4 Capítulo 4: Cautivar al Diablo de Hielo

Espera, ¿cómo me llamó? ¿Señorita Panqueques? ¿Qué panqueques?

Si tan solo supiera a qué se refería él con eso.

Lu Xinyi frunció el ceño y puso una mano en el pecho de él mientras que la otra sujetaba el sombrero en su lugar. Luego, intentó apartarlo ¿Qué diablos acababa de suceder?

Hacia un minuto, lo había visto discutiendo con la otra mujer y ahora se encontraba en sus fuertes brazos que la sujetaban cerca de su cuerpo. Se quedó dura y se le detuvo la respiración cuando sintió que le acariciaba con las manos un costado de la cara. Parpadeó confundida antes de darse cuenta de que, de algún modo, este hombre estaba acosándola.

—Señor. Por favor saque las manos de encima mío antes de que le arranque las extremidades del torso —dijo entre dientes antes de pellizcarle el brazo para liberarse del agarre.

Los oscuros ojos de Shen Yi brillaron con diversión ¿Acaso esta mujer no lo reconocía o no sabía con quién estaba hablando? Nunca antes había conocido a una mujer que le contestara tan descaradamente.

—Necesito su cooperación. Por favor, ayúdeme —le susurró mientras se aseguraba de que la otra mujer estaba lo suficientemente lejos para no escuchar lo que estaban hablando.

Lu Xinyi lo fulminó con la mirada y estaba a punto de contestarle cuando Shen Yi giró la cabeza hacia la otra mujer, mientras que apretaba a Lu Xinyi a su lado para que no escapara.

—Nos vamos ahora mismo. No te preocupes por la propuesta de tu empresa. La voy a mirar una vez que hayamos vuelto a la ciudad.

Tiró del brazo de Lu Xinyi y no le dio oportunidad de decir otra palabra. No tenían sentido las palabras, especialmente para alguien como él, que ya había tomado una decisión. Eso se debía a que no tenía que pensar que decirle a Xia Yuhan. Él ya sabía cuál era la respuesta, incluso antes de que su propia familia le preguntara. 

Xia Yuhan maldijo en silencio y solo miró como la pareja se alejaba de ella.

Solo había aprovechado la oportunidad de irse de vacaciones en el crucero para seducir a Shen Yi ¿Quién iba a pensar que tratar de cautivarlo era como hablar con un bloque de hielo? El presidente de Shen Holdings de verdad se merecía el título de diablo de hielo.

Xia Yuhan miró alrededor y vio que varias parejas la miraban con curiosidad y la juzgaban. Nunca antes en la vida había sido humillada de esta manera. Apretó los puños con fuerza a los costados mientras que se iba y juraba que iba a hacer su mejor esfuerzo por conseguir la atención de Shen Yi. Faltaban cuatro días para que terminara el crucero.

Lu Xinyi se tropezó cuando el extraño la arrastraba lejos de la cubierta superior del crucero. No tenía idea de que había pasado para que este hombre la usará para ahuyentar a la otra mujer.

No le gustaban los hombres que creían que podían usar a cualquiera como les daba la gana. Eso le recordaba a su amargura contra su ex novio y mejor amiga. Se preguntaba que podría haber pasado si se hubiese enterado antes de que la engañaban a sus espaldas.

Tenía la casilla de mensajes llena de mensajes de su ex novio. De una u otra manera, no tenía planeado leerlos ¿Cuál podría ser la coartada de Gon Yiun esta vez?

—Hola, mi amor. Compré una nueva marca de condones, pero como decidiste no dormir más conmigo a pesar de que estamos juntos hace años, decidí probarlos con tu mejor amiga.

Lu Xinyi resopló ante la idea que se le acaba de ocurrir. Los pensamientos la hacían caminar sin mirar hacia donde iba. Se saltó un escalón de la escalera y se empezó a caer. Era muy tarde cuando se dio cuenta. Se anticipó al impacto y esperó que el dolor la golpeara, pero se sorprendió cuando solo escucho un ruido sordo.

Lu Xinyi cayó una vez más en el agarre del extraño. Tenía el pecho presionado contra el de él y eso causo que se sonroje de la vergüenza. Uno de los brazos se enganchó en su cintura y la enderezo. Shen Yi le arquejó una ceja.

Ahora estaba convencido de que era realmente una mujer panqueque.

—Que demo...

Miró desde el brazo hasta la cara de él con confusión ¿El raro extraño la salvó? ¿Enserio?

—¿Debí dejar que te cayeras?

La voz de él la inquietó de nuevo ¿Porque tenía efecto en ella de todos modos?

Lo miró de nuevo a la cara y vi lo apuesto que era más de cerca. Segundos más tarde, se dio cuenta de que había dejado de sostener el sombrero y que se lo llevaba la ráfaga de viento. Estiró el brazo para intentar agarrarlo, pero no pudo.

—Mi sombrero —gritó Lu Xin

Shen Yi negó con la cabeza y suspiró. Esta mujer no parecía afectada por sus encantos, como otras mujeres. No tenía idea de que la mujer panqueque que acaba de conocer, realmente no tenía idea de quien era él.

—Te compraré otro. Olvídate de el.

Lu Xinyi pisó fuerte como un niño pequeño, lo que hizo que el hombre se riera de su infantilidad.

—No necesito tu dinero y es tu culpa que se haya perdido.

—¿Eh?

Eso hizo que Shen Yi se preguntará si esa mujer realmente no sabía nada sobre la familia Shen. Nunca creyó que llegaría el día en que conociera a alguien que lo tratara como una persona normal ¿Cambiaría una vez que descubriera quien era él?