960 960 Contraataque

—¡Esta gente es despreciable! ¿Cómo pueden siquiera hacer eso? —Sam golpeó furiosamente la mesa y su superficie de cristal se agrietó.

Ali añadió con ira:

—Son realmente lo peor. ¿Han olvidado quién salvó este mundo antes? Este grupo de gente realmente usó el resentimiento para devolvernos nuestra amabilidad.

Cairn frunció el ceño y preguntó:

—¿El Shi Jian que vimos está hipnotizado?

Sam asintió.

—Tiene que estarlo. Parecía demasiado antinatural y de madera. Confiaron tanto en Xinghe y le dieron toda su información tecnológica, para no incriminarla voluntariamente.

—Deberíamos haber matado a He Lan Yuan —añadió Wolf oscuramente.

—Sí, debí haberle roto el cuello cuando tuve la oportunidad. —Sam suspiró con gran pesar. Pero cómo podían saber que los otros países serían tan inescrupulosos al trabajar con He Lan Yuan.