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Capítulo 9: El cerdito y la esposa de trofeo

Translator: Nyoi-Bo Studio Editor: Nyoi-Bo Studio

Shen Yi respiró hondo. Al menos, Lu Xinyi no había rechazado por completo la propuesta.

—De repente, esto resultó ser mucho más extraño de lo que pensé que sería. —

Jugaba con los dedos, mientras se sentaba enfrente de Lu Xinyi. Notó que tenía las palmas de las manos húmedas—. Pareció una buena idea en aquel momento, pero no tenía idea de si aceptarías.

¿No había dicho que le gustaba mucho estar soltero y que no tenía una razón para casarse pronto? Shen Yi se regañó a si mismo por ser tan insensato. Ese matrimonio por conveniencia no le sentaba bien, pero la necesitaba para prevenir los rumores o podrían afectar su reputación y los negocios de la familia.

Lu Xinyi resoplo, pero se rehusó a mirarlo.

—Ni siquiera se tu nombre ¿No crees que es apropiado que te presentes?

Shen Yi dudó. Ella tenía razón. No podía casarse con un hombre sin saber su nombre ¿Cambiaría de parecer si se enteraba de quien era él en realidad?

—Me llamo Shen Yi, señorita Lu —casi dijo el sobrenombre prohibido de nuevo.

Lu Xinyi lo miró fijo.

¿Acaba de decir que se llama Shen Yi? ¿No era ese el nombre del actual presidente de las empresas Shen Group? ¿El que se rumoreaba que era un solitario, un demonio en el campo comercial? ¿Era el mismo hombre que se rumoreaba que era gay porque se rehusaba a conocer y salir con mujeres y prefería la empresa de otro hombre?

—No te creo —dijo con una mirada desaprobatoria. No podía ser el mismo hombre, ¿verdad?

—¿Qué? ¿Qué te hacer pensar que estoy inventando mi nombre? De verdad soy Shen Yi.

—¿El presidente de las empresas Shen Group?

Oh, entonces ella sabía. Al menos, era consciente de que clase de antecedentes tenía el.

—El mismo.

—¡No puede ser! —Lu Xinyi se quedó boquiabierta del shock.

—¿Por qué no puede ser? Es un placer conocerla, señorita Lu —le repuso Shen Yi con una risa, toda la tensión que había en la habitación comenzó a disiparse.

Lu Xinyi le tiró una almohada en el rostro, la cual Shen Yi agarró sin problema con las largas manos.

—Increíble —masculló para sí misma.

—¿Qué? ¿Acabo de arruinar tus expectativas? ¿Qué crees que soy entonces?

—¡Tú! ¡Un hombre descarado, lujurioso y pervertido!

—¡Oye! ¡Me lastimas! —Shen Yi se llevó una mano al pecho para fingir que estaba dolido por las palabras de Lu Xinyi.

—¿Por casualidad, estás proponiéndome en serio de casarme contigo? —Le preguntó muy suavemente. Se le sonrojaron levemente las mejillas ante el pensamiento de que podía convertirse en su esposa. De todas las personas que había, ¿por qué ella conoció al mismísimo Shen Yi?

No había estado con otro hombre excepto con Gong Yijun y ahora que oficialmente lo había dejado para siempre, Lu Xinyi pensó que casarse con el señor Salsa holandesa tan pronto era absurdo ¿Realmente quería casarse con él y usarlo para solucionar sus problemas?

—Sí—la rápida respuesta de él la sorprendió. Lu Xinyi se sonrojó aún más, mientras que recostaba la espalda contra la silla y metía las manos en los bolsillos de la campera roja.

—Ah.

Shen Yi ya estaba suficientemente tenso. Era difícil saber que ocurría en la cabeza de Lu Xinyi en ese momento.

—¿Qué significa eso? —preguntó el.

—Significa que acepto.

Shen Yi la miró fijo, como si le hubiera salido otra cabeza en el hombro.

—¿Aceptas? ¿Así como así?

Lu Xinyi se encogió de hombros. Su expresión era todavía la misma, pero todavía había un toque de timidez en el rostro.

—Parece que casarme contigo es la mejor manera de protegerme, ayudarme y de evitar que mis enemigos me fastidien —confesó ella.

—¿Enemigos? —Shen Yi se rehusaba a creer que tenía alguno. La personalidad de ella hablaba por sí misma y no parecía una pusilánime o alguien fácil de intimidar.

—¿No necesitas tiempo para pensarlo?

—Ya lo pensé. No es tan difícil como parece. Necesitas casarte conmigo por una razón. Yo seré tu esposa de trofeo y tu mi cerdito. Y estoy segura de que no tendremos que estar casados por mucho tiempo.

—¿Yo? ¿Tu cerdito? —Shen Yi se rió.

—Por supuesto, no me digas que un hombre rico como tú no va a consentir a su esposa de trofeo. Prepara tus tarjetas de crédito, mi media naranja —dijo Lu Xinyi sonriendo ampliamente. Obviamente, estaba bromeando. Como si le fuera a gastar el dinero en cosas atroces.

—Por cierto, ¿de verdad eres gay? —La curiosidad le ganó y le hizo la pregunto obvia.

La expresión de Shen Yi era invariable como siempre, pero había una intensidad en su mirada que no había visto antes. Se inclinó hacia adelante y miraba fijamente los grandes ojos de ella.

—Te aseguro querida, que puedo realizar las tareas de un marido sin ningún problema ¿Por qué no lo probamos mientras que estas aquí? —La maliciosa sonrisa había vuelto al rostro.

—¡Pervertido! —Lu Xinyi se tapó la cara con las dos manos. El rubor del rostro se esparció por el cuello y las orejas, lo que causó que Shen Yi estallara de risa de nuevo.

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