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Mundo Shinobi - Señores de la guerra - 451

—sensei, traje a mi nii-chan— dijo Nawaki conduciendo a Kain al aula en donde él estudiaba. Era igual que el resto de las aulas estudiantiles. Había un pizarrón en la pared y a un lado un escritorio. A cinco metros del pizarrón estaban los pupitres de los alumnos que se elevaban como en una escalinata.

Kain entró detrás de Nawaki mientras sostenía al pequeño zorro Kurama en su mano izquierda. Él vio detrás del escritorio a una mujer madura, rubia, con el cabello ordenado en un moño y un flequillo que le cubría las cejas. De aspecto intelectual, afable y figura oculta dentro de la ropa holgada y la chaqueta táctica de la villa. Ella estaba corrigiendo unas pruebas. Tenía dos montañas de documentos. A la izquierda lo que tenía que revisar, la más pequeña de las dos. A la derecha la montaña de documentos que podía medir cincuenta centímetros de altitud.

La profesora levantó su rostro, llevaba lentes cuadrados y grandes, pero tenía bonitos rasgos. Debe haber estado a finales de sus treintas. Ella miró al niño, después miró a Kain. En ningún momento sonrió, solo mantuvo una expresión tranquila y asintió.

—Muchas gracias Nawaki— dijo la profesora, se enfocó en Kain. Ella llevó su mano derecha al costado de su rostro, tomo el marco de los lentes y se los quito. Eso la hizo ver más joven, pero su expresión se mantuvo neutral en todo momento —puedes ir a jugar al patio. Tengo algunas cosas importantes que hablar con tu nii-chan—

—¿No lo va a regañar?— preguntó Nawaki preocupado

La profesora por primera vez suavizo su expresión y negó con la cabeza —no, lo no voy a regañar, pero si Nawaki sigue manteniendo sus notas bajas, te voy a regañar frente a Mito-sama—

—Ugghh— dijo Nawaki con voz baja, soltó la mano de Kain, agacho su rostro, se dio media vuelta y camino a la salida —vamos, Kurama, sígueme— dijo y salió corriendo. El pequeño zorro saltó de la mano de Kain y lo siguió al trote.

La profesora apretó los labios como si contuviera una sonrisa y después miró a Kain.

Por su parte, Kain miró hacia el pasillo. Touma y Hyoga lo esperaban. Kain señalo con la mano, los guardaespaldas asintieron y siguieron a Nawaki.

Kain camino por el aula, estiro su mano izquierda y los pupitres, una silla se elevó lo suficiente para superar el pupitre y voló a su mano. Kain camino hasta el escritorio de la profesora. Por lo general, los apoderados se colocan del otro lado del escritorio, pero Kain ignoro eso y se puso al lado, a dos metros de la profesora, con la silla apuntando hacia ella.

La profesora quedó mirando al muchacho, no debe haber tenido más de dieciocho años. Se veía alto, guapo, el cabello blanco y los ojos azules. La mirada analítica. Tenía una boca muy sensual, pero eso no le importo. No era la primera vez que ella se enfrentaba a un tipo guapo del clan Uchiha. En muchos sentidos, ella se preguntaba que le daban de comer a las madres para que sus hijos salieran tan guapos.

La profesora giro su silla y quedó frente a frente. Miró a Kain a los ojos y le dijo —muchas gracias, por venir, señor Uchiha. Soy la profesora de Nawaki, Atsuko Sarutobi—

—Muchas gracias a usted, Atsuko-san, por todo este tiempo haber cuidado de Nawaki. Creo que usted ya conoce mi nombre, pero lo diré de todos modos. Kain Uchiha, mucho gusto— dijo Kain e inclino ligeramente la cabeza

Atsuko quedó mirando a Kain, tenía un aire elegante y un habla sofisticada, astuta —primero que todo— dijo —¿Quisiera preguntarle porque no ha venido las otras veces que lo he convocado?—

Kain mostró una pequeña sonrisa astuta y le preguntó de vuelta —bueno, a mí me interesaría saber ¿Por qué usted me quiere conocer? Mito-sama, mi sensei, es el apoderado de Nawaki—

Atsuko ya se había enfrentado a una persona así en el pasado, Tobirama Senju. Ella entendía que regañar a Kain o forzar a que él respondiera no tendría ninguna utilidad. Atsuko se apretó el tabique de la nariz, apartó su mano y miró a Kain a los ojos —primero que todo, Nawaki tiene notas deficientes en cuanto a lo teórico. Se podría decir que está en la parte más baja de toda la clase, apenas aprobando el curso. En cuanto a lo práctico, su talento solo se puede considerar promedio—

Kain asintió e hizo una mueca amarga. Puede que Nawaki nunca llegue a ser hokage. De inmediato empezó a pensar en formas de poder ayudarlo, pero si el niño no ponía de su parte, no sacaba nada. Solo podía motivarlo a perseguir su sueño.

—Sin embargo— dijo Atsuko, sacó a Kain de sus pensamientos y llamó su atención, lo que hizo sonreír a Atsuko —a nivel de influencia, él está por encima de los profesores. Es muy popular, al punto de que podría ser una influencia negativa para toda la Academia, pero Nawaki es un niño amable y considerado. Él hace que todos sean mejores personas y por eso, quería conocerlo. Mito-sama es una influencia positiva que le da dirección al niño, pero ni ella ni Hashirama-sama tenían ese nivel de carisma. Así que solo puedo atribuírselo al nombre que más repite Nawaki—

Kain mostró una sonrisa sincera, feliz de que él niño fuera tan amado por todo el mundo —entiendo— dijo, un poco débil a este elogio indirecto.

—Ahora, usted no es el mejor modelo para seguir— dijo Atsuko, lo que fue un balde de agua fría para Kain. Este último se ruborizo y soltó una risita nerviosa.

Atsuko pudo ver la misma risita que soltaba Nawaki cuando lo pillaban en una travesura. Ella apretó sus labios para no sonreír, pero entendió porque las alumnas de los cursos superiores de la Academia estaban tan locas por Kain Uchiha. Atsuko reacciono, se ruborizo y tosió como para reiniciar la conversación —volviendo al tema— dijo —usted no es una buena influencia, así que como profesora de Nawaki, me preocupa el tipo de persona que pueda ser usted—

—¿No le ha contado Megumi?— preguntó Kain mirándola a los ojos, sus labios se cerraron al final de la pregunta y se separaron poco a poco hasta formar una sonrisa astuta.

Atsuko hizo su rostro hacia atrás como si la hubieran descubierto —eso es— dijo con nerviosismo

—Mis más sinceros elogios— dijo Kain —para ser madre soltera y profesora, lo ha hecho muy bien. Megumi es el mejor elemento en mi casa. Ella puede llevarse bien con mi muchacho, Hashirama. Puede que esa capacidad para manejar a los niños lo haya heredado de su madre. Según tengo entendido, Megumi también fue una niña especialmente enérgica cuando era niña—

Atsuko soltó un suspiro al ser descubierta con tanta facilidad. Megumi le había asegurado que no hablo de su parentesco, pero no había forma de ocultar la verdad. Solo que Atsuko esperaba que Kain estuviera indefenso en su primer encuentro y que para la próxima reunión él lo supiera, pero parece que él ya venía preparado.

—No estamos aquí para hablar de Megumi— dijo Atsuko con un rubor en las mejillas. Ella le dio a Kain una mirada de reproche.

—No, no estamos aquí para hablar de ella. Ahora ¿Su verdadera razón?— preguntó Kain

Atsuko miró a Kain como si fuera su enemigo y le dijo —¿Cuáles son sus intenciones con mi hija?—

Kain la quedó mirando a los ojos, ella contraía sus pupilas, así que él entendió que ella estaba siendo especialmente seria en este tema —ella cuida de mi hijo— respondió —e insisto, es muy buena. Hasta el momento es la persona con la que mejor se lleva Hashirama—

—Le seré sincera— dijo Atsuko con el ceño fruncido al ver a Kain con actitud tan calmada —yo estaba en contra de que mi hija se presentara para semejante trabajo, pero esa anciana loca empezó a hablar mal del niño y mi hija sintió pena. Usted no sabe lo doloroso que es para un niño ser incomprendido—

Kain la quedó mirando a los ojos con una pequeña sonrisa.

Atsuko lo miró con dureza, pero en su cabeza empezaron a emerger los antecedentes de Kain. Hijo de Madara Uchiha. Ella recuerda a su padre pidiéndole al dios shinobi que trajera al niño a la Academia, pero Hashirama-sama siempre daba la misma respuesta. Atsuko recordó a Kain pequeño en los brazos de Mito-sama mientras compraban en el distrito de la alianza. La gente miraba a Kain con verdadero odio y Mito-sama casi los golpea por eso.

—Yo, lo siento— dijo Atsuko, agacho la mirada y soltó un suspiro. Ella miró a Kain a los ojos y le pregunto —¿Usted piensa enviar a sus hijos a esta Academia o los va a educar por su cuenta?—

—Los tiempos han cambiado de cuando yo era niño— dijo Kain con tranquilidad —así que sí, por supuesto. Con respecto a Nawaki, lo ayudaremos para que mejore sus notas—

—Me parece correcto, muchas gracias por comprender. Sin embargo…— dijo Atsuko, guardo silencio y le sostuvo la mirada a Kain —¿Quiero saber cuáles son sus intenciones con mi hija? Yo, no confió en un hombre con demasiadas mujeres. Quiero que sepa que ella es mi hija y la protegeré con todo lo que tengo y si es necesario enemistarme con usted, lo haré—

—Uste habla como si yo fuera a comerme a su hija—

—¡No se haga el tonto! Usted es un hombre lujurioso. De ningún modo se le puede considerar decente—

Kain soltó una risita, lo cual enfureció a Atsuko y le lanzó un manotazo al brazo. Kain recibió el golpe y quedó mirando a Atsuko a la cara. Ella le sostenía la mirada como si no le tuviera miedo, pero después agacho la mirada.

—Lo siento, no debí hacer eso— dijo Atsuko apenada por su comportamiento infantil

—Parece que los Uchihas no son los únicos apasionados— dijo Kain con una pequeña sonrisa

Atsuko lo miró a los ojos, hizo un puchero y frunció el ceño —no se burle de mí, soy mayor que usted— dijo

—Sí, claro, pero cuando te pones a jugar con un muchacho, no te puedes considerar un adulto. Puede ser ¿Puede ser que en su interior haya un corazón juvenil esperando el amor?—

Atsuko se puso roja del cuello a las orejas y le grito —suficiente, esta reunión de padres se terminó. Usted preocúpese de Nawaki y no se atreva a poner sus manos en mi hija o ya verá—

—Eeeeh, pero es una pena— dijo Kain con una sonrisa burlona —ella es igual de hermosa que usted. Si ella golpea mi puerta ¿Por qué le diría que no?—

—En ese caso ¿Usted dormiría conmigo?— dijo Atsuko con una sonrisa burlona —por supuesto que no ¿Verdad? Una mujer mayor…— Atsuko perdió su voz al instante. Ella se dio cuenta de lo que dijo y su rostro se puso rojo, le dio un terrible calor y su corazón comenzó a latir como un loco. Atsuko miró a Kain Uchiha sonreír con astucia, no, su sonrisa era un poco más parecida a la de un charlatán. Como si entre verdades y mentiras le hubiera sacado la verdad. Atsuko se giró, acercó su silla al escritorio y tomo el lápiz con el que corregía las pruebas —váyase, tengo trabajo que hacer— dijo.

Kain la quedó mirando en silencio durante unos segundo, se puso de pie, extendió su mano izquierda, hizo levitar la silla y la devolvió de donde la sacó. Miró por última vez a Atsuko, la quedó mirando durante diez segundos. Ella parecía poco dispuesta a continuar esta conversación. Kain se alegró un poco, de esta manera no lo volverían a llamar. Atsuko era bonita, pero no para tanto. Por otro lado, si Atsuko no hubiera sido la sensei de Nawaki, él nunca se hubiera molestado en venir a conocerla.

Kain se dio la vuelta y comenzó a caminar a la salida.

—Hey, usted ¿No tiene educación?— preguntó Atsuko muy molesta

Kain se detuvo, miró hacia atrás y vio a Atsuko roja desde el cuello a las orejas. Tenía una mirada llena de anhelo, pero una expresión seria como si realmente lo estuviera regañando. Kain miró hacia un lado por unos segundos, se dio la vuelta y camino hacia Atsuko. Esta última se afirmó del escritorio y cuando Kain llegó delante de ella, él se agacho y acercó su rostro. Atsuko se quedó petrificada, pero Kain solo llegó hasta un centímetro de distancia, dejando que ella diera el último paso.

Atsuko miró a Kain a los ojos y después a la boca. A ella le pareció muy atractivo igual que la mayoría de los Uchihas, pero ninguno era tan descarado como él. Atsuko trago saliva. Ella lo quería besar, el corazón le latía furiosamente. Su lógica le decía que era mala idea. Ella miró a Kain a los ojos, preciosos ojos azules, pensó. Ella abrió su boca, soltó una exhalación caliente y acercó un poco sus labios. Solo basto que ella sintiera el toque suave de los labios para que se decidiera a sujetarlo del haori y besarlo.

Atsuko apartó su rostro, estaba muy roja. Ella se relamió los labios mientras lo miraba a los ojos, pero de repente se dio cuenta de lo que hizo, agacho la mirada, volvió a enfocarse en su escritorio, ella se levantó del lado opuesto al de Kain y utilizo la silla como separación. Ella señalo a la salida y dijo —váyase, no vuelva nunca más—

Kain la quedó mirando, si él presionaba un poco más podría obtener gran parte de ella, pero no era el momento ni el lugar. Si venía Nawaki, él no sabría cómo explicarle que su nii-chan estaba educando a su sensei. Así que Kain se dio la vuelta y salió del aula.

Atrás quedó Atsuko, roja, con la respiración forzada y la garganta seca. Ella soltó un suspiro como si se estuviera desinflando. Atsuko se sentó en su silla, la acomodo frente al escritorio y tomo el lápiz para corregir las pruebas. Ella trato de mover el lápiz, pero la mano le temblaba. Ella soltó el lápiz, se recostó en la silla y se deslizo como si se estuviera derritiendo. Ella soltó un suspiro y se cubrió la cara —¿Qué te sucede Atsuko? Se supone que tenías que regañarlo y ponerle límites, no besarlo. Ni siquiera lo conoces— ella levantó su mano derecha y se fue dando de golpes en la cabeza —estúpida, estúpida, estúpida, estúpida—

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