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Capítulo Veinticinco

Casa de Subastas

Una semana después de terminar la misión del escuadrón disciplinario se abrió el registro para vendedores en la subasta semestral de la academia. Ubicada a las afueras del mercado de la torre central, la casa de subastas era un establecimiento en el que diversos magos ambulantes y miembros del Roble Partido trataban de vender objetos que habían coleccionado a lo largo del tiempo. En ese evento se podía encontrar toda clase de objetos, siendo la primera opción para los magos interesados en vender artefactos arcanos. También se podían encontrar varios materiales alquímicos e ingredientes raros. Yo tenía dos objetivos para esta subasta; vender los artefactos que he creado a lo largo del tiempo y conseguir la mayor cantidad posible de materiales y elementos necesarios para mis avances en alquimia. La casa de subastas era una edificación sencilla pero elegante, teniendo el aspecto de una mansión real. Al entrar llegué a un gran recibidor, donde seguí algunas indicaciones para llegar a la zona de registro. Había muy pocas personas puesto que la mayoría de los vendedores registran sus productos al último momento, dentro de dos días. Me acerqué al contador y una mujer me recibió con una gran sonrisa.

—Bienvenido a la casa de subastas de la Academia del Roble Partido, ¿en qué le podemos ayudar?

—Quiero registrar algunos objetos para venta, seis en total. —dije de manera monótona.

—El valor mínimo requerido para que un objeto sea vendido en una de nuestras subastas es de cincuenta arcanas. También tomamos el cinco por ciento del precio de venta como comisión. ¿Está de acuerdo con nuestros términos? —me respondió con una sonrisa. Desde que avancé a mago de acero libero una pequeña cantidad de mi energía al aire de manera constante, por lo que la mayoría de personas que me encuentro me tratan con respeto.

—Sí, está bien. —dije con desinterés.

—¿Qué objetos desea vender con nosotros y cuál es el precio mínimo de venta? —preguntó.

—Seis artefactos arcanos. Dos unidades de Daga de Rapaz, artefacto tipo ofensivo de grado "E-", precio mínimo de mil cien arcanas. Dos unidades de Visión Divina, artefacto tipo apoyo de grado "F+", precio mínimo de mil doscientas arcanas. Una unidad de Fuego de Guiverno, artefacto tipo ofensivo de grado "E", precio mínimo de mil ochocientas arcanas. Una unidad de Cuchilla del Oráculo, artefacto tipo ofensivo con habilidad de apoyo de grado "F-", precio mínimo de quinientas arcanas. —este último artefacto era el que había recogido del cadáver de Syre. Aunque me quedé con una unidad de cada artefacto que me era útil, Visión Divina y Cuchilla del Oráculo simplemente eran incompatibles con mis métodos. Aún si todos se vendían por el mínimo, obtendría un ingreso de cinco mil ochocientas arcanas, nada mal para el trabajo de unos meses. La mujer que estaba escribiendo todo mientras hablaba parecía no tomárselo en serio, por lo que no había sorpresa en su rostro.

—Supongo que ha traído los artefactos consigo, ¿cierto? —preguntó con una mirada burlona.

—Claro, aquí están. —dije con una sonrisa mientras le entregaba un saco conteniendo los seis artefactos. La mujer, aún incrédula tomó el saco y abrió los ojos al ver su contenido. Uno por uno analizó los artefactos hasta que me miró de nuevo.

—B… Bien, no parece haber ningún problema —dijo con una voz temblorosa —. La academia se asegurará de proteger sus bienes hasta el momento de la subasta. En caso de ser dañados, extraviados o robados se le reembolsará el valor total que ha establecido como precio mínimo. También, al tratarse de una transacción de más de dos mil arcanas tiene derecho a un asiento reservado en la zona preferencial en la subasta. En caso de que un objeto no se venda le será devuelto y tendrá que pagar una penalización de cinco arcanas. ¿Está de acuerdo con estos términos? —dijo, compostura recuperada.

—Claro. Por cierto, ¿cuál es la cuota para incluirlos en el catálogo de la subasta? —pregunté con curiosidad. Publicidad era la manera adecuada para que mis artefactos alcanzaran un precio mayor.

—Usualmente es un precio de cinco arcanas por objeto, pero los artefactos arcanos son incorporados al catálogo sin costo alguno. No se preocupe por eso. —dijo la mujer

—¿Cuántos artefactos aparte de los míos se han registrado? —necesitaba saber si era alguno que me interesara.

—Ninguno. Los únicos seis artefactos registrados hasta ahora son los suyos. Si está de acuerdo con los términos, necesita proveer las especificaciones de los artefactos y voy a necesitar su medalla para registrarlo. No tomará más de diez minutos. La Subasta se efectuará dentro de tres días al medio día con una duración estimada de seis horas. Por favor, procure asistir. —dijo con una reverencia. Llené la descripción de los artefactos rápidamente y salí de la casa de subastas. Un par de horas después ya era noticia.

—¿Ya viste el nuevo catálogo de la subasta? ¡Hay seis artefactos arcanos registrados! —escuché mientras caminaba hacia la biblioteca

—Escuché que es un solo mago el que está vendiendo los seis. —

—Yo escuché que todos son las creaciones de un alquimista errante, ojalá el nombre del vendedor apareciera en el catálogo, solo aparece una breve descripción del artefacto.

—He ahorrado dos mil arcanas en total, voy a comprar al menos uno de los artefactos.

El recorrido, que normalmente era calmado, estaba muy bullicioso con magos en formación e incluso algunos magos oficiales comentando la noticia. En un lugar que usualmente ve dos o tres artefactos arcanos vendidos al año, que aparezcan seis de ellos a la venta al mismo tiempo es algo muy inusual. Para mí eran poco más que resultados de mis proyectos para mejorar mi habilidad como alquimista, pero para los demás eran tesoros. Esa es la verdadera vida del alquimista.

Entré a la biblioteca donde al fin pude encontrar paz. De vez en cuando un acólito llegaba con el catálogo de la subasta en mano y se lo mostraba a alguien que leía, solo para retirarse del lugar. Durante mis primeros dos años en la academia la biblioteca era el lugar en el que pasaba más tiempo. Ya había leído la mayoría de los libros que trataban temas de mi interés y algunos otros necesarios para completamente entender los primeros. El resultado era que conocía la biblioteca y sus caminos mejor que la mayoría de estudiantes y magos en la academia. Aunque de ninguna manera estaba mal organizada, era difícil encontrar los libros que necesitabas a menos que supieras donde buscar.

Me dirigí a una de las secciones restringidas donde pasé solo al autentificar mi mana. Era un lugar muy pequeño, de diez por diez metros. Tampoco había muchos libros, pero los que había eran monstruosos y muy viejos. De no ser por os hechizos de protección, esos libros se habrían vuelto polvo hace años. Tomé uno de los libros y lo abrí por la mitad. Su título era Activación Espiritual de Artefactos Arcanos Avanzados y su Construcción Alquímica. No era un título memorable, pero describía a la perfección su contenido. Esto fue todo lo que hice los días siguientes, leer en esta sección de la biblioteca, la sección de alquimia avanzada. En todo el tiempo que estuve ahí solo un mago de acero y un mago de bronce entraron. Eso ya podía ser considerado una bulliciosa afluencia tomando en cuenta que solo ocho personas de las más de tres mil en la academia teníamos acceso.

Llegado el día de la subasta me dirigí al evento. Entré con mi pase preferencial y pude sentir varias miradas celosas taladrando mi nuca. Tomé asiento al centro de la primera fila y esperé hasta que iniciara. Poco a poco, el lugar se fue llenando. Primero las primeras cinco filas, que estaban rebosantes de magos completos y cabezas de familias mágicas importantes. No me sorprendió notar que, además de mí, solo había dos magos de acero en toda esa zona, ningún acólito. Al parecer las noticias del gran número de artefactos arcanos se habían extendido como fuego en sequía, porque había mucha más gente de la normal. Aparte de todos los asientos, varios acólitos estaban de pie en las áreas libres, esperando tener la oportunidad de ofertar por alguno de los artefactos. Aunque pueden alcanzar precios muy altos en una venta directa, es en las subastas donde realmente brillan. Si varias personas querían comprar un objeto, empezaba una guerra de ofertas entre ellas, elevando el precio del bien en venta. Eventualmente tres personas aparecieron en el podio frente a nosotros. Una maga de acero y dos magos completos. Ese era el valor que la academia le daba a este evento.

—¡Buenas Tardes! —dijo la maga de acero en el centro —Sean todos bienvenidos a la edición número novecientos noventa y tres de la subasta semestral de la Academia del Roble Partido. Las reglas son sencillas, si quieren ofertar háganlo de manera ordenada y asegúrense que tengan el dinero suficiente. Aquel que no pueda pagar el objeto de cuya subasta ganó, será castigado hasta con la muerte. ¿Listos? El primer objeto es una poción de invisibilidad completa. El efecto dura hasta por cinco minutos. La oferta inicial es de sesenta arcanas.

La poción terminó vendiéndose por noventa diez ofertas después, una buena señal. Las pociones son de los objetos más comunes en la subasta, por lo que el hecho de que alcancen ere precio indicaba el gran poder adquisitivo de los presentes.

Las siguientes cinco horas de la subasta fueron bastante aburridas. En total había solo ocho objetos que me habían interesado y que compré. Tres eran materiales medianamente raros provenientes de dragones o sus subespecies y cinco eran libros de hechizo raros. Sin embargo, eso no era por lo que había venido. Ni siquiera para ver como se vendían mis creaciones, de eso me podría haber enterado después. No, yo había venido con un objetivo muy claro.

—Los siguientes objetos en la lista vienen en paquete, por lo que no se podrán comprar de manera individual. Están catalogados como materiales de alquimia, pero no hay mucha descripción adicional —eso automáticamente llamó mi atención. ¿Podría ser? —. El paquete contiene tres gemas hexagonales planas de color negro. En cada esquina hay un círculo con runas inscritas. El vendedor nos pidió que no dijéramos el nombre del producto, pero que especificáramos que una de ellas está llena con una esencia de grado tres. Si ese no es el caso el vendedor está dispuesto a darle al comprador la cantidad de arcanas pagada sin la necesidad de regresar el producto —Sí, eran tres cristales de nithrem —. La oferta inicial es de setecientas arcanas. —Después de decir eso el público enmudeció. Después de todo, ¿quién compraría algo que no conoce por tanto dinero? Casi treinta segundos después, la vendedora estaba a punto de pasar al siguiente objeto antes de ser interrumpida.

—Setecientas. —ofertó un hombre en la parte trasera de la sala. Poco después, otras dos personas empezaron a ofertar.

—Setecientas cincuenta.

—Novecientas.

—Mil. —El público estaba anonadado. Tres magos de verdad estaban ofreciendo esas cantidades de dinero por un objeto que no conocían, o al menos eso pensaban. Sin embargo, yo sabía la verdad y, probablemente, también aquellos tres magos que ofertaban.

El precio alcanzó mil trescientas arcanas antes de que dos de los tres potenciales compradores dejaran de ofertar. En los últimos intercambios se había ralentizado la frecuencia de ofertas, haciéndome pensar que estaban muy cerca de su límite. Ellos, al igual que yo, sabían que era una oportunidad muy buena para dejarla pasar, por lo que probablemente estaban ofreciendo hasta el último centavo que poseían. Por unos momentos, parecía que nadie más iba a ofertar, o eso pensó la subastadora.

—¡Bien! Mil trescientas arcanas en cinco segundos, cuatro segundos, tres segundos, dos segundos, un segu… —antes de que terminara de hablar la interrumpí.

—Dos mil arcanas. —ofrecí y todas las miradas estaban sobre mí.

Casi había doblado el precio de un objeto desconocido en mi primera oferta. Ni siquiera me había molestado en ofertar antes. Ante los ojos del público ese era un movimiento muy tonto o muy inteligente. Estaba casi seguro de poder ganar aumentando el precio en cien arcanas, pero no me iba a arriesgar a perderlo. Oferté tanto para desmotivar a los otros compradores. Si había doblado el precio sin chistar, ¿qué tan profundos serían mis bolsillos? Eso era lo que quería que se preguntaran. Desmoralizarlos. Ganar.

—Dos mil arcanas en cinco segundos, cuatro segundos, tres segundos, dos segundos, un segundo. Vendido por dos mil arcanas. —la multitud estalló en murmullos.

Como era la costumbre, las personas sentadas a mi lado me felicitaron, estrechando mi mano. Más aún cuando yo era un alquimista de acero. Si una persona tenía tanto dinero y compraba casi únicamente materiales destinados a la alquimia, no era una conclusión errónea asumir que era un alquimista. Mientras recibía las felicitaciones, miré a los tres magos que ofertaron por los cristales. Dos ya se habían retirado y uno me miraba con furia en sus ojos. Obviamente era el mago que casi gana la oferta.

Todos me miraban como mirarían a un loco, pero no me importaba; ellos no sabían el valor de los objetos que estaban frente a sus ojos. De saberlo, probablemente habrían ofertado todos al unísono. Los cristales de nithrem son objetos alquímicos muy raros, capaz de almacenar una cantidad inmensa de energía. Son usados principalmente como fuentes de energía para artefactos arcanos, pero ese es el uso que le dan los alquimistas ignorantes o derrochadores. Esos cristales eran un elemento esencial para la activación espiritual de artefactos arcanos avanzados.

Al ganar acceso a la sección de alquimia avanzada de la biblioteca encontré lo carentes que eran mis creaciones. Aunque estaban bien pensadas y construidas, les faltaba algo, les faltaba poder, les faltaba vitalidad. En términos sencillos, les faltaba alma. Los artefactos arcanos de leyenda, aquellos superiores al rango "D" eran muy difíciles de conseguir, especialmente entre magos en formación. Los magos completos los podían obtener más fácilmente, pero para ello necesitaban conocimiento avanzado en alquimia y mucha experiencia. Ese era uno de los ases bajo la manga de los alquimistas, sus artefactos avanzados. La diferencia entre los artefactos avanzados y los normales era sencillamente la fuente de energía. Por ejemplo, mi Daga de Rapaz toma energía de la sangre de sus objetivos, el Fuego de Guiverno usa el mana del usuario, algún otro artefacto podría obtener energía del viento si el alquimista que los creó era uno excelente. Esos eran considerados artefactos arcanos normales, no avanzados. Los avanzados tomaban la energía directamente de su "alma", una fuente de poder que se reabastecía por sí sola y tenía una mejor eficiencia de energía. ¿De dónde se obtenía el alma? Sencillo, literalmente era un alma humana. Usar almas humanas en la creación de objetos arcanos era considerada tabú en muchos lugares, incluyendo la academia del roble partido, por lo que el vendedor eligió ser restrictivo con la información proporcionada. Cada uno de esos cristales tenía la capacidad de capturar y almacenar un alma humana, eso era lo que los hacía tan valiosos. Lo que es más, uno de ellos estaba lleno con una esencia de grado tres. La esencia era la clasificación del alma. Un alma de grado cero representaba un humano o alguna otra criatura sin uso de mana. El grado uno equivalía a un iniciado, mientras que el grado dos a un acólito. El grado tres, obviamente, era el alma de un mago de acero. Mientras que se podían atrapar las almas de magos completos hasta el grado cinco, usarlas era muy complicado y peligroso, aún para un mago de rango superior. Una esencia de grado tres valía tres mil arcanas por sí sola y cuatro mil cuando estaba almacenada dentro de un cristal de nithrem. Cada cristal vacío tenía un costo de mil quinientas arcanas. En total, el valor de los tres cristales que compré era de siete mil arcanas, pero solo pagué dos mil. Aunque haya exagerado con la oferta, había sido una muy buena compra.

Un par de minutos después, mientras la subastadora estaba describiendo una gema aurora, objeto usado comúnmente en rituales, llegó una mujer a mi asiento y me entregó un cristal con un número grabado. Lo guardé con los otros cristales. Estas eran pruebas de compra. Tenías que llevarlos a una habitación separada al final de la subasta y pagar para poder reclamar los objetos comprados. Después de vender la gema aurora empezó lo que para muchos era el evento principal; los artefactos arcanos. Al parecer, solo los seis artefactos que yo había puesto a la venta iban a ser vendidos. Me sorprendió que no hubiera uno o dos más añadidos, pero no pregunté mucho más.

—Ahora empezaremos con la principal atracción del día —dijo la subastadora con emoción —. Todos ustedes saben de la rareza de los artefactos arcanos y la dificultad de encontrar uno en el mercado. Pues hoy, gracias a un alquimista que puso en venta cinco de sus creaciones, algunos de ustedes podrán adquirir una —la emoción no se ocultaba en su mirada —. El alquimista fue lo suficientemente benevolente para fijar el precio base a la mitad de su valor comercial, por lo que esperamos que puedan disfrutar esta ocasión. —dijo con una sonrisa y quitó una cortina detrás de ella. ¿La mitad de su valor comercial? Las había fijado con un precio mayor al que Devren me había dicho. Mi rostro se tornó rojo y casi me dieron ganas de gritar en frustración, pero lo suprimí al ver que había detrás de las cortinas. Ahí, se encontraban los seis artefactos arcanos. Había runas de detección y protección en cada lugar, por lo que nadie tuvo la intención de robarlas. Después de pensarlo un poco me di cuenta que, hasta ahora, ningún mago completo había hecho ofertas, pero supuse que el motivo detrás de su asistencia eran estos objetos. Si todo salía bien, se venderían al menos al doble del precio base, que era su valor comercial. Suspiré en alivio

—El primer artefacto es llamado Cuchilla del Oráculo, un artefacto de grado "F-" creado por un mago desconocido —dijo mientras mostraba al público una espada larga con runas en su hoja. Su edad y materiales también se desconocen, pero su efecto es bastante interesante. Al hacer contacto, aunque sea de manera indirecta, con un mago puedes adquirir conocimientos básicos sobre el mago tales como nombre, edad y afinidad. Su energía es restablecida por medio de la energía de arcanas. La oferta mínima es de quinientas arcanas, ¿quién oferta? —dijo e inmediatamente varios asistentes empezaron a levantar la mano. La mayoría de magos completos empezaron hasta a decir sus ofertas.

Seiscientos, mil, mil quinientos, el precio siguió elevándose hasta aterrizar en tres mil trescientas arcanas, lo cual me sorprendió en demasía. Ese era el artefacto con el grado más bajo y aún así había alcanzado un precio casi siete veces mayor al que había pedido. Suspiré en alivio y los asistentes a mis lados me miraron de manera inquisitiva.

—El segundo artefacto se llama Daga de Rapaz. Es un artefacto arcano de tipo ofensivo grado "E-" creado por el alquimista Zekke, miembro de nuestra academia. Hecho a base de aleación de Krabath y garras del ala de un reftor, este artefacto puede cortar casi cualquier material y atravesar las defensas de muchas bestias arcanas. Su energía se reestablece al absorber la sangre de sus víctimas; mientras más fuerte más energía. Su valor inicial es de mil cien arcanas, pero no se preocupen si no pueden conseguirlo a la primera, pues el vendedor ha puesto a la venta dos unidades de este objeto. ¿Ofertas?

El proceso fue más o menos similar que el anterior, pero esta vez había menos magos y más acólitos ofertando. Al final, una de las dagas se vendió en tres mil novecientas arcanas y la otra en cuatro mil quinientas, mucho más de lo que esperaba. Las subastas realmente eran el lugar adecuado para que un alquimista gane dinero.

—También tenemos dos unidades de este artefacto, Visión Divina. Este artefacto arcano de tipo apoyo grado "F+" es creación del alquimista Zekke. Es un artefacto orgánico, por lo que tendrá que estar conectado con el cuerpo del usuario. Por quince minutos al día, el usuario puede usar este artefacto sintetizado del ojo de un guiverno para ver con perfecta claridad en un radio de dos kilómetros. También tiene la habilidad de visión nocturna, por lo que es un equipo ideal para misiones que requieran sigilo. Mientras el objeto no esté en uso se puede usar como un ojo regular. Su energía es provista por la sangre del usuario, razón por la cual su uso está limitado. El precio inicial es de mil doscientas arcanas. Recuerden, hay dos unidades, por lo que tienen el doble de oportunidad de conseguirlo. —dijo la vendedora antes de una no tan conservadora respuesta. Al final, las dos unidades fueron compradas por la misma persona por cuatro mil arcanas cada una.

—Como siempre, hemos dejado lo mejor para el final —dijo con un tono solemne —. La siguiente pieza es una joya entre joyas, y solo hay una de ellas en venta. Creada por el alquimista Zekke, este dedal negro es llamado Fuego de Guiverno, artefacto arcano de tipo ofensivo grado "E". Este objeto tiene la habilidad de conjurar de manera automática la flama de un guiverno sin necesidad de un hechizo. Su daño es de quince puntos con un alcance de quince metros totales y cinco metros críticos. Está sintetizado de la glándula ígnea de un reftor rojo y escamas de dragón tortuga. No es necesario recargarse pues se una con el mana del usuario. Mientras tengas al menos seis puntos de mana se puede usar este destructivo artefacto. El precio mínimo es de mil ochocientas arcanas, empiecen. —lo sorprendente esta ocasión, fue que los magos completos casi no estaban interesados en ese artefacto. Aunque haya sido fabricado con una técnica original y tenga una relación costo resultado muy buena, simplemente no era lo suficientemente útil para ellos. La daga la podían usar para recolectar materiales y los ojos para mejorar su posibilidad de éxito en un ataque furtivo, pero no podían usar el dedal para combate. Un daño inferior a cualquier hechizo de grado uno tampoco me habría tentado si fuera ellos.

La reacción de los demás, sin embargo, fue asombrosa. El dedal aumentó rápidamente su precio desde mil ochocientas hasta tres mil arcanas. En ese momento pude notar que había dos magos completos tres filas detrás de mí compitiendo con varios acólitos y magos de acero por el objeto. Pude reconocerlos como miembros de las familias Pymell y Kamoroko, familias de magos con mucha historia y reputación. Ambas tenían un guiverno en sus escudos, por lo que el dedal era un objeto que les gustaría tener. Un par de minutos después, la guerra de ofertas se redujo a los dos magos completos. El precio ya había alcanzado las siete mil arcanas, mucho más que mi sueño más salvaje. Todos los asistentes estaban sorprendidos. Aunque los artefactos arcanos son, en efecto, muy codiciados y difíciles de conseguir, un precio tan elevado por uno de ellos no era normal. La competencia terminó con el miembro de la familia Kamotoko ganando la subasta con siete mil seiscientas arcanas.

—Más de veinticinco mil arcanas… —escuché decir al hombre que estaba a mi lado. Era un miembro de la familia Mirindel, una familia de magos de mucho prestigio, aunque relativamente nueva. Era una persona normal, un humano. Sin embargo, se encontraba aquí, por lo que asumí que era alguien importante.

—Todas las cosas que un alquimista puede hacer con veinticinco mil arcanas. Que suerte. —dije respondiendo al comentario de la persona a mi lado.

—Usted también es un alquimista, ¿no? —preguntó mientras me miraba —También debería de ser capaz de reunir esa suma de dinero dado suficiente tiempo. Ese tal Zekke seguramente se tomó décadas para perfeccionar sus diseños y poder fabricarlos. —dijo con respeto en su tono de voz.

—De hecho, solo me tomó dos años después de entrar a la academia —dije con una sonrisa mientras le mostraba mi marca del alquimista. Su rostro perdió todo color y las personas al lado de nosotros también me miraron al escuchar tal cosa. Solo había ofertado por libros de hechizo y materiales alquímicos, tenía sentido que fuera un alquimista. Pero, ¿ese alquimista? ¿El que creó tres diseños diferentes? Les sorprendió que tuviera menos de quince años. Para ser más precisos, estaban a punto de morir por la sorpresa —. Con su permiso, voy a recoger mis ganancias. —dije mientras me levantaba de mi asiento y entraba a la zona platino del edificio, lugar donde aquellos que gastan o ganan más de cinco mil arcanas reciben sus compras o paga.

Dentro de la zona platino había habitaciones separadas para cada persona. La que estaba indicada con mi nombre estaba muy cerca de la entrada. Dentro de ella había un mago de acero vestido como mayordomo. Muy reverencialmente me dio una bolsa con veinticuatro mil arcanas dentro. Estaba acordado que cualquier número menor a cincuenta en ganancias de cinco o más dígitos estaban destinadas para la casa, así que no me molesté en pedir el resto del dinero. En total había gastado poco menos de cinco mil arcanas, por lo que entregué el dinero al mago de acero y le pedí que saliera de la habitación.

Guardé en la cartera espacial casi todos los objetos que había encontrado; solo dejé los cristales de nithrem sobre la mesa. Eran, efectivamente, cristales planos, de color negro y en forma hexagonal. Sin embargo, en cada una de las seis esquinas se encontraba una parte redondeada. Dentro de ese círculo había runas, una diferente en cada punto. No eran mucho más grandes que la palma mi mano y una de ellas emanaba la energía de un mago de acero al sostenerla. Sentí el poder y el potencial. Coloqué mi mano sobre la cartera y pensé en mi futuro proyecto. Era un pensamiento tan bello que empecé a temblar. Sin embargo, rápidamente recuperé la compostura y salí del edificio.

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