5 'Observer'

—Ehh, ¿parecidos a mí?

La cría de ojos castaña asintió con brío.

—Es la impresión que tengo… —expresó—. Por ejemplo, ese lunar que posee. Es idéntico al tuyo, ¿verdad?

Observé con más cuidado. Mi hermana tenía razón. El fantasma tenía un lunar idéntico al mío. La única diferencia recaía en el lugar. Mi lunar descansaba en la periferia del globo ocular siniestro, el cambio el suyo, al revés.

—Cierto… —respondí.

—Es como si fuesen…

— ¿Qué?

—Hermanos…

— ¡¿Hermanos?! —repliqué—. ¿Qué estás diciendo? La única hermana que tengo eres tú… lo sabes…

—Lo sé. No hablaba de eso. Hablaba de hermanos que nacen del mismo padre, la misma madre o ambos.

Esas palabras me dejaron en shock.

—Ya – ya veo…

— ¿Qué piensas?

—No sé… —expresé—. Mis documentos mencionan que ingresé al orfanato a los tres años de edad. Me es imposible negar si tengo hermanos de sangre en esta urbe…

—Hermanito —Naomi se emocionó un poco—. ¡Eso significa que existe una posibilidad de que sea tu hermana! ¡O tal vez tu prima!

No creo que sea el caso…

Si fuera una persona de carne y hueso, tal vez…

Pero los fantasmas no pertenecían a este plano: el real.

Además, la chance de que un humano manejara ese fantasma era baja. Ese tipo de proyecciones —usadas para charlas en vivo—, no caminaban ni realizaban sendas piruetas. Se suponía que las personas debían quedarse sentadas o paradas para que el sensor escaneara sus facciones y palabras. En pocas palabras, se trataba de un chat.

Cada vez me sentía más intrigado. En cuanto a ella, no dejaba de observarnos. Le puse 'observer' en mi cabeza y respiré profundo. Mi hermana tragó saliva.

—Vamos —avancé.

—Es - Está bien…

Observer nos miraba con nerviosismo. Su expresión tímida encajaba con la frágil sonrisa que mostraba, y la forma en que sus manos se arremolinaban en su pecho.

Avanzamos…

A pocos metros de ella, un dron apareció en escena. No hizo mucho, sobrevoló nuestra posición y se quedó ahí… sin hacer nada. La chica movió sus labios, en ese momento, una voz emergió del dron. Era dulce y vacilaba.

—H - ho - hola… ¿Ustedes son… Edward Zedrick y… Naomi Zedrick?

¡¿Cómo es que…?!

Di un paso al frente. Estaba tan asombrado como una cabra con síndrome de Thomsen.

—So - somos nosotros… —respondí, después la miré con recelo. Era linda: cabello negro amarrado en una coleta, ropa extraña (como si fuera una guerrera) y una espada carmesí. Una parte de mi deseaba confiar en ella, a pesar de ello, era reacio a depositar mi dinero (confianza) en ese banco llamado fantasma (ella).

Noo… está mal…

Encontrarme con un fantasma de clase 'amable', que podía hablar, y no estaba encerrado en la categoría de bestia o esbirro.

¡Es una ganga, ¿verdad?!

Tenía que entablar una relación amistosa con ella. Y obtener la mayor cantidad de información en el proceso. ¿Qué son los fantasmas? ¿Por qué los fantasmas suscitan recuerdos en las personas como nosotros, soñadores? ¿Por qué algunos fantasmas son agresivos? ¿Quién es ella? ¿Se relaciona conmigo de alguna forma?

Mis preguntas danzaban como hojas llevadas por el céfiro. Agité un poco mi cabeza.

Hace poco dije: 'Somos nosotros'. Tras asimilar 'eso', la mirada de Observer quedó en el aire. Esa mirada carmesí me dejó en blanco.

— ¡¿E - en – en verdad son ustedes?! —nos habló, con voz débil.

La expresión inocente que mostraba disipó mis dudas más salvajes.

—El mismo que viste y calza —palpé mi barbilla—. No encontraras otro Edward Zedrick en esta ciudad —sonreí.

Recibí un leve codazo por parte de mi hermana. ¿Qué sucede? Ella emitió un largo suspiro.

—Supongo que es mejor presentarnos de nuevo —mi hermana aclaró su garganta—. Soy Naomi Zedrick —ella me tomó del brazo—. Este chico se llama Edward Zedrick. Y somos hermanos. ¿Tú eres?

—Ahh, ¡un gusto! —Ella recuperó las energías—. Me llamo Liz, nooo… me llamo, uummmhh… ¡Me llamo Lily! ¡Eso es! ¡Mi – mi nombre es Lily!

Rasqué mi cabello y dije.

—Ya veo, tu nombre es ese… —crucé las manos, luego sonreí de cabo a rabo—. Ya lo dije antes. Soy Ed. ¡Un gusto!

'Observer' abrió los ojos, estaba realmente sorprendida. Una leve sonrisa invadió sus labios, y poco después, empezó a reír. Su risa era débil y contagiosa. Me sentí avergonzado en ese momento.

¿Qué hice?

—Per - perdón… —recobró la calma—, estaba muy nerviosa… no - no quería reírme…

—No te esponjes —replicó mi hermana—. Mi hermano está acostumbrado a que se rían de él.

— ¡ESO - NO - ES - VERDAD!

Mientras ambas chicas intercambiaban risas, me di el trabajo de pensar en 'eso', mis siguientes palabras. Comenté.

—Lily, ¿está bien que te llame así?

— ¡Si…!

Aseveré mi semblante.

—Bien, seamos directos —carraspeé—. Respóndeme: ¿Por qué razón has venido 'expresamente' a saludarme?

— ¡A saludarnos! —expresó mi hermana.

Me corregí.

En este momento, un sinfín de preguntas danzaba en mi mente. Respiré hondo, esperé:

—Yo… yo… —se armó de valor y extendió las manos—, he venido… he venido solo por esto. Mi trabajo es que recibas 'esto', ¡Edward Zedrick!

En las manos de ese fantasma flotaba 'eso'.

La proyección en un plano X, Y, Z (tres dimensiones) de un cubo con la propiedad de ocupar todas las posiciones a lo largo del tiempo, es decir, una cuarta dimensión (T).

Un teseracto.

Un hipercubo tetra-dimensional.

Así como la proyección (sombra) de un cubo generaba un cuadrado, la sombra de un teseracto generaba la imagen que mis ojos veían actualmente.

Respiré profundo.

De todas formas, el asunto más importante no era la forma de 'eso'. Sino el motivo por el cual me sería entregado.

Pregunté:

— ¿Q - qué es esto? —me acerqué al fantasma.

—Es un salvex.

— ¿Un salvex?

Lily respondió al instante.

—E - en efecto. Se llama Teseracto de Laplace y es capaz de guardar cientos de objetos, e información, hasta un máximo de un petabyte.

¡¡Un petabyte!!

¡¿Esos no son 1000 terabytes?!

— ¿Y por qué me entregas esto a mí? —estaba en shock.

—La señorita Mihari me dijo esto: 'El Teseracto de Laplace y el contenido que este resguarda. Le pertenecen a Edward Zedrick'. Entrégale el teseracto y dile que no se esfuerce en abrirlo. El Teseracto de Laplace se abrirá por sí mismo. En el momento que Edward Zedrick se acepté a sí mismo y su pasado. El teseracto lo hará.

¡¿Ehhh?!

¿Aceptación?

¿Mihari?

— ¡Espera! ¡Un momento! —Entré en pánico—. ¿Has venido para entregarme eso? Un salvex que una chica llamada Mihari te confió. Algo… que según Mihari… ¿Era mío?

— ¡S - sí!

¡No comprendo!

—Ya veo… ¿Y tú…? ¿Qué eres tú?

No dije 'quién', sino 'qué'.

En el fondo, no veía a Lily como un ser vivo, sino como un fantasma. Sabía que los fantasmas estaban 'vivos' en cierto modo, sin embargo, no confiaba mucho en ellos.

¿Cómo podría hacerlo?

Si cada vez que hallaba uno. ¡Me atacaban sin razón aparente!

Mi hermana se percató de mis palabras y dijo.

—No es qué, sino quién —bufó—. ¿No ves? ¡Es una persona!

—Mierda, es cierto. ¡Perdón!

— ¡Qué rápido! —replicó Naomi.

Bueno, era mi error. No tenía reparo en pedir disculpas.

Mi hermana comenzó a quejarse conmigo, en eso, Observer empezó a reírse.

¿Qué hice?

Ella contuvo su risa casi al instante y acercó el teseracto a mí.

—En – en todo caso… mi deber es entregarle esto. Mihari me dijo que ustedes portan un artefacto llamado esmarfone, o algo así —Lily se notaba nerviosa, estaba roja—. ¿Edward tiene uno de esos?

— ¿Esmarfone? Ahh, te refieres a los smartphones. Sí, es esto —le mostré el mío.

—Bi - bien. ¡Le transferiré el Teseracto de Laplace! Un momento…

—Espera. ¡¿No dijiste que pesaba un petabyte?! ¡Tendría que usar mil discos de un tera para guardar tantos datos!

—L - la señorita Mihari me dijo que el teseracto es capaz de comprimir la información que almacena.

— ¿Cuánto pesa?

—Ya - ya lo veras…

Luego de eso, ella me pidió que conectara mi smartphone a una red wi-fi. La red provenía del robot que trasmitía la voz de Observer. Recibí un archivo denominado 'TeseractoDeLaplace.esr'.

Sin pensarlo dos veces, revisé cuanto pesaba. Quedé sorprendido al notar que pesaba dos gigas.

—Listo… —Lily soltó un gran suspiro—. He completado mi trabajo. Mihari estará orgullosa de mí…

Zarandeé mi cabeza.

—Oye… ¿Quién es Mihari? —pregunté.

Tanto ella como yo miramos nuestras caras, consternados.

—Mi sensei… es mi sensei…

¿Su maestra?

— ¿Y quién eres tú? —insistí—. Según mi hermana, nos parecemos bastante. ¿Eres mi hermana?

— ¡Que directo! —replicó mi hermana.

— ¡Es mejor ser directo!

Hice un ademan. Esperaba la respuesta de Lily.

—Yo - yo, ¿tu hermana?... —el fantasma negó al instante—. Noo… ¡Cla – claro que no! Es cierto que el joven Ed se parece un poco a mí… lo sé… —Las manos de Lily jugaban entre ellas—, sin embargo, no es más que una simple coincidencia… de veras…

— ¡Ya veo! —Rasqué mi cabello—. Conque es así. Bueno, ¡eso tiene bastante sentido!

—Que aburrido…

Mi cabeza estaba llena de preguntas. El fantasma frente a mí era inteligente. No respondía literalmente mis preguntas, en lugar de eso, desviaba el tema. Lo hacía de forma tan sutil que parecía, en cierto modo, un arte.

Bueno… a lo mejor yo estaba pensando demasiado las cosas…

Quizá… ella no pensaba en tretas ni artificios…

Me quedé pensando en eso.

Empero…

— ¡E – Edward Ze – Zedrick!

— ¿Qué pasa…?

—Y – yo… necesito que respondas algo… ¿Es – está bien?

—Cla – claro —tartamudeé—. Dime.

Ella sosegó su respiración y dijo.

—Edward Zedrick, ¿reconoces el significado y la implicancia de la palabra 'SALMIA'?

¿Qué es eso?

Me quedé en blanco.

La palabra en sí sonaba enigmática. Era pequeña, rítmica y tenía dos silabas. Lo extraño era que se trataba de una palabra nueva. Un término desconocido. Nuestro vocabulario —como estudiantes—, crecía constantemente. A pesar de ello, jamás escuché esa palabra antes.

Escudriñé en mis recuerdos, mientras más lo hacía, más pensaba que era así.

Sin embargo…

Tiene que ser una broma… mi corazón, ¿por qué?

Una colección de latidos indómitos golpeó mi ser. Mi corazón perdió el control. Parecía un reloj sin cuerda que brincaba entre lapsos de tiempo incoherente. Cero sincronías, orden disonante, un caos total. ¿Qué me estaba pasando?

—Tú, ¿qué me has…?

Me detuve en ese momento. Recobré la calma.

— ¡Hermanito! ¿Qué pasa?

—Es – estoy bien… son mareos…

—Ya veo… respira… respira —ella me dio unas palmaditas en la espalda.

Luego de calmar a Naomi, di un paso al frente. 'Observer' no apartaba su mirada.

— ¿T - te pasó algo? —inquirió.

Ignoré su premisa y dije:

—Estoy bien. En todo caso, responderé tu pregunta. Esa palabra. No la conozco, mi hermana, menos. Sin embargo… —señalé mi corazón con mi pulgar derecho—. Mi corazón reaccionó de forma bastante estúpida cuando la dijiste. ¡Eso es!

Casi al instante, Lily clamó alarmada.

—Espera… ¡¿Es en serio?! Dime, ¡¿N - no mientes?! —Desenvainó su katana y la sostuvo de forma intrigante—. ¡¿Y qué me dices de esta postura con la espada?! ¡¿Alguna reacción?!

¿Qué le pasa? No sé nada de esgrima.

No obstante.

—Ahh, tu centro de gravedad está desviado. Mueve tu muñeca a la derecha, tres centímetros. Y no tenses tanto la cadera. Mmmh, ¿intentas aprender Sonic Assault? Te falta técnica.

—Ehhh —Lily quedó boquiabierta.

— ¿Hermanito…? —Naomi no supo que decir.

Por mi parte, palpé mi boca. ¿Qué rayos pasaba conmigo? Cómo… ¡¿Cómo demonios ensamblé esa respuesta tan presuntuosa?!

¡No soy bueno con la espada! ¡Jamás practiqué en serio!

No obstante, mis palabras albergaban un peso infame. Hablé de forma tan fluida, certera y confiada, que me sentí diferente en ese instante, como si fuera alguna clase de maestro, o algo así.

Es más que eso, una certeza pletórica. ¿Franqueza?, ¿confianza? No sé lo que es.

Intenté mantener la calma, entendía poco. Sin embargo, había una persona que entendía todo. El fantasma frente a mí.

Hagamos esto.

Me acerqué a ella, respiré profundo. Había que hacerlo. Una vez listo, abrí mi boca para plantear 'la tan esperada pregunta'. Pero de pronto, noté como lágrimas evanescentes caían de sus bellos ojos rojos. Poco después, su mirada interceptó la mía y dijo.

—Es cierto… ¡Lo que dijiste es cierto! Me falta técnica, yo…

Una sonrisa que jamás creí ver de nuevo se plasmó en sus labios. Ella desbordaba dicha, a borbotones. ¿Qué le pasaba? ¿Qué me pasaba? Sus siguientes palabras me dejaron en shock.

—Yo… lo sabía… ¡Lo sabía! ¡Lo sabía! ¡Lo sabía! —gimoteó—. ¡Sabía que eras tú! ¡Sabía que eran ustedes! ¡Esta vez son reales! ¡Esta vez no soñaba, ni nada parecido! Yo… por fin pude hacerlo, ¡por fin he llegado! ¡Por fin pude conocerte! ¡Gran Héroe!

Espera… ¿Un héroe?

¡Ni siquiera sé preparar un buen café!

Secó sus lágrimas.

— ¿Puedo pedir un favor?

Quise negarme, pero…

—Claro…

— ¿Puedo abrazarlos?

— ¡¿Un abrazo?!

— ¡Solo eso! Sé que soy intangible, lo entiendo… pero… ¡Quiero hacerlo de todas formas!

Dudé por un segundo. Su actitud era extraña. Al notar mi postura, Naomi negó con la cabeza. Se aproximó con las manos detrás de la espalda.

— ¿Por qué no? —me dijo.

—… supongo que está bien —cedí.

— ¡Mi hermanito dice que está bien!

— ¡¿En serio?!

— ¡Hai!

Dije que está bien y eso. ¿Pero cómo abrazaremos algo que no se puede tocar?

Yo y mis ideotas…

— ¿Vamos o vienes? —pregunté.

— ¡V - voy!

Ella respiró profundo, luego camino a ritmo pausado. Un paso, dos pasos, tres pasos. De repente, saltó a nosotros cual niña pequeña. Nos miró a los ojos sin reservarse nada —y aunque no sentí nada—, me abrazó con fuerza.

—N - no sabes cuan feliz soy… —ella seguía derramando lágrimas—, conversar con ustedes, notar que son buenas personas, mirarte… y sentir un dolor en el pecho… yo… he cumplido mi sueño… es tiempo de seguir…

—Tú… ¿Qué eres tú? ¿Quién eres tú?

Yo… no comprendo…

Luego de comentar eso, ella se acercó a Naomi y le obsequió un abrazo igual de intenso. En simultáneo, Lily murmuró algunas palabras. Poco después, retrocedió satisfecha y me sondeó con la misma sonrisa complicada. Ella rascó su mejilla derecha.

—Es injusto de mi parte… pero no estás listo para saber quién soy. Tendrás que esperar un poco más…

—Espera… ¿Por qué? ¡Es injusto!

—L - lo sé, perdón por eso… —se disculpó rascando su cabello—. De todas formas. ¡Prometo contarte todo cuando sea el momento! ¡De veras!

Como sintiendo la atmosfera, Naomi ensambló un comentario acertado.

—… Oye… ¿Te vas?

—Sí… —Observer bajó la mirada—. Es hora.

Carraspeé.

— ¿Volveremos a verte?

Ella esbozó una leve sonrisa.

— ¡E – es un hecho!

Agité mi mollera y confronté a 'Observer'. Aunque deseaba refutar su postura, un mensaje de aliento emergió de mis resecos labios.

—No sé qué eres ni quien eres, tu misión es confusa y ni siquiera comprendo si eres humana. Sin embargo, ¡sé que no haces nada malo! Por ese motivo, eleva esa frente y avanza con todo. ¡Patéale el culo a cualquiera que se interponga en tu camino! Y si no funciona. ¡Corta el destino con tu espada! ¡Y veras que todo saldrá bien!

— ¿Corta el destino con tu espada? —Naomi empezó a reírse—. ¿Qué pasa con eso? ¿Un slogan?

¿Wuahh? Espera.

¿Por qué dije eso?

—A pesar de eso… —mi hermana siguió hablando—. Es una frase maravillosa, ¿verdad, Lily?

—S - sí… —murmuró ella—. Me parece una frase perfecta para una persona como yo… ¿Qué estoy diciendo? Es mucho más que eso… ¡Es fantástica! De veras…

— ¿Qué les pasa a ustedes dos?

—Nada, simplemente congeniamos. ¿Verdad? ♪♪.

— ¡Exactamente!

Mi hermana se despidió de Lily con la mejor sonrisa que pudo mostrar. Luego la susodicha respiró profundo, y nos dio la espalda. Esperé a que avanzara, sin embargo, jamás lo hizo.

— ¿Estás bien? —le pregunté.

—Ha venido…

— ¿Qué dijiste?

—Ese bastardo… ha venido por mí…

Mi cerebro estaba sobrecargado. ¿A qué se refería con esas palabras?

Quería entender lo que pasaba, sin embargo, una flecha de luz emergió del portón azabache. Al instante, un impacto remeció el parque.

Mierda —agucé la vista—, ¡¿otro fantasma?!

Esqueleto humano, dos metros de altura, armadura en cada hueso, fuego azul (en lugar de cabello), dedos cadavéricos sosteniendo un estoque largo y esbelto, un escudo blanco que tenía el relieve de una cara humana, ojos de cristal y un hocico repleto de colmillos, albinos y filosos.

Se trataba de un fantasma (con forma de esbirro).

—Hermanito, Lily… —Mi hermana sujetó mi brazo—. ¿Qué es eso?

'Observer' desenvainó su espada, avanzó lentamente. Y con ojos más fríos que Siberia, dijo.

—Es mi enemigo. Y se llama Némesis.

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