749 749 Un Perro

—¡Maldición! Él es mi hijo, ¿cómo se atreve a traicionarnos? —rugió con rabia He Lan Chang. Estaba casi completamente convencido del análisis de He Lan Qi.

He Lan Qi sonrió con una sonrisa escalofriante.

—Padre, te lo advertí antes. Nunca lo hemos tratado bien y no es admitido como parte de la familia, así que, ¿cómo es posible que no esté resentido con nosotros de alguna forma? No olvides que es un asesino, ¿realmente esperas lealtad de él? Matarnos y luego apoderarse de todo no está fuera del ámbito de posibilidades.

La cara de He Lan Chang estaba oscura y un destello de crueldad sedienta de sangre apareció en sus ojos.

—¿Quiere apoderarse de la familia? ¡Piensa demasiado bien de sí mismo! ¿Y qué si es un asesino? ¡Al final del día, no es más que un perro que he decidido mantener por piedad! Cuando el perro muerde la mano que lo alimenta, ¡es hora de sacrificarlo! Maldito traidor, debe ser castigado.