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Capítulo N° 00167 - Cui Er

"Es una pena que no dispongamos de ropa para dártela, las noches de otoño son muy frías. Necesitaras comida para mantenerte caliente". Cui Er miraba a Yang Kai con simpatía después de ver su estado. Su ropa estaba hecha jirones y estaba flaco hasta los huesos, sus costillas visibles y su vientre casi cóncavo. A pesar de la suciedad que cubría su cara, ella sabía que él era muy joven por sus rasgos faciales. "[Pensar que un hombre tan joven tiene que soportar el frío y el hambre... qué lamentable.] Pensó.

Sus palabras trajeron calidez al corazón de Yang Kai. Con una sonrisa le dijo. "Esta bien".

"Muy bien, si tienes hambre, tenemos mucha comida. No tengas miedo de tomar más. Nadie se quejará". Al terminar de decirlo, se puso de pie y regresó con las dos damas.

Después de una noche silenciosa, nació el nuevo día. Al amanecer, los carruajes comenzaron a moverse una vez más. Durante estos días Yang Kai iba sentado al lado del anciano Wu. Observaba como azotaba a los caballos para que cambiaran su velocidad a voluntad. Cuando tocaba descansar, la sirvienta Cui Er venía a conversar con él. Esperaba averiguar su ubicación aproximada de las conversaciones con ella. Descubrió que estaban a tres días de un lugar llamado la Ciudad del Mar. Ese era su destino. El grupo de personas era originario de la provincia de Tong y allí tenían cierta autoridad. Sin embargo, el Maestro de la familia murió y su mujer estaba llevando a la joven a la ciudad para encontrarse con el mejor amigo de su difunto esposo. En cuanto a la razón exacta de este viaje, Cui Er no lo explicó. Era obvio que no podía revelar demasiado. Sin embargo, lo que le contó era lo suficientemente útil.

"[Nadie estaría tan dispuesto a abandonar su hogar, su tierra natal, menos una madre viuda y su hija. Viajando

tan lejos y asumiendo riesgos y preocupaciones innecesarias. Este debe ser el último recurso. Seguramente el Maestro de la familia ofendió a alguien y por esto la Señora y su joven hija no tuvieron más remedio que escapar a otra región. No tienen en quien confiar.]" La cantidad de artistas marciales que viajaban junto a ellas reforzó la teoría de Yang Kai. Según la misma Cui Er, la mitad de estas personas fueron entrenadas por el Maestro. Después de su fallecimiento prometieron escoltar a su esposa y a su hija a un lugar seguro. Una vez que completen su misión, regresaran a la provincia de Tong.

Durante su viaje se encontraron frente a numerosos bandidos. Pero siendo una compañía tan fuerte, no sucedió nada grave. Yang Kai intentó preguntarle sobre la Ciudad del Mar a Cui Er, pero ella no conocía el lugar, era primera vez que iba. Solo compartió lo que la Señora le dijo a ella, es una ciudad costera, con paisajes únicos, que no se podrían imaginar las personas que viven al interior. "[Así que si es una ciudad costera...]" Tenía curiosidad por saber la distancia que había recorrido usando su Técnica de Pasos. Cuando se dio cuenta que estaría cerca del mar, supo que había viajado hasta el extremo sur de la Gran Dinastía Han.

Yang Kai se llenó de anticipación mientras imágenes mágicas se conjuraban en su mente. Aunque siguió en un estado lamentable, no quiso corregir sus ropas o su aspecto durante el viaje. "[Ellos creen que soy un mendigo, si cambio mi apariencia solo traeré sospechas innecesarias.]"

Al pasar tanto tiempo junto al anciano Wu se dio cuenta que su habilidad para azotar caballos producía un encanto indescriptible. Los azotes no eran demasiado fuertes, ni demasiado suaves, eran suficientes para estimularlos. Teniendo en cuenta el nivel de cultivo del anciano, era obvio que su técnica estaba relacionado con su comprensión de las artes marciales. Al prestarle atención a los detalles, Yang Kai se dio cuenta que los latigazos tenían incrustados profundos conocimientos. Inesperadamente contenía similitudes con la Técnica de Pasos que había estado practicando. A lo largo del viaje el viejo Wu seguía haciendo lo mismo, de vez en cuanto interrumpía sus azotes con un trago de licor. Siempre se detenían de noche.

Como de costumbre, Yang Kai se separaba de la multitud, buscando su propio rincón apartado. Después de todo, nadie en su sano juicio se sentaría al lado de un mendigo. El grupo lo despreciaba, solo permitían que viajara con ellos debido a la benevolencia de la joven. Momentos después el sonido de suaves pasos se escucharon a su espalda. No necesitaba girarse para saber quién era.

"Hola pequeño mendigo" Le dijo Cui Er.

Yang Kai respondió con una sonrisa fingida mientras frotaba su frente. "Ya te dije mi nombre... ¿por qué me sigues llamando así?" "[Llamar a alguien mendigo no es agradable.]"

"¡Toma!" Ella se mostró un poco irritada mientras le pasaba dos castañas.

"[Esta chica sigue viniendo para compartir bocadillos conmigo. No lo entiendo, ¿no le parece mi apariencia

desagradable?]" Se preguntó. Luego de su conversación se enteró de que tuvo un hermano menor. Cuando era más joven, ella y su hermano eran mendigos. Él tuvo la desgracia de morir de hambre, mientras que ella se las arregló para sobrevivir. Finalmente, la Señora le proporcionó refugio. Yang Kai tiene la misma edad que su hermano cuando murió, así que Cui Er tiene una especie de debilidad por él. "Entonces, ¿le robaste esta comida a la señorita?" Puso los ojos en blanco.

Ella lo miró con grandes ojos y lo reprendió. "¿Robar? ¡La joven maestra me trata muy bien! ¡Ella me lo dio a mi y como me lo dio, naturalmente yo puedo compartirlo con quien yo quiera!"

"Entonces, ¿por qué no estás cuidando de ella en este momento?" Abrió una de las castañas y se la comió.

"Tanto la Joven Maestra como la señora están agotadas por el viaje. Me pidieron que las dejara para que pudiesen descansar". Cui Er respondió mientras le guiñó el ojo. "Pequeño mendigo, ¿a dónde iras una vez que lleguemos a la Ciudad del Mar?"

Él sacudió su cabeza. "No lo sé. Probablemente caminaré hacia cualquier dirección desde allí".

Ella curvó una sonrisa. "Si bien puede ser agradable al principio, no mendigues toda tu vida, entiendo como es debido a mi pasado.."

Yang Kai le dio una sonrisa como respuesta, sin agregar nada más.

"¿Qué tal esto? Una vez que lleguemos a la Ciudad del Mar, ¿por qué no sigues con nosotras? Necesitamos algunos sirvientes. Puedo decir que eres bastante inteligente y tenerte no sería malo. ¿Qué dices? Conmigo para apoyarte, la Joven Maestra y la Señora definitivamente no se opondrán. Después de trabajar por un tiempo, incluso puede que encuentres una buena esposa luego de ganar algún dinero con nostras". Le dijo para intentar convencerlo.

"[Su perspectiva fresca y abierta sobre las cosas es muy encantadora... sin mencionar que también es muy linda.

Esas expresiones ambiguas que tiene la hacen verse aún más atractiva.]"Yang Kai interrumpió el discurso de Cui Er con un cumplido. "Si puedo conseguir una esposa como tú, sería realmente afortunado".

Ella se cubrió la boca y se puso a reír. "Realmente estás mal de la cabeza, ¿no? Tienes lo que te mereces, serás un mendigo toda tu vida. Ahora que lo pienso mejor, no puedo permitir que un lobo entre en la casa..."

"Así es, debes considerarlo seriamente". La miró. De todos modos, ya había decidido que no se uniría a ella. Solo quería explorar ese lugar y aprender. Lo mejor que podía conseguir era que Cui Er lo rechazara bajo su propia voluntad.

"Esta bien, dejaré de decirte tonterías. Nunca había visto a un mendigo con esa clase de lengua". Le dirigió una

mirada enojada. "Llegaremos a la Ciudad del Mar mañana, así que descansa bien esta noche. Estoy cansada, así que tú llena tu plato con arroz".

Yang Kai asintió. Durante todos estos días, Cui Er le ayudaba a sacar la comida para que los artistas marciales no lo acosaran. La miró mientras ella se alejaba para finalmente entrar al carruaje.

Después de un tiempo, la comida estaba lista. Un gritó se los indicó a todos. Se acercaron para recibir su porción. Yang Kai se levantó y caminó hasta ese lugar, pero una persona lo bloqueó. Lo reconoció, era el hombre de mediana edad que antes lo había arrojado. El hombre lo miraba fríamente.

"¿Qué pasa?" Frunció el ceño.

"Piérdete. ¡Esta noche no hay comida para ti!" Gruñó. Con su mirada lo despreciaba.

Yang Kai sonrió burlonamente mientras lo miraba con calma.

"Tus ojos no son malos". Asintió. "Pero si deseas buscar la muerte, estaré encantado de presentártela".

Pero Yang Kai no continuó la conversación, en su lugar, se dio la vuelta y se sentó nuevamente. No deseaba iniciar ningún conflicto con estas personas. Le habían dado refugio y un viaje gratis. Además Cui Er lo había tratado muy bien, no era necesario causar un problema por una simple comida. Si no cenara una noche, no es como si muriese de hambre.

"Parece que al menos eres lo suficientemente inteligente". Resopló el hombre.

Yang Kai sintió que la expresión del hombre se relajó cuando se dio la vuelta. Pero este cambio fue extraño. Rápidamente se volvió vigilante y le pidió al Viejo Demonio que hiciera lo mismo. Miró a su alrededor mientras la ansiedad y la duda llenaban su cuerpo. Los lugares anteriores en los que se habían detenido tenían rastros de personas, como si fuese común que descansasen allí, pero este no, era completamente desolado. Era el lugar mas adecuado para cometer un asesinato. "[Tengo un muy mal presentimiento.]" Pensó. Miró al cielo, no había luna, no había ningún rastro de luz. Esta oscuridad acompañada de los aulladores vientos, hacia parecer al lugar muy siniestro.

Muchos Artistas Marciales estaban haciendo la cola para comer, mientras charlaban distintas cosas. Aunque el viejo Wu era un conductor de carruajes, definitivamente su estatus no era bajo. Era evidente ya que otras personas le llevaban comida. Mientras el viejo no soltaba su confiable botella de licor. Viendo esto, Yang Kai decidió que estaba pensando mucho las cosas, tal vez incluso estaba siendo ridículo, no había necesidad de estar preocupado. Cuando terminaron de comer, el viejo les ordenó a algunos que hicieran guardia y al resto los envió a dormir. Gradualmente la preocupación de Yang Kai comenzó a desaparecer. Recuperó su calma, se acostó y se relajó. Cerró sus ojos.

Un tiempo después, la voz del Viejo Demonio lo llamó de repente. <"Joven Maestro, ¡algo anda mal!>"

Los ojos de Yang Kai se abrieron de inmediato. Los Artistas Marciales que dormían alrededor de la fogata respiraban con dificultad. Este tipo de personas nunca caerían en un sueño tan profundo, debido a sus experiencias siempre estarían vigilantes. Lo normal es que cerraran sus ojos para recuperar su cuerpo y su mente, sin embargo, estaban profundamente dormidos. En las noches anteriores, esto nunca había ocurrido. Algo estaba pasando.