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Capítulo Dieciséis

El Regalo de Iamos

Estaba a punto de salir de mi habitación cuando sentí vibraciones venir de la cartera que me había obsequiado el maestro Iamos. Desde que fui asesinado por aquel dragón negro, mi vida se había vuelto un remolino de buena suerte. Primero, el maestro Iamos me dio dos grandiosos regalos, la sangre de un dragón negro y una parte de sus propias reservas de mana. Estas dos cosas, por si solas, habían mejorado dramáticamente mis afinidades y mejorado mi miserable aptitud de dos a una legendaria aptitud de diez más. Mi cuerpo también había estado mejorando, con una gran cantidad de incrementos en todas mis características fijas. De acuerdo con el maestro Iamos, un adulto normal tiene, en promedio, un valor numérico de uno en cada uno de sus atributos físicos. En ese momento, activé el medidor espiritual en mi muñeca, ordenándole que mostrara en sucesión todas las características de mi cuerpo. "Fuerza – 4.7." "Velocidad – 4.4." "Resistencia – 3.9" "Vitalidad – 5.1" "Tamaño de la reserva - 26" "Reservas de mana – 17" Los números eran asombrosos. Ya sentía que era mucho más fuerte que el adulto promedio antes de abordar la nave, pero la evolución a un acólito aumentó mis estadísticas de manera desmesurada. La única desventaja en la que puedo pensar, es lo que mencionó Iamos referente a las necesidades elevadas para poder avanzar de rango. Eso y no saber qué más podría pasar conmigo mientras me siga fusionando con la sangre del dragón negro. Además de esto, Iamos también me colocó una marca en el abdomen. Dijo que podría acceder a ella cuando avanzara a un mago de acero y que contenía todo lo que necesitaba saber de mi condición, pero debe haber cosas sobre la misma que ni el maestro Iamos haya conocido. También tengo una marca en mi costado izquierdo, algo que estoy seguro tiene que ver con la fuerza del dragón. Ahora que lo pienso, la voz en mi sueño dijo que cuando estuviera listo podría acceder al verdadero poder de la raza de los dragones, también mencionó algo sobre alguien llamado Vorghal, necesito investigar que significa ese nombre. Aparte de eso, el maestro Iamos me regaló dos objetos; una bolsa llena de dinero y esta cartera. El dinero me había salvado e incluso ayudado más de lo debido varias veces, a mí y a mis amigos, aunque seguía sin saber que había en la cartera.

Decidí probar lo que el maestro Iamos mencionó anteriormente, bañar el artefacto arcano con mi mana. Al momento en que mi mana llegó al objeto, sentí como si todo fuera absorbido por la cartera. Me sentí mareado y bastante débil, pero regresé a la normalidad en cuestión de segundos. Ahora sentía la cartera como una parte de mí. Estaba seguro que si alguien la tocaba podría sentirlo como se sentiría un roce en la mejilla. Metí la mano a la cartera, pero estaba vacía. No, no vacía, era el vacío. No se sentía ni el fondo ni la tela de los lados, no se sentía nada. En el momento en el que empecé a pensar sobre los objetos que Iamos dijo había puesto aquí dentro para ayudarme, información apareció en mi cabeza. Como si la cartera y yo fuéramos la misma persona, pude saber todos sus contenidos. "Libros de hechizos, materiales alquímicos, ingredientes para pociones, libros de teorías mágicas, libros de procedimientos mágicos…" Grandes cantidades de nombres aparecieron en mi cabeza. Las palabras "Libros de hechizos" llamaron mi atención y, en cuanto pensé en ellos, la información anterior desapareció y nuevas palabras entraron en su lugar. "Libros de hechizos nivel cero", "Libros de hechizo nivel uno", "Libros de hechizo nivel dos", "Libros de hechizo…" Al pensar en los libros de nivel cero, que eran los apropiados para un acólito de fase uno, varios nombres más aparecieron en mi cabeza. Uno en particular me llamo la atención. Su nombre era Manifestación Sombra. Mientras pensaba en este nombre, algo sólido se sintió en mi mano, aún dentro de la cartera. Lo tomé con firmeza cuestionándome el por qué no lo había sentido hasta ahora. Al sacarlo de la cartera, me di cuenta de que era un libro negro. Letras doradas en la portada se leían "Hechizo nivel cero: Manifestación Sombra". Me sorprendí mucho, pero en ese instante entendí cómo funcionaba la cartera. Pensabas en el objeto que querías dentro de ella y automáticamente lo colocaba en tu mano. Era una muy buena manera de guardar cosas. En ese momento, no pude evitar sentirme un poco triste. Todo esto eran las acumulaciones de un mago de rango gran maestro. Todo lo que está aquí tenía una historia pertinente a un hombre que ahora probablemente se encontraba muerto. No pude más que sentirme triste y aferrarme más fuertemente aún a mi promesa; tanto a mamá como al maestro Iamos. Prometo que me volveré un gran mago, lo juro. Mientras pensaba eso metí el libro a la cartera y lo solté. Por más que lo buscara no iba a aparecer si no lo pedía. También aproveché para meter mi bolsa de dinero y mi espada. Aunque metí varios objetos más a la cartera y me constaba que había al menos cuarenta libros dentro, su peso no aumentó en lo más mínimo. Cubrí el artefacto arcano con mi capa y ahora sí, salí de mi habitación con una sonrisa agridulce en mi rostro.

Salí al salón donde antes se había llevado a cabo el proceso de conversión a iniciados conmigo y mis compañeros, tratando de encontrar a Tomu, de todos los iniciados en la nave, él era quien más me agradaba. Para mi sorpresa, los muebles que habían sido devorados por el piso anteriormente se encontraban todos en su lugar. Vi a Tomu sentado en un sillón casi al fondo del comedor, con las piernas cruzadas y los ojos cerrados, parecía que intentaba concentrarse.

—Hey, ¿qué estás haciendo? —dije intencionalmente pare distraerlo.

—Shh, vete, ¿qué no ves que intento concentrarme? —respondió Tomu aún con los ojos cerrados.

—¿Para qué? —pregunté con una sonrisa en mi rostro. No era por ser molesto, solo quería a alguien para contarle que había avanzado a un acólito el mismo momento que avancé a iniciado.

—Sabes, si planeas seguir molestándome… ¡Zekke! —Dijo Tomu al abrir los ojos y ver mi rostro. Estaba extrañado de verme —¿Y esa ropa?

—Cuando un iniciado avanza a un acólito se le obsequia un juego de ropa con el escudo de la academia. —dije mientras le mostraba el escudo en mi capa.

—Entonces… de verdad avanzaste a un acólito —dijo Tomu, evidentemente sorprendido —. Muchas felicidades, Zekke. Jamás esperé que tu aptitud fuera tan alta.

—Muchas gracias. La verdad solo fue suerte. —dije con una sonrisa mientras me rascaba la nuca.

—Oye, por cierto, Ewerard te estaba buscando. Supongo que está aún más celoso de tu promoción. —dijo Tomu.

—Gracias, si lo ves dile que voy a estar en mi habitación y que es libre de ir cuando quiera. —dije con una sonrisa y dejé a Tomu concentrarse. Una vez que controle mejor mi mana debería de ser capaz de poder liberarlo en cantidades pequeñas a voluntad, si logro hacer esto, podría ayudar a Tomu a avanzar a un acólito, o al menos facilitarle el avance. Él me había dado información antes, así que solo era justo.

Me dirigí a mi habitación una vez más. Honestamente, esperaba un poco más de revuelo con mi aparición, pero los pocos iniciados que se encontraban en el lugar estaban concentrados tratando de avanzar a acólitos. En ese momento aprecié las ventajas que me había dado Iamos. Tomé el registro de profesores que Devren me dio, esperando leerlo con más calma para poder estudiarlo. Anteriormente, solo busqué que hubiera al menos un profesor para los campos que me interesaban, no investigué más a fondo. Después de leer por un rato alguien tocó mi puerta. Me levanté del escritorio y guardé el registro en la cartera. Al abrir la puerta, ya tenía una idea de quién la había tocado. Era Ewerard.

—Hola, Ewerard —dije mientras salía de mi habitación y cerraba la puerta —. Tomu me dijo que estabas buscándome. —dije esperando que el completara la oración.

—Entonces es cierto. Has avanzado a acólito el primer día de entrenamiento —dijo el iniciado con una mirada indescifrable —. ¿Cómo lo hiciste?

—No lo sé. Solo sucedió. —dije con una sonrisa

—No mereces la bendición que se te ha dado. Ni siquiera sabes aprovecharla. —dijo Ewerard

—Tal vez no, pero planeo aprender. —contesté sin dudarlo.

—Primero tú y ahora esa Zhari… Se supone que yo sería el mayor genio de la academia, se supone que yo sería el mejor. —dijo Ewerard, visiblemente molesto.

—¿Podrías callarte? Ya te lo dije, pero pareces no haberme escuchado. No tienes la mejor aptitud, ¿y? Sigue siendo una de las mejores. Tanto así que si no estuvieras quejándote podrías haber avanzado ya a un acólito. Siempre estás hablando de aptitud y poder, pero no haces nada para aumentar los tuyos. ¿Quieres un consejo? Deja de quejarte y entrena. Si no lo haces, nunca podrás convertirte en un mago que me iguale —dije duramente. Yo, que había tenido una aptitud de dos, sabía a la perfección lo que era sentirte desolado por tu sangre. Pero, aún la versión de mi con una aptitud despreciable tenía planeado convertirse en un mago, por lo que ver un iniciado con una aptitud de ocho sentir lástima por sí mismo me hacía enojar. —. Así que vete y no me molestes con tus quejas hasta que seas mi igual. —dije antes de darle la espalda y entrar a mi cuarto de nuevo. Fuera de mi molestia y desaprobación hacia su actitud, le había dado una razón para mejorar. Tal vez eso le ayude.

Seguí leyendo el registro hasta hacer una lista detallada de los tres profesores bajo los que me gustaría aprender. Los tres campos que más me interesaban eran los de alquimia, pociones y magia de combate. De acuerdo al registro, había varios maestros que se especializaban en ellas. Las dos especialidades de la Academia del Roble Partido eran alquimia y conjuración, pero esto no significaba que todos los profesores se especializaran en ellas, sino que entre los que lo hacían, había grandiosos maestros. Por lo que pude leer, los tres mejores alquimistas en la academia son la maga de bronce Fay, el mago de bronce Elme, y el mago de plata Devren. En cuanto a los otros dos campos, pociones y magia de combate, eran más problemáticos. Todos los magos tienen un cierto grado de conocimiento en magia de combate, pues los problemas entre magos no son raros, pero hay pocos especialistas. Al menos, en el Roble Partido solo había uno, un mago de nombre Nigg. Los magos de pociones son muy escasos y piden muchos recursos para estudiar bajo ellos. Sin embargo, estos son solo los maestros de pociones nominales. Un mago puede tener dos especializaciones al mismo nivel, pero necesitaría escoger una para que esté en su título. Un mago de bronce que tiene un conocimiento regular de pociones y nada más sería llamado un mago de pociones. Si un mago tiene un conocimiento excelente de alquimia y un conocimiento muy bueno de pociones, sería llamado un alquimista. Nominalmente, si se trata de pociones el mago de pociones es mejor, ¿no? No necesariamente. Este era el caso de Devren.

El mago de plata se especializaba en tres campos, alquimia, conjuración y pociones. Aunque la alquimia era su mejor campo, también era muy bueno en los otros dos. De hecho, su proeza en pociones solo era superada por tres maestros en la academia, o eso decía el registro. En cuanto a la alquimia, era considerado solo segundo al director. Si podía lograr que un mago especialista en combate me entrene externamente, mi mejor opción de mentor sería Devren. Además, él ya había expresado su interés en tomarme como su pupilo, y además me había tratado muy bien. Decidí ir a hablar con él. Salí de mi habitación y me dirigí a su puerta, antes de poder tocar, sin embargo, la puerta se abrió.

—Zekke, por favor, entra. —dijo el mago que se hizo a un lado para que pudiera pasar. Me indico que me sentara en la misma silla de hace unas horas y él se sentó nuevamente frente a mí.

—Señor, quisiera hacerle unas preguntas, si no le molesta. —dije con formalidad mientras le entregaba el registro.

—¿Qué clase de preguntas? Me temo que, si refiere a conocimiento de la magia, no puedo decirte nada si no decides volverte mi pupilo. —dijo y tomó el libro que le ofrecí.

—Son preguntas referentes a usted, señor. A usted y sus opiniones sobre algunos temas. —dije con respeto.

—¿Es así? Entonces claro, pregúntame. Si hay algo que no te pueda responder te lo diré.

—Señor, ¿cuál es su afinidad? —pregunté

—Soy afín a la tierra y a la oscuridad. Ambas sobre setenta por ciento, tierra sobre noventa. —contestó rápidamente

—¿Por qué escogió las tres especialidades que domina?

—Mmm. Esa es difícil —dijo mientras mantenía un rostro pensativo —. Escogí alquimia porque es como un escudo y una espada al mismo tiempo, un escudo y una espada hechas de oro. Puedes crear objetos para defenderte y otros para atacar, también puedes crear objetos que no cumplen ninguna de estas dos funciones —dijo mientras miraba al medidor en mi muñeca —. El poder hacer estos objetos hace que la ineptitud de una persona en combate tenga menos importancia, sin mencionar que es un campo muy adecuado para hacer dinero —dijo con una sonrisa en su rostro —. Lo mismo pasa con las pociones. Es un campo muy interesante, lleno de secretos y demás, aparte de ser muy redituable. La conjuración es otra manera de complementar mi falta de proeza en combate, conjurar familiares o bestias arcanas para que peleen por ti es una opción muy buena. —dijo con una gran sonrisa.

—Señor, ¿podría saber cuál es el tratamiento que les da y las condiciones que les impone a sus pupilos? —pregunté yendo un poco más al grano.

—El trato es sencillo. Cómo soy un mago de plata, los estudiantes que deseen mi mentoría deben asistir con la limpieza de mis laboratorios y talleres, así como su equipamiento. También deben de ayudar con un experimento, sin importar las condiciones. Aparte de esto, cada lección que quieran costará diez arcanas, cada asesoría costará cinco. —dijo Devren sin chistar. Supuse que era un poco demasiado para una mentoría, pero un mago de plata…

—Señor, cuando me inscribí en la academia me comentó que habría privilegios adicionales para mí si decidía volverme su pupilo, ¿a qué privilegios se refería? —los ojos de Devren formaron una sonrisa.

—Si tú, Zekke, decides volverte mi pupilo formalmente, los únicos requisitos que te pediré son los de limpiar mi laboratorio y mi taller —dijo como si su oferta fuera irresistible —. Aparte de eso, tendrás acceso ilimitado a mi biblioteca privada, así como acceso nivel cuatro a la biblioteca de la academia. Te daré cinco lecciones gratuitas en cualquier área que decidas, así como asesoría gratuita por tres meses —dijo Devren y mi mandíbula casi cayó hasta el piso —. Encima de todo esto, tendrías el respaldo de un mago de plata, por lo que pocas personas te darían problemas, ¿qué te parece? —era una oferta muy buena, pero me quedé pensativo por unos segundos.

—Señor, suponiendo que acepto su oferta, ¿los tres meses de asesorías empezarían desde el instante que acepté su oferta? —pregunté- Devren me miró con ojos inquisitivos.

—No necesariamente, ¿qué estás pensando? —preguntó.

—Señor, usted aclaró que para avanzar de rango es necesario cierto nivel de preparación. Me gustaría primero estudiar la mayor cantidad de materias posible en la biblioteca antes de pedirle lecciones o asesorías. Dicho esto, en el caso que esté de acuerdo, eso no significaría que no limpiaría sus instalaciones desde el primer día. —dije y me incliné en reverencia, esperando una respuesta.

—Esas condiciones son aceptables, tres meses de asesorías gratuitas desde el momento de la primera asesoría. ¿Esto significa que quieres convertirte oficialmente en mi pupilo? —preguntó el mago.

—Si, señor. Apreciaría mucho la oportunidad. —dije en absoluto respeto.

—Excelente, cuando lleguemos a la academia solo tienes que elegirme públicamente y el trámite estará terminado.

—Muchas gracias, mentor.

—Bien. El primer paso es… —calló por unos momentos mientras buscaba algo en un cajón. Después de unos momentos sacó una esfera de cristal del tamaño de un puño —este. En este divinador está la información para una técnica de meditación que vas a necesitar, sirve para aumentar tu mana. Esta técnica en particular está destinada a aquellos con el atributo de oscuridad, para mejores resultados. Se usa transfiriéndole mana, como al medidor espiritual. La información será transferida directamente a tu mente, donde podrás usarla. Úsala siempre antes de dormir y al despertar. Si sigues estas instrucciones, me parece que podrás avanzar a un mago de acero en menos de tres años. —dijo mientras sonreía.

—Muchas gracias, mentor. Aprecio mucho esta oportunidad. —dije y salí de su habitación. Definitivamente había tomado la mejor decisión.

Entré a mi cuarto y activé el divinador. Mi cabeza dolió durante todo el proceso y me sentí mareado por unos minutos después, pero me recuperé sin efectos adicionales. La técnica de meditación estaba en mi memoria. Me quité la túnica y la capa, preparándome para dormir. Me senté en la cama en la posición que indicaba el divinador y empecé la técnica. A la segunda respiración una sensación de quemadura apareció en mi costado izquierdo. Lo atribuí a la meditación, por lo que lo intenté una segunda vez con el mismo resultado. La tercera vez, el dolor fue aún más intenso, entonces escuché una voz.

—Heredero de Vorghal, ¿qué crees que estás haciendo?

Súbitamente todo se tornó negro. Estaba en el mismo lugar al que fui cuando morí, antes de despertar. El par de ojos rojos con pupilas negras me miraba fijamente, pero eso no era todo. Esta vez, podía ver un contorno alrededor de los ojos, un contorno ligeramente delimitado, parecido a la cabeza de un dragón.

—Tú… Eres un dragón… No, eres aquel dragón… —mi mirada denotaba un poco de miedo. No sentía peligro ni nada parecido, pero aun así tenía miedo. Después de todo, estaba hablando con el dragón que había tomado mi vida anteriormente.

—Veo que eres lento, heredero de Vorghal. Alguien con tu sangre no debería de serlo —me quedé callado, no todos los días eres insultado por un dragón, por lo que no sabía cómo reaccionar —. Ahora, explícame qué demonios tratas de hacer manipulando mi alma de esa manera. —en ese momento sentí una energía muy fuerte irradiando del dragón, mi respiración se tornó pesada.

—¿Tu… alma? —dije con dificultad.

—Lo que estabas haciendo antes de que te detuviera, estabas manipulando mi alma, heredero. Usarla no es problema alguno, pero estabas tratando de cambiar su esencia… —en ese momento, pensé en la meditación que estaba practicando.

—No, no trataba de manipular tu alma, solo estaba meditando con una técnica que me dio mi mentor. —dije, la energía pareció disiparse poco a poco.

—Ustedes humanos y sus magos, haciendo uso de poderes que no entienden a la perfección… Veo que tú mismo has decidido caminar el sendero de un mago, ¿no es así? —preguntó con curiosidad.

—Si, ahora mismo soy un acólito, por lo que necesitaba meditar. —dije, confundido.

—Está bien, supongo que es el camino adecuado para alguien con tu sangre, pero estás equivocado de cualquier manera. —dijo con desprecio.

—¿Equivocado? —pregunté. Por alguna razón, el dragón no me inspiraba miedo como al principio, sino confianza.

—La meditación de un mago no es más que alterar su alma para conseguir mana, en lugar de obtener energía de su propia alma. Para un humano, esto no es problema. Para nosotros, es una técnica inútil y hasta dañina. —las palabras del dragón me hicieron entender un poco más. Ya sabía que mi sangre estaba mezclada con la del dragón, pero mi alma…

—¿Quién eres? —pregunté.

—No soy nadie. Solía serlo, pero ahora ya no. Más que un quién, soy un qué. Un remanente de la existencia de una criatura cuya vida se ha apagado, soy el resultado de la mala técnica de aquel mago, Iamos. Soy algo que pronto se extinguirá. Tú, por el otro lado, eres joven y talentoso. Si tan solo entendieras el poder que posees yo no te importaría. —dijo con una voz que no mostraba sentimiento alguno.

—Ayúdame a entender. —dije en voz baja y me incliné. El dragón se mantuvo en silencio por algunos segundos.

—Está bien, pero ten en consideración, una vez que empieces no podrás regresar, piénsalo bien antes de seguir tu camino. —dijo y los ojos desaparecieron. Acto seguido un dolor insoportable emanó de mi costado izquierdo, quemando y golpeando mi cuerpo. Grité en agonizante dolor.

Abrí los ojos y seguía sentado en mi cama, como si todo hubiera sido un mal sueño. Me estiré un poco y revisé mi cuerpo; no había señales de quemaduras o de alguna otra cosa. Después de pensar en lo ocurrido por unos minutos, decidí meditar de nuevo. Cerré los ojos y cuando estaba por empezar información pasó por mi cabeza de nuevo, pero esta vez de manera amable. Pude notar que ahora tenía dos técnicas para meditar en mi cabeza, una catalogada como "atributo de oscuridad" y otra como "heredero de Vorghal". Abrí los ojos, sudor recorriendo mi frente. ¿Había sido real? Intenté meditar con la técnica que se llamaba "atributo de oscuridad", pero me vi incapaz de hacerlo. Era como intentar doblar tu brazo hacia atrás, me parecía imposible. Por curiosidad de qué había pasado, intenté la técnica de "heredero de Vorghal". Respiré y me concentré en la meditación. Era mucho más complicada que la otra técnica, eso era seguro, pero para mí era tan fácil e instintivo como flexionar los dedos, el brazo, la rodilla. Poco después me encontré sintiendo todos los canales de mi cuerpo, sentía energía entrar y salir. Después, sentí mis reservas de mana. Eran como un lago medio lleno, donde movía el agua hacia un lado y hacia el otro mientras inhalaba y exhalaba. Después fui a un lugar oscuro, donde solo había una brillante luz y unos ojos rojos con pupilas negras, la imagen me causó añoro hacia un tiempo desconocido. Los ojos rojos y la brillante luz se mezclaron, hasta convertirse en una luz plateada aún más brillante. Varias figuras empezaron a aparecer en mi mente, transformándose hasta convertirse en un hombre acariciando un dragón; o más exactamente sus sombras. Sentí un gran poder recorrer mi cuerpo y mi atención cambió a mis reservas de mana. Lentamente, pude ver como el agua se reducía a la mitad para después ser mezclada con un líquido de color plateado. Al terminar, la mezcla no tenía ningún color. No era plateada ni azul, ni siquiera era blanca, solo era. Pude ver como la laguna que había sido anteriormente reducida a la mitad crecía más grande que antes. Todo se tornó negro y después un brillante blanco. Abrí los ojos para encontrar que me encontraba en un estado puro de relajación, pero podía sentir la energía de mis reservas de mana y mi cuerpo brotar a borbotones.

Activé el medidor espiritual y me asombré con los resultados. "Fuerza – 5.9." "Velocidad – 5.2." "Resistencia – 4.7" "Vitalidad – 6.0" "Tamaño de la reserva - 30" "Reservas de mana – 21". No pude hacer más que reír para mis adentros. Nuevamente mis estadísticas habían subido de golpe. Sin embargo, podía sentir que esta era la última vez que lo hacían. Lo sentía tan claro como se siente el hambre. Recordando lo que el maestro Iamos me había dicho, necesitaría de una mayor cantidad de mana para poder avanzar entre los rangos que un mago común y corriente, eso me había desanimado un poco con anterioridad. Pero, viendo los grandiosos resultados que habían arrojado mi sangre de dragón y la marca de Iamos, de pronto parecía tener menos importancia. Tampoco había revisado todos los contenidos del artefacto arcano, por lo que aún había espacio para más sorpresas.

—Dejando todo de lado, probablemente ya sea el acólito más fuerte entre todos —dije y me recosté en la cama —. Mamá, maestro Iamos, Dannia, no los decepcionaré. —dije antes de quedar profundamente dormido.

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