1 Prologo

En los tiempos ancestrales, los dioses de la destrucción y la creación forjaron con esmero un mundo habitado por una abundancia de razas. Sirenas seductoras, elfos elegantes, enanos valientes, monstruos imponentes, technomakia bestias errantes que nunca debieron existir, animales místicos y aquellos que desequilibraron el delicado equilibrio: la humanidad. En ese mundo vibrante, el maná fluía en el ambiente, siendo cada raza capaz de controlarlo en mayor o menor medida. Sin embargo, la raza humana poseía una capacidad innata para dominar el maná, gracias a su asombrosa adaptabilidad. Esta habilidad les otorgaba un poder sin precedentes, pero también los sumergía en una incesante lucha interna.

La humanidad, por los anhelos insaciables de poder, los llevó por un camino oscuro y retorcido. Queriendo más poder, se transformaron, vampiros sedientos de sangre , licántropos cautivos por la luna y demonios con un insaciable deseo de luchar y masacrar. Estas subrazas, sin duda, adquirieron un poder descomunal, pero también se volvieron completamente incontrolables. Su existencia se convirtió en una amenaza constantes y despiadada, y en su afán por conservar la pureza de la humanidad y protegerla, se empezó a cazar a las subrazas que surgieron ,y por esto se crearon varias familias, como los Van Hellsing, cazadores innatos que se dedicaron a perseguir a aquellos considerados una amenaza. Otros, sin embargo, anhelaban la paz y se adentraron en la meditación para moldear el maná que los rodeaba, buscando la armonía perdida. Después de mucho tiempo y dedicación, algunos humanos lograron alcanzar un poder inmaculado, capaces de desatar el verdadero potencial del maná.

Sin embargo, las guerras internas y el miedo los consumieron. Las pugnas entre las diferentes facciones humanas llevaron a la destrucción de una cultura completa.

Los descendientes de aquellos humanos que lograron alcanzar el verdadero potencial del maná se volvieron soberbios, egoístas y codiciosos. Creyéndose poseedores de una sangre más poderosa y con mayor afinidad al maná, se alzaron como reyes y nobles en su búsqueda de dominio y control. El poder corrompió sus mentes y corazones, llevándolos por un camino oscuro y despiadado.

Mientras tanto, surgía una religión en la que se veneraba a aquellos que habían alcanzado el verdadero potencial del maná creyendo que estos eran dioses. Los plebeyos, la mayoría de la población y considerados débiles en comparación, eran tratados como si no fueran nada. Estos eran oprimidos, víctimas de la desigualdad y el desprecio de aquellos que se consideraban superiores.

En las sombras, un grupo de rebeldes comenzó a surgir. Con el fin de terminar con la desigualdad y liberar a los oprimidos, dispuestos a superar cualquier amenaza para lograr su objetivo.

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Todo esto empezó

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Ese día

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Los gritos desgarradores, los lamentos angustiados y las risas lunáticas resonaban en mis oídos, envolviéndome en un torbellino de caos. El dolor punzante se propagaba por mi brazo derecho y mi pierna izquierda, pero me aferraba a la voluntad de seguir adelante. Con cada paso, luchaba por mantenerme en pie, desafiando las adversidades que se interponían en mi camino. Y lo que mis ojos presenciaron superó con creces la aterradora sinfonía que había escuchado. Casas devoradas por las llamas, una estampida humana huyendo de los hombres armados.

Continué avanzando, desafiando la desesperación que amenazaba con engullirme por completo, hasta que uno de ellos fijó su mirada en mí.

-Jajaja, miren a quién encontré -exclamó con despiadada satisfacción, dirigiéndose a un hombre de imponente estatura.

-Tenes razón, ¡atrapémoslo vivo! -respondió el que parecía ostentar el título de líder, un hombre con una gran barba, una voz grave y áspera, un ser alto e imponente.

Ante tan siniestra afirmación, mi instinto de supervivencia se apoderó de mí y me lancé a la carrera cojeando y sintiendo el punzante dolor que cada vez se hacia mas fuerte, corría cojeando pero no me importaba yo quería sobrevivir, pero un impacto contundente en la nuca me arrebató la conciencia y todo se sumió en la oscuridad

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