Prologo

Morir no es fácil. El dolor, el miedo y la incertidumbre pueden hacerte sentir desesperado, perdido en un mundo desconocido y aterrador.

Pero eso no fue lo que sintió John cuando su vida llegó a su fin. No había dolor ni miedo en su corazón, solo una extraña calma que lo envolvió cuando su cuerpo dejó de respirar.

De repente, se encontró flotando en un vacío oscuro, como si estuviera en una especie de limbo. No había nada que lo rodeara, solo una sensación de infinitud que lo abrumaba.

Fue entonces cuando una voz resonó en su mente, una voz que no era humana y sin embargo sonaba amistosa.

"John, has muerto. Pero no temas, tengo una propuesta para ti."

Al principio, John pensó que estaba soñando. Pero cuando abrió los ojos, se encontró frente a una figura resplandeciente de luz dorada. Era un ser alto y delgado, con un rostro sin rasgos y ojos que parecían ver a través de su alma.

"¿Quién eres tú?", preguntó John con cautela.

"Soy un ser divino", respondió la figura con una voz suave y serena. "Te ofrezco una oportunidad única. Reencarnarás en un mundo diferente, uno lleno de aventuras y desafíos. Y te daré cinco deseos a tu elección".

John frunció el ceño. ¿Era esto una broma? ¿Estaba alucinando? Pero luego recordó lo que había pasado. Había sido atropellado por un coche mientras cruzaba la calle. Había sentido el impacto y luego nada más. ¿Era posible que estuviera muerto?

"¿Por qué me eliges a mí?", preguntó John.

"Porque tienes una gran fuerza de voluntad y un espíritu valiente", respondió la figura. "Tu vida en el mundo mortal ha llegado a su fin, pero tu camino no ha terminado todavía. ¿Aceptas mi oferta?"

John dudó por un momento, pero luego recordó que no tenía nada que perder. Si esto era una broma o una alucinación, no importaba. Pero si era real, entonces esta era una oportunidad única en la vida.

"Está bien", dijo John. "Acepto".

La figura sonrió, y un destello de luz dorada lo envolvió. John sintió un cosquilleo en todo su cuerpo, y luego todo se volvió oscuro.

Cuando volvió a abrir los ojos, se encontró en un mundo completamente nuevo.