33 Capítulo 33: Mirando de menos a Xia Xinghe

Translator: Nyoi-Bo Studio Editor: Nyoi-Bo Studio

La mujer estaba aún tan llena de orgullo como él la recordaba; aún no diferenciaba entre tiza y queso.

No había conocido en su vida a una mujer más orgullosa.

No importaba qué mal había hecho, ella no se disculpaba, desagraviaba o expresaba remordimientos.

Incluso en el escenario en que se encontraba, aún así, se aferraba a su obstinado orgullo.

Mubai no podía evitar preguntarse: ¿Cambiará alguna vez?

Mientras Mubai estaba perdido en estos pensamientos, alguien golpeó la puerta de su oficina.

Volvió de su ensimismamiento y dijo: —Adelante...

Chang An abrió la puerta y entró. Al verlo, Mubai preguntó: —¿Cómo es que estás de vuelta tan pronto?

Chang An respondió con una expresión difícil de leer: —La señorita Chu tomó su propio transporte y se fue. Director Xi, siento no haber enviado personalmente a la señorita Chi a casa.

—¿Qué pasó? ¿Por qué estaba molesta? —preguntó Mubai de manera adicional.

Chang An sacudió la cabeza y respondió:

—No lo sé, pero basado en lo poco que la Señorita Chu pudo decirme, sonó como que fue acosada por la familia de la Señorita Xia...

Mubai no preguntó más allá, solamente dijo: —Bueno, gracias.

—Me iré entonces, Director Xi —ofreció Chang An.

Mubai no mostró el mínimo interés en querer averiguar qué le había pasado a su prometida.

Mubai había predicho un desenlace así cuando Tianxin dijo que iba a volver para prestarle su ayuda a Xinghe. Xinghe había dicho claramente que ella no quería su ayuda.

Tianxin pensó que su gesto sería visto como bondadoso a los ojos de Mubai, pero él sólo pensó que estaba siendo estúpida.

Tianxin se devolvió sabiendo plenamente que su amabilidad no sería aceptada. Desde la perspectiva de Mubai, ella se merecía el trato que había recibido.

Mubai no era alguien que soportara acciones inútiles.

Por lo tanto, no se sentía triste por Tianxin ni tenía la intención de consolarla.

Luego de que Tianxin volvió a casa, se sentó pacientemente a esperar la llamada de Mubai, pero, obviamente, no recibió ninguna.

Eso la puso más irritable, así es que se conectó en línea para desahogarse con sus amigas.

—Esa perra, ¡le di el dinero porque todavía la trato como la madre de Xi Lin! ¡Quién se creía que era que podía insultarme frente a todo el personal del hospital! Ella sólo es una perra desagradable ante mis ojos.

—Tianxin, por supuesto que es una perra desagradable, no pierdas la calma por una indigna hija de p*ta como ella. Tu dedo meñique del pie es más grande que ella.

Tianxin sonrió.

—¿Necesito que me digas eso? A propósito, es triste que no estuvieran ahí para ver lo horrible que se ha vuelto. Se ve tan arrugada como una momia y vive en un basurero. Su vida está terminada definitivamente. ¿Saben lo feliz que estaba cuando vi su situación actual? Casi salí volando de felicidad.

—Eso es lo que llamamos karma. Por supuesto, Dios va a castigar a una despreciable hija de p*ta como ella. Tianxin, sólo ten paciencia y verás la distancia entre ustedes dos haciéndose más y más grande. En algunos años, ella va a necesitar vender su cuerpo a un tipo viejo y gordo para poder sobrevivir. Entonces, ella sólo podrá arrepentirse de no haber tomado tu dinero cuando se lo ofreciste hoy.

El estado de ánimo de Tianxin mejoró tremendamente.

Su boca se curvó en una sonrisa altanera cuando respondió.

—Por favor, la distancia entre nosotras ya es muy grande, ¿está bien? Deberían haber visto el trapo que estaba usando. No podría usarlo ni de limpia piso. Se ve mayor que mi madre, ¿saben cuánto tuve que controlarme para no llamarla tía?

La paliza verbal continuó.

Entre el grupo de amigas de Tianxin, Xinghe fue menospreciada a un estado en el que era menos que heces humanas.

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