12 ¿Estás soltera?

El primer día en la empresa estaba empezando a ser duro para Anna, se había atrincherado en la oficina de su padre y cada vez que alguien entraba se hacía la tonta hablando de ropa y cosas para comprar, mientras revisaba los informe que iba trayendo la secretaria de su padre y de otros departamentos, pronto ya tuvo una referencia de que pasaba y planteo grandes cambios en la fabrica, lo primero dejar de producir productos que ya no tenían salida y dejar solo aquellos que realmente tuvieran algún contrato de venta para la mercancía, también aquellos que fueran de alta calidad hizo que llevaran algunas muestras a la oficina, quería ver los materiales para ver si podia diseñar algo hermoso, que hiciera publicidad a su fabrica y a la vez le valiera para comenzar con su tienda y taller.

Sobre el medio día recibió una llamada que le alegro el duro día de trabajo.

- Buenas tardes señorita Shin, llamo en nombre de la señora Mao, la dueña de la casa en la que se interesó, la señora quiere saber si puede usted acercarse a la casa esta tarde y tomar un té con ella, y así valorar si esta interesada en su oferta.

-Por supuesto, será todo un placer. - Parecía que tendría una oportunidad con la casa que tanto le gustaba.

- Pues si puede ser a las cuatro de la tarde la señora Mao la estará esperando.

Al colgar solo puedo sonreír y abrazar a su padre, que sin saber realmente que pasaba no podía sino alegrase por su hija.

Justo a las cuatro estaba tocando la puerta de aquella casona, y no podía sino pensar que con una mano de pintura y un poco de esmero, esa casa recuperaría el esplendor del ayer, y ella quería que asi fuera.

-Buenas tardes, tengo una cita con la señora Mao- dijo a la señora que le abrió muy amablemente la puerta. La dejo pasar y por fin pudo ver por dentro esa casa, desde luego por dentro esta mucho mejor conservada que lo que aparentaba por fuera, era como si hubieran dejado que se avejentara por fuera, mientras que por dentro era cuidada con esmero.

Ante ella sentada en una salita estaba una señora mayor, con una cara afable, hermosa aun a pesar de sus años, era como una abuela que todo el mundo quiere tener, inspiraba ternura y amor.

-Señora Mao, un placer conocerla, me llamo Anna Shin - se presento.

- Buenas señorita Shin, es un placer. Ven, siéntate a mi lado, y cuéntame porque quieres alquilar o comprar esta vieja casa.

- Siendo sincera me enamore de su casa, es preciosa, y creo que es ideal para montar mi taller y boutique.- No pudo ocultar su entusiasmo por la idea que tenía.- Verá yo estudie diseño de moda y en donde estudie tengo mi taller principal, pero soy de esta ciudad y he vuelto hace poco, pero echo de menos mi trabajo, así que he pensado crear lo mismo que tengo allá de forma que si estoy aquí poder trabajar desde aquí y compartir mi trabajo entre los dos lugares.

-Se nota que amas lo que haces, pero eres muy joven para tener tanto trabajo.

- Es trabajo eso es verdad, pero cuando se hace por gusto el esfuerzo vale la pena. - No sabia que tenia esa señora que le daban ganas de contarle todos los proyectos que tenia, era su mirada la que la hacía abrirse a ella.

- Sabes, yo amo esta casa, fue mi primera casa, aquí viví momentos muy hermosos con mi esposo, y aquí nació mi hija- su rosto daba a entender que a sus ojos su hija seguía correteando por la casa y su marido abriría la puerta en cualquier momento.- De eso hace muchos años, y seguro esta casa se merece que alguien como tu la vuelva a llenar de vida, esta claro que venderla me es imposible, pero si puedo alquilártela, pero tengo una condición.

- ¿Qué condición? Si esta en mi mano, haré lo posible por cumplirla.

- ¿Estas soltera?- pregunto la señora Mao.

- Si, estoy soltera. - algo en aquella pregunta encendió las alarmas.

- Verás tengo un nieto muy guapo, pero tozudo y a pesar de que mi hija intenta que busque a una novia y se case, no hay manera, así que he pensado que tu sería una candidata maravillosa.

- Pero señora Mao, yo no busco novio, no esta en mis planes.- esto era una encerrona en toda regla, si se negaba perdia la opción de alquilar la casa.

-Una mujer tan hermosa e inteligente debe buscar un buen chico, y mi nieto lo es, pero tranquila que no te voy a obligarte a casarte, pero si querría que tuvieras al menos tres citas con él, entonces la casa es tuya en alquiler de manera indefinida.

Porque le pasaban esas cosas absurdas a ella, no sabía quien era el nieto de la señora Mao, bien podría ser un sinvergüenza, o un pervertido, estaba claro que a ojos de esta señora su nieto siempre sería un buen chico, pero ella no quería perder la oportunidad con la casa, así que aunque no quería acepto la condición

-Esta bien señora Mao, saldré con su nieto tres veces, pero también le avisó que si su nieto no aparece, eso no indica que la cita queda pendiente.

-No te preocupes por eso, yo me encargaré de que vaya.- aquella señora estaba demasiado segura.- bueno como ya pensaba yo que llegaríamos a un acuerdo, traje el contrato de alquiler, así que leelo, firmarlo y enviámelo a la dirección que pone en el sobre.

- Gracias señora Mao, es un placer hacer negocios con usted.

Se quedó un rato mas con la señora Mao, resultó ser una mujer muy inteligente, que había trabajado mucho junto a su marido para que su familia consiguiera un buen estatus social.

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