8 Capitulo 8 Riqueza, Bondad y Maldad

"El dinero es como un brazo o una pierna: o se usa o se pierde". "Henry Ford"

Putos niños ricachones, como los detesto –refunfuñó Don Arturo mientras destapaba uno de los retretes y ¿quién podría culparlo de su aversión a los jóvenes? Después de todo él veía a través de "la cortina", detrás de toda esa elegancia y esa buena publicidad que tanto presumían los directivos de Nicolás Bravo, no había nada más que un montón de niños engreídos y mimados, los malditos caminaban de un lado a otro con aires de grandeza, como sí su mierda no apestara.

Cualquier otro tipo se sentiría orgulloso de laborar en la escuela con más prestigio de la Ciudad de México, pero no Don Arturo, él se sentía denigrado, sí él pudiera renunciaría de inmediato, lamentablemente sus antecedentes penales no le permitirían encontrar tan fácilmente otro trabajo, sí señor, don Arturo nunca tuvo una vida fácil a diferencia de esos mocosos hijos de papi, es más ellos no estarían aquí si no fuera porque papi tenía mucho dinero en el banco.

No habían pasado ni cinco minutos desde que terminó de destapar ese maldito escusado cuando escuchó por uno de los altavoces la voz de alguien de la mesa directiva decir con una voz engreída: Señor Arturo se solicita sus servicios de limpieza en el edificio 102 -a lo que él inmediatamente exclamó: ¡Carajo!, no el maldito edificio 202, está demasiado retirado y hace un calor de mierda el día de hoy, ¡puta madre!, de no haber faltado el mes pasado no estaría aquí cubriendo a los otros malditos como castigo.

Es curioso, desde hace dos meses que llevaba laborando en la institución, jamás había podido ingresar al edificio 102, después de todo estaba en mantenimiento, Ah, don Arturo que bueno que llegó-mencionó el jefe del departamento de arte Marcos Tejada –verá, como usted sabe el edificio está en reparación de la instalación eléctrica y de plomería, ya casi queda, pero, quedó un poco de "basurita", ¿podría limpiarla?

Don Arturo moría por decirle en su maldita cara que le lamiera las bolas, tristemente tuvo que conformarse por contestarle: Sí –una vez adentro notó que le tomaría semanas limpiar la "basurita", eso sin contar que en el transcurso del trabajo de plomería habían quedado inmensos charcos de agua, por lo menos hay luz –dijo en un intento vano para consolarse de su laboriosa tarea.

Las horas pasaban y el avance era escaso, aunado a eso tenía unas terribles ganas de ir a defecar, por suerte el edificio tenía sanitarios y sin nadie mirando él no tenía que jalar del escusado, así que procedió ingresar a los baños, le extrañó bastante ver que no había luz eléctrica ahí, además trae una linterna consigo mismo, igual no la necesitaba para cagar, solo necesitaba un inodoro para poder… ¿qué es eso? –se cuestionó al percatarse de lo que parecía una trampilla en el suelo

Algo le decía que debía alejarse, posiblemente había roedores ahí dentro, pero también pensó que podría ser el escondite perfecto para fumar crack sin ser notado, así que se adentró, era menos angosto de lo que pensaba, de hecho parecía un pasillo, no solo serviría para fumar crack, podría dormir o llevarse a alguna mujerzuela dentro, era perfecto

Mientras más ingresaba más incómodo se sentía, hacía frío y aunque todo estaba oscuro podía sentir lo que parecían ser barandales de metal, al fondo podía percibir una tenue luz rojiza, ¿qué carajos ocurre aquí? –se preguntó, solo para chocar con un recipiente muy grande lleno de agua, o eso es lo que él asumió que era, en realidad era formaldehido y su contenido helaría su sangre de por vida, al apuntar con su lámpara aquél depósito observó un cadáver y abajo una placa que decía proyecto 513 Camila, sí, era una joven mutilada, o la mitad de ella, ya que estaba cercenada por la mitad, de hecho podía ver la parte inferior de su columna que sobresalía, dónde deberían estar sus brazos solo yacián dos muñones, tenía costuras en su abdomen y en sus senos mismos que parecían haber sido extirpados, a pesar de su estado demacrado, era indudable que era una joven de no más de diecisiete años.

Padre todo poderoso, ¿acaso… acaso me ha mirado?, ¡puta madre!, ¡sigue viva!, -gritó aterrado de aquél espectáculo grotesco,  inmediatamente llamó por radio a los guardias pidiendo desesperadamente ayuda -¡Me lleva la verga!, no contestan, ¿quién te hizo eso niña? –él sabía que eso no era normal, pero no pudo evitar sentir lastima por aquella señorita y no pudo ser indiferente al ver que ella batallaba por salir –te sacaré de aquí -le dijo, mientras empezaba a patear el cristal, tal vez pateaba muy fuerte o el cristal era muy frágil, pero increíblemente logró liberarla.

El cuerpo se resbaló con el agua, pero fue levantado de manera inmediata por don Arturo, -te tengo-le dijo mientras sostenía su resbaloso cuerpo, ella jadeaba y no podía hablar, así que él acercó su oreja a los labios de ella para escucharla, solo para recibir una mordida que le arrancó la misma, la sangre brotaba por montones, el dolor era agudo, insoportable, el gritó como nunca en su vida, y aún sin recuperarse del shock alcanzó a ver como la maldita se arrastraba hacía él, se había comido su oreja y el sabor le gustó.

Sin pensarlo dos veces el salió huyendo, corría muy veloz porque sabía que ella estaba tras él, no podía verla pero podía escucharla resbalar por el piso, logró salir sin mayor problemas, gimiendo y llorando, no pudo ni terminar de digerir aquella pesadilla, cuando escuchó un ruido muy fuerte  y sintió un golpe que hizo vibrar el piso, al asomarse observó aterrorizado, un camión en llamas, gente mordiendo la cara de otras personas y un baño de sangre en el patio de la escuela, asustado, herido y entre llanto solo alcanzó a decir: Putos niños ricachones

PSD:  Este magnífico trabajo es Obra de nada más y nada menos que el Señor Coyote que ideó este fabuloso episodio después de leer las primeras partes, no puedo más que agradecer y esperar a que haga un perfil para leer más de su excelente trabajo o quizá podría escribir un par más de capitulos.

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