La niñera Zhou se sorprendió, pero reaccionó rápidamente y sonrió.
—¿Hablas de aquellas mujeres? ¿Por qué traería el señor gente extraña a la casa? No te preocupes, además de la señorita XiaLing, eres la única otra invitada.
Es por eso que la niñera Zhou se preocupaba tanto por ella. Anoche, el señor específicamente le dijo que tratara a la señorita Ye como solía tratar a la señorita XiaLing, y que la tratara como la señora de la casa. Esta simple instrucción hizo que la vieja criada se sintiera tan aliviada que casi derramó lágrimas. Desde la muerte de la señorita XiaLing, el señor había estado muy deprimido y vivía en un arrepentimiento sin fin pensando en XiaLing. A la niñera Zhou le preocupaba que, si esto continuaba, a largo plazo algo malo le ocurriría a él.
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