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Capítulo Veinte

Incógnito

La mañana siguiente fui al taller del profesor Devren. Entré al mercado de la torre central y me di cuenta de la poca cantidad de acólitos que había en el lugar. Moví mi mano a uno de los bolsillos de mi capa y seguí caminando hasta entrar en la estructura principal de la torre. Si no tenía la autorización, jamás podría alcanzar el laboratorio de mi mentor, por lo que esperaba que ya me hubiera registrado. Caminé por diez minutos hasta llegar a la puerta de mi mentor. Antes de poder tocar, sin embargo, la puerta se abrió de par en par. Devren estaba parado observando el bolsillo de mi capa.

—Mentor —dije mientras me inclinaba —, ¿le molestaría venderme un poco de su tiempo? Tengo un par de preguntas que hacerle, pero no quiero empezar mi periodo de asesorías.

—Claro, pasa. Mi tarifa es de cien arcanas la hora —dijo y casi sentí como se detenía mi corazón —, si no lo puedes pagar tu periodo empezará automáticamente y será disminuido a la mitad. Aunque si tus preguntas me divierten, te cobraré una sola arcana —dijo Devren sonriendo. Pasé y me senté en un banco mientras Devren se sentaba en una silla de trabajo —Dime, ¿qué necesitas?

—Mentor, estaba pensando en las escamas de dragón negro que me mostró hace un par de días, ¿aún las tiene? —pregunté un poco nervioso.

—Me queda una de ellas, ¿la quieres ver? —preguntó, curioso.

—Si, mentor, por favor. —contesté de manera solemne

—Realmente tuviste suerte, llegaste justo antes de que empezara el proceso de fundición —dijo mientras se levantaba y tomaba un trozo de metal de un cajón. Me dio la escama y se sentó de nuevo —. ¿Para qué querías verla? —preguntó finalmente.

—Mentor, en mi viaje hacia el campamento de reclutamiento crucé una zona llamada Paso del Dragón", que es un nido de dragones. En el camino pude ver un dragón negro, pero escapó al verme, no estoy seguro por qué —mentí, pero era necesario —. Sin embargo, dejo atrás una escama. La recogí y la he estado guardando, pero cuando vi las escamas de dragón negro en su mesa de trabajo, algo me pareció raro —eso era verdad. Las escamas en el escritorio de Devren no me parecían escamas de dragón negro. Se parecían mucho, pero había algo distinto en ellas —. Aunque se ven muy similares —dije mientras sacaba la escama de mi capa —siento que son diferentes. No se explicarlo, pero lo siento, mentor —sostenía las dos escamas, una en cada mano y estaba seguro de mis palabras. Eran diferentes —. ¿Usted puede revisarlas y decirme cuál es la diferencia? —pregunté extendiéndole las dos escamas.

—¿Eso? Estoy seguro que debe de ser la diferencia entre las escamas de diferentes partes del cuerpo —dijo mientras las tomaba —. Las que tenía en mi posesión eran escamas de cola, difíciles de conseguir. Si es una escama desprendida de un dragón de manera natural, lo más probable es que… —Devren calló inmediatamente y su mirada se tornó solemne —Analiza —dijo en el lenguaje Drah'khn. Las dos escamas empezaron a flotar envueltas en una luz amarillezca, la mirada de Devren se volvía cada vez más y más complicada, hasta que las dos escamas cayeron a sus manos y suspiró, mirándolas fijamente.

—Mentor, ¿se encuentra bien? —el rostro de Devren no se veía muy bien. Estaba pálido y sus ojos seguían abiertos como platos.

—Zekke, ¿conoces las características de los dragones plateados? —preguntó seriamente.

—No, mentor. He encontrado muy poca información referente a ellos en los libros. —respondí.

—No me sorprende. De las muchas razas entre los dragones, los dragones plateados son los más raros. Poseen una sabiduría increíble y un gran poder mágico. Se dice que un dragón plateado fue quien le enseñó a Shafari la magia, aunque eso es solo un mito. Sin embargo, los dragones plateados alcanzan su máximo poder cuando son ancianos, por lo que muy poco tiempo les queda para vivir, pero no solo es eso. Una de las razones por la que los dragones plateados son tan raros, es porque cuando uno de ellos crece, su poder se estanca en el equivalente a mago de diamante por miles de años. Si tienen el poder suficiente, de un día a otro aparecen con un poder de nivel legendario, es por eso que los magos siempre buscan un dragón plateado en su juventud, para poder estudiarlo y experimentar con el —dijo muy seriamente —. Los dragones plateados, entonces, evolucionaron para evitar la extinción de su especie. Estos dragones son, de una manera, los gobernantes de todos los dragones. Cuando llega el tiempo de que un dragón plateado ponga un huevo, lo hace en un nido ajeno, nunca crea el suyo propio. Mientras el huevo está siendo incubado con otros huevos de una especie diferente, el dragón, aún en el huevo, empieza a adoptar las características de los otros dragones, un tipo de camuflaje. Sin embargo, solo es un cambio externo, sus propiedades y características raciales internas no son alteradas. Cuando el dragón camuflado llega al nivel de convertirse en legendario, su apariencia cambia a aquella del dragón plateado, ¿entiendes? —preguntó muy seriamente.

—Me parece que sí, señor. —contesté un poco vacilante.

—Esta escama es la de un dragón plateado en camuflaje, Zekke, el camuflaje de un dragón negro —respondió mirándome a los ojos —. Y, de hecho, es de un dragón plateado muy fuerte, su densidad y concentración de energía es mayor al dragón plateado promedio —dijo Devren muy sorprendido —. ¿Cómo demonios supiste que no eran iguales? —preguntó.

—Mentor, se ven ligeramente diferentes, aparte de que la energía que expiden no es parecida en lo absoluto. —respondí, diciendo la verdad.

—Ser capaz de notarlo antes de estudiar alquimia… Debes de ser un alquimista nato —más bien tengo sangre parte dragón, pero entiendo por qué llegó a esa conclusión —. Zekke, esto es asombroso. Simplemente asombroso, ¿quieres venderlo? —me preguntó sin pensárselo dos veces.

—No lo sé, mentor —contesté aparentemente dubitativo —. No tengo idea de su valor, y tal vez me sea útil para experimentos en el futuro. —respondí

—Su valor es diez veces mayor al de un dragón negro, tal vez más —respondió —. Zekke, si quieres quedártelo no hay problema, es un gran material. Sin embargo, y disculpa mi rudeza, sería un desperdicio que un acólito como tú lo usara para un experimento. Un artefacto arcano que tú hicieras de ese material se vendería en, a lo mucho, dos mil arcanas. Aunque suena a mucho dinero, vendiendo el material obtendrías tres veces esa cantidad. Si en cambio yo lo utilizara, podría crear un objeto con valor de diez mil arcanas. ¿Entiendes? Hablando como tu mentor, no un prospecto comprador, te recomiendo que lo vendas. —me quedé pensativo por unos segundos antes de preguntar.

—Señor, ¿qué sucede con las partes del cuerpo que un dragón plateado no posee, pero la raza a la que mimetiza sí? Por ejemplo, un dragón negro tiene cuernos, pero un dragón plateado no. ¿qué sucede con esas partes? —pregunté

—No estoy seguro, pero me parece que esas partes son deformaciones de escamas. ¿Entonces? —insistió.

—Mentor, ¿me permite negociar con usted? —pregunté. No estaba acostumbrado a la relación entre un pupilo y su mentor, por lo que no estaba seguro sobre cómo proceder.

—Claro, negociemos. La oferta es de seis mil arcanas.

—Usted dijo que el precio era de al menos seis mil, y que probablemente podría obtener diez mil por un artefacto con este material. Sin embargo, al ser mi mentor me va a ayudar mucho, por lo que quiero cinco mil arcanas y un artefacto arcano del tipo defensivo rango "F". ¿Está bien? —pregunté

—Cuatro mil quinientas y un artefacto arcano defensivo "F". —respondió

—Cuatro mil quinientas, pero que el artefacto sea grado "F+" y me enseñe el proceso de extracción del Dether. —dije con convicción.

—Hecho. —Devren sonrió antes de sacar de su bolsillo cuarenta y cinco arcanas azules y un anillo negro — El anillo se llama Manto de Roble. Lo hice yo mismo, por lo que su calidad es muy buena. Al activarse, una barrera defensiva de dieciséis puntos cubrirá tu cuerpo entero. Lo puedes configurar con tu mana para que se active al momento de recibir un ataque o lo puedes activar a voluntad. No deberías de tener problemas con hechizos de nivel uno e inferiores —dijo Devren mientras guardaba con cuidado la escama de dragón plateado en un cofre y tomaba un divinador —. La técnica de extracción de Dether es un conocimiento de rango bronce, por lo que serías uno de los únicos magos en formación con esta información, no dejes que se sepa —me dijo mientras me entregaba una bolsa de tela negra. Dentro, estaban el divinador, el anillo y el dinero que me había entregado.

—No lo haré, mentor —dije antes de preguntar —. ¿Le pareció divertido o debo de pagarle cien arcanas, mentor?

—No, fue bastante divertido. Solo es una arcana. —dijo con una sonrisa. Le pagué y me retiré del lugar.

Inmediatamente después me dirigí al mercado. Caminé por unos minutos hasta llegar a la tienda de hechizos, donde compré un hechizo de ilusión llamado Transformación Imperfecta. Era un hechizo simple del atributo oscuro que te permitía alterar los rasgos de tu rostro para parecer otra persona. Esa misma tarde lo dominé y regresé al mercado bajo los efectos del hechizo. Mis ojos, en lugar de morados, eran negros. Mi cabello se había tornado platinado y mi piel se había oscurecido bastante. En lugar de doce parecía tener veinte años de la estatura que me sumó la transformación. Mi primera parada fue la tienda de materiales alquímicos. Ese día en particular, había una cantidad monstruosa de gente. Al menos setenta personas estaban dentro de la tienda. Me acerqué al mostrador y vi que el mismo tipo de ayer estaba sentado sin hacer nada. En su lugar, había varias personas más atendiendo a los compradores.

—¿Qué quieres? —dijo de manera grosera sin verme a la cara.

—Creo que deberíamos hablar en otro lugar… —dije con una voz alterada mientras le mostraba un trozo de metal.

—¿Y por qué crees que yo qui…? —se cayó inmediatamente y la miró un poco más de cerca. La punta de sus dedos se cubrió de una luz amarillezca y tocó el metal. Su rostro se volvió solemne mientras se ponía de pie —Sígueme. —Varias personas vieron esta escena, lo que les extraño mucho.

El hombre me llevó a la parte de atrás de la tienda, donde esperaba poder llevar a cabo el intercambio. El lugar era poco más que un cuarto vacío con objetos colgados en todos los anaqueles. No había iluminación, pero no importaba una vez nos detuvimos ya que cuatro antorchas se prendieron de manera automática.

—¿Puedo verla? —preguntó mientras me miraba a los ojos, evidentemente refiriéndose a la escama de dragón plateado que le había mostrado antes. Se la arrojé y la inspeccionó con el mismo hechizo que Devren. En su rostro se notaba más la sorpresa ya que no creo que estuviera acostumbrado a mostrar emoción alguna —Dime, ¿de dónde saca un acólito como tú una escama de dragón plateado? —preguntó un poco envidioso.

—Digamos que tengo mis métodos. —dije enigmáticamente y me callé.

—¿Cuánto? —preguntó

—Diez mil arcanas. —respondí sin dudarlo un segundo.

—¿Estás loco? Diez mil es mucho más de lo que vale —dijo. Era más o menos cierto. Un objeto tan raro tiene un valor estándar, pero era muy raro que se siguiera ese precio. Dependiendo de la utilidad del objeto, podía subir o bajar. Una escama de dragón plateado era claramente de las que subían —. Ocho mil. —respondió un poco receloso.

—Nueve mil quinientos es lo más bajo que iré. —dije sin chistar. El rostro del vendedor se puso rojo y atacó

—Desgraciado. ¡Trueno de acero! —exclamó mientras una onda de energía se acercaba a mí.

—¡Manto de Roble!¡Vid Negra! —dije con un solo aliento mientras estiraba la mano.

Al escuchar la contraoferta de ocho mil arcanas del vendedor, estuve tentado a aceptar. Sin embargo, estaba dispuesto a comprobar que tan despiadada es la vida de un mago, por lo que provoqué al vendedor intencionalmente. Obviamente, el momento en que decidí provocarlo ya tenía listo el artefacto arcano defensivo y el hechizo de nivel cero para poder contratacar. El anillo que me había dado Devren me permitía ser prácticamente invulnerable ante hechizos ofensivos de rango cero y uno. Solo varios magos de acero atacando al mismo tiempo podrían derrotarme, por lo que no tenía miedo de enfrentarme a el uno contra uno.

El momento en el que el vendedor había terminado de lanzar su hechizo, yo ya había activado mi defensa. Una capa de luz café verduzco cubrió mi cuerpo; el hechizo de mi oponente fue desviado inmediatamente; no me hizo ni cosquillas. En cuanto a la ofensa, Vid Negra es un hechizo altamente ofensivo, consistiendo de varias ramas gigantes llenas de espinas que salen del suelo. Usualmente, se utiliza para atacar directamente al enemigo. Pero al ser del atributo oscuro, mi control sobre el hechizo era perfecto, por lo que lo utilicé para crear una jaula de estas plantas. Normalmente eso no significaría nada, pero en conjunción a mi artefacto arcano defensivo, me hacía prácticamente indestructible frente a él.

—Está bien, nueve mil quinientos. —dijo el vendedor de mala gana. Lo liberé de su jaula y respondí.

—No, esa oferta ya caducó, el precio ahora es de diez mil arcanas. —respondí sin pensarlo. El rostro del vendedor se puso tan rojo que creí que atacaría otra vez, pero no lo hizo.

—Bien, diez mil arcanas. —dijo mientras caminaba hacia un cofre pequeño en una esquina de la habitación. De él, sacó un cristal rosado, equivalente a diez mil arcanas, y me lo dio. Como él ya tenía en su posesión la escama, simplemente guardé la gema en la cartera espacial y salí de la tienda.

Caminé a una de las tiendas de alimento que se encontraban en el área comercial y pedí lo primero que había en el menú. Mis manos temblaban y mis piernas no respondían; el color había abandonado cada centímetro de mi piel. Esa fue la primera vez que estaba así de nervioso, más aún que cuando estaba empalado por el cuerno de un dragón. El camuflaje ya se había deshecho. Metí la mano a la cartera espacial y me traté de relajar mirando su contenido. Bajo la sección de materiales alquímicos, estaba la sección de materiales orgánicos. Me concentré más y cambié el nombre de una sección entera utilizando mi mana. de materiales de dragón negro a materiales de dragón plateado. El maestro Iamos, después de salvarme la vida, se tomó la molestia de recolectar las partes no dañadas del dragón. Las había almacenado todas en la cartera espacial asumiendo que me iban a ser útiles en un futuro. Ojos de dragón plateado, cuernos, dientes, escamas de cola, escamas de corazón, garras, huesos, músculo, piel, órganos varios. Incluso había un poco de sangre de dragón plateado. Todos los materiales, solamente del dragón, serían suficientes para vivir cien vidas como un rey, suponiendo que se venden todos. Hasta ahora había vendido dos escamas del dragón, escamas de pecho, las más comunes. Aun así, había obtenido más de catorce mil arcanas, lo equivalente a trescientas cincuenta mil monedas de oro. Era muchísimo dinero. La sensación de tener algo en lo que podría apoyarme en tiempos difíciles me calmó un poco, alivianando el temblor de mis extremidades. Dejé una arcana en la mesa y salí del restaurante sin dar una mordida a mi comida. Me dirigí a la tienda de divinadores.

—Buenas tardes… ¿está todo bien con el divinador que compró ayer? —preguntó el mismo hombre que me atendió el día anterior al reconocerme —Por cierto, después de que se fue me di cuenta que no me presenté, soy Arcus, dueño y vendedor de esta tienda de divinadores. —dijo con una sonrisa.

—Buenas tardes, Arcus. Yo soy Zekke —respondí su sonrisa —. Todo bien con el divinador, solo quería hablar de negocios —dije con una sonrisa —. ¿Es realmente necesario?

—No es estrictamente requerido, pero es el protocolo —dijo con una sonrisa —. Por supuesto, todo protocolo se puede nulificar dada la cantidad correcta de dinero… —dijo con una sonrisa aún más grande.

—¿Cuánto cuesta la nulificación? —pregunté

—Cien arcanas por compra —dijo seriamente —. Usualmente es mucho dinero para un acólito, pero alguien que considera comprar divinadores de alquimia claramente no es un acólito normal, ¿me equivoco? —sonrió de oreja a oreja.

—Dime, Arcus, ¿tienes divinadores con conocimiento completo de alquimia, pociones y combate? —pregunté seriamente.

—¿A qué te refieres, Zekke? El divinador que te mostré ayer tiene conocimiento completo de alquimia. En cuanto a pociones y combate…

—El que me mostraste ayer contenía información sobre las técnicas alquímicas, ¿no es cierto? Yo estoy buscando algo más, algo con procedimientos. No quiero saber cómo se funden dos materiales para crear un equivalente, quiero saber cuáles materiales, ¿me doy a entender? —pregunté y el rostro de Arcus se ensombreció.

—Ese material es muy costoso, no creo que puedas pagarlo. —dijo seriamente.

—¿Cuánto?

—Dos mil quinientas arcanas —contestó —. Además, la mayoría de los conocimientos están al nivel de un maestro alquimista. Si absorbes todo su contenido, solo te faltará la experiencia para estar al nivel de un maestro. Aunque la experiencia se adquiere fácilmente si tienes los recursos para comprarla. —dijo fríamente.

—¿Y de pociones y magia de combate? —pregunté

—Tenemos el equivalente de pociones, pero es mucho más caro. Cinco mil arcanas por un divinador de maestría en pociones —dijo de manera sombría —. En cuanto a magia de combate, es un pedido complicado. Como ese conocimiento posee hechizos de alto nivel, está regulado por la academia directamente. No se puede vender a personas de nivel inferior. Lo único que te puedo dar es una colección de experiencia en combate y estrategia perteneciente a un mago de plata. Su precio es de quinientas arcanas. Con estos tres, debería de ser tan fácil como perseverar por unos cuantos años para convertirte en un maestro en las tres áreas. —dijo cortadamente.

—¿Tienes información referente a la promoción a un mago completo? —pregunté

—No, esa información es sumamente clasificada desde el edicto de la legendaria Shafari. Los magos solo la divulgan a personas que consideran lo han ganado. —respondió desanimado. Si tuviera ese tipo de información, Arcus habría avanzado hace mucho tiempo.

—Está bien —dije con una sonrisa —. Me voy a llevar los tres divinadores de los que estábamos hablando. —dije mientras caminaba hacia el mostrador. Arcus se había quedado paralizado por completo. Nunca esperó que un acólito recién llegado tuviera una décima parte del dinero necesario para comprar este tipo de información. Pronto se reincorporó y caminó hacia donde estaba.

—Te das cuenta que estamos hablando de un total de ocho mil arcanas, ¿no es cierto? —preguntó, los ojos redondos como platos.

—Si, estoy consiente —dije mientras sacaba una arcana roja y la colocaba sobre el mostrador, los ojos de Arcus se abrieron aún más —. Arcus, la gente aquí no sabe que tengo tanto dinero, y me gustaría dejarlo así. Si no divulgas que un simple acólito gastó ocho mil arcanas, te lo compensaré a su debido momento. —dije mientras sonreía.

—Claro, por supuesto, no lo intentaría de ninguna otra manera —dijo Arcus —. Por cierto, probablemente no lo sabes, pero es muy importante —dijo con una mezcla de preocupación y tristeza en su rostro —. El grado de absorción de los divinadores es dependiente en tu aptitud como mago, por lo que puede que no entiendas todo el contenido. Además, si tratas de asimilar más de un divinador por día, habrá efectos secundarios que van desde un dolor de cabeza hasta locura. ¿está bien? —preguntó muy serio.

—No te preocupes, Arcus. Mi aptitud es de diez más, por lo que estoy confiado en absorber la mayoría del contenido —dije y Arcus automáticamente hizo la mueca de sorpresa que alguien hacía cada que decía mi aptitud, me estaba acostumbrando a ella —. En cuanto a la advertencia, muchas gracias; lo tomaré en cuenta —dije mientras sonreía —. Por cierto, ¿sabes dónde puedo probar hechizos? Digo, debe de haber una zona designada para ellos… —dije mientras recibía una bolsa de tres divinadores y dos mil arcanas en cambio. En la sorpresa, Arcus había olvidado la cuota de nulificación para permitirme comprar estos divinadores

—¡Claro! Se le llama la zona de combate experimental. Es un lugar muy entretenido. Como es controlado por magos completos, hay hechizos de simulación en cada habitación, por lo que puedes configurar el escenario. Es muy útil con cualquier tipo de hechizo, hasta hay un medidor que te puede decir el grado de ataque —dijo mientras sonreía —. Está en la parte derecha de los jardines. Normalmente es considerado caro, pero… —hizo una pausa para ver la bolsa que estaba cargando.

—Entiendo, muchas gracias. Nos vemos pronto. —me despedí sin darle mucha importancia.

—Después de salir de la tienda de divinadores, me dirigí a la tienda de hechizos. Nuevamente, había mucha gente, pero no me importó. Me acerqué a uno de los libros de hechizo disponible y comparé los hechizos de nivel cero que había a la venta con los que tenía en la biblioteca de Iamos. En total, había treinta y dos hechizos que no estaban en la biblioteca. Saqué un papel, una pluma y tinta y empecé a escribir sus nombres. Desafortunadamente, los hechizos de nivel uno aún estaban fuera de mi alcance ya que la academia restringía el conocimiento por niveles. Me acerqué al contador y unos minutos después un acólito vino a atenderme.

—Buenas tardes, me gustaría comprar estos libros, por favor. —dije mientras le deslizaba la lista con los treinta y dos nombres.

—¿Cuáles? —preguntó el acólito, evidentemente confundido

—¡Todos! —respondí con una sonrisa y el acólito soltó una mirada de incredulidad. Una hora después, llegó el hombre y colocó poco a poco los treinta y dos tomos en la mesa. Las miradas de sorpresa y envidia nuevamente me invadieron.

—Serían trescientos veinte arcanas, por favor —dijo con la respiración entrecortada —. Si gusta ayuda para llevarlos a su habitación, se necesitarán dos esclavos, por lo que serían dos arcanas adicionales.

—Está bien —dije mientras asentía con la cabeza —. Diles que me sigan. —sonreí

Al llegar a mi habitación, acomodé los nuevos libros de hechizo uno por uno dentro de la cartera espacial. No tenía planeado leerlos todos en un corto periodo de tiempo, pero sí era algo que tenía que hacerse.

La mañana siguiente me dirigí a la zona de combate experimental con el deseo de probar unos cuantos hechizos nuevos. Por el momento, dominaba tres: Vid Negra, Cárcel de Arena y Manifestación Sombra. Al llegar ahí, había una persona en un contador afuera de lo que parecía un complejo inmenso de habitaciones.

—Buenas tardes, me comento un acólito mayor que aquí era el lugar adecuado para probar hechizos. —dije sin rodeos.

—Claro, aquí se pueden probar cualquier tipo de hechizos sin peligro de herir a los demás. La cuota es de una arcana por hora y no te preocupes por la seguridad de la habitación, se reconstruye sola. —dijo una joven de unos veinte años

—Excelente, entonces una hora será. —dije con una sonrisa mientras le entregaba una arcana a la mujer en el mostrador.

—Tu habitación es la numero siete. Recuerda, solo una hora.

La habitación no era mucho, pero si era inmensa. Al lado de la entrada había un cristal rojo, por lo que asumí que era similar al de mi habitación. Lo activé con mana y varias opciones aparecieron en mi cabeza. Seleccioné una configuración estándar de uno contra uno, un maniquí apareció en el centro de la habitación. Lo que más llamó mi atención fue un cristal enorme, de al menos dos metros por tres, que estaba en una de las paredes. No parecía tener ninguna función, por lo que lo ignoré. Recordé los tres hechizos que ya dominaba y su información apareció en mi cabeza.

"Hechizo nivel cero: Vid negra. Alcance de veinte metros. Poder de seis. Costo de cuatro puntos."

"Hechizo nivel cero: Cárcel de Arena. Alcance de ocho metros. Poder de siete. Costo de tres puntos."

"Hechizo nivel cero: Manifestación Sombra. Alcance de cincuenta metros. Poder de diez. Costo de seis puntos."

Probé Vid Negra, el resultado fue un poco mejor a cuando lo usé contra aquel vendedor. La tierra se movió y varias vides de color negro con espinas filosas como navajas se abalanzaron al objetivo. Este fue dañado mucho, pero no destruido. El cristal gigante en una de las paredes empezó a parpadear y mostró los resultados del hechizo. "Ataque físico. Oponente herido. Se recomienda usar el hechizo en un escenario de sigilo." La pantalla dijo algo que yo ya había pensado; este ataque hecho de forma sigilosa puede obliterar a los enemigos.

Después probé cárcel de arena y el resultado no fue el mejor. El objetivo se vio cubierto de tierra desde los pies hasta el cuello, pero tardó unos dos segundos en terminar. Necesitaría entrenar más en ese hechizo si quiero usarlo en un combate real. A final de cuentas, este hechizo no era uno para atrapar a tus enemigos, como había supuesto, era uno de asesinato. Después de determinado tiempo, la arena se comprimía dejando pocos residuos del maniquí. "Ataque físico, oponente herido de gravedad". La pantalla anunció y decidí que tal vez era una buena idea entrenar más en él.

Por último, probé Manifestación Sombra. Era el hechizo más destructivo y con mayor alcance, pero también el de mayor costo. Decidí colocar al maniquí un poco más al fondo de la habitación y atacar con el hechizo ahí. Al momento de emitirlo, sin embargo, me detuve a último momento. Era como si supiera a la perfección cómo funcionaba el hechizo, aunque nunca lo hubiera probado. Decidí utilizar el agujero en el piso que dejó el hechizo de Vid Negra para transportar la sombra. Menos de un segundo después, varias lanzas de energía puramente negra se clavaron en varios ángulos del maniquí. Pero no solo eso, también empezó a deshacerse poco a poco. "Ataque mágico corrosivo, oponente eliminado."

—Muestra más datos. —ordené con mi mana y más datos aparecieron en el cristal. "Ataque mágico corrosivo, oponente eliminado. Daño de trece puntos, consumo de cinco puntos, incremento por afinidad del derivado, incremento por ambiente de sombra." La computadora me indicó lo que yo ya sospechaba. —Al ser un ataque tipo sombra, tiene mayor alcance si se mueve de sombra a sombra, es por eso que usar el canal creado por la vid fue una idea tan buena. —murmuré mientras caminaba hacia la salida de la habitación con mucho en mi mente.

Las semanas siguientes, empezó a correr el rumor de un acólito recién llegado que había gastado más de ocho mil arcanas en un solo día. Las riquezas de ese acólito debían de ser inimaginables, por lo que múltiples acólitos con poca moral rondaron el mercado los días posteriores, con esperanzas de encontrar esa mina de oro. Desafortunadamente, nadie la encontró. Los vendedores que hablaron de ese acólito dijeron que después de ese día el nunca volvió, lo cual fue cierto. La impresión fue muriendo poco a poco hasta que a todos se les olvidó mi existencia. Empecé a ayudar al mentor Devren en sus tareas y estudié todo lo que pude. Asistí a todas las clases públicas que pude y también pagué para entrar a todas las clases privadas que se ajustaban a mi horario. Mis días se resumían en limpiar las instalaciones de Devren y leer de su colección privada, ir a clases, ir a la biblioteca e ir a mi habitación a descansar. Dos meses después ya había avanzado a acólito nivel dos, pero eso no alteró mi rutina en lo absoluto.

Dos años después, estaba a punto de cumplir quince. Ya había leído todos los libros de temas introductorios y temas que me interesaran de los primeros cuatro niveles de la biblioteca. También había leído de cabo a rabo todos los libros de Devren y de Iamos. Sobra decir que los libros de hechizo nivel cero estaban todos dominados.

Para ser honesto, fue mucho tiempo de solo trabajar y leer, por lo que estaba empezando a perder la cordura. Mi mentor, Devren, estaba empezando a impacientarse. De no ser porque observaba sus experimentos y ayudaba de vez en cuando, Devren habría pensado que no estaba haciendo nada productivo y que solo estaba viviendo cómodamente de las arcanas que pagó por la escama de dragón plateado. Dicha escama ahora se había convertido en el artefacto arcano más preciado de Devren, siendo uno de clase "B+". En condiciones normales sería mucho más de lo que podría lograr, pero tuvo ayuda de la gran cantidad de Dether que pudo obtener de la escama, y parece que consiguió otra en el mercado, lo cual fue una gran coincidencia.

—Después de leer, estudiar, planear y prepararme, hoy es el día en el que empezaré mi vida como alquimista. Debo comprar los materiales y herramientas, o tal vez debería de rentar un taller —murmuré mientras caminaba hacia el taller de mi mentor —. También debo de preguntarle a Devren cuántos materiales debería de comprar, el sabría mejor que nadie. Estoy sintiendo mi meditación al máximo, por lo que no debería de tardar más de dos días en avanzar a un mago de bronce. Bien, falta poco. —comencé a caminar más rápido y con más seguridad.

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