1 Capítulo 1: Todo verano comienza con agua.

18 años.

Habían tres cosas que pensé que ya habría hecho al llegar a cumplirlos:

1. Tener mi primer beso.

2. Tener novio.

3. Aprender a manejar.

Bueno, pues no. Lamentablemente, mi fracaso en la vida es constante, pero tengo una especie de relación de amor-odio con él. Lo único que he logrado de todo esto fue dar mi primer beso. Y ni siquiera eso contaba completamente, ya que fue con Matthew, que era como mi mejor amigo. Además, fue por error y eso se sintió como besar a mi perro.

Y no quería decir que él besara mal, pero pues no quería besar a mi perro.

Y lo sé, a pesar de sonar como una tonta adolescente bastante ilusa, aún tenía la esperanza de que tener novio (sin importar si ya hubiera terminado y estuviera soltera) ya fuera algo real. Pero tampoco. Me ha gustado la misma persona por 3 años consecutivos. Así que, al menos puedo decir que lo he intentado. Pero como dije anteriormente, mi relación con el fracaso era demasiado cercana.

¡Pero a pesar de eso, Danniel, o como me gustaba decirle, Annie, teníamos una relación bastante linda! De amistad, pero eso era mejor que nada, Emilia.

En cuanto a aprender a manejar, pues mi madre decía que ni siquiera sabía manejar bien mis problemas, por lo que se negaba rotundamente a eso. Aunque mi padre era mi ayudante infiltrado, así que en cuanto a convencerla, ahora que tengo 18 años puede ser que haya una mejora.

Y ya me había dicho que, si en este verano no lograba cumplir nada de eso, pues tacharé ese 8 y pondré un 9. En fin, era la tradición de todos los años posponer las metas. Por suerte, mi cumpleaños era en verano. Así que, pues solo faltaba la fiesta y a mover el culo, ¿no?

Pues no, tampoco. Solo quedaban tres semanas de las vacaciones de verano. Mi mejor amiga, Lissa había propuesto la salida, ya que nos vimos muy poco debido a que tenía un trabajo en el hotel que le había recomendado su padre. Y las últimas semanas las tomó libre para poder salir juntas en mi cumpleaños.

—Bien, Emilia, sopla las velas —deseé con fuerza al soplar, soñando ya con lo que había pedido.

Todos estábamos reunidos en mi casa. Eran casi las 4:00 de la tarde y teníamos que irnos al hotel. Ya habíamos ido a un restaurante comer todos juntos, pero mi familia quiso darme un pastel de cumpleaños antes de irme por casi un mes.

—¿Y qué pediste? —preguntó Marinna, mi hermana mayor.

—Seguramente dejar de ser tan virgen —susurró Grace, la pequeña bestia de la casa.

—Grace Kinsey Harries, ¿qué dijiste? —iba decirle algo, pero conociendo a mi madre, luego de qué me fuera, la iba a comer viva.

—Ya tienen que irse, mira la hora —saltó mi padre al rescate.

—Sí, es cierto. Señor, señora Harries, cuidaré bien de la pequeña Emilia —Lissa tomó nuestros bolsos y se acercó a Grace—. En cuanto a lo que dijiste, descuida, me encargaré de que deje de ser tan virgen —susurró con cuidado para que mis padres no pudiesen escucharlo y luego me rodeó con su brazo en mis hombros—. Let's go, Lia!

♡♡♡

Luego de dos horas de carretera, aquí estábamos. La verdad, elegimos el hotel en el que Lissa había estado trabajando porque le habían prometido un bajo costo por ser ella. Y como Lissa es la reina de las rebajas, pues sus ojos se volvieron estrellas ante esa propuesta. Pero realmente era muy lindo, por algo era 5 estrellas después de todo.

—Lia, hoy puedes pedirme lo que quieras. Soy toda tuya —se emocionó Lissa mientras tomaba un sorbo de su piña colada con extra alcohol.

Estábamos frente a la piscina. Luego de llegar, no ordenamos nada y solo salimos a tomar aire. Realmente no teníamos planes concretos, pero al menos podía gozar de este increíble hotel.

—Pues quiero que me ayudes con Annie hoy.

—Eww —hizo un gesto de asco—. No lo menciones. Mejor pídeme que te busque a un mejor chico, porque eso lo haría encantada.

—Deberías ya acostumbrarte. Si nos hacemos pareja, pues tendrás que verlo todo el tiempo.

—No, cariño. Si se vuelven pareja, haré una huelga para recuperar a mi esposa de las manos de ese idiota —aclaró y reí al instante tras ver su expresión. Se irritada mucho cuando Danniel era nombrado—. Además, ahora que está en la universidad, casi no lo ves, lo cual es un alivio para mí, pero en cuanto a ti, ¿no deberías de buscar a un mejor partido? Quiero decir, ya son 3 años y siempre has actuado como una buena amiga.

—Pero ser amigos ya es un buen camino. Además, seguimos en contacto —presumí, la verdad estaba orgullosa de que, a pesar de todo, nuestra relación no muriera por la distancia.

—Es un camino del cual no podrás salir nunca, tonta. Y me refería a verse cara a cara. La última vez que lo viste fue el verano pasado. ¿No crees que habrá cambiado? —me puse a pensar—. Quizá tenga novia. O al menos este cerca de eso. Porque, aunque sea un idiota, su físico lo ayuda bastante.

—Pero si hacemos videollamadas todo el tiempo —le expliqué—. Y si hay lobos acechando a mi presa, entonces tendré que aprovechar lo que queda del verano sí o sí para que eso no ocurra —le guiñé un ojo.

—Ugh, no tienes remedio.

Le sonreí.

Una mujer de unos 33 años que aparentemente trabajaba en el hotel se acercó a Lissa y le susurró algo. De inmediato, ella se levantó de la silla y se volvió para avisarme antes de irse:

—Lia, ahora vuelvo —le hice un gesto con las manos y la vi irse luego.

Di un recorrido con la mirada al lugar y el hotel realmente era precioso. Tomé mi cámara y me acerqué a la piscina. Todo era perfecto para fotografiar.

Quería tomar una buena foto del otro lado de la piscina que era precioso. Había muchos sillones y mesas, la iluminación era preciosa, ya se hacía de tarde y las luces brillaban dando un toque hermoso a el lugar. Me acerqué con cuidado hacía la orilla de la piscina para captar bien la imagen en la cámara.

Justo cuando tomé la foto, sentí como si me hubiesen empujado y no pude evitar caer completamente a la piscina. La cámara que colgaba en mi cuello estaba totalmente llena de agua, ni hablar de mí. Vi a quién posiblemente había ocasionado todo y me apresuré a salir de la piscina para alcanzarlo. Era un chico que iba con una gran caja. Lo topé para que volteara a verme y así lo hizo. Solo pude ver su caja hasta que decidió ponerla en el suelo y por fin nos vimos. ¿Era un empleado?

Me miraba cómo si fuera una molestia justo en este momento. ¡Pero había sido él que me hizo caer a la piscina!

—¿Y bien? —dijo luego de que lo mirase con un claro enojo dominando mi expresión.

—No sé si lo notas, pero caí a la piscina.

—¿Y? —lanzó como si no importara en lo absoluto. Definitivamente eso me prendió en llamas.

—¿Y? Tú—

—Oye, no tengo tiempo, ni interés en escuchar tus tontas anécdotas qué consideras algo divertido para contar—me interrumpió sin más y tomó su caja con la intención de seguir caminando.

Caminé deprisa y sin pensarlo mucho, al llegar de nuevo a estar cerca de él, lo empujé hacía la piscina. Él se pasó la mano por su cara para quitarse él cabello, pues era bastante y algo largo ya estando mojado. Se apresuró a alcanzar la caja, qué se hundía rápidamente y la puso en la orilla con urgencia como si fuese muy importante. Luego me observó con odio y en respuesta le saqué la lengua mientras empezaba a caminar hacia los sillones.

—¡Detente, tú! —me gritó mientras trataba de salir de la piscina para alcanzarme.

—¡No tengo tiempo ni interés de escuchar tus tontos reclamos qué consideras válidos para decirme! —dije luego de tomar mi teléfono y mi bolso. Logré echarme a correr hacía las habitaciones sin que me alcanzara.

Al llegar a mi habitación, tiré todo lo que tenía encima en mi cama. Revisé mi cámara, pero solo salió agua. Estaba completamente dañada. Estaba enojada y no quería estarlo. Por ello, dirigí al baño para comenzar a prepararme para mi reunión de cumpleaños. Luego de ducharme, comencé a sacar la ropa de mi maleta para ver qué me ponía para esta noche. Como mi querido Annie estaría aquí, debía aprovechar al máximo el ambiente y poner unos cuántos puntos a mi favor luego de tanto tiempo. Finalmente dejé los vestidos floreados para después y escogí un vestido corto de playa de color blanco. Hacía que mi figura se viera resaltada, pero sin exagerar. Y a pesar de no tener exactamente un escote, pues se entendía que había algo de volumen en mi pecho.

Me puse a buscar entre mi bolsa de maquillaje, necesitaba a Lissa aquí. Ella iba a maquillarme. Mi vista se nubló de repente y me detuve en seco. Alguien había entrado son darme cuenta y me había cubrir los ojos con sus manos.

—Adivina —tarareó, con una voz bastante aguda. Parecía que se había esforzado bastante por que no reconociera su tono de voz natural.

Puse mis manos encima de sus manos para tratar de relacionar con alguien. Eran manos grandes, por lo que no era Lissa o Jude, otra amiga de la escuela. Aunque eso ya era obvio por la voz. Solo que solo podía ser alguien. No tenía dudas. ¡Era Danniel!

Quité sus manos y me giré con emoción para verlo luego de tanto tiempo. Realmente lo extrañaba tanto.

—Annie —inmediatamente se cortó toda mi emoción al ver quién era. Maldita sea—. ¿Qué haces aquí?  

avataravatar
Next chapter