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Capítulo Veinticuatro

Escuadrón Disciplinario

El área de reunión del escuadrón disciplinario estaba ubicada cerca de la entrada principal de la academia. Era un edificio completamente gris y sin ventanas. Por fuera, parecía un bloque gigante de concreto. La única entrada que pude estaba custodiada por cuatro guardias. Caminé lentamente y sus rostros se endurecieron más de lo que ya estaban.

—¡Detente! —dijo uno de ellos —¿Cuál es tu propósito viniendo a este lugar?

—Mi nombre es Zekke, mago de acero, pupilo del mago de plata Devren. Ayer me registré al escuadrón, bajo el comando del líder Dhers. —contesté rápidamente, suponiendo que esa sería suficiente información.

—A nosotros nadie nos avisó —dijo con una mirada severa —. Esta es un área restringida, si no te retiras serás considerado como enemigo y atacaremos. —Sentí las ondas de mana radiando de los cuatro guardias, por lo que yo también me puse en guardia.

—El menos llama al líder de escuadrón Dhers, el debería de poder confirmar mi identidad —dije seriamente —. También puedo mostrarte el documento que avala mi afiliación. —dije sin albergar mucha esperanza.

—¡Enemigo! —dijo el mago que claramente era el capitán mientras saltaba hacia mi con ambas manos radiando mana. Los otros tres siguieron poco después.

—¡Manto de roble, activar! —dije mientras una capa de energía de color café cubría mi cuerpo.

Poco después de activar mi artefacto arcano defensivo, dos bolas de fuego se estrellaron en mi defensa, causando una leve vibración. Gracias a la sangre de dragón, era ligeramente más fuerte que un mago de mi mismo nivel, por lo que no consideraba que esos cuatro magos fueran una amenaza. Mi velocidad y fuerza me permitió evadir los hechizos de los otros tres magos. Súbitamente, una sombra apareció detrás de mí. Di un salto hacia el frente antes de que un brazo completamente negro destrozara la zona donde me encontraba.

—¡Prisión de Roble! —dije mientras colocaba una mano en el suelo. Cuatro troncos emanaron del suelo por debajo de donde se encontraban los guardias. Atrapó a tres, pero el líder escapó. Me lanzó una mirada fúrica antes de concentrar mana en sus brazos.

—¡Posesión de Serpiente! — aclamó y sus brazos se tornaron en serpientes, una blanca y otra negra. Se acercó a mí rápidamente y no tuve opción más que contraatacar.

—Trueno Sagrado. —murmuré mientras enfocaba mana en mi dedo índice derecho. Trueno Sagrado es un hechizo que aprendí hace no mucho. Tiene una gran fuerza y no requiere mucho mana, pero no lo había mostrado hasta ahora. El trueno era un derivado del viento, por lo que pocos magos tenían acceso a ese tipo de hechizos. Mientras el tipo se acercaba cada vez más, extendí mi mano derecha y electricidad emanó de ella. Un solo relámpago se transformó en diez, pero todos convergieron en la figura frente a mí. Cayó al piso jadeando fuertemente antes de abalanzarse hacia mí con un cuchillo en sus manos.

—Es suficiente. —se escuchó una voz antes de que una barrera de tierra apareciera frente a mí, separándome de mi enemigo. Automáticamente me puse en guardia preparado para defenderme en cualquier momento. Para mi sorpresa, la barrera colapsó después de un par de segundos y una persona usando el emblema de un mago completo apareció frente a mí.

—¿Me puedes decir quién eres y qué estás haciendo? —preguntó. Una fuerte energía emanaba de su cuerpo, haciendo que me sintiera como una hormiga frente a él. La diferencia entre cada rango de un mago es abismal, no se diga entre un mago completo y uno incompleto.

—Mi nombre es Zekke, señor —respondí con dificultad —. He sido asignado al escuadrón del líder Dhers, como le comenté a los guardias. —dije mientras me arrodillaba en reverencia.

—Entonces, ¿qué haces peleando con mis hombres? —preguntó y sentí una energía que estaba bañada con sed de sangre, sentí mi cuerpo perder color.

—Señor, ellos me atacaron sin aviso, yo solo me estaba defendiendo. —dije tratando de sonar sincero.

—¿Tienes prueba de tu asignación? —preguntó sin parpadear

—Sí, señor —dije mientras metía una mano a mi capa. Usualmente hubiera avisado antes de hacer esto, pero nada que un mago en formación pudiera hacer dañaría a un mago completo —. Este es el documento que recibí avalando mi asignación al escuadrón. —dije mientras le entregaba un sobre color negro.

—Hmpf, parece correcto —dijo mientras me devolvía el sobre —. Ashe, ¿por qué atacas a un miembro del escuadrón? —preguntó mientras miraba al hombre que me había atacado.

—Señor, me pareció sospechoso que un mago tan joven se presentara como mago de acero y dijera estar asignado al escuadrón de Dhers, por lo que deduje que se trataba de un enemigo. —dijo con seguridad.

—¿Y no pensaste en pedirle prueba de identidad? —preguntó antes de suspirar —Zekke, entra y gira a la derecha, Dhers está ahí dentro. —me indicó antes de seguir hablando con su subordinado.

Seguí las instrucciones del mago y avancé por el camino de la izquierda hasta entrar a un área completamente cuadrada. Había dos personas sentadas en el centro mientras otras tres observaban. Al acercarme un poco más pude ver que estaban teniendo una competencia de aura. Al notar mi presencia, los cinco magos se pusieron en guardia.

—Buenos días —dije amablemente —. Soy Zekke, mago de acero asignado al escuadrón del líder Dhars. Un mago completo me indicó que me dirigiera a este lugar.

—Enséñame el documento de asignación. —dijo un hombre parado en el otro lado de la habitación. Sudor frío recorrió mi espalda, no me había dado cuenta de su presencia en ningún momento. Saqué el sobre de mi capa y al tratar de avanzar hacia él me di cuenta que ya se encontraba frente a mí.

—¡Mentira! —dijo uno de los hombres que estaban compitiendo. Armó su aura rápidamente y lo dirigió hacia mí. En una fracción de segundo bloqueé su ataque y lancé uno propio, causando que el hombre fuera expulsado hacia atrás por tres metros; sangre salía de su nariz.

—Bien, la fuerza es la mejor tarjeta de negocios —dijo el hombre sosteniendo el sobre. Al examinarlo de cerca, tenía al menos veinte años. Cabello azul y ojos azules contrastaban con su oscuro tono de piel. Se guardó el sobre en su túnica antes de mirar a todos los demás presentes —. Todos, el es Zekke. Es un alquimista de acero, por lo que les convendría llevarse bien con él. Se unirá a nuestro escuadrón por al menos una misión, ¿entendido?

—¡Sí, señor! —contestaron todos casi al unísono mientras se inclinaban.

—Yo soy el líder de escuadrón Dhars, mago de acero. Nosotros no usamos nuestros nombres reales mientras estamos asignados, solo el líder tiene la opción de hacerlo —dijo mientras me miraba —Aquellos son lagarto, quimera, cerbero, garcilla, polilla, y pantera —examinándolos de cerca, pude notar que sus rostros estaban cubiertos casi por completo, pero que, en su pecho, al lado del escudo de la academia, había un bordado del animal que era su nombre clave —. Tú puedes escoger tu propio apodo, pero si no lo haces en los siguientes dos minutos lo escogeré por ti. —dijo mientras parecía examinarme.

—Gracias, líder —dije mientras me inclinaba —. Escojo dragón, de ser posible.

—No me digas líder, llámame Dhars. No es bueno que los enemigos sepan quién es el comandante de escuadrón cuando estás en una misión —dijo mientras me examinaba —. Dragón será entonces —al terminar de hablar miró a todos los demás en el cuarto —. Escuchen, nuestra misión es capturar un acólito desertor de la academia. Si no se rinde podemos eliminarlo. Está acampando en una zona a tres días de aquí, salimos en dos horas. —dijo antes de retirarse.

—¿Cómo lograste avanzar a mago de acero a tan corta edad? No puedes tener más de quince. —dijo quimera, el hombre al que había atacado con aura. Aunque su rostro estaba cubierto la sorpresa era evidente en su voz.

—Tengo catorce años, quimera. Avancé hace solo un par de meses, no es para tanto. —dije con una sonrisa extraña.

—Este no es lugar para un alquimista, dragón —dijo lagarto, una mujer, a juzgar por su tono de voz —. Aún estás a tiempo para correr, deberías intentarlo. —pude sentir una energía amenazante emanando de su cuerpo, cosa que no ignoré.

—Lo mismo pensaban los cuatro simios de afuera, pero no tardaron en darse cuenta de su error. —dije con obvias implicaciones. Al terminar de decir esto pantera salió de la habitación solo para regresar pasados unos segundos, asintió con la cabeza mirando a lagarto.

—Parece que puedes defenderte —dijo lagarto con un deje de miedo en su voz —. Bien, así no tenemos que cuidar tu joven trasero. —dio media vuelta y caminó lejos de mí.

—No le hagas caso —dijo cerbero, un hombre muy alto —, solo está celosa porque eres el único mago de acero en el escuadrón aparte del líder, lo que significa que tendrás mejores oportunidades de lucirte —me rodeó con su brazo en una seña de camaradería —. De cualquier manera, bienvenido al escuadrón silvestre. —dijo con una sonrisa

Al parecer, cada escuadrón tenía un nombre clave. Es a raíz de ese nombre que sus miembros escogían apodos. El escuadrón natural, por ejemplo, solo podía escoger nombres de plantas o similares. Esperé con Cerbero hasta que empezara la misión y me contó los detalles de las misiones del escuadrón disciplinario. Era la unidad encargada de aceptar misiones peligrosas y lidiar con problemas internos. De hecho, le sorprendió que no me hubieran asignado como líder de escuadrón, pero lo entendió al explicarle que era mi primera vez en una misión y quería ganar experiencia. La hora de partida llegó y nos encontramos con Dhars en la entrada principal de la academia.

—Nuestro objetivo, como ya les dije, es un acólito de la academia llamado Burt. Según los registros se especializa en conjuración, aunque solo debe de tener dos o tres contratos, por lo que no debería de suponer problema alguno —dijo Dhars mientras nos miraba uno a uno, su mirada ausente —. Vamos a viajar en formación de doble candado. Lagarto, Garcilla y Polilla vienen conmigo. Quimera, Cerbero y Pantera están con Dragón —dijo mientras me miraba —. Dragón, tú estás a cargo del segundo candado, pero te recomiendo escuchar a Cerbero, es el más experimentado de ustedes cuatro —dijo muy seriamente —. Mi grupo va a tomar punta, ustedes deben seguir a no menos de quinientos metros. Deberíamos de ser capaces de alcanzar al objetivo en tres días y dos noches. Si no nos retrasamos, atacaremos en la tercera noche, ¿de acuerdo? —preguntó muy seriamente sin esperar respuesta —Recuerden, nuestra misión es capturarlo vivo, aunque no habría problema si lo necesitamos eliminar. Dragón —dijo mientras me entregaba un saco de tela —, este es tu uniforme. Necesitas cubrir tu medalla y rostro con ella, ya debe tener tu identificación bordada. Sígannos cuando alcancemos distancia mínima. —dijo antes de salir de la academia con sus subordinados, cada uno montando caballos.

—¿Nosotros no tenemos caballos? —pregunté con un suspiro de exasperación.

—No, nosotros somos el grupo de apoyo —dijo Cerbero —. Necesitamos seguir al líder sigilosamente para protegerlo de emboscadas, por lo que no podemos movernos a caballo —repuso como explicando aritmética básica —. Si el jefe te asignó como nuestro líder, deberías de tener un físico comparable al de un caballo, ¿no? —preguntó sin mucha curiosidad.

—Claro, aunque no esperaba que Dhars lo supiera. —estaba un poco sorprendido.

—Claro que lo sabe —repuso Cerbero —. Probablemente sabe más de ti que tú, obtuvo tu informe directamente de tu mentor —dijo antes de mirarme —. El protocolo para el segundo candado es mantener silencio extremo, ¿puedes lograrlo? Tampoco podremos prender un fuego en las noches o cualquier cosa que pueda hacer que nos descubran. Ponte tu capa, pronto tendremos que salir. —dijo sin mucha emoción.

El saco que Dhars me había entregado contenía una capa negra casi idéntica a la del uniforme de la academia, pero con una imagen de un dragón bordada. El hilo usado era plateado, cosa que me hizo reír para mis adentros. La coloqué sobre mi túnica y me cubrí el rostro. Después, me coloqué la gorra de la capa, dando como resultado que emanara una imagen misteriosa.

Salimos de la academia poco después, empezando la misión. Para mi sorpresa, Quimera y los demás se movían muy rápido y sin mucho esfuerzo, resultado de un extenuante entrenamiento. Yo, por el otro lado, me estaba conteniendo, no habiendo mostrado mi verdadera velocidad. Los caballos tenían una velocidad promedio de cuatro; cuando se tomaba en cuenta que mi velocidad era de seis punto cinco seguir un caballo a galope era tan fácil como respirar. Según mis estimaciones, podía correr por más de doce horas a máxima velocidad antes de necesitar descansar, ni hablar de lo que era un trote para mí.

Los días y noches siguientes fueron de mucha tensión. Aunque no nos encontramos con ningún problema serio, el ambiente en mi grupo era muy pesado. Gracias a que éramos el equipo de apoyo no podíamos hablar entre nosotros y encender una fogata, por lo que dependíamos de señas y nuestro uniforme para calentarnos. Afortunadamente, la primera noche descubrí que la capa provista por Dhars tenía imbuido un hechizo de temperatura, por lo que nunca tendríamos calor ni frio, un objeto muy práctico. Después de seguir al grupo principal por tres días y dos noches llegamos a una zona muy irregular. Tenía piedras muy grandes por todos lados y otras diminutas cubriendo todo el suelo. También la altitud del terreno estaba mal, por lo que podías dar un paso a ciegas y caer varios metros de altura. Al asegurarnos de que el grupo principal había llegado a su destino, nosotros esperamos quinientos metros detrás de ellos.

Al caer la noche, Cerbero me hizo señas para comunicarme que el líder se había movilizado hacia el objetivo y que nosotros deberíamos de esperar en las cercanías. Después de caminar por un minuto se escuchó una explosión seguido de Cerbero y Pantera corriendo hacia la posición de Dhars. Al parecer, era nuestra señal para actuar. Aunque Ellos dos avanzaron casi inmediatamente seguidos por Quimera, no tardé nada en adelantarme a ellos gracias a mi velocidad. Una vez que tenía una ventaja considerable saqué de la cartera espacial la Daga de Rapaz, y el dedal Fuego de Guiverno. Coloqué el dedal en mi mano derecha la daga en mi cintura. Rápidamente alcancé al candado principal y pude ver que Dhars, Polilla y Garcilla se encontraban rodeados por cinco figuras, entre ellas un mago de acero. Lagarto estaba tirada en el suelo con una pierna desaparecida y una herida muy grande en el abdomen. Lancé un hechizo de detección y me di cuenta que, además de las cinco figuras rodeando al líder de escuadrón había otras dos acechando muy cerca de mi ubicación. Sabía que debía actuar, pero sin saber el nivel de mis adversarios no lo haría.

—Todos los magos, ya sean completos o en formación, liberan energía aún cuando están ocultándola. Si te concentras lo suficiente, puedes deducir el nivel de un mago solo con esta energía. —las palabras de una lección de Devren sonaron en mi cabeza e intenté hacerlo.

Me concentré primero en el líder del grupo que rodeaba a Dhars. Después de un par de segundos pude sentir la energía que emitía. Un mago de acero. Me concentré en los demás y rápidamente me di cuenta que solo había acólitos acompañándolo, incluidos aquellos dos que se estaban escondiendo. Con un suspiro tranquilizante, me moví rápidamente a la ubicación de los enemigos ocultos y con la daga de rapaz corté en un solo movimiento la garganta de uno y la clavé en el corazón del otro, usando mi mano libre para cubrir su boca; dejó de respirar diez segundos después. Cerbero llegó a mi ubicación segundos más tarde, sin molestarse en ver los cuerpos del enemigo. Con señas, me indicó que Pantera y Quimera iban a quedarse atrás, bloqueando posibles escapes. Asentí y con un solo movimiento saltamos hacia donde se encontraba Dhars.

—Prisión de roble. —murmuré mientras nos acercábamos al grupo. El alcance de este hechizo era de treinta metros, por lo que apenas fue suficiente. Madera salió del suelo atrapando a dos de los cinco enemigos, los tres restantes lo evadieron y saltaron hacia atrás. Al ver esto, Polilla y Garcilla crearon sables de luz blanca y rápidamente se acercaron a los dos enemigos atrapados, cortando sus cabezas.

—¡Vid Negra! —gritaron las tres figuras restantes al unísono, apuntando hacia el líder Dhars. Era un ataque muy veloz y coordinado, por lo que no había manera de que pudiera evadirlo o bloquearlo.

—¡Fuego de Guiverno! —grité y una llamarada de fuego azul bloqueó el hechizo, incluso quemando el brazo de uno de los acólitos enemigos.

—¡Carajo! —gritó la figura con el brazo quemado —Syre, tenemos que irnos. Son el escuadrón disciplinario silvestre, su líder es un mago de acero en su pico, Dhars la sombra.

—Cállate, Burt. Nuestra misión es llevarte a la Piedra Rota, que no se te olvide. —dijo el líder. ¿Syre? ¿Aquel acólito de la piedra rota que me examinó?

—Dhars, yo me encargo del de acero. —susurré mientras me colocaba detrás de él.

—Espero que sepas lo que haces, Dragón —dijo con un tono de voz molesto —. Nuestro objetivo es el acólito al que le quemaste el brazo, no lo mates a menos que sea necesario. Cerbero se encargará de él y yo del acólito restante, los demás darán apoyo. ¿Bien? —dijo con un tono interrogativo, aunque no era una pregunta.

—Sí. —dije y salte directamente hacia Syre, que se encontraba ahora frente a mí.

Uno de los puntos débiles de los magos, especialmente aquellos en formación, es su falta de pericia en combate cercano. Los magos completos dependen de su hechizo pasivo defensivo, por lo que no es un problema tan serio para ellos. Sin embargo, los magos incompletos y acólitos no tienen tal defensa, por lo que es normal que uno que otro caballero los pueda derrotar en un combate. Asumí esto mientras acercaba la Daga de Rapaz al pecho de Syre, esperando poder terminar de un golpe. Sin embargo, Syre sonrió y detuvo mi ataque con una espada. Las dos armas hicieron colisión y tuve que retirarme unos tres metros.

—No esperaba encontrarte aquí, Zekke —dijo Syre con una sonrisa satisfactoria —. La esperanza de encontrarte aquí fue la razón por la que solicité esta misión.

—No se de qué me hablas, yo soy Dragón. —dije tratando de restarle importancia a sus palabras.

—No vale la pena ocultarlo, mi espada es un artefacto arcano que me provee información básica de aquellos que la tocan, aunque sea por extensión —dijo mientras se preparaba para acercarse a mí. Aunque es una ventaja contra magos normales, aquellos que se especializan en el combate cercano poseen habilidades y hechizos aptos para ese tipo de combate. Yo solo dependía de la daga de rapaz, fuerza y velocidad, pero no tenía habilidades especiales aptas para una pelea con uno de esos especialistas. Sonreí y guardé la daga de rapaz. Syre sonrió —. ¿Te rindes tan fácilmente? Por favor, no lo hagas tan aburrido. —dijo mientras se abalanzaba sobre mí.

—Manifestación de sombra. —dije en un tono de voz bajo. Sin embargo, se escuchó en todo el campo de batalla. Una fracción de segundo después varios pilares de energía que resplandecían con un color oscuro atravesaron a Syre. Su abdomen, pecho, piernas y brazos todos afectados.

—¿Qué demonios es esto? —preguntó Syre incrédulo —Tu no podías usar el derivado de som… *cough* —Syre fue interrumpido al expulsar sangre de su boca.

Perdió el conocimiento antes de ser completamente consumido por el efecto corrosivo del hechizo. Segundos después, de Syre solo quedaba un cadáver marchito que parecía haber muerto hace años. Su deshidratada piel estaba pegada solo a los huesos, rota en algunas partes revelando destellos amarillos. Miré alrededor del campo de batalla para darme cuenta que los demás habían terminado sus combates y solo me observaban con incredulidad en sus rostros. Seis de mis siete compañeros de escuadrón se acercaron a mí. Los escuché hablar entre ellos, sorprendidos por la presencia de otros magos. Ese imprevisto había aumentado la dificultad de la misión por mucho. De no haber tenido a dos magos de acero en nuestro bando probablemente la mitad del escuadrón habría perecido.

—Dragón, ¿conocías a esa persona? —preguntó Dhars, molesto.

—Sí, fue el mago que me aplicó la prueba de aptitud —respondí sin pensarlo —, aunque en ese entonces solo era un acólito.

—No atacamos a personas que nos conozcan, ¿de acuerdo? Te arriesgas a que tu identidad sea revelada si el objetivo escapa.

—Sí, Dhars. Lo tomaré en cuenta. —dije sin saber que esperar.

—Ahora, ¿puedes decirme cómo demonios puedes usar un hechizo de rango uno? — me preguntó evidentemente molesto.

—¿A qué te refieres? —pregunté confundido

—Manifestación de sombra —replicó rápidamente —. Es un hechizo de rango uno muy raro. Pocos magos lo conocen y muchos darían su vida por obtenerlo, ¿me puedes explicar cómo es posible que puedas usarlo? —su tono de voz indicaba molestia.

—Dhars, es un hechizo de nivel cero que obtuve de mi familia —mentí —, aunque es muy fuerte, no es un hechizo de bronce. —contesté con resolución.

—Dragón, necesitas investigar más sobre ese hechizo tuyo. Su ataque y rango son muy raros, suponiendo que no estás mintiendo.

—Sí, Dhars Investigaré más al respecto —respondí con la verdad. Aunque ya había pensado que era un hechizo muy bueno, nunca consideré que fuera de rango superior al cero. Tampoco había encontrado nada respectivo a ese hechizo en los libros de Iamos, por lo que supuse que era un tesoro escondido —. ¿Dónde está lagarto? —pregunté extrañado, aunque esperaba la respuesta.

—Murió por la pérdida de sangre, no hay nada que pudiéramos haber hecho. En cuanto al objetivo, ha sido capturado. —dijo mientras señalaba hacia atrás. Un hombre con ropa de la academia estaba atado con cadenas negras.

—¿Qué hacemos con los otros seis cuerpos? —pregunté curioso —Si los dejamos aquí nos arriesgamos a ser rastreados por sus superiores.

—Los destruimos —respondió Cerbero con un tono de voz severo —. Algo similar al hechizo que usaste, pero éste corroe hasta los huesos. Solo quedará un charco de fertilizante.

—Mi hechizo también tiene esa cualidad, pero lo restringí porque no sabía el estado en que se necesitaban los cuerpos. —dije tratando de presumir.

—De acuerdo con las reglas de nuestro escuadrón, cada quien tiene derecho a tomar los objetos de los enemigos que eliminaron. Eso significa que tú tienes derecho a las posesiones de Syre y los dos magos que se ocultaban —dijo Dhars —. También tienes derecho a la mitad de los objetos de los magos que Polilla y Garcilla eliminaron, ya que tu los detuviste. Aunque probablemente no los necesites, seguramente no se comparan con tus dos artefactos arcanos. —dijo con un deje de envidia en su voz.

Registré los cuerpos y no encontré mucho de valor, a excepción del cuerpo de Syre. Tenía, aparte de la espada, una buena cantidad de arcanas y un par de libros de hechizos. El proceso de aprendizaje de los hechizos era complicado. Cada uno constaba de un sello compuesto por varios circuitos, nodos y runas. El objetivo era memorizar a la perfección el sello y mover mana desde los nodos externos hasta el nodo central, pero se debía de mover por los circuitos de una manera perfecta para que alcanzara los nodos medios al mismo tiempo. Después era el mismo proceso con los circuitos hacia la runa y el nodo central. El proceso tomaba una cantidad diferente de tiempo para cada persona, dependiendo de su aptitud y afinidad, por lo que aprender hechizos para mí no era mucho problema con mi monstruosa aptitud de diez más; aún para atributos con los que no era afín. Es por eso que varios magos cargaban libros de hechizos con ellos, con la esperanza de seguir estudiando cada que tuvieran la oportunidad.

Después de juntar los cuerpos en un solo lugar y tomar los mejores objetos que cargaban Polilla se encargó de desaparecerlos. Ni el metal que cargaban con ellos fue perdonado, terminando en un charco de algo similar a la brea. Nos retiramos del lugar rápidamente. El viaje de vuelta a la academia transcurrió sin dificultades. Aunque ya no estaba en vigor la orden de silencio, nadie aparte de Dhars quería entablar una conversación conmigo. Había demostrado un poder superior al líder de escuadrón en mi primera misión, cosa que los había puesto nerviosos. También se debía a la muerte de Lagarto, compañera que había formado parte del escuadrón por dos años.

Para ser honestos, a mí también me había extrañado mi desempeño. Hace un par de años herí de gravedad a Netsuo. Le corté una mano y destrocé todos sus ligamentos. Para un niño de doce años eso debería de haber sido suficiente para hacerme vomitar, pero no lo hizo. Ni siquiera sentí remordimiento, lo consideraba un castigo justo. Y ahora, había asesinado a tres personas a sangre fría y causado directamente la muerte de otras dos. Había decidido unirme al escuadrón disciplinario para aumentar mi experiencia en combate y acostumbrarme a los horrores del campo de batalla. Sin embargo, la anterior carnicería no me había causado ningún problema. La única emoción respecto a ellos que sentí fue molestia al lavar mi ropa manchada de sangre.

Al no haber necesidad de movernos de manera sigilosa, habíamos llegado a la academia después de solo dos días de viaje. Dhars reportó a sus superiores el resultado y los problemas encontrados. Después de terminar nos entregó la recompensa, que era de cincuenta arcanas cada uno. Decidimos mandar el dinero de Lagarto a su familia, aunque no era necesario. Dhars me dijo que, de estar interesado, su superior me había dicho que podía encargarme de formar un escuadrón nuevo conmigo como líder, pero rechacé su oferta. Al darme cuenta que no tenía nada que ganar por estar en el campo de batalla decidí dedicarme a otras cosas.

Los días posteriores a la misión estudié más teoría de hechizos tratando de encontrar una explicación para el poder de manifestación de sombra, pero no pude hallar nada útil. También me encargué de manufacturar otro Fuego de Guiverno y planear otro artefacto arcano. Esta vez solo para mi uso personal. Después de leer algunos tomos de alquimia avanzada en la biblioteca fue que me di cuenta de lo carentes que eran mis creaciones. Para poder superar el límite de un alquimista, uno tiene que estudiar temas avanzados. En pocas palabras, me di cuenta de que a todos mis artefactos les faltaba un material crucial, vida.

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