22 Observada desde la altura

Ryo estaba caminando por el centro comercial hablando con algunos encargados y planeando el nuevo evento que se organizaría en unos días, pronto el verano iba a llegar y era importante que las promociones de ropa y artículo típicos de vacaciones llenarán los escaparates.

Pero sin saber como se fijó en una muchacha de vaqueros y camiseta, llevaba gafas de sol y no parecía comprar gran cosa, la siguió en su recorrido, mirando escaparates y observando la gente a su alrededor,hasta que la vio sentarse en una cafetería, estaba seguro que aquella que iba vestida tan común, era ella, su cuerpo parecía reconocerla a pesar de la distancia que los separaba, era como una señal eléctrica en su piel, su brújula apuntaba hacía ella.

Después de observarla durante unos minutos, decidió que si ella había ido allí ese día era o porque quería verlo o porque el subconsciente la había llevado allí o quizás eso que llaman destino. Estaba seguro de que ella no podia saber que él estaba allí, siempre iba de imprevisto, para que sus empleados y los arrendatarios siempre estuvieran perfectos, hacia sus inspecciones sin informar a nadie, unas veces llevaba a toda la corte de gerentes y otras veces iba solo con su secretario, es verdad que el centro comercial tenia su zona de oficinas, donde había una para él, pero la mayor parte del tiempo estaba en la sede central de la compañía, donde no solo se atendían los negocios del centro comercial sino otros muchos proyectos que se llevaban a cabo por todo el pais.

Sacó una de sus tarjetas de visita y escribió...

"Te ves igual de hermosa con un vestido blanco, en traje de chaqueta pantalón o en vaqueros"

y se la entregó a su secretario, señaló a la chica que quería que se la llevara y también le mandó a dar un recado.

Esperó mientras su secretario llegó a ella, para evitar que se la diera a una persona equivocada, aunque sabía que su mensaje era muy específico, también era muy genérico, y una vez que vio que su secretario dio con Anna se subió a su oficina y ordenó que le trajeran un té, iba a aprovechar cualquier oportunidad que le diera la vida a acercarse a ella.

Anna estaba de lo más tranquila observando cómo jugaban un par de niños bajo la atenta mirada de sus padres, eran muy graciosos y ella no pudo evitar sonreír ante sus pillerías, lo que hizo que no notará para nada el hombre serio y vestido con traje de oficina que se aproximaba a ella, cuando lo vio se sorprendió bastante y enseguida se preocupó pensando si había hecho algo incorrecto para que vinieran a llamarle la atención.

-Buenas tardes señorita Shin.- dijo muy formalmente este hombre. Que supiera su nombre la puso en alerta. - Mi jefe quiere invitarla a tomar un té en su oficina.

Tenía en la mano una tarjeta de visita que ofreció a Anna muy amablemente, pero mucho antes de poder ver que ponía la tarjeta el cerebro de Anna trabajaba frenéticamente preguntandose quien la había reconocido, nunca había sido reconocida vestida así, no porque se viera rara o fuera difícil, solo que ir en vaqueros nunca fue su imagen pública, por eso nunca nadie la asociaba a no ser que hablará, entonces su tono de voz la hacía reconocible.

Miró la tarjeta con curiosidad y miedo a partes iguales, no había nombre, pero si había escrita una frase, no necesito leerla para saber que era Ryo, su letra para ella era inconfundible... pero cuando leyó la frase su corazón solo pudo acelerarse y desbordarse, y de forma casi automática miro detenidamente a los balcones de ese patio interior, no lo localizó en ninguno de ellos, luego volvió a leer la tarjeta y miró al hombre que la había traído, estaba nerviosa y no sabía que respuesta dar...no quería ser descortés, al final y al cabo Ryo había hecho de la noche anterior un recuerdo inolvidable.

- Señorita si acepta la invitación por favor sígame.

Ella volvió a revisar todos los lugares donde había gente, lo buscó y no lo encontró en ningún lugar...

Dando un nuevo vistazo a la tarjeta pensó muy despacio que hacer....

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