Capitulo 1: Bienvenidos siguientes peones

Quien habla de la vida, siempre hablara de la muerte, dos caras de la misma moneda, el reverso de un lienzo, donde nadie sabe que pintar, donde aun nacido para ser pintado siempre quedara en blanco.

En mi caso, la he saludado, a la muerte y puedo coincidir en una cosa, es su paz un regalo invaluable, pues se me fue arrebatada.

Eso no significa que desee la muerte, ni mucho menos, recibir una segunda vida también es algo de lo que alegrarse, pero siempre dependiendo de como sea esta.

Yo, igual que muchos, ya sea en el pasado y para aquellos en el futuro, que recibimos el mismo trato, deseamos la paz de la muerte, pero solo porque la experimentamos, nosotros disfrutamos de no ser nada, para ser llamados de nuevo.

Ya sea para diversión, como premio o parte de una maldición, nosotros despertamos.

Los sentimientos y recuerdos de regreso, todas las emociones, las voces...

Eramos libres de todo ello, en la libertad del vacío.

Nuestras muertes, los deseos no completados, la ira y la desesperación, la felicidad, los llantos... Esas eran las voces de los despertados, resonando por el vacío del espacio, no un espacio vacío, si no, el espacio exterior, donde en el negro profundo podíamos contemplar a las estrellas, como nunca antes.

Pesar, alegría, llantos...

Las voces no se detenían, pero no me importa, los comprendo, yo también deseo gritar, pero no es el momento, sus voces son suficiente tormento para mi mente como para incluir la mia.

No no quiero, pero debería, la perdida de la paz, es frustrante, traumatizante, la deseo, pero no es el momento, no debo pensarlo, no...

Las veo, nebulosas de miles de colores, las veo... paz, en la existencia...

No cesan, sus voces.

Me molestan, pero... los entiendo.

Ellos, igual que yo, igual que todos aquí, somos simples espectros, no hay carne, no hay huesos, solo una sombra de un cuerpo, una muy vaga figura, no somos seres vivos, pero somos conciencia, alma.

Aun me pesa mi memoria, ella ha regresado como un trueno, rápido, feroz, candente.

Mi muerte fue natural, no tuve mal, sin odio, solo impotencia, tumor en el cerebro, pero ya había perdido el miedo a la muerte desde antes, la acogí, la añoro...

Pesares, solo unos pocos, me despedí por adelantado y escape para que llorasen mi partida, pero no mi muerte, fue bueno, que tengan un recuerdo, pero no uno postrado.

Para ellos solo fue un hasta pronto, uno que no llegara, pero eso no sabrán, quizá ya lo saben, quizá ya me han acompañado en el vacío, pero da igual, hice bien, yo tuve paz en no ver sus lagrimas, solo una noche estrellada como ultimo deseo de un joven moribundo, una hermosa noche, paz...

Vaya, las voces comienzan a retroceder, sus almas se calman, eso espero, sus gritos parecían llamar a los míos, pero no, no es el momento de gritar, no, no lo es.

Bien, bien, veo que ya no hay tanto revuelo mis pequeños amigos, permitirme ser breve, yo soy quien os ha llamado �� Una voz resonante, fuerte, gloriosa, me daba miedo, el espacio parecia temblar también, pero aun habían voces que se alzaban en ira por su despertar, ilusos.

Entiendo su ira, pero me da igual, os explicare su situación y tras eso os marchareis, ahora, alguna pregunta? - Las voces se alzaron de nuevo, pero el no hablo, solo tras un rato de sus gritos, volvió a tronar.

Se me olvido decirles que no os puedo escuchar, solo se que estáis molestos, bueno es lo que pasa en cada ronda, dejando esas trivialidades como vuestros sentimientos, os explicare las cosas – Molesto, pero notaba que el tenia la capacidad de serlo impunemente, aun así ellos seguían berreando, parecían niños, como deseo el vacío...

Vuestra situación es sencilla, vais a participar en un juego, se podría llamar así, pero simplemente es una manera mas suave de describir vuestra situación, a partir de ahora vuestras almas se transformaran en piedras, seréis lanzados a varios mundos y dejados allí hasta vuestra muerte, cuando esto pase volveréis al vacío – Falta un pero, lo se, lo se.

- Pero eso seria demasiado aburrido, no seréis piedras normales, se os concederá el poder de la creación, el poder de dar vida, estad felices, aunque no podréis hacer vida de la nada, hay reglas, vosotros necesitareis energía, si tenéis suficiente energía almacenada, podréis lograr cosas maravillosas, tomadlo como una nueva oportunidad. Si lográis ciertos cupos, podréis, solo con vuestra comprensión, alcanzar afinidades, también, todo lo que creéis sera a partir de vuestros conocimientos, no hay ninguna ia, ni lista de compra, ni nada, vais a tener que aprenderlo todo, pero no todo es malo, si alcanzáis un par de ascensiones, incluso podréis obtener un cuerpo de carne, incluso mejor al que teníais, se dice que tras milenios en forma de piedra uno recoge mucho estrés y lo mejor es que podréis crear cualquier cosa viva para aliviar vuestros deseos, jejeje, no os parece interesante, bueno también tendréis una ayuda al iniciar vuestro descenso, un pequeño asistente, se puede decir que un secretario algo capaz y un millón de unidades de energía para empezar, todo un chollo – Mientras la voz parecía un vendedor experimentado, sabia que no era nada bueno, no había paz.

Bueno, lo dicho, ahora descenderéis a varios mundos, tened cuidado con los nativos y otras piedras, o los animales salvajes, etc... Divertidnos y si sois capaces llegad al final del camino, allí os esperaremos, si no morís antes – Al final de sus palabras, su presencia desapareció.

Al poco las alocadas voces surgieron, gritos, ira, duda, miedo, pero no cambio nada, el no vino, no vendrá.

Tras un tiempo, el cual parecía eterno, pude sentir un cambio en el paisaje, parecía que me estaba moviendo muy rápido, extremadamente rápido, las voces callaron, ya no era un alma, sin saberlo, sin entenderlo, era algo parecido a una piedra, aun podía ver y escuchar, pero el vacío es silencio, siempre que otras almas no te griten.

Solo unos pocos estábamos de un grupo demasiado extenso para contarlos, viajábamos y el hielo se formo a nuestro alrededor, eramos cometas en micro-miniatura, podíamos compararnos con asteroides, pero solo motas, el viaje duro, días , años, quien sabe, pero al fin llegamos o mejor dicho íbamos a chocar.

Un planeta absurdamente desproporcionado, enorme, demasiado grande, yo amaba el cielo y todo aquello que podía contemplar de el y lo se, la tierra, no es mas que una astilla ínfima en comparación.

Poco o muy rápido, comenzamos a descender, el hielo se derritió frenético, pero no tenia calor, no había tacto, nada, nos separamos en el descenso y con ello termine en este mundo.

Paz te añoro, pero te atesoro como recuerdo, ahora vivo o eso creo, quizá solo duermo, quizá sigo en el hospital contemplando el vacío del espacio, quien sabe, no lo se, debería dormir, no creo que sentirme chocar contra la tierra sea placentero... Puedo sentir?.