Convertirse en un fantasma

Tras ver en que puerta entró, espero pacientemente y cuando lo creyó oportuno se acercó, sabía que estaba un poco bebido, pero lo conocía lo suficiente para saber que no eras de los cai inconsciente por pasarse de copas.

Ahora se planteaba una cuestión importante, y era si la puerta estaba abierta, o incluso si había alguien más en esa habitación, por lo que vio no coqueteo con ninguna chica esa noche, pero eso no quería decir que no pudiera tener alguien dentro esperándolo, así que se tomo unos minutos para pensarlo... porque tenía que ser tan difícil todo.

Finalmente tomo una decisión, tocaría la puerta y una vez que abriera iría a por él, si no respondía a su beso, si iría a casa y se acaba todo, si respondía a su beso iría hasta el final. Otro motivo para tocar es que quería asegurarse que era él y no otro de los compañeros el que estaba allí.

Tras unos momentos, respiro hondo un par de veces, realmente al sentir que todo iba a decidirse estaba poniéndose nerviosa.

Una vez reunido el valor, levanto la mano y toco en la puerta, la casa ya estaba casi en silencio, todo el mundo había caído poco a poco, ya solo se oían voces y música en la lejanía. Esos instantes se estaban alargando como si fueran horas, pero de pronto la puerta se abrio y aparecio él, estaba sin camisa, despeinado, salvaje y hermoso a la vez, con cara de extrañeza, pero al verla sus ojos no pudieron disimular la sorpresa.

Anna al verlo, sintió miedo, era demasiado inexperta, pero tiró al fondo de su corazón sus miedo y fue directa a su boca, no quería que él lo pensara, que le diera tiempo a rechazar aunque fuera ese primer beso, no podía permitirse fallar.

Cuando sus labios se tocaron, explotó el mundo, la inexperiencia desapareció y los instintos se adueño de ambos, la sorpresa inicial fue sustituida por el deseo que iba creciendo poco a poco en el interior, unido al alcohol hizo que Ryo no pudiera resistirse a disfrutar de la fruta que se planteaba ante si.

Durante unos pocos instantes mientras su mente todavía funcionó, se preguntó quien era ella y porque estaba allí besándolo, porque su propio cuerpo lo traicionaba y respondía a ella como nunca antes había respondido a nadie, él no era inocente, había tenido alguna que otra experiencia, pero ninguna de ellas le había hecho sentir tanto solo con un beso, solo esa chica de la cual no sabía ni el nombre que había tocado su puerta y sin mediar palabra lo había besado como si le fuera la vida en ello, notó su torpeza momentánea, pero enseguida el instinto le dio el conocimiento que le faltaba, y hizo que con unos labios su piel ardiera, el calor recorriera cada uno de sus poros...

Anna en lo que notó sus labios se olvido de sus miedos y se dejo arrastrar de la pasión que la consumía, y fue en ese momento cuando se dio cuenta que olvidarse de él, era inútil, con ese beso y las sensaciones que le trasmitió supo lo especial que era la conexión entre ellos, estaba cayéndose en un abismo de placer, deseaba mostrarle todo aquello que guardaba su corazón, todo aquello que ella soñó, aquellas historias que ella inventaba con él, y se dejo llevar, sus manos acariciaron su pelo, y al notar su olor su interior se encendió mas, no se arrepentirá nunca de ese momento, era una decisión correcta.

Poco a poco la pareja se metió en la habitación y se cerró la puerta, el mundo exterior dejo de existir y solo el instinto y la pasión los meció, haciendolos ir a lugares que solo en las fantasías de la mente podían existir.

En un momento de cordura momentánea se acordaron de tomar precauciones, al filo de la navaja. Cuando sus cuerpos se unieron y Ryo tuvo la conciencia de que ella era virgen, la sorpresa lo invadió, y hizo que parara, espero a que ella se recuperará, pero no pudo parar lo que estaba sucediendo, la pasión de ella lo arrastraba al pecado y no lo dejaba salir de allí.

El dolor inicial no fue nada, Anna sabía que dolería, pero no le tenía miedo, y ver como él espero por ella le hizo que su corazón lo amara un poco mas si podía ser posible, aquel hombre era perfecto.

Unas horas mas tarde ella se despertó en sus brazos, él dormía profundamente y ella lo observo durante unos minutos, la pena la invadió profundamente, hizo que le doliera el alma, al final esto era una despedida a su amor, a único hombre que había amado, sabía que podía no solo haber un amor en la vida, pero sentía que para ella él era el único que podía conmover su corazón así.

No sabía bien que hora era, pero tenía que irse, ya llevaba muchos minutos mirandolo, se levanto y visto, se coloco las cosas lo mejor que pudo sabiendo que estando a oscuras era muy difícil, lo miró nuevamente,sabía que dormida, pera hermoso ver sus músculos y su piel aceitunada, era como un dios en la tierra, quería llorar pero se resistió, lo beso dulcemente en la frente y susurro.

-Adios mi amor, ya sé que en esta vida no ha sido posible, pero en la próxima permíteme no ser invisible en tus ojos. Adiós mi ángel negro.

Y diciendo esto salió por la puerta y se fue.

Ryo que se había despertado con el beso en la frente no pudo sino quedarse inmóvil al oír sus palabras, quién era ella y porque se despedía de el así, porque no lo despertaba. Porque sus palabras parecían un adiós definitivo, cuando empezó a darse cuenta de que ella realmente se había ido, se levanto cogió sus pantalones y salio corriendo detrás de ella, pero por mas que busco por la casa ella había desaparecido del todo.

Anna lo tenía todo más que pensado, así que salió de la casa lo mas rápido que pudo, no quería que nadie supiera que ella había estado allí, no podía dejar ningún rastro, así que en lo que salió, tomo un sendero por en medio del jardín y salió de la propiedad como si fuera un fantasma.