Realidad 0 (Ángel Álvarez).

Antes de todo no existía nada más allá, un concepto conflictivo del cual es difícil poder reflejar una imagen en nuestras mentes. La nada es una idea aterradora, ya que, ¿Como puedes saber o siquiera imaginar que se ve? Tan solo el hecho de pensarlo nos mantiene aletargados por un buen rato, hasta que se nos olvida cuál era realmente el motivo por el cual lo hacíamos en primer lugar. Sin embargo, yo pienso que la nada es algo tan sencillo y único como el universo; un enorme lienzo en blanco en espera a ser manchado, rasgado o pintarrajeado, la idea no es lo que decides hacer con él, sino, lo que haces con él. Cada movimiento que provoque una alteración en el mismo es lo que eventualmente lo va moldeando hasta adquirir forma y por ende sentido, y cuando le hallamos un sentido a las cosas, todas esa supersticiones; fomentadas por el miedo que nos causa aquello que desconocemos, desaparecen... nos hace sentir que aún conservamos el control, pero... ¿Qué pasaría si fuéramos despojados del mismo? Si a pesar de entender y ser conscientes de lo que ocurre a nuestro alrededor... simplemente no tuviéramos la capacidad de hacer lo que queramos ... Si aquello que nos hace dar un sentido a la existencia se nos fuese arrebatado... Aquello que nos hace únicos entre todos nosotros... y solamente se nos obligase a repetir lo mismo una y otra vez... hasta el final de nuestros días, dándonos cuenta de que a veces aquello que conocemos puede llegar a ser más aterrador que lo desconocido.

Hace aproximadamente unos miles de millones de años atrás surgiría la primera mancha en el lienzo, una enorme acumulación de energía se liberó con gran intensidad, dando origen así a lo que conocemos a día de hoy como "El espacio exterior". Por consiguiente surgieron aquellos conjuntos de miles de millones de estrellas, gas, polvo, planetoides, agujeros negros, materia, energía, cometas, asteroides y un sin fin de cosas más el universo había nacido, el lienzo pasó a ser una obra de arte en tan solo un parpadeo, todo a raíz de esa pequeña mancha, expandiéndose por todo el lugar. De él emergió lo que conocemos a día de hoy como... "El punto cero", la unión de todo en todas partes, en cualquier realidad, al mismo tiempo, nuestro puente entre cada uno de los miles de millones de mundos que surgieron luego de la explosión, cada uno con su propia historia, una maravilla del universo con un poder infinito y de inmensas proporciones, con la misma capacidad para crear así como la de destruir, atrayendo la atención de varias mentes que han tratado reunirse en un intento por comprender la fuente de tal poder, con el único fin de aprovecharse del mismo para satisfacer sus más retorcidas fantasías, convirtiéndose en el objeto más codiciado de todo el omniverso. Siendo su mera existencia una fuente constante de peligros que amenazan contra la integridad del mismo, así como de aquellos que tengan el suficiente valor para buscarlo.

Uno de estos tantos errantes, ya sea porque tenía el suficiente coraje o era lo suficientemente estupido, emprendería por su cuenta un viaje a través de los confines del universo con el único fin de encontrarlo, sus ambiciones eran tales que inclusive llegó a destruir civilizaciones enteras en busca de información que pudiera servirle para saber el paradero exacto de aquel orbe milagroso. Se dice que durante sus conquistas se llevaba consigo a aquellos con los que compartía esa misma ambición y aspiraban a algo mejor, fue así como lo que comenzó como una travesía en solitario terminaría en una expedición conformada por un grupo de 25 integrantes, estableciendo los cimientos para lo que más tarde se convertiría en la Orden imaginada.

No se sabe cuánto tiempo pasó exactamente hasta que logró dar con su paradero, las escrituras revelan que mucho antes de que siquiera emprendiera dicho viaje, escribía bitácoras cada cierto tiempo, donde relataba su rutina diaria aunada a un breve resumen de los avances que iba recolectando con el paso de los días, eventualmente dichos registros se convirtieron en piezas para algo más grande, un rompecabezas que les serviría tanto a él como a sus subordinados a ubicar con precisión la ubicación exacta del Punto cero.

El errante junto a sus hombres y con ayuda de su tecnología emprendieron una carrera contra reloj donde competían contra ellos mismos, el problema no fue encontrar el orbe, si no lo que vendría consigo. Investigaciones, análisis, estadísticas, experimentaciones y un listado enorme de cosas que día tras día sin descanso repetían hasta obtener algo de información sobre él, su ambición los había consumido por completo, estaban dispuestos a dar la vida con tal de obtener una mísera pizca de algo que les ayudase a canalizar su energía y de esta forma poder comenzar con el desarrollo del tan añorado proyecto que llevaban planificado por mucho durante el transcurso del viaje. Este poseía el nombre en clave "Bridge", consistía en sincronizar las ondas de energía inestables del orbe para tratar de canalizar la frecuencia suficiente como para establecer una conexión entre distintas realidades, una especie de puente que les permitiese viajar a cualquier mundo al instante sin la necesidad de vehículos o medio convencional, una idea lo suficientemente ambiciosa rozando los límites entre lo fantasioso y lo real; sin embargo, tanto para el errante como para su grupo estaban totalmente convencidos de que a pesar de que la tarea era casi imposible, no desaprovecharian la oportunidad de estudiar, aprender y experimentar con los límites del punto cero, incluso si ellos ignoraban los suyos, todo era válido siempre y cuando fuera en beneficio de su investigación, sin importar lo inverosímil de sus acciones o lo poco éticas que podían llegar a ser.

Se desconoce exactamente cuánto tiempo transcurrió desde los primeros intentos que hubo por llevarlo a cabo, los registros de Geno al respecto permanecen encriptados en la base de datos de la Orden Imaginada, lo importante era que tras innumerables intentos fallidos, tanto vidas como sudor, sangre y lágrimas el prototipo Brg-1178 estableció la primer conexión exitosa en la historia del universo, la orden del juramento había logrado lo inimaginable, era la primera vez que una de sus varias fantasías se había materializado frente a sus ojos.

Ahora que el viaje entre realidades era un hecho, la siguiente gran incógnita sería ver quien o que será el primero en dar el salto, al comienzo hubo varios que se negaron, si bien era algo que llevó demasiado tiempo de trabajo lo que habían logrado, el miedo al no saber qué encontrarían del otro lado fue lo que les impedía tomar el riesgo. Algunos llegaron a proponer que se usarán sujetos de prueba como las veces pasadas, sin embargo, hubo varias opiniones divididas al respecto. Otros alegaban que era una manera óptima y más segura mientras los demás aseguraban que no era necesario seguir utilizando más sujetos cuando ya habían conseguido su objetivo, mientras en lo más recóndito de la pequeña base de operaciones de la orden, se encontraba el errante observando desde la sombras.

El mismo bajó por las escaleras mientras con un semblante estoico caminaba en medio de todos, abriéndose paso hasta llegar a la apertura de realidad que habían logrado abrir. Pasó un rato observando, parecía decidido a dar el primer paso;sin embargo, una voz estridente llamó la atención de todos.