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Capítulo Trece

El Último Día de Reclutamiento

—Yo sigo diciendo que deberíamos de ir a la academia con mayor prestigio que nos acepte. Sus maestros son mejores y sus acólitos obtienen más beneficios. —dijo Mati tratando de convencer a los demás.

Ya era pasada la media noche y nuestro grupo no había dormido nada. Desde que terminamos de cenar hasta este momento, solo habíamos discutido las academias a las que nos convenía asistir. Por supuesto, nadie había dicho cuáles academias los habían aceptado. Esto fue a raíz del pacto que hicimos al llegar al campamento. Nadie debía de escoger su futura educación basado en relaciones personales. La única excepción eran Ire y Eri, que tenían la misma afinidad, por lo que no suponía ningún problema.

—Si lo dices de esa manera no suena nada mal, Mati, pero el atender a academias prestigiosas significa tener varios genios como compañeros de clase, toda la atención iría a ellos —dije siendo lo más claro posible, pero amable —. Es una buena idea para acumular recursos rápidamente, e incluso sería una buena idea si planearas estudiar de manera autodidacta, pero si planeas depender de los profesores no creo que sea tu mejor opción.

—Zekke tiene razón, Mati. Deberías de escoger basada en el campo en el que te quieres especializar y la relación que tendrás con tus profesores. —dijo Dannia dándome la razón.

—Hermana y yo hemos decidido ya a qué academia vamos a ir, aunque aún no nos decidimos en alguna especialización. —dijo Ire.

—Hermano y yo queremos estudiar conjuración y necromancia, pero aún no decidimos cuál de las dos. —dijo Eri.

—Los dos siempre están juntos, ¿no? —dijo Nae —¿Por qué no cada uno se especializa en una? De esa manera tendrían el poder de dos magos especializados todo el tiempo.

—Ya lo pensamos, pero aún no nos decidimos en cuál le corresponde a quién. —dijo Ire, con una mirada un poco triste en su rostro.

—Estoy seguro que lo arreglarán una vez lleguen a su academia —dije con una sonrisa —. Serge, ¿ya investigaste las academias que te aceptarían? —pregunté. Estaba seguro que todos tenían la misma duda, pero no habían osado preguntar.

—Sobre eso… he sido aceptado en un total de quince academias —dijo y la sorpresa inundó la cara de todos los presentes. —. De hecho, las mismas academias a las que Mati fue aceptada también me aceptaron, supongo que es por nuestra aptitud.

—Eso es grandioso, Serge —dijo Dannia —. ¿Ves? No tenías por qué preocuparte.

—No solo es eso, Dannia. ¿No es así, Serge? —dije con una mirada dura. Necesito saber los problemas de mis amigos para poder ayudar, de otra manera me veo impotente.

—La cosa es que yo quiero especializarme en pociones, es el campo donde se puede hacer más dinero más rápido —dijo Serge con una expresión un poco lúgubre. —. Pero cultivar un acólito de pociones es muy caro, por no mencionar tardado. No hay academia alguna que se especialice en pociones que me quiera aceptar por menos de quince arcanas… —Todos callaron por un par de minutos. Por su mirada, cada segundo que transcurría en silencio era una roca más sobre sus hombros.

—¿Qué afinidad tienes, Serge? —pregunté sin mirarlo a los ojos.

—Soy afín al viento en un setenta por ciento y al fuego en un cincuenta por ciento. —dijo, asumiendo el objetivo de mi pregunta, sus ojos se iluminaron un poco.

—Todos los demás, ¿ya escogieron academia? —pregunté mirando alrededor. Mati asintió después de unos segundos, inmediatamente seguida por Nae. La única que no había contestado era Dannia.

—Yo aún no me decido, pero estoy entre tres academias que ya me han aceptado…— dijo un poco sonrojada. Antes de empezar a investigar las academias, acordamos que, de ser posible, ayudaríamos a Serge a pagar su matrícula. Mati tenía los mismos recursos y la misma aptitud, pero su especialidad deseada era mucho más barata.

—A un aspirante con aptitud de nueve la aceptarían todas las academias, tal vez hasta con un descuento en la matrícula… —dije mirándola a los ojos.

—No importa cual academia elija, ninguna me cobrará una matrícula superior a las cinco arcanas, por lo que puedo ayudarte un poco, Serge. —Dannia finalmente accedió. Los ojos de Serge brillaron por un momento, pero después vio la mirada de indecisión en Dannia. Las arcanas eran vitales para el desarrollo de un mago, por lo que tener, aunque sea una extra es considerado una ventaja.

—No te preocupes, Dannia, me las arreglaré yo solo —dijo Serge rechazando la ayuda —. De hecho, no quiero perjudicar a nadie que trate de ayudarme. De cualquier manera, no es como que me vaya a quedar sin escuela. —solté una pequeña risa y Serge me miró, desconcertado.

—Aquellos que ayudan a sus amigos son buenas personas, pero el amigo que rechaza ayuda porque podría perjudicar a la persona brindándola es extraordinaria —dije algo que sonó mejor en mi cabeza que saliendo de mis labios. —. Serge, las dos academias que tengo como opciones ofrecen especializaciones en pociones —dije y los ojos de Serge se agrandaron. —. Estoy seguro que puedo lograr que entres con una matrícula muy baja o sin ninguna en absoluto, pero, ambas son academias grandes, una pertenece al segundo círculo… —dije tratando de darme a entender implícitamente. Zekke entendió las implicaciones de mis palabras y no pudo hacer más que verse triste.

—Otra cosa es que las dos academias me ofrecen recursos ilimitados en lo que avanzo a un acólito, por lo que no necesito muchos arcanas. —dije mientras le lanzaba una bolsa de dinero.

—Zekke, esto es… —dijo Serge un poco sorprendido.

—Con eso deberías de poder pagar la matrícula y mantenerte los primeros meses —dije de manera intencional en un tono un poco condescendiente. —. Con esta me debes dos.

—Yo diría tres, Zekke —dijo Serge, obviamente conmovido. —. Muchas gracias, de verdad. —respondí con un cabeceo y miré a mis amigos. Era la última noche que estaríamos todos reunidos, la última noche antes de partir a distintos lugares.

—Escúchenme bien. Mañana temprano desayunamos en el primer círculo y después de ahí nos marchamos a inscribirnos. Es el último día, por lo que las tiendas deberían de estar llenas, nos tomará un rato, por lo que no creo que estemos todos libres a la hora de la comida —dije y todos estuvieron de acuerdo. Por querer seguir mi ejemplo y estudiar a detenimiento todas las academias que los aceptarían, nadie se había inscrito aún. —. Por lo que sugiero que nos veamos en el primer círculo para cenar. Ahí podremos discutir a qué academia atenderemos y podremos intercambiar información. Tal vez hasta podamos enviarnos una que otra carta. —dije con una sonrisa.

—Si, una última cena antes de partir. —dijo Dannia, todos parecieron estar de acuerdo.

—Bien. Ahora todos deberíamos descansar, nadie quiere quedarse dormido y quedarse sin academia al último momento. —dije con un suspiro, antes de dirigirme a mi tienda.

La mañana siguiente estuvo caracterizada por el desenfrenado frenesí de jóvenes aspirantes a magos corriendo hacia las varias tiendas que representaban varias academias de magia. Todos los que corrían buscaban encontrar una academia en la cual estudiar, y hoy era su última oportunidad. Sin embargo, esto no me afectaba. Mi aptitud de diez más garantizaba que pudiera estudiar en cualquier academia que quisiera, además de recibir trato preferencial por parte de los profesores.

—Hay tanta gente desde esta hora… ¿No deberíamos inscribirnos antes de desayunar? —dijo Mati.

—Si tratamos de inscribirnos ahora no podremos comer hasta la noche, por lo creo que es una buena idea desayunar primero —dijo Dannia —. Aunque si deberíamos hacerlo rápidamente.

El desayuno transcurrió sin acontecimientos notables, principalmente porque todos estaban preocupados por comer rápido para poder inscribirse antes de que terminara el límite de tiempo. Al terminar la comida, casi no hubo despedida. Eri e Ire salieron rápidamente del restaurante, seguidos por Nae, Serge y Mati. Dannia y yo fuimos los últimos en dejar el restaurante.

—Deberíamos de apresurarnos también, Zekke. —dijo Dannia mirándome de reojo.

—No hay prisa. Con nuestras aptitudes, aunque llegáramos cinco minutos antes de la hora límite nos inscribirían sin problemas —respondí con una sonrisa. —. Además, hay algo que quiero preguntarte.

—¿Preguntarme? —Dannia respondió, un poco curiosa. —Pues anda ya, ¿qué quieres saber?

—Anoche mentiste, ¿cierto? Ya sabes a qué academia te vas a inscribir y lo has sabido por un tiempo ya —Dannia se sonrojó y apartó la mirada, intentando evitar el contacto visual y confirmando mi teoría. —¿Y bien? ¿Cuál es? —pregunté.

—Fue tu idea no divulgar esa información antes de inscribirnos, ¿recuerdas? Para evitar tomar decisiones a la ligera.

—Lo sé, pero una vez que te decides por algo no vas a cambiar de opinión, así eres tú —le dije con una media sonrisa. —. No hay manera de que a último minuto decidas cambiar tu academia solo porque no coincide con la mía. Además, yo también me he decidido, y no planeo cambiar de opinión. —dije tratando de convencerla.

—La Academia del Dragón Plateado —dijo Dannia, esta era una academia del segundo círculo, de las más poderosas en el campamento —. Necesito conseguir dinero rápido, por lo que una academia como esa tenía sentido. Puedo estudiar sola después de amasar unas cuantas pequeñas fortunas, ¿no crees? —dijo con una sonrisa, esperando a ver mi reacción.

—Dragón Plateado… Me gustaría ver uno de esos algún día —suspiré recordando al maestro Iamos. —. Yo me decidí por la Academia del Roble Partido. Tiene una economía decente además de alinearse con mi afinidad y mis intereses. —dije sonriendo.

—Es una tienda del tercer círculo, ¿no? Te habrían aceptado en cualquiera, e incluso dado privilegios adicionales, siento que elegiste mal. —dijo Dannia, obviamente un poco decepcionada. Ella sabía que las academias Roble Partido y Dragón Plateado eran muy parecidas, por lo que se molestó al ver que no estuve tan cerca de elegir la misma que ella.

—No, elegí a la perfección —dije, calmado. —. Son suficientemente grandes para poder tener conocimientos de alto grado y una buena economía, pero aun así son lo suficiente mente pequeños para darle a sus acólitos de alta aptitud un trato preferencial de primer nivel, más de lo que podría obtener en una academia de segundo círculo. —le sonreí y tuvo que aceptar mis razones.

—Pero, de cualquier manera, habría apostado todo lo que tengo a que terminarías en una Academia de mayor prestigio…

—Sabes, también escogí el Roble Partido por su cercanía con tres academias de segundo círculo, entre ellas la Academia del Dragón Plateado —al decir esto Dannia se mostró sorprendida y avergonzada, tanto que su rostro empezó a parecer un tomate. —. Sabía que escogerías una de primer nivel, por lo que también tomé en cuenta cercanía con otras instituciones. —Mentí. Si bien es cierto que la apreciaba mucho, no hay manera en que sacrificara mi futuro por estar cerca de ella. Dicho esto, cuando descubrí que Dannia iba a estudiar en el Dragón Plateado y recordé que estaba cerca del Roble Roto, me sentí muy feliz.

—Bueno, sí estaremos tan cerca, más te vale enviar cartas. —dijo Dannia, aún no se había recuperado de mis palabras.

—Lo intentaré, aunque es un poco caro —dije mientras la miraba a los ojos. —. Bueno, voy a empezar el trámite, tú deberías hacer lo mismo. Nos vemos esta noche, mucha suerte. —dije y empecé a caminar hacia el tercer círculo.

—¡Mucha suerte! —escuché la voz de Dannia casi gritando.

La tienda de la Academia del Roble Partido se encontraba ubicada en la mejor parte del tercer círculo, justo donde pasa el camino para entrar al segundo círculo. En lo que a mi concierne, era la ubicación más lujosa para una tienda del tercer círculo. Probablemente la academia se encuentre a la par de algunas academias ubicadas en el segundo círculo.

La tienda era color negro total, lo único que saltaba a la vista era la imagen de un roble seco partido a la mitad, el escudo de la academia. El escudo estaba ubicado a los lados y sobre de la entrada a la tienda. Por dentro, no podía ser más diferente. El color negro, verde y rojo se mezclaban entre ellos para dar una sensación de armonía. Había varios libreros repletos de libros y artefactos, también había varias sillas en las orillas de la tienda. En la parte trasera, había un mostrador donde dos magos y una maga trabajaban diligentemente, leyendo papeles y hablando con los jóvenes frente a ellos. No había mucha gente en la tienda, aunque por lo que vi en días anteriores debía de haber muchos aspirantes inscritos.

Al entrar a la tienda, pude notar que el mago con el que hablé la última vez que vine a la tienda no estaba aquí, pero no me pareció nada extraño. Me acerqué al final de la fila y pacientemente esperé mi turno. Pasaron dos horas y media hasta que llegué al contador, la sonrisa de una maga me tomó desprevenido, pues no combinaba con su mirada.

—Hola, niño. ¿Vienes a inscribirte en nuestra academia? —preguntó con una voz curiosa

—Sí, por favor. Me interesa unirme a la Academia del Roble Partido.

—Claro, no hay problema. Solo necesito que me des tu pergamino de examinación y la ficha de registro, con eso determinaremos tu matrícula y podemos proceder. —dijo, aún con su sonrisa.

—Disculpe, ¿qué es una ficha de registro? No me la dieron en ningún momento. —al momento de decir esto, su rostro cambió completamente a uno de intimidación, podía sentir la energía de la mujer invadiéndome, hasta el punto en que casi pierdo la conciencia.

—Nuestra academia es muy selectiva, muchacho. Cuando alguien viene a preguntar si desean inscribirse son examinados por alguno de nuestros maestros. Después se les otorga una ficha de registro, que se usa para hacer más fácil el proceso de inscripción. —podía sentir la energía emanar de esta mujer, pero no podía hacer nada al respecto. Las miradas de los aspirantes alrededor de mil se veían burlonas, pero eso no me podía importar menos.

—Vine hace tres días a investigar la academia, el mago Devren dijo que me aceptaba, que viniera cuando me decidiera a inscribirme, pero no me aplicó un examen ni me dio una ficha… —dije con la voz entrecortada, la energía de la mujer estaba comenzando a afectarme mucho.

—Mientes, todos los aspirantes deben pasar por el proceso de examinación. —dijo con una mirada dura, implacable.

—Por favor, solo lea mi pergamino y entenderá. —dije antes de caer sobre mis rodillas, mi respiración pesada. Los últimos días mi cuerpo había mejorado mucho, me sentía más fuerte y era más veloz. No solo eso, podía percibir un poco mejor la energía de los magos; de no ser por eso, me habría desmayado hace mucho. Súbitamente, la energía de la maga desapareció, por lo que respiré fuertemente en alivio.

—Discúlpame, por favor. Sería un placer tenerte en nuestra academia. Permíteme un momento, no me tardo. —apenas terminó de hablar, la maga se movió tan rápido que solo se vio como un destello. Con mis reflejos, apenas pude ver hacia dónde iba, se fue hacia detrás del librero. Las miradas de los aspirantes, antes burlonas, ahora denotaban incertidumbre, respeto y miedo. Alguien que puede hacer que una maga se disculpe no era alguien para tomar a la ligera. Unos segundos después, dos figuras emergieron de detrás del librero.

—Aspirante Zekke, es un gusto ver que decidió unirse a nuestra academia. —Devren dijo con una voz jubilosa mientras se acercaba a mí, la maga de antes caminaba por detrás de él, avergonzada.

—Tiene una manera muy graciosa de mostrarlo, mago Devren. —respondí mirando hacia la mujer detrás de él.

—Discúlpala, por favor. No es más que mi pupila. Aunque tiene gran potencial, no es más que una nueva maga, una maga de acero —dijo Devren con una mirada burlona. Aunque su voz sonaba en toda la tienda, su barba hacía imposible ver el movimiento de sus labios, todo estaba cubierto por vello negro. —. Aunque, déjame advertirte. Si en verdad quieres estudiar en esta academia, no se tolerarán faltas de respeto a tus superiores no importa si ellos se equivocaron, ¿entendido? —dijo mientras emitía energía. Aunque no estaba destinada hacia mí, pude sentir una presión varias veces más grande que la de la mujer de antes.

—Si, señor. Lo entiendo. —dije con arrepentimiento en mi voz.

—Bien, ¿por qué no seguimos con el trámite? —dijo Devren sacando una pila de papeles de debajo del mostrador.

—Señor, antes de eso, me gustaría discutir las condiciones de mi inscripción; matrícula, facilidades y lo demás. —al decir esto, el rostro de Devren se veía conflictuado.

—¿No discutimos esto antes, cuando te di tu ficha de registro? Bueno, no importa. Como aspirante con aptitud de grado diez más, tienes derecho a una matriculación de cero, aparte del interés por parte de varios profesores en la academia. También podrás obtener acceso a habitaciones de mayor calidad a un precio razonable, si no quieres hospedarte en las habitaciones brindadas por la academia —dijo Devren y pude sentir decenas de pares de ojos sobre mí, mirándome con envidia. —. En cuanto a tus afinidades; al ser tan afín a los atributos en los que nuestra academia se especializa, podrás fácilmente aumentar tu mana y meditar más efectivamente, también se te proveerá de un acceso de nivel tres a la biblioteca de la academia, con posibilidad de aumentar —Devren empezó a tornarse más serio. —. Aunque si aceptas mi oferta de ser mi pupilo, los beneficios son aún mayores…

—Muchas gracias, mago Devren, pero me gustaría ver si algunos otros profesores están interesados en volverse mis mentores. Quiero empezar a especializarme lo antes posible. —dije muy cordialmente.

—Está bien, ya me lo habías mencionado. Bueno, vamos a lo formal, si realmente quieres unirte a nuestra academia, necesitamos que derrames una gota de tu sangre en este contrato —dijo mientras sacaba un rollo de papel —. Después, vas a firmar tu nombre, tu aptitud y tu afinidad. —mordí mi dedo índice e hice cada una de esas cosas muy rápidamente, evidentemente emocionado. Al terminar de escribir, Devren colocó una mano sobre el papel y sentí una fuerza emanar de él. Poco después, mi cuerpo empezó a calentarse hasta que la herida en mi dedo estaba completamente cerrada.

—¡Felicidades! Ahora eres miembro de la Academia del Roble Partido —dijo Devren mientras me entregaba una medalla. Bajo la fuerza de su mirada, me coloqué la insignia en mi capa, a lo que Devren asintió. —. Tu habitación temporal se encuentra bajo la tienda. No necesitas ir ahora, pero te convendría para guardar tu equipaje. No te preocupes, nosotros garantizamos su seguridad —dijo mientras me dirigía hacia detrás del librero, dónde había unas escaleras. Después de bajar un par de metros, llegamos a una cámara subterránea con varias bancas y mesas con varios aspirantes a mago sentados en ellas. Todos me veían con cierto nivel de tranquilidad, hasta podría decir que cariño. —. Como puedes ver, todos están felices de verte. En las academias de magia, los nuevos aspirantes usualmente desarrollan una relación muy rápido, esto se debe a que para poder hacerte con recursos valiosos se necesita fuerza, fuerza que en grupo es superior —dijo Devren con una sonrisa en su rostro. —Luego los conocerás. Ven, te voy a llevar a tu habitación —recorrimos un pasillo tenuemente iluminado por unos treinta segundos y llegamos a una puerta. La habitación dentro olía a humedad y tierra. La cama y lo demás estaba lleno de polvo y el escritorio se veía podrido. —. Como has llegado casi hasta el final, me temo que te toca una mala habitación. Pero no te preocupes, cuando lleguemos a la academia, tu habitación será muy buena. Aquí pasarás la noche y mañana vendrá alguien a despertarte. Salimos dos horas después de la primera luz hacia la Academia del Roble Partido. Haz lo que quieras con tu tiempo, pero no pierdas esa medalla. —dijo Devren mientras se daba media vuelta y salía de mi habitación.

Dejé mi maleta sobre el escritorio y sacudí las sábanas de la cama un poco. El cuarto pronto se llenó de polvo, por lo que decidí dejar todo como estaba y salir de ahí inmediatamente. Caminé hacia la cámara por la que entré, al llegar pude notar que había más aspirantes ahí. En total, conté siete personas, cuatro hombres y tres mujeres. Al acercarme más, uno de los hombres se dio cuenta de mi presencia y se levantó de su asiento, dirigiéndose hacia mí.

—¡Hola! ¡Bienvenido! ¿Cómo estás? —el joven que empezó a caminar hacia mi habló casi gritando, atrayendo la atención de los otros aspirantes hacia nosotros. —Mi nombre es Ewerard, soy un aspirante de grado ocho. Muy alto, ¿no? Bueno, qué se le va a hacer. ¡Oigan! Tenemos un nuevo aspirante, preséntense. —Ewerard ordenó. Un aspirante de grado ocho es muy raro, por lo que había pocos en cualquier academia. Sin embargo, una academia tan poderosa como esta debería tener al menos cinco aspirantes de ese rango cada año, ¿por qué todos obedecían sus órdenes? Poco después de que Ewerard gritó, cuatro de las seis personas sentadas empezaron a acercarse.

—Yo soy June, mucho gusto. Soy una aspirante grado siete. —dijo una joven de cabello rubio y piel blanca. Medía muy poco, aún para ser una niña de doce años.

—Hola, me llamo Aphra, aspirante de grado cinco, mucho gusto. —dijo un joven de mi tamaño con la cabeza cubierta, apenas terminó de decir eso se volvió a sentar.

—Yo soy Tomu, aspirante de grado seis, es un gusto conocerte. —un joven de cabello castaño saludó con una sonrisa muy cálida.

—Soy Lil, aspirante a maga de grado siete, me gusta el ponche y la luna. —dijo una niña con cabello azul con una sonrisa inocente. Parecía tener menos de doce años, pero ese era el requisito mínimo, por lo que no debía de ser posible. Volteé a ver a dos aspirantes que no se habían movido de su lugar esperando escuchar sus nombres, pero no hablaron.

—Bueno, esos fueron todos. ¿Por qué no te presentas? —dijo Ewerard con una sonrisa.

—Claro, pero primero tengo un par de preguntas. ¿Quiénes son esos dos? —señalé a la mesa en la que se encontraban los dos aspirantes que aún no conocía.

—Ellos no son importantes, no te preocupes… —dijo Ewerard, un poco molesto.

—No, quiero saber —repuse con una sonrisa —. Vamos a ser compañeros, así que es solo lógico que nos conozcamos, ¿no? —Ewerard me miró a los ojos y suspiró

—Hey, oigan, preséntense. —dijo con desdén. Después vi levantarse a dos figuras de la mesa, un hombre y una mujer. Ambos usaban la ropa característica del pueblo llano y también tenían las características físicas. Ambos tenían cabello negro, el hombre con ojos negros y la mujer con ojos cafés.

—Soy Franye, aspirante de grado cuatro. Él es Trup, aspirante de grado cuatro. Lo siento, pero él no habla mucho, mucho gusto de conocerte. —dijo la chica de ojos cafés.

—¿Ves? Te dije, nadie que valga la pena. Aspirantes de grado cuatro, aparte de plebeyos. Una pérdida de tiempo… —dijo Ewerard

—No lo sé, no me parece tan mal. El grado cuatro está dentro de los grados intermedios después de todo… —dije despreocupado. Ewerard me empezó a mirar con impaciencia y sospecha. Estoy seguro que mi actitud hacia Franye y Trup le hicieron pensar que yo también tenía un grado similar. —Otra pregunta más, ¿por qué actúas como el jefe de los aspirantes? —pregunté mientras sonreía.

—Es muy sencillo —dijo Ewerard con una sonrisa pedante en su rostro. —. Aquellos que tienen mayor poder tienen mayor influencia, lo mismo aplica tanto para nobleza como para magos. Ya que todos somos aspirantes aquí, el que tiene un mayor grado es el que manda, por eso yo soy el jefe. —dijo con una sonrisa enorme, creyendo cada palabra.

—Entonces si llega alguien con un mayor grado de aptitud él sería el "jefe", ¿no?

—Si, es correcto. Pero es el último día y nadie así ha llegado, por lo que… —dijo con molestia escrita en su frente antes de que lo interrumpiera.

—Hola a todos, mi nombre es Zekke, soy un aprendiz a mago de grado diez más, gusto en conocerlos. —dije y sonreí ampliamente. Toda la habitación quedó en silencio. Hasta los dos aspirantes de grado cuatro me voltearon a ver, incrédulos. Ewerard tenía una mirada de incredulidad, por lo que le dirigí una sonrisa.

—Ja… Buena esa, Zekke. Pero en serio, ¿cuál es tu grado? —dijo el aspirante grado ocho con sudor recorriendo su frente.

—No estoy mintiendo, aspirante de grado diez más —dije con una sonrisa mientras le mostraba mi pergamino. Los ojos de Ewerard casi abandonan sus órbitas, por lo que supuse que eso debería de calmarlo un poco. No planeaba empezar peleas con mis compañeros en instante que los conozco, pero tampoco planeaba dejar que un aspirante con grado inferior me diera órdenes. —. Bueno, tengo unas cosas que hacer afuera, pero me dio mucho gusto conocerlos. Nos vemos después. —dije con una sonrisa mientras tomaba las escaleras hacia la tienda.

Esperé por un par de horas en el restaurante al que siempre iba con Dannia y los demás hasta que empezaron a llegar. El primero fue Nae, seguido de Mati y Serge. Los gemelos llegaron después y Dannia fue la última. Todos estaban usando los escudos de sus respectivas academias, aunque solo reconocí el de Dannia y el de Nae.

—Lo siento por llegar tarde, los muchachos de mi academia tenían muchas preguntas. Para ser honesta, me siento un poco abrumada. —Dannia suspiró en alivio, sintiéndose cómoda con nosotros.

—No te preocupes, todos nos tenemos que acostumbrar a nuestros nuevos compañeros, supongo —dije con una voz un poco indecisa. —. De cualquier manera, es bueno ver que te uniste a una academia del segundo círculo, la Academia del Dragón Plateado, y no solo tú, Nae parece haber tenido suerte… —dije mirando a Nae con unos ojos inquisitivos.

—Esto… Sí. Me terminé uniendo a la Academia de la Rosa Venenosa. Me ofrecieron buenos beneficios solo por tratar de convencer a Zekke de unirse, así que… Zekke, ¿te unirías a la Academia de la Rosa Venenosa? —dijo Nae.

—No, gracias. —respondí rápidamente con una sonrisa, misma que Nae imitó.

—No entiendo, te acaba de rechazar, ¿no van a anular tu inscripción? —preguntó Mati

—No te preocupes, Mati. El trato era tratar de convencerme, y lo intentó, solo que no funcionó. Nadie puede decir que no cumplió con su parte del trato —dije aún con una sonrisa en mi rostro. Aunque yo estaba dispuesto a usar mi aptitud para ayudar a mis amigos, me sorprendió que Nae usara mi aptitud para ayudarse a el mismo. Me sorprendió bastante, pero no me molestó. —. Yo estoy en la Academia del Roble Partido, me ofrecieron cosas muy buenas. —dije suspirando.

—¿Academia de tercer círculo? Estaba seguro que terminarías en una de segundo… —dijo Serge, pero al notar mi mirada, decidió no preguntar más. —Yo me inscribí en la Academia del Ermitaño del Sol, del cuarto círculo. —dijo y me lanzó una mirada de agradecimiento.

—Hermano y yo estamos en la Academia del Sabio negro, del tercer círculo. —dijo Eri mientras Ire asentía en confirmación.

—Yo estoy en la Academia Imperial de Merdibriek, del cuarto círculo. Se que no es muy reconocida, pero tienen un buen programa de especialización en magia de recuperación, aparte de que puedo unirme a la corte imperial después de graduarme; de esa manera no tuve que pagar matrícula. —dijo Mati, un poco nerviosa.

—Suena a que escogiste bien, Mati. No tienes que explicarnos, todos estamos de acuerdo. —dije y todos asintieron

—Bueno, me dio mucho gusto verlos antes de irme —dije con una voz estoica. —. Tengo que estar temprano en el campamento de mi academia, por lo que me tengo que ir. Les deseo mucha suerte a todos en sus futuras tareas, me dio mucho gusto conocerlos. Cuando seamos magos oficiales, ¿por qué no nos juntamos por unos años? Ya saben, explorar y ese tipo de cosas. —sonreí, todos se levantaron y nos despedimos individualmente. Cuando llegó el momento de despedirme de Dannia, le susurré algo al oído.

Minutos después, detrás de la tienda de la Academia del Dragón Plateado, apareció Dannia.

—¿Qué pasó? —me dijo, tratando de esconder la tristeza detrás de su voz. Tomé su mano y la jalé hacia mí, abrazándola.

—Nada, solo quería despedirme —dije de manera calmada. —. También quería agradecerte, fuiste muy amable conmigo.

—Cállate, que voy a llorar —dijo Dannia empujándome un poco con sus puños, pero su sonrisa era clara. —. Que te vaya bien, Zekke. —dijo mientras tomaba mi mano.

—Que te vaya bien, Dannia —dije con una sonrisa. —. Nos vemos pronto, ¿sí? — Dannia asintió con la cabeza y desapareció en la noche. Ella no lo sabía, pero si todo salía como lo había planeado, nos veríamos más pronto de lo que ella esperaba.

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