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Capítulo 24.2 Interludio - Electricidad y luz

Décimo quinto año del establecimiento del sabio reino de Lemuria, Zhcted -Ciudad de Lebus, mes de abril

Hoy era un día soleado y maravilloso, el sol brillaba en el cielo, el viento corría con libertad y movía las hojas de los árboles. Kain por su parte caminaba por una ciudad cercana a la suya, pero no estaba aquí por deleite y negocios. Estaba buscando información de un hylden que había sido avistado hace unos meses. Tenía pensado acercarse a los mercaderes y mercenarios que ofrecen sus servicios de caravanas. De esa manera, haría el recorrido desde Lebus a Legnica y esperaría a que el demonio Hylden lo ataque.

??? -¡príncipe asesino! ¿Qué haces en mis tierras?- grito una voz femenina. Se escuchaba los cascos de los caballos y cómo se acercaba a todo galope. Kain por su parte, la escucho y no necesito dase la vuelta para ver quién le hablaba. La mujer paso a todo galope y se detuvo a uno dos metros en frente de él. Ella tenía el cabello rojo, llevaba un vestido de purpura y sus ojos tenían diferentes colores.

Kain se recompuso de tan hermosa visión y dijo -Solo estoy dando un paseo, si no interrumpieras mi camino, habría pasado desapercibido y hubiera viajado desde tu ciudad a Legnica sin molestar a nadie. Ahora con lo estúpidos que son los nobles, vendrán a mí y harán alguna estupidez que los llevara a su fin. Por lo tanto, ahora que te has ganado en mi camino y sabes mi nombre, dime ¿Cuál es el honorable nombre de la vanadis?-

-Elizaveta Fomina, ¿Cuál es tu negocio aquí, príncipe asesino?- pregunto la mujer sin bajar la guardia.

Kain torno los ojos al cielo, ¿Cuál es el problema con que él pasee? -solo estoy haciendo un paseo- dijo en un tono calmado -voy a la tierra de mi esposa, ¿tengo que decirte también que voy a hacer con mi mujer?-

Elizaveta se puso colorada y entendiendo que estaba siendo burlada, saco su viralt en forma de látigo y apunto a Kain -¿te atreves a burlarte de mí?-

-Vanadis, puede ser tu ciudad, pero si sigues molestándome, te daré la lección de tu vida. Pregúntale a tu viralt si es conveniente pelear conmigo-

Elizaveta escucho algo y puso mala cara, bufo y dándose la vuelta se quiso marchar.

-Ya que interrumpiste mi "pacifico" viaje- dijo Kain -al menos podrías ayudarme dándome algunas indicaciones-

Elizaveta se detuvo, inspiro y miró una vez más a Kain -¿Qué quieres saber?-

-¿En qué lugar puedo encontrar las caravanas que van a Legnica?-

-Sigue tu camino hasta el otro extremo de la ciudad, casi llegando a la salida encontraras las caravas-

-Gracias, tienes unos hermosos ojos. Si cambiaras un poco tu carácter serías perfecta, tanto que incluso te perseguiría-

Elizaveta se puso colorada -¡¿Quién quiere ser perseguida por semejante persona?! no quiero volver a verte- entonces arranco en su caballo y Kain sonrió ante el infantil comportamiento.

-o-

Cuando Kain llego a los caravanas muchos nobles huyeron de la zona. Otros pusieron un frente fuerte, pero ninguno se atrevió a acercase y mucho menos a hacer contacto. Un hombre en sus treinta, con ojos pequeños y una sonrisa de negocios, se acercó frotándose las manos y dijo -Buen día joven noble, por tu semblante y el miedo que les inspiras a estas ratas, debes ser el príncipe del reino vecino-

-Llámame Kain- dijo -dime ¿Cuánto cuesta el viaje hasta Legnica?-

-¡Un oro!-

Kain miro al hombre a los ojos y le pregunto -¿Por qué tanto?-

-Porque el peligro lo vale. Han estado atacando muchas caravanas y lo peor de todo es que no queda nadie con vida. Nosotros y otras tres caravanas somos los únicos que funcionamos hoy en día-

Kain le lanzo la moneda de oro y le pregunto -¿Cuándo partes?-

El hombre atrapo la moneda en el aire y con una sonrisa dijo -Al medio día. Si no estás en la carreta te dejamos. Así que más te vale no andar rondando-

-Bien ¿a cuál de todas me subo?- dijo mirando las tres carretas que conformaban la caravana

-De las tres, las dos primeras tienes suministros, así que gánate en la última-

-o-

Al medio día se movieron los carretas y Kain podía ver las amplias llanuras que se extendían hasta llegar a las faldas de los montañas. Por otro lado, estaba el denso bosque extenso y oscuro. En donde había un camino de ida y otro de vuelta, pero según los rumores ninguno de los dos caminos era bueno, ya que por cualquiera que fueras, no volverías.

Hoy parece que no había pasaje para nadie, ya que solo Kain y otros cuatro mercenarios estaban en el carreta. Los mercenarios iban en silencio, pero con los sentidos bien atentos y listos para el combate en cualquier momento. Kain saco una pequeño odre con vino y tomo un sorbo, después de eso lo ofreció y solo el jefe de los mercenarios lo recibió.

-Gracias príncipe- dijo el joven líder mercenario, no parecía tener más de veinte -¿no te molesta si le ofrezco a mis amigos?-

-Llámame Kain y no, no me molesta. Mi maestro es un ex mercenario y siempre me dijo que la mejor forma de hacer amigos, es compartir un buen vino-

-Antoine- dijo presentándose -tu maestro es muy sabio- y los otros tres muchachos se rieron y compartieron el odre.

Kain entrelazo sus manos y sentado en el piso le pregunto a Antoine -por tu acento no eres de aquí, ¿Qué te trae por estas tierras?-

Antoine hizo una sonrisa amigable, soltó carcajadas y dijo -¿Qué más podría traernos?, la aventura, el oro y las mujeres-

Kain se rio con discreción y dijo -me imagino, ¿sabes algo del monstruo que anda rondando estas tierras?-

Antoine recibió el odre devuelta y le dio otro sorbo. Se limpio con la manga y respondió -Lo mismo que los otros, las caravanas pasan, pero nunca vuelven-

-¿Solo trabajan ustedes cuatro?-

-Sí, somos hermanos que crecieron en el mismo lugar. Cuando éramos jóvenes la enfermedad azoto a nuestras familias y nos quedamos solos. Después de crecer y ser lo suficientemente fuertes, nos armamos de valor y salimos a explorar el mundo, Si vamos a morir algún día, al menos debemos hacerlo con una teta en la mano y en la otra un buen vino-

Después de eso hablaron de muchas cosas. Las aventuras de Kain los divertía un poco, pero las cosas que le conto Antoine le parecieron fascinante. Parece que Kain nació en el lado débil del mundo. Muchos monstruos andan rondado y esta casualidad que paso aquí, en este camino, pasa todos los meses en otros lados.

-o-

Cuando ya era de noche y estaban próximos a acampar. Kain escucho algunos movimientos que asustaron a los caballos. Por su parte, los cuatro mercenarios salieron corriendo del carro y se prepararon para luchar contra la bestia. No obstante, en medio del bosque, con el sol casi escondido y con el espeso follaje, poco se podía ver. Todo estaba cubierto por sombras.

Cuando Kain bajo del carro y acompaño a los mercenarios, miro en todas direcciones. Cómo no se veía nada, opto por utilizar su visión espectral. Miro al suelo y después elevo su vista a las copas de los árboles, ahí encontró lo que buscaba. La bestia se mimetiza con la naturaleza al igual que lo hacen las serpientes. Estaba en la copa de los árboles y Kain reacciono lanzándole un golpe de telequinesis. La criatura sintió que recibió un fuerte ventarrón que la mando a volar por los aires. No obstante, el daño no fue mucho y cuando aterrizo, utilizo su increíble habilidad para reptar a una gran velocidad.

Kain sin esperar ayuda, la persiguió siguiendo el rastro que dejaba en el suelo. Corrió durante un par de horas sin poder atraparla. Al parecer, la serpiente no se cansaba y seguía reptando hasta que se aburrió de ser perseguida. Se detuvo detrás de un árbol y solo asomo sus ojos -déjame humano, ¿por qué me persigues?- pregunto

-Tu deberías saberlo, hylden- dijo Kain mientras respiraba con fuerza

-Oooh, ya veo, eres tú, entonces esta lucha es inevitable- respondió el monstruo. En un instante, la parte superior de su cuerpo se hincho y exploto, dejando salir el torso de un hombre adulto. Ahora mitad humanoide. Conservaba sus escamas que resplandecían con la luz de la luna. Pero le apareció un prominente cuerno al medio de su frente. Por otro lado, su cola era lo más aterrador, tenía un aura verdosa que corroía todo lo que tocaba.

-¿Dónde están tus otros hermanos?- pregunto Kain

-¿Hermanos?, solo los niños que nacieron en este mundo hablan así. Ellos se han contaminado de los humanos. Todos vivimos por separado y en lo posible tratamos de no juntarnos, sería malo atraer demasiado la atención-

-Me parece ridículo, entonces ¿Por qué viniste aquí?, existen las vanadis-

-Solo son pequeños humanos. Si vienen dos siempre podemos huir y si es una sola, la podemos matar-

-¿Cuál es su intensión en este mundo?-

-No lo sé- dijo el demonio hylden confundido -solo fuimos invocados por alguien en este mundo. Después de eso, muchos hylden fueron sellados en algo llamado mago. Nosotros los que sobramos, deambulamos sin importarle a nadie. No hay un plan mi ancestral adversario- dijo con la tristeza de alguien que es abandonado -al menos, no para nosotros los que quedamos-

-¿Quién te invoco?-

-Nuestro dios-

Kain quedo en shock, no podía creer había sobrevivido, estaba seguro de haber absorbido el alma del dios hylden, pero ¿Por qué está aquí?.

-Humano- dijo el demonio hylden -acabemos con esto, esta sed y hambre nunca se sacia, quiero desaparecer-

-Como quieras- dijo Kain. Desenfundo su espada y ataco tratando de cortar el cuerpo superior del demonio, pero este lo evito utilizando su elástico y ágil cuerpo. Entonces el demonio tomando impulso, golpeo a Kain con todas sus fuerzas y este salió volando por los aires mientras chocaba contra varios árboles. Kain que estaba a unos veinte metros del demonio, trato de utilizar su poder para regenerarse, pero el choque con los árboles fue tan fuerte que le impedía concentrarse. Cuando el demonio se deslizo reptando trato de golpearlo nuevamente, pero fue detenido por una luz sagrada.

-Ara- dijo una voz cristalina y alegre -parece que llegue justo a tiempo para salvar a la damisela-

-Gracias- respondió Kain mientras se restauraba del golpe -pero ya estoy casi listo-. Se levantó y poniéndose en guardia una vez más, trato de plantear cara al enemigo. No obstante, el demonio hylden estaba siendo detenido por la barrera.

Por detrás de Kain apareció una mujer a caballo. Era exuberante, con un cuerpo pecaminoso que arrastraría a los hombres a la locura. Ella se ganó detrás de Kain y se presentó -¿Cómo está el príncipe de Lemuria?-

-Estoy bien- dijo apartando la mirada del demonio -no necesitaba tu asistencia, ya estaba casi muerto-

-Ara, ¿me pregunto de quién hablas?-

Kain ignorando el sarcasmo de la mujer, se puso serió, boto la espada de metal y saco la segadora de almas. Trato de buscar al monstruo, pero no estaba por ningún lado -¡maldición!, ahora escapo. Rápido, deshaz tu barrera-. La mujer frunció su ceño, pero hizo lo que le pidieron y Kain empezó a correr por el bosque. Por otro lado, la mujer lo seguía a caballo.

-¿Te llevo?- le pregunto

-Es peligroso ir en un caballo- respondió Kain

-Por…- algo iba a decir la mujer, pero antes de que pudiera terminar sus palabras, fue atacada por la gran bestia que acechaba en la oscuridad.

Cuando Kain pudo reaccionar ya era tarde, la mujer apenas pudo hacerse a un lado. Ella quedo aparentemente ilesa, pero su caballo había sido partido por la mitad. Entonces Kain reacciono lanzando un golpe de telequinesis. Este era un ataque especial, al igual que las otras veces, quería dejarlo suspendido en el aire. Pero el demonio se zafó con facilidad. Al parecer, había una gran diferencia entre un antiguo hylden y los nuevos.

-¿Qué vas a hacer humano?- pregunto el hylden moviéndose detrás de los árboles.

Pero Kain no respondió al demonio. Cubrió a la mujer mientras esperaba a que el monstruo la atacara, pero no hizo ningún movimiento. Él miro al demonio a los ojos y le hablo a la mujer -tu, la mujer molesta ¿Cómo te llamas?-

-¡Molesto!- dijo la mujer y dio un bufido lleno de indignación -te ayude y así es como me agradeces. Parece que el príncipe de Lemuria es tan incivilizado como dicen los rumores-

Kain torno los ojos al cielo y trato una vez -eso no importa, dime tu nombre-

-Qué falta de delicadeza, Sofía-

-Ok Sofía, trata de no ganarte en mi camino y por todos los medios no me ayudes-

Una vez más, Kain se lanzó a la batalla. El monstruo también avanzo esperando morir o detenerlo. Pero Kain lo empujo con su telequinesis y el monstruo perdió la visibilidad por un instante. Ese breve momento, fue más que suficiente para que Kain se acercara a su abdomen y le colocara un sello. El monstruo reacciono golpeándolo y como Kain estaba concentrado no se pudo defender. Kain que cayó a uno diez metros de distancia, tosió sangre y apenas podía pararse. Sacando una pastilla verde, la puso en su boca y la mastico hasta procesarla. Cinco minutos ya estaba mejor. Se levanto y busco a Sofía. Una vez que la encontró, la examino y vio que tenía su pierna derecha morada por el veneno de la bestia, además de que apenas respiraba. Kain trato de despertarla y cuando lo logro, Sofía apenas estaba consiente.

-Come esto- dijo Kain -si lo comes ahora estarás bien en media hora, si no morirás-

Sofía que vio los intensos ojos lázuli cerca de su cara, solo pudo asentir y esperar lo mejor. No tenía conciencia de en dónde estaba, ni qué estaba pasando, solo sabía que se sentía mal y este hombre la trataba de ayudar.

Después de darle la medicina a Sofía, Kain la dejo reposar contra un árbol y siguió su camino. Después de seguir la marca que dejo la bestia por unos veinte metros, lo encontró tirado en el suelo. Todo su poder estaba sellado así que estaba tan débil como un recién nacido.

-¿Qué me hiciste?- pregunto el demonio hylden en un hilo de voz -¿por qué estoy tan débil?-

-Todo tu poder esta sellado y ahora morirás- respondió Kain poniendo una gran sonrisa

-Entonces hasta aquí llega mi camino, está bien. A diferencia de los demás, nosotros nos quedamos sin propósitos y hemos pasado cientos de años vagando de aquí para allá, una vida sin sentido. Cuando existíamos en Nosgoth, nuestro dios nos dijo que matáramos toda criatura viviente, pero ahora él no nos guía y nos ha abandonado a nuestra suerte-

-Descansa en paz mi viejo enemigo- dijo Kain emitiendo una vez más la segadora de almas -espero que sí existe otra vida, no escuches a los crueles y caprichosos dioses- y colocándose sobre el pecho del monstruo, le atravesó con la espada y le absorbiendo el alma. El daño que sufrió en esta lucha fue muy pesado y la alma hylden apenas lo ayudo. Kain sabía que si tenía otra pelea igual moriría, gracias al destino, eso no paso.

Después de quemar el cadáver, Kain camino de vuelta hasta donde estaba Sofía. Todavía estaba dormida, pero su complexión se había mejorado. Su pierna no estaba morada pero aún tenía un rostro cansado. Kain asintió y después junto leña para pasar la noche. Encendió una hoguera y se sentó al lado de Sofía mientras crepitaba la leña. En algún momento su respiración se hizo más débil y se durmió.

-o-

En la mañana se escucha al viento mecer las hojas de los árboles y un suave aroma a flores se podía oler. Algo blando le daba cobijo a Kain y le hizo más difícil que se despertara. Por otro lado, Sofía que vio el rostro de Kain dormido, sonrió y acaricio su cabello varias veces. Hace unas dos horas cuando por fin se recuperó, miro a Kain que estaba durmiendo con un rostro exhausto y lleno de moretones. Pensó un poco en lo que había pasado anoche y como de alguna manera Kain la había salvado. Al principio fue rudo, después déspota, pero al final la salvo y la curo (no parece tan mala persona como dicen los cuentos) pensó. Mientras le dejaba descansar sobre su regazo, le dijo en un suave tono -Kain, despierta, debes volver a casa-

Kain solo se dio vuelta ignorando la voz molesta y colocando su cara contra el vientre de Sofía. Esta última, sintió la respiración de Kain contra su estómago y le hizo cosquillas. No obstante, después de pensarlo prefirió despertar a Kain o de lo contrario esta situación escalaría y ella no tenía planeado algo así -Kain despierta- siguió insistiendo en un tono suave -no puedes seguir durmiendo. Además, si sigues tocando mi trasero, te hare responsable-. Sin embargo, por más que insistió Sofia, Kain no despertaba, así que opto por pellizcar las mejillas hasta que se despertara.

-Mujer- dijo Kain mientras se acariciaba la mejilla derecha, la tenía colorada de tanto que se la pellizcaron -¿Por qué eres tan violenta en la mañana?-

-Ara- respondió Sofía en un tono coqueto -tus manos se estaban resbalando y agarrando mi trasero, ¿Quieres que te haga responsable por tus acciones?-

Kain suspiro -ok, ya me desperté- dijo -no hay necesidad de hacer tanto escándalo. Espero que estés bien señorita vanadis, adiós - y poniéndose en pie empezó a caminar en dirección de Legnica. Ya estaba a mitad de camino y llegaría para el anochecer o antes si es que tenía suerte y pasaba una carreta.

-Espera, tienes que ayudarme, me herí la pierna y apenas puedo caminar-

-Yo también estoy herido y apenas puedo sostenerme, ya te di una gran ayuda, no me molestes-

-Te salve una vez y me debes un favor-

-Te di una medicina una vez y me debes un enorme favor- dijo Kain mientras su voz se iba alejando. Movió una rama de un árbol y Sofía ya no lo podía ver.

-Solo me diste algo para el veneno ¿Cuánto puede costar?-

-Mil monedas de oro- grito Kain

-¿Cómo puedes ser tan mentiroso y descarado?, ¡es imposible que una medicina cueste tanto!-

-Pregúntale a tu rey, el pago esa cantidad después de corroborar la información por el mismo-

Sofía quedo para adentro y recordando toda la información que tenía sobre el príncipe de Lemuria, le grito -oooh, entonces hablare con su majestad la reina, vamos a ver qué opina de su hijo dejando a una damisela en medio del bosque-

Kain se detuvo en seco y pensando en matar a Sofía y librarse de todas las molestias para siempre. Soltó un gran suspiro y se devolvió pasando por la misma rama. Parece que hoy no estaba de suerte, porque al soltar la rama, oscilo y le pego en la cabeza. Mientras se acariciaba la nuca, se acercó a Sofía y la miro a la cara. Ella tenía una hermosa sonrisa que decía "he ganado" y ante tal vista, Kain solo pudo preguntar -¿Qué quieres?-

-¡Llévame en tu espalda!- dijo Sofía

-No lo hare. Toma, aquí tienes otras mil monedas de oro, no me molestes- entonces con el dolor de su corazón, Kain le dio una pastilla verde que la sanaría lo suficiente como para valerse por sí misma.

Sofía vio la píldora y la comió sin dudar, pero cuando busco a Kain este iba a unos cinco metros de ella. Sofía le dijo -espérame- pero Kain no respondió y solo siguió su camino.

Por alguna razón, Sofía se sintió sola y mal al ser ignorada por Kain. Quería que este hombre le pusiera atención y la escuchara, pero él se negaba a hacer todo lo que ella le pedía. La trataba como a una molestia. Después de media hora se sintió recompuesta pero un poco débil. Pensando en la dirección en la que se había ido Kain y por capricho siguió la misma dirección.

-o-

Cuando llego el medió día, Kain mato algunos conejos y los asó al fuego de la hoguera. Con un poco de suerte no se había roto el odre con vino, así que era un buen motivo para estar feliz. Después de terminar su comida, pudo sentir unos pasos y su visión espectral le dijo que sería algo molesto.

Levantándose del suelo quiso partir, pero Sofía le pregunto -¿tanto te desagrado?-

-No- dijo Kain -pero las mujeres hermosas como tú nunca vienen sin problemas que las acompañen-

-No me conoces, ¿cómo puedes decir eso?-

Kain suspiro y dándose la vuelta vio a esta hermosa mujer que tenía la tristeza en los ojos. Por alguna razón, no pudo ignorarla y le pregunto -¿Qué quieres de mi ahora?, ya te di medicina y te protegí-

-¡No te estoy pidiendo nada!, solo quiero que me acompañes a un pueblo, después de eso nunca más nos veremos-

-Bien- dijo dándole la espalda y espeso a caminar. Si solo era eso, Kain no tenía ningún problema. No obstante, una vez más escucho a Sofía

-Todavía no he comido nada, ayúdame por favor, estoy un poco débil como para cazar-

Kain quiso golearse a sí mismo por tener compasión por esta mujer. Suspirando se hizo el ánimo y fue a cazar un poco más de comida.

-o-

-¿Contenta?- pregunto Kain mientras veía a la glamorosa mujer comiendo un poco de ave que se había asado en la hoguera.

Sofía suspiro y contesto -algo, pero le faltaba sazón a la comida- después tomo el odre y bebió el contenido que era el saldo del vino.

-Vamos, ya no quiero perder mi tiempo aquí-

-Bien-

Y Juntos caminaron por el bosque durante varias horas. Como Kain no conversaba de nada, Sofía tomo las riendas del asunto y empezó a contarle quien era y que hacía. Cuáles eran sus cosas favoritas y cuánto amaba a su padre que era la única familia que tenía en estos momentos. Al encontrar un punto en común; Kain le empezó a hablar de su familia, de sus esposas, de sus planes de tener una familia, de su preciosa Ariel y cómo ha crecido hasta el punto de sentirse orgulloso como su hermano.

Sofía se reía al escuchar a este hombre hablar de su familia y pensaba en el contraste -eres bastante simpático si quieres serlo- exclamo y Kain al mirar su sonrisa se quedó fascinado por un momento. Después se recompuso, pero su mente en no entrelazar sus destinos. Kain no tenía nada en contra de Sofía, pero cada vez que piensa en Justina y Rea recuerda cómo se conocieron. Y se le pasa por la mente, lo peligroso y lo molesto que será cortejar a una mujer así. Kain mato al padre de Justina y de cierta manera fue fácil. No obstante, eso fue en su época más vulnerable y si se hubiera equivocado en algo, podría haber muerto a manos de Balthazar. Entonces, esta mujer que es adulta y una vanadis, ¿Cuál será el precio que tendrá que pagar por cortejarla?. Las mujeres hermosas como ella, Rea y Justina nunca vienen solas. Casi siempre vienen acompañadas con un montón de problemas y con dos ya es más que suficiente.

-¿Por qué colocas esa pared?- el pregunto Sofía a su lado

-Las mujeres como tú nunca vienen así nada más- respondió Kain con seriedad -con su belleza y desplante, también vienen un montón de problemas-

-Entonces ¿Solo por miedo a los problemas no me cortejarías?-

-No nos conocemos y prefiero que no nos conozcamos, dejémoslo así, llegaremos a Legnica y nunca más nos veremos-

-Tan egoísta decidiendo por ti solo-

-o-

Entonces al caer la noche, llegaron a Legnica y en frente de la puerta de la ciudad se miraron el uno al otro.

-Espero que estés mejor de tu salud, adiós- dijo Kain dándose la vuelta para marchar

-¡Espera!- le dijo Sofía -¿Cómo puedes dejar a una mujer indefensa en medio de una ciudad?-

-Sofía, ya cumplí con lo que me pediste, ya no me pidas más. No quiero acercarme a ti, así que mejor digamos adiós-

Muchos nobles cortejan a Sofía y siempre la están alagando, enviándole regalos de todo tipos. Los más osados le han pedido que sea su esposa, pero porque este hombre la repele con tanta insistencia. Sofía derramo un par de lágrimas y acercándose a Kain, le dio un beso en los labios -si no me persigues, yo te perseguiré- declaro.

Kain suspiro y vio como esta mujer hermosa se daba la vuelta y caminaba en dirección a la mansión del señor de la ciudad. Ahora las cosas serían aún más incomodas.

-¿Qué le voy a decir a Sasha de todo esto?- se preguntó Kain acomplejado

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