Entrando en las profundidades de la base de Weis

Xia Ling asiente.

Wei Shaoyin escaneó su silla de ruedas durante mucho tiempo. Luego, extendió la mano y luego la retiró, antes de finalmente preguntar con una mirada perpleja: "¿Cuánto tiempo hace que esta silla de ruedas no ha sido desinfectada?". Odiaba las cosas del hospital.

Xia Ling casi había olvidado que era un fanático de la limpieza.

Pero esta vez, ella no estaba de humor para discutir con él. "¡Date prisa y llévame adentro!"

Wei Shaoyin todavía dudaba. Se dio la vuelta para preguntarle a la recepcionista: "¿Hay sillas de ruedas en nuestro almacén? Trae una nueva".

La recepcionista sabía que él era el joven maestro de la familia Wei y respondió cortésmente: "No hay más en el almacén, pero acaban de traer dos nuevos a los laboratorios experimentales de la Zona G. ¿Le traigo uno? ?"