webnovel

Echando chispas

Anna caminó despacio al tocador, poco a poco los nervios fueron desaparecieron, la tensión del momento le había pasado factura, no pensó que la venir a esta gala iba a descubrirse todo de golpe, en realidad siendo sincera pensó que no se iba a encontrar con él, pero en el fondo toda la situación era graciosa, sobretodo su cara de sorpresa, sentía que aunque su corazón seguía reaccionando a él, su amor del pasado era una fantasía, y eso la hacía sentir fuerte.

En el tocador se retoco el maquillaje y respiro hondo varias veces, recuperó la compostura y volvió al salón, al llegar allí localizó rápidamente a Ryo, no quería volver a encontrarse con él, por una noche ya era más que suficiente, vio a sus padres hablando con sus amistades, así que cogió una bebida y paseo por el salón, desde luego la señora Lee sabía como montar una gala, el lugar estaba decorado muy elegantemente, sonaba una música agradable, e incluso había algunas parejas que se habían animado a bailar al ritmo melódico de la orquesta. Camino entre la gente y a parte de familiarizarse con las caras, lució su vestido, sabía que posiblemente mañana alguna de las amistades de su madre llamarían a la casa para preguntar, cuando el ambiente se le hizo demasiado cargado aprovecho uno de los balcones y salio a tomar el aire, aunque ya estaba más acostumbrada, no estaba hecha para las grandes fiestas.

- Ya te estas escondiendo entre la multitud – dijo una voz detrás de ella.-

-Señor Lee, no debería estar atendiendo a sus invitados – Que Ryo la hubiera seguido hasta el balcón no podía traer nada bueno.

- Llamame Ryo, creo que nos conocemos lo suficientemente bien.- Definitivamente tenia ganas de pelear.

- En serio, nunca lo hubiera dicho – sonrió con desdén, quien se creía que era él para intentar acorralarla- Si te refieres a lo pasó hace años, fue algo sin importancia, una locura de adolescente. - Sabía que era la mentira más grande que había dicho, que había sido muy importante para ella.

- Algo sin importancia- repitió como si no pudiera creer que lo hubiera descrito así, eso realmente lo enfado.- espero que no sea algo que hagas habitualmente.

- Que más da con quien yo comparta mis noches o mis días, estoy segura que a ti tampoco te ha faltado la compañía desde los días de instituto.- Sabía que estaba arrastrando su reputación por el suelo, pero no estaba dispuesta a hacerle pensar que era especial, aunque el hubiera sido el único con él había compartido tal intimidad.

La frustración hizo que él se acercara a ella y la besara, como se atrevía a decir eso, ella era suya, no podía ser de nadie más, era suya desde el mismo momento que le dio su virginidad y le mostró la pasión que podían compartir juntos, llevaba cinco malditos años buscándola, cinco malditos años donde nadie fue capaz de llegarle tan adentro, se había metido bajo su piel y no dejó que nadie se le acercara, y todo para que ella dijera que no tenía importancia.

Al principio fue un beso robado, con fuerza, pero ella no pudo sino responder, su mente dejo de mandar y fue su cuerpo, su deseo el que respondió por ella, así lo beso con la intensidad de sus sentimientos guardados en el fondo de su ser, por esa respuesta automática a él, nadie se acercaba a lo mas mínimo a lo que el solo con una mirada conseguía. Solo un beso y podía trasportarla a la luna, abandonaba el mundo a un lugar perfecto y maravilloso.

Entonces oyó que alguien le buscaba, automáticamente lo empujo, y lo enfrento:

- Ni se te ocurra volver a tocarme, el pasado no vuelve, así que no intentes nada conmigo, tuvimos nuestra oportunidad hace años y ambos la disfrutamos, yo no esto dispuesta a volver a ese tiempo. - dijo justo antes de que apareciera su madre, sin darle tiempo a dar una respuesta.

- Hijo, ven para que hagas un brindis, hemos conseguido nuestro objetivo este año.- dijo la señora Lee empujando a su hijo a la sala.- Perdona querida, te lo tengo que robar- miró a Anna para desentrañar lo que había pasado allí, como solo una madre sabe hacerlo.

- No se preocupe señora, solo estábamos hablando de cuando íbamos al instituto.- Agradeció en ese momento que su labial no se transfiriera. Y parecía que la buena mujer acepto su respuesta como correcta y comenzó a alejarse con su hijo.

Ese momento ella lo aprovecho para acercarse a sus padres y decirles que se iba a casa, y de camino a la puerta se encontró con Lu de nuevo, tan alegre y despreocupado como siempre, así que le pidió si podía llevar a casa, lo que por supuesto el haría encantado.

Ryo pudo observar desde donde estaba como ella iba hacía la puerta y se encontraba con Lu y salia de la fiesta de su brazo con una sonrisa, lo que el hubiera dado porque le sonriera a él de esa manera. Los celos lo comían por dentro, estaba que la rabia lo comía, la había besado en un arrebato y había sido la peor decisión posible, porque se dio cuenta de que la sensación era aun mejor de lo que recordaba, y también se dio cuenta de que sus posibilidades eran nulas, ella con unas pocas palabras le había cerrado la puerta en la cara.

Next chapter