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Mundo Shinobi - Señores de la guerra - 433

Era lunes y Kain avanzaba por el campo de entrenamiento subterráneo. Hoy era el primer día en que los señores de la guerra volverían a utilizar chakra.

Al lado de Kain iba Orochimaru, Kain apoyaba su mano en la espalda para darle confianza. Orochimaru veía a dos de los más grandes guerreros que produjo Konoha. Del lado izquierdo, Madara Uchiha. Tenía el cabello negro, largo y desordenado como una melena. Mirada apática llena de soberbia, con los brazos cruzados y una postura natural con los pies a la altura de los hombros.

Del lado derecho estaba Tobirama, cabello gris, corto y desordenado. Tenía una mirada fría y complicada. Tenía los brazos a los lados y las piernas a la altura de los hombros, un poco reclinado sobre su pierna derecha.

Orochimaru lo miraba con cierta timidez y frustración. Él miró hacia la izquierda y elevó su rostro. Miró a Kain, este último lo miró a los ojos y sonrió con tranquilidad. Orochimaru formo una pequeña sonrisa y continúo avanzando hasta llegar a dos metros de Madara Uchiha.

—Oto-sama, este es mi primo, Orochimaru— dijo Kain con tranquilidad

Madara miró al niño con esa mirada tan apática y asintió.

Kain soltó una risita y negó con la cabeza. Después miró a Orochimaru y le dijo —este es mi oto-sama, Madara Uchiha—

—Mucho gusto señor— dijo Orochimaru haciendo una leve reverencia.

—Eres bastante parecido a senior Orochi, serás un gran shinobi— dijo Madara

Orochimaru miró a Madara algo confundido.

Kain le dio unas palmaditas en la espalda a Orochimaru y le dijo —traducido para ti significa: eres un muchacho talentoso, serás fuerte. Es un elogió—

Orochimaru miró a Kain, sonrió y asintió. Orochimaru miró Madara e hizo una pequeña reverencia —muchas gracias, señor— dijo

—Mm— dijo Madara sin darle mayor importancia.

Kain quedó mirando a su padre, pero este último miró hacia otro lado, como si se sintiera avergonzado por ser un hombre de pocas palabras. No todo el mundo era tan conversador como Kain.

Kain soltó un suspiro y miró a Orochimaru —bueno, vamos a ver a la otra persona— dijo

Orochimaru miró a Kain, formó una línea con sus labios en una expresión complicada, pero asintió. Orochimaru miró a Tobirama, de pie a cuatro metros de Madara. Estaba de pie, se cruzó de brazos, los pies a la altura de los hombros y ligeramente reclinado sobre el pie derecho.

Kain puso su mano en la espalda de Orochimaru y lo acompaño hasta detenerse a dos metros de Tobirama.

—Tobirama, este es mi primo, Orochimaru— dijo Kain con seriedad —el hijo de los científicos que mandaste a matar—

Tobirama frunció el ceño, pero después puso una expresión complicada y miró al niño de cabello oscuro y piel tan pálida como el papel. Tenía pintado los parpados superiores de color purpura igual que su sensei. La mirada inocente con un brillo a resentimiento.

—¿Algo que decir?— preguntó Kain

—Deja esto, sabes que cualquier cosa que diga no cambiara lo hecho— respondió Tobirama y miró hacia otro lado.

Kain soltó un suspiro y miró a Orochimaru —por esto los sentimientos son importantes, Orochi. Mira a este tipo y aprende de él. Nunca seas como él. Este es el tipo de persona que daña a otros sin pensar en las consecuencias ni en los sentimientos de los demás— dijo. Orochimaru miró a Kain con los ojos llorosos, asintió y Kain le acaricio la mejilla con suavidad —está bien llorar si quieres llorar, Orochi. Yo estoy aquí para ti, también está el abuelo y toda mi familia. Sabes que no estás solo ¿Verdad?— Orochimaru miraba Kain mientras las lágrimas caían por sus ojos tan oscuros como aceitunas. Kain hizo pequeña mueca, se agacho y lo abrazó. Orochimaru se abrazó a Kain mientras sollozaba y Kain lo tomo en brazos como si fuera un niño. Después le dio la espalda a Tobirama y camino en la otra dirección, donde lo esperaban el anciano Orochi y Kiyomi.

—Oye ¿Escuchaste a mi viejo?— preguntó Kain con un tono de voz suave mientras cargaba a Orochimaru, este último podía tener once años y ser relativamente grande, pero cosas como perder a los padres no se resuelven tan fácilmente, incluso si eras una mente privilegiada como Orochimaru.

Orochimaru aparto la cara del cuello de Kain, se limpió las lágrimas con las mangas y miró a Kain —sí— dijo con una pequeña sonrisa

—Mi viejo no es de hacer cumplidos a cualquiera. Dijo que eras talentoso, eso es bastante bueno. Mi viejo peleo con el dios shinobi, así que sabe de lo que habla—

Orochimaru sonrió feliz y asintió —sí— dijo y se abrazó a Kain mientras ocultaba su rostro en el cuello de Kain.

—Nii-san tiene algunas ideas— continuo Kain —¿Te sientes listo para empezar a aprender jutsus especiales?—

—Sí— dijo Orochimaru sin apartar su cara del cuello de Kain.

—Pero tu recuerdas lo que hablamos la otra vez, nada de experimentar en personas. Trabaja inteligente, no duro ¿Entendido?—

—Sí, nii-san—

—Eso es lo correcto. Si Orochimaru cumple con los estándares, nii-san le dará otras formas de experimentación y cuando llegue el momento de experimentar con personas, nii-san personalmente ayudará a Orochimaru—

Orochimaru apartó su rostro del cuello de Kain y asintió. Miró a Kain a los ojos y sonrió.

—Eso es, esa sonrisa te queda mucho mejor. Orochi es un muchacho guapo igual que su primo, necesita sonreír más—

Orochimaru se rio por el autoelogio que se dio Kain.

—Bien, abajo— dijo Kain y bajo a Orochimaru. El niño se apoyó en sus pies, se dio la vuelta y miró a Orochi (su abuelo) y a Kiyomi Uzumaki. Después miró a Kain y este último dijo —vamos, el abuelo te está esperando—

Orochimaru asintió y a pesar de sus once años, tomo la mano de Kain y caminaron juntos hasta el anciano. Una vez que llegaron frente al anciano Orochi, Orochimaru soltó la mano de Kain y se acercó a su abuelo. El anciano se veía pequeño, lleno de arrugas, con el cabello cano e igual de pálido que el niño.

—¿Cómo te sientes?— preguntó Orochi

—Bien, abuelo— dijo Orochimaru —me duele un poco, pero estoy bien—

—Me alegro, después de este experimento nos sentaremos a conversar. Creo que hay mucho de lo que hablar—

—Sí, abuelo—

Kiyomi miraba por el lado a Orochimaru, no entendía mucho de lo que pasaba, pero intuía que Tobirama le había hecho algo a la familia del anciano Orochi Senju. Sin embargo, de repente una mano se acercó y le apretó la nariz con suavidad, pero fue lo suficientemente molesto para que ella diera un paso atrás y mirara hacia adelante con el ceño fruncido. Entonces vio al gigante de cabello blanco y ojos azules sonriendo delante de ella. Kain solo sonrió y llevó su dedo índice y medio a los ojos y los presiono en los parpados inferiores. Después apunto a Kiyomi y después se dio la vuelta para apuntar a Madara y Tobirama. Kiyomi tenía una expresión molesta porque le habían apretado la nariz, pero asintió en señal de entendimiento.

Kain dijo —despliega unidades de apoyo y crea domo protector alrededor de Orochimaru, Orochi y Kiyomi—

Al instante, emergieron del brazalete en el brazo izquierdo las unidades Vástago y Segador. Los dos pequeños diamantes levitaron dos metros por encima de Kiyomi, Orochimaru y Orochi. Generaron un campo de energía en forma de domo.

Kain se quitó el haori blanco y lo lanzó al suelo. Después camino en dirección a Tobirama y Madara. A medida que avanzaba, levantó la mano derecha y les hizo el gesto para que los dos se lanzaran contra él.

Madara estaba de brazos cruzados y al ver a su hijo tan arrogante, sonrió, descruzo sus brazos, tomo un postura como si se fuera a lanzar a correr y despareció. Al instante apareció delante de Kain. Lanzó un puñetazo detrás de otro, pero Kain retrocedía interceptando y desviando los golpes sin verse perturbado. Mocoso insolente, pensó Madara y puso todo su ser en romper esa defensa.

Al mismo tiempo, Tobirama observaba el combate entre los dos. Madara tenía la iniciativa y se movía de forma fluida sin perder energía, pero era como si Kain supiera en todo momento como iba a atacar. Entonces Tobirama tomo su kunai con forma de tridente y lo lanzó. El kunai cayó a cinco metros de Kain. Tobirama se transfirió al instante y toco el suelo dejando un sello no más grande que un pulgar. Después volvió a lanzar el kunai y fue dejando sellos alrededor de Kain, moviéndose en espiral hasta que el encuentro fue inevitable. Tobirama lanzó un puñetazo a la nuca de Kain, pero este ni siquiera necesito mirarlo, se agacho un poco, de frente venía el ataque de Madara, así que Kain se impulsó hacia un lado. Madara saltó para alcanzarlo y Tobirama ocupo el sello previamente puesto en el suelo. Ambos atacaban al mismo tiempo con una habilidad que solo se podía considerar divina.

Por otro lado, Orochi junto a su nieto y Kiyomi Uzumaki miraban el combate desde la protección del domo de energía producido por las unidades de apoyo.

Orochi miró a su nieto a la derecha, el joven Orochimaru trataba de forzar sus ojos para seguir los movimientos, pero apenas podía y eso lo hacía fruncir el ceño. Por otro lado, Kiyomi Uzumaki, un metro más allá, miraba el combate con una mirada de resignación como si hubiera perdido algo.

—Kiyomi-san— dijo el viejo Orochi con voz sibilina. La niña pelirroja lo miró y el anciano continuo —Orochimaru también es considerado un genio por hokage-sama, pero eso no quiere decir que este a la altura. Ustedes son diferentes de aquella generación y aunque Kain tampoco participo en los años de los estados combatientes, fue educado por Hashirama-sama. Su educación no es normal. Esos tres son el pináculo del mundo shinobi, si quieres llegar ahí, tienes que esforzarte—

—Yo— dijo Kiyomi con voz temblorosa, ella agacho la mirada y después miró a Kain, Madara y Tobirama. Kain se movía cuidando cada movimiento de su cuerpo mientras Madara y Tobirama lo perseguían y lo atacaban sin contemplaciones ¿Cómo ella iba a alcanzar eso? Se preguntó, Kiyomi, era imposible. Su sensei ni siquiera estaba utilizando su sharingan.

El contrataque de Kain vino media hora después, cuando Madara y Tobirama ya habían alcanzado su tercer aliento y estaban comenzando el cuarto, con más fuerza y energía.

Madara lanzó un puñetazo a las costillas, Kain lo intercepto y le dio tres puñetazos sucesivos en la boca del estómago. Madara quedó congelado, arrugo la nariz, se quiso mover, pero su cuerpo no le respondió.

Por otro lado, Tobirama tomo el kunai con forma de tridente a falta de una buena katana y realizo su jutsu —Hiraishingiri— grito y se movió a una velocidad vertiginosa apuntando al cuello de Kain, pero este último lo miró de forma despectiva y solo tuvo que hacer su cuello hacia un lado. La hoja paso dejando una marca en forma de línea roja sobre el cuello, pero el ataque fallo. Tobirama trato de remediarlo ocupando uno de los sellos que había dejado en el suelo. Despareció y volvió a aparecer a cinco metros de Kain, pero se dio cuenta de que no sirvió de nada. Kain apareció por detrás de él y lo golpeo en las costillas del lado izquierdo con la palma en una dirección ascendente. Tobirama soltó una bocanada de sangre y su cuerpo se elevó dos metros, voló formando un arco y cayó al suelo deslizándose hasta detenerse.

Kain se llevó la mano al cuello y se tocó. Después se miró al mano y vio que no fue nada serio. Ni siquiera le había producido un corte, pero eso se sintió bastante peligroso incluso si solo fue un roce.

—Maldito— mascullo Tobirama desde el suelo, escupió una bocanada de sangre y continuo —dijiste que esto era un entrenamiento—

—Bueno, que quieres que te diga— dijo Kain desde su posición —solo fue la reacción del momento, la próxima vez no me lo tomare tan a la ligera. Por otro lado— Kain miró a Madara que seguía inmóvil por el triple puñetazo a la boca del estómago —¿Por qué te estás conteniendo oto-sama?—

—¿Quién se contiene, idiota?— preguntó Madara con la voz ahogada mientras se abrazaba el estómago —¿Cómo se supone que supere tu percepción?—

—Oooh, estabas en fase de estudio— dijo Kain, asintió, eso se le hacía más sentido. Él camino hacia Madara, emitió ninjutsu medico potenciado por el chakra del tipo madera y lo tocó. Fueron un par de segundos, pero fue más que suficiente para que Madara sanara.

Kain después fue hacia donde estaba Tobirama. Revisando un poco, le había roto casi todas las costillas del lado izquierdo y dañado varios órganos. Se podría decir que lo había dejado al borde de la muerte. No era raro que protestara Tobirama.

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