supongo que es tu derecho tener esto— sentí como en la parte izquierda de mi cuerpo, justo sobre las costillas, algo se estaba quemando —. Este sello se romperá cuando estés listo, entonces y sólo entonces podrás conseguir el poder entero de nuestra raza. Ahora despierta, no es bueno que duermas tanto, heredero de Vorghal…— sentía como la voz gradualmente se apagaba y de la misma manera mi cuerpo se sentía cada vez más ligero, justo cuando creía que iba a desaparecer, sentí un palpitante emanando de mi abdomen y extendiéndose por todo mi cuerpo.

Desperté exaltado y me senté, no entendiendo nada de lo que estaba pasando. Mi cuerpo se sentía entumido, como si no me hubiera movido en absoluto por días, pero extrañamente, sentía una gran energía. Estaba seguro de poder levantarme y correr por horas sin cansarme. Miré alrededor, estaba debajo de una formación de piedras que cubría el sol.

—Demonios, muchacho. Aún para ser alguien que fue bendecido por la suerte, te recuperaste increíblemente rápido, esperaba que durmieras al menos por otra semana— dijo una voz que me sonaba conocida, sin embargo, había perdido parte de su jovialidad.

—¿Señor Iamos? — Le dirigí una mirada al hombre que recién había hablado, y para mi sorpresa ahí se encontraba el mago que conocí unos días atrás. —¿Dónde estamos? — dije casi son convicción. Al momento de preguntar, todo apareció dentro de mi cabeza: la isla errante, el dragón, la sangre, el frío, la muerte… Instintivamente moví mis manos a mi abdomen, esperando encontrarlo en mal estado, pero no. Estaba desnudo de la cintura hacia arriba a excepción de varias vendas que cubrían todo mi abdomen. ¿Me habrá podido curar? No solo eso, siento una cálida sensación debajo de los vendajes…

—No te preocupes, vivirás. Ha sido complicado, pero logré salvarte la vida— dijo Iamos con una sonrisa un poco angustiada en su rostro.

—¿Complicado? Para usted, un gran maestro, curar heridas no importa su magnitud debería de ser sencillo…— dije con un poco de duda.

—Ya te lo dije, no soy ni la sombra de lo que solía ser. Aunque aún puedo usar hechizos de alto nivel, no puedo manipular la energía del ambiente. Tuviste mucha suerte. —

—¿Suerte? — No podía entender por completo lo que estaba sucediendo, y al parecer Iamos lo notó casi de inmediato.

—Escúchame bien, lo que te voy a decir a continuación es muy importante —una expresión de suma seriedad se apoderó del rostro del mago. —. La única razón por la que fui capaz de salvarte es porque tomé la sangre del dragón negro y la mezclé con la tuya propia. Desde ahora en adelante, no eres un humano ni una bestia. Las criaturas como tú, con el linaje de una bestia, son llamadas arcanistas. —

—¿Arcanistas? — Para ser honesto, no sabía cómo me sentía. Pudo haber sido que la explosión de diferentes emociones y pensamientos me había abrumado, pero en ese instante lo único que sentía, por más ilógico que suene, eran mis venas palpitando.

—Si. Bueno, así era pensado hace mucho tiempo, antes de la guerra de la prosperidad. En ese entonces, ser un arcanista era considerado ser una criatura inferior a los humanos, casi al mismo nivel que un sahir. Las personas como tu eran cazadas por el montón y fueron llevadas casi al punto de la extinción. Los arcanistas poseen una gran vitalidad y resistencia, principalmente debido a la herencia de su linaje. Para darte un ejemplo, imagina lo formidable que sería un narval metálico que conserva su fuerza y las placas que cubren su cuerpo pero que tiene inteligencia humana. Hay pocos ejércitos de caballeros que podrían pelear mano a mano contra cinco de ellos. Si diez o más se juntaran, seguramente significaría la destrucción de una capital completa. — dijo Iamos tratando de darse a entender lo mejor posible.

—Pero si eran tan fuertes, ¿cómo los pudieron exterminar a tales extremos? — Realmente no tenía sentido, pero deben de tener una no debilidad. Mientras más fuerte es alguien más grande es su punto débil.

—Eso es porque la mayoría de los arcanistas adoptan la sangre de la bestia como propia, no la combinan —dijo, solemne —. Según las leyendas, hay muy pocas maneras de alterar la sangre de una persona. La primera y más popular es la descendencia. Antes de la guerra, cuando los magos de alto nivel eran una vista común, hubo varios obsesionados con incrementar su propio poder. Una de estas maneras era la transfiguración humanoide y reproducción. Quiero decir que, un mago podía transformar un narval en humano por un periodo determinado de tiempo, pero solo en forma, su sangre seguía siendo la misma. Luego de transformarlos, por medio de hechizos de manipulación mental los forzaban a copular con un humano. Si tenían suerte, el producto de esa unión era considerado un arcanista. Después de que naciera solamente tenían que esperar a que creciera lo suficiente y hacer un ritual que les permitía apoderarse del cuerpo del objetivo, así volviéndose uno de ellos. Su descendencia, obviamente, también recibía la sangre del narval. A lo que me refería con adoptar la sangre heredada como la propia, éstos individuos no se preocupaban por desarrollar su propia fuerza, sino que dependían enteramente en la del narval. No sé si lo sepas, pero, aunque la mayoría de bestias eran capaces de usar magia, muy pocas realmente lo hacían. Esto obviamente también aplica para los arcanistas. Aunque tengan sangre de una bestia arcana, no siempre van a poder usar el potencial al máximo. Por lo que usualmente, los arcanistas no podían volverse magos. En una época en la que magos de gran nivel vagaban por el mundo, estaban indefensos, es por eso que fueron llevados al borde de la extinción.

Un lúgubre pensamiento se apoderó de mi mente. ¿Sería posible que no pueda convertirme en mago por la sangre del dragón? Solo pensarlo me dejaba sin ganas de hablar…

—Sin embargo— dijo Iamos al ver mi rostro. —, tú no tienes por qué preocuparte. Los dragones son descendientes directos de una criatura primordial. Aún el más patético de los dragones puede usar magia a la perfección. Por supuesto, eso también se aplica a un arcanista con sangre de dragón como tú.

—¿Eso significa que puedo convertirme en mago usando la sangre del dragón? — pregunté con una esperanzada sonrisa en mi cara.

—No necesariamente. Eso depende de tu aptitud y el control que tengas sobre la sangre. Pero, en tu caso, hay una diferencia a los antiguos arcanistas…—Iamos arrugó su ceño y torció los labios, como si estuviera dudando respecto a la siguiente parte de su explicación. Unos segundos después suspiró y me miró a los ojos. — Ahora que lo pienso mejor, es probable que tú no puedas ser catalogado como un arcanista. Sería más adecuado llamarle "doble linaje" a tu condición. Aunque tienes una cantidad muy concentrada de sangre de la criatura en tu cuerpo, tienes también la tuya. No recibiste la sangre de la bestia, la absorbiste, en condiciones normales eso jamás debió de haber sido posible. Los primeros arcanistas podían también tener un doble linaje, pero es una técnica que se perdió hace miles de años.

—Maestro Iamos, no entiendo. Entonces, ¿qué soy? ¿qué me pasó? — dije con un tono de voz casi quebrado, era más información a la que estaba acostumbrado y, aunque siempre he tenido buena memoria y razonamiento, aún no me recuperaba al cien por ciento de mis heridas.

—Lo que te pasó es que moriste. El dragón perforó tu abdomen con uno de sus cuernos, tu corazón se detuvo por unos momentos. — bajé mi mirada. Para ser honesto, ya me lo esperaba. — Tuve que mezclar la sangre del dragón con la tuya para poder lograr que tu cuerpo se recuperara, pero aun así fue demasiado. No tuve opción más que catalizarla usando mi propia fuente de energía, mis reservas de mana…—

Tenía una vaga idea de lo que eso significaba, pero no estaba seguro de que fuera posible…— Entonces eso significa que… ¿ya no puede ser un mago? — pregunté muy serio, que haya ido a tales extremos con tal de salvar mi vida, no lo podía creer.

—No te preocupes por eso, niño. Me queda suficiente mana para vivir hasta que muera. — Me pareció notar un destello de tristeza en los ojos de Iamos, pero no me atreví a decir nada. —La verdad es que cuando nos conocimos no me quedaba mucho tiempo. Hace doscientos años empecé a decaer, justo antes de alcanzar el rango legendario, pero eso es solo un sueño. De no ser por los sellos que puse en todo mi cuerpo y los pergaminos que preparé de antemano, ahora mismo no tendría la fuerza de un mago novato. Cuando te vi caer herido, usé la mayor parte del mano que tenía sellado y lo usé para matar al dragón, el resto lo usé para curarte y lograr la fusión de la sangre. En pocas palabras, reduje mi vida a un mes. Han pasado dos semanas, así que es muy probable que nunca salga de este condenado archipiélago…

—¿Dos semanas? — estaba auténticamente anonadado, ¿cómo es posible que por mi culpa un mago de ese calibre haya sido reducido a tener dos semanas por delante y ya?

—No te preocupes, Zekke. Hace mucho decidí que, si veía a alguien en apuros, iba a hacer mi mejor esfuerzo para rescatarlo. No es gran cosa. — dijo Iamos con una mirada calmante.

No tenía muchas ideas sobre qué hacer o decir, por lo que actué como yo supongo que actúa la gente frente a alguien que se sacrificó por ellos. Me incliné de la manera más respetuosa que pude y lágrimas brotaron de mis ojos. —Muchas gracias, Gran Maestro Iamos. Jamás olvidaré su amabilidad. —

—Espero que realmente no la olvides. Pero bueno, aún no te he contado la mejor parte. — dijo Iamos con una sonrisa juguetona en su rostro.

—¿La mejor parte? — Ya me estaba cansando de hacer preguntas. Los magos realmente le hacen honor a su reputación de ser seres un poco desesperantes.

—Ya te mencioné que como catalizador usé mis propias reservas de mana para vincular la sangre del dragón a la tuya. Por ahora, son dos linajes separados actuando en armonía. Cuando logres avanzar a un acólito, la sangre se unirá permanentemente, brindándote fuerza superior a la de un mago regular del mismo rango. — dijo Iamos con una sonrisa de satisfacción en su rostro.

—Pero, señor, mi aptitud es de dos, no importa si tengo sus reservas o la sangre del dragón, es muy poco probable que logré avanzar a un mago…— dije con clara tristeza en mis ojos.

—Qué extraño, deberías de ser más inteligente que eso. Debe de ser que no te has recuperado por completo. Al menos deberías de poder sospechar sintiendo tu cuerpo, niño. Ya no eres la misma persona. Para empezar, tu cabello ahora es rojo, no amarillo. Tus ojos también han cambiado de verdes a morados — cuando Iamos dijo esto, toqué mi cabello y arranqué un par de cabellos. Era verdad, mi cabello ahora era de un color rojo muy oscuro, casi como sangre —. Aparte de eso, la sangre del dragón, aunque aún no está en perfecta sincronización con la tuya, ha incrementado tu fuerza física. Si una persona normal tuviera un cuerpo de uno, tú lo tienes en tres, tan alto como un caballero. Tu velocidad y resistencia deben estar en ese nivel también. Si supieras blandir la espada, serías muy fuerte aún para caballeros adultos. —como hijo de un barón, desde muy chico fui adiestrado en la espada y el arco, aunque no lo iba a decir justo ahora. — Aparte de eso, tus habilidades mágicas seguro han subido. — Dijo Iamos como esperando a ver mi reacción.

—¿¡QUÉ!?— No contuve mi sorpresa, jamás había esperado eso.

—JAJAJA, supuse que reaccionarías de esa manera, niño. El dragón negro es una bestia arcana, y una muy poderosa si a esas nos vamos. Con su sangre, aunado a todo el mana que recibiste de mí, me sorprendería si tus reservas no han aumentado al menos al estándar de un adulto. Tu aptitud debe estar en siete, mínimo y tus afinidades seguramente han cambiado. Estoy seguro que, si decides seguir el camino de un mago, serás llamado un genio. — al terminar esa palabra, genio, la sonrisa de Iamos creció y sentí una gran calidez de su parte.

—Un… mago…— estaba extasiado. Podía convertirme en mago, y no solo eso, en uno superior al promedio, no podía estar más feliz.

—Zekke, escucha. Ganaste muchos beneficios, pero también tu fuerza tiene desventajas. Cuando te di mi fuente de mana, esta se sumó a la tuya y creció en tamaño. Esto significa que vas a necesitar más mana para subir de rango. Si un acólito normal llega a quince puntos de mana, es suficiente para ascender a un aprendiz de mago, pero tú vas a necesitar al menos veinte. Eso significa que siempre vas a ser más fuerte que un mago de tu mismo rango, con las ventajas de tu mana adicional y la sangre del dragón, pero también significa que vas a desarrollarte más lento. La única manera de contrarrestar esto es asimilar por completo mi mana con el tuyo, pero no es algo fácil de hacer… — Iamos dijo y me miró, como esperando a ver mi reacción. Desafortunadamente lo único que encontró frente a él fue un niño con una mirada de determinación y seguridad. Seguridad de convertirse en un mago. En ese momento y al ver esa mirada, parecía que mi maestro había decidido algo. —Bien. Hay una marca en tu abdomen, similar a un tatuaje. En ella está todo lo que necesitas saber sobre tu condición, pero solo podrás acceder a esa información cuando avances a un mago incompleto. — ¿Marca en mi abdomen? Es cierto, en mi sueño, alguien había dicho algo de un sello en mis costillas y… ¿algo sobre ser el heredero de Vorghal? Hay muchas cosas que aún no entendía, pero supongo que lo haré a su debido tiempo. —Aparte de eso…—Iamos tomó una bolsa que estaba en el piso, no tengo idea de cuándo apareció ahí, pero estaba seguro que no la tenía cuando nos encontramos por primera vez. De ella sacó dos objetos. Un saquito del tamaño de una manzana y una cartera del largo de mi antebrazo y ancho de mi mano. Supongo que era un objeto para colgarse en la cintura. Estiró ambas manos y me entregó los dos objetos. —Ten esto. En la bolsa está una parte de todo mi dinero. La moneda entre magos no es como la moneda del pueblo llano, es diferente. Los magos usamos un tipo de cristales llamados arcanas. Hay cuatro variedades de estos cristales, cada una vale cien veces más que la anterior. Se clasifica en cristal azul, verde, rosado, y carmesí. Una arcana azul vale veinticinco monedas de oro, pero no las cambies todas, las vas a necesitar. —Mientras Iamos decía esto abrí el saquillo que me dio. Dentro había un cristal rosado, más de cincuenta cristales azules y seguramente unos seis cristales verdes. Había al menos quince mil arcanas en total. Lo que equivale a varios cientos de miles de monedas de oro. También había varias decenas de monedas de plata y algunas de bronce. Mi cara no lo soportó y mi boca se abrió desproporcionalmente. Lo único que parecía hacerle juego eran mis ojos, que estaban igual de abiertos. Mi padre tendría que trabajar más de mil vidas para ganar esta cantidad de dinero, ¿y este personaje me lo entrega solo así?

—Maestro Iamos— dije mientras extendía la mano con el saco que me acababa de dar. —, ya ha hecho demasiado por mí para una vida. Por favor, no me entregue todo su dinero. — Le dije, pero su cara pareció extrañarse.

—Ja, Zekke, no te estoy dando todo mi dinero. Eso es solo la mitad del dinero que me queda después de vagar por el mundo los últimos veinte años. Me quedan un par de semanas para vivir, y los estudios de magia son muy costosos. Simplemente te estoy dando una ventaja más para que te conviertas en un gran mago. —mientras decía esto sujetó mi puño y lo movió hacia mí, con el saco de cristales incluido. —Y si eso te parece mucho, espera a que veas este tesoro…—me lanzó la cartera. Viéndola de cerca, era de un color negro total. Del tipo que si está inmóvil no puedes ver, solo parece una sombra. — Este es un artefacto arcano de rango "D". Es un objeto de almacenamiento mágico; aún para el estándar de rareza con el que se miden los objetos mágicos, éste es muy raro. Un artefacto arcano rango "D" ya es más de lo que magos de plata logran conseguir, hasta los magos de oro sentirían envidia si te lo ven puesto. Puedes guardar todas las cosas que cabrían en un cuarto de veinte metros de largo, ancho, y alto. Dentro de él hay cosas que te van a ser muy útiles, pero no lo puedes abrir hasta avanzar a un acólito, ya que necesitas bañarlo en tu mana para activarlo. Cuídalo muy bien. Normalmente nadie puede abrir el almacenaje de otra persona, pero yo ya lo configuré para tu sangre, solo necesita saber cuál es tu mana y será todo tuyo. Sin embargo, si lo roban o lo pierdes, eso significa que cualquier acólito o mago puede tomarlo y dejarte sin una ventaja más. Cuídalo muy bien. — Al terminar de decir esto, Iamos se calmó y cerró los ojos.

—Escucha, Zekke. Ya lo decidí, y voy a quedarme aquí hasta que muera. Voy a escribir lo más importante de mi vida en un diario y lo llenaré de mis hechizos. Voy a hacer de este lugar mi tumba y herencia. Tú sabes dónde está, pero nunca vengas, por favor. Quiero que, cuando estés en la academia, encuentres a una persona que consideres digna y le des pistas de dónde estoy. Entonces, podrá encontrar mi herencia y obtendrá grandes beneficios. — Iamos se calló nuevamente y abrió los ojos, podía detectar cierta rojez en ellos, pero no dije nada. — Ve al puerto del paso del dragón y busca un barco llamado "La Dama de las Mareas Terrenales". Dile al capitán que quieres comprar pasaje al campamento de reclutamiento para magos. Te va a cobrar entre una y tres arcanas, dependiendo de su humor. Le vas a contestar que la tarifa estándar son cinco oros, pero estás dispuesto a ofrecerle quince por una estadía de primera clase. Si te dice que no, dile que vas a rentar una embarcación pequeña, después de eso seguro caerá. —en este punto sus ojos ya estaban húmedos, y los míos comenzaban a recorrer el mismo camino. —Cuando llegues al campamento, sigue las instrucciones de los encargados. Recuerda bien estas palabras, Zekke. Cuando llegue el momento sabrás que significan. Escoge no por el prestigio, sino por la afinidad y especialidad. —

—Si, profesor Iamos. — En este punto ya estaba llorando como un pequeño bebé, pero no osé decir nada más.

—Bien. Vamos a comer, Zekke. Ya está anocheciendo. Partes mañana con la primera luz. Como ahora posees la sangre de un dragón, vas a poder recorrer todo el trayecto sin problema alguno. Estamos muy cerca de puertogris, solo necesitas caminar a lo largo de la costa por dos días. Si no me equivoco, el barco zarpa en cuatro días. Si no te encuentras con ningún problema, vas a llegar con tiempo. —Iamos terminó, y esta vez realmente parecía que no iba a decir más. Sin embargo, me sorprendió una vez más. —Cuando estés listo, visita a tu familia. Que tus hijos te abandonen no se siente bien. Buena suerte, Zekke, aunque no nos conocemos tan bien, eres mi legado. Conviértete en un gran mago, yo sé que lo lograrás. —

Al terminar sus palabras, Iamos se quedó dormido. Zekke, por el otro lado, no pudo dormir esa noche. Solo pudo pensar en lo mucho que cambió su vida gracias a un anciano que salvó su vida cuando la de él estaba terminando. Zekke pensó en su muerte y resurrección, en su potencial poder y brillante futuro. Por primera vez en su vida, se sintió un paso más cerca de cumplir la promesa que le hizo a su madre y convertirse en un gran mago. Zekke partió hacia puertogris a la primera luz, aun cuando Iamos seguía dormido. Le preparó un par de pescados que pudo atrapar en la noche, pero no los cocinó para no despertarlo. Las habilidades culinarias de Zekke eran terribles, pero cuando Iamos despertó, no pudo hacer más que sonreír, feliz de que las cosas salieran de la manera en la que lo hicieron. Encendió una fogata y cocinó el pescado. Cuando termino de comer, suspiró muy profundamente y cerró los ojos, dejando que el aire y el olor a salitre del océano inundaran sus sentidos. Acto seguido, con un hechizo en el idioma Drah'khn derrumbó la mayoría de rocas que se encontraban a su alrededor. Aun así, ninguna cayó sobre él, sino que más bien formaron una cámara cubierta en rocas. Zekke, a varios kilómetros de distancia, no se enteró de esto, pero su salvador y cuasi-mentor Iamos había terminado su herencia.

avataravatar
Next chapter