1 Sweet Incest. [ZIAM] [LIAM PAYNE/ZAYN MALIK]

Un pequeño reino, famoso por sus exportaciones vegetales a zonas vecinas, era gobernado por un rey llamado Yaser y su hermosa mujer, Trisha. Estos tenían un hijo de 10 años al cual nombraron Zayn, el futuro heredero al trono. Desde muy temprana edad lo han preparado para ser un gran soldado, para ser un gran alfa como su padre. Él era muy sobreprotector con sus dos pequeñas hermanas; Safaa de dos años y Waliyha de cinco, dos preciosas y pequeñas morenas de grandes ojos marrones. Él sin duda alguna a su corta edad no tendría problema de dar la vida por aquellas lindas omegas que tanto amaba, y lo mismo por su nueva hermanita que estaba viniendo al mundo en la habitación. Su madre se encontraba dando a luz y él junto a sus pequeñas hermanas estaba esperando respuesta de su padre. Todo el mundo lo único que sabía, por los sacerdotes del palacio, es que su madre en su vientre traía una nueva niña, algo que emocionaba al heredero.

—¡ESTO NO PUEDE SER POSIBLE!— Gritaba el rey dentro de la habitación, justo después de que el llanto de un bebé cesaba. —¡ESTO NO PUEDE ESTARME PASANDO A MÍ!— El hombre mayor salió de la habitación completamente furioso, dando un gran portazo. Zayn pudo notar la rabia de su padre en aquella acción, ya que las puertas del palacio eran gigantes y pesadas.

—¿Qué sucedió? ¿Le habrá pasado algo a nuestra madre? ¿A la bebé?— Murmuró más para él mismo, completamente desconcertado por la reacción que su adorado padre había tenido. Tenía miedo, curiosidad, por lo que estaba pasando ahí dentro, así que se decidió a entrar a la habitación. Cuando vio a todas las sirvientas sonrientes alrededor del lecho de sus padres, y a su madre con un un bulto en brazos llorando y abrazándolo con ese amor tan puro que ella brindaba a él y sus hermanas. —¿Madre?— Murmuró con temor de interrumpir, pero sólo se ganó la mirada amorosa de la preciosa reina.

—Hijo... ve con tus hermanas, ¿sí? No estoy lista para recibir la decepción de mis hijos también.— La mujer dejó que de su garganta escapara un gran sollozo y bajó su avergonzada mirada. Zayn no comprendía qué estaba pasando. Jamás había visto una discusión entre sus padres, y su madre siempre estaba feliz y amorosa con todo el mundo. Le rompía el corazón verle así. Se subió a la cama sin esperar consentimiento alguno y se acercó hasta su madre y el bebé que cargaba entre sus brazos. La sonrisa emocionada del niño y sus ojos cristalizados emocionó a la mujer, por lo mismo regaló a este un casto beso sobre su mejilla.

—Es tan bonita, madre. Tiene una piel suave y pálida, además de unos grandes ojos mieles. La omega más linda que mis ojos han visto. Y su aroma...— El pequeño niño enterró su nariz en el cuello de la criatura y aspiró su aroma; coco y miel. —¿Por qué padre la rechazó así? No puedo comprender su reacción.—

Trisha bajó la mirada y soltó un pesado suspiro, intentando contener sus ganas de llorar nuevamente. —Hijo querido, no es una niña. Es un pequeño varón.— Zayn abrió sus ojos grandes, completamente sorprendido, pues su olfato había localizado a una omega. Quizás su falta de experiencia le había jugado en contra. —Es un varón omega, y tu padre está como loco. Me culpa a mí. Dice que será el hazme reír de todos los reinos.—

Zayn a su corta edad no podía procesar todo tan rápido. Había muchas cosas que no comprendía, pero la pregunta que más le daba vueltas en la cabeza era por qué su padre no quería a su hermano. Es familia. Es una criatura indefensa. Desde el primer segundo en que le vio sintió amor por él, por su aroma, por sus adorables ojitos de largas pestañas. Sintió ganas de protegerlo del mundo entero, hasta de su propio padre.

—¿Cómo lo nombró mi padre, mamá?— Murmuró el buen niño acariciando la nariz regordeta de su hermano, perdiéndose en los pestañeos que este daba con curiosidad al entorno.

—No... no es digno de un nombre. Tendré que pensar en uno antes del bautizo.— La voz de Trisha se escuchaba algo débil, después de aquel esfuerzo por traer al mundo a un niño era de entenderse.

—¿Me darías el honor de nombrar a mi hermanito? Por favor, madre.— El moreno de grandes ojos marrones miró impaciente a su madre, esperando su consentimiento antes de que se quedara plácidamente dormida, a lo que esta respondió con un asentimiento de cabeza y una amplia sonrisa amorosa. —Bien... entonces...— El pelinegro acarició los labios de la criatura con dos de sus dedos y miró al techo de la gran habitación, sonriendo tan emocionado por el privilegio que le había regalado su madre. —Te nombro Liam.— Dijo cambiando su tono a uno autoritario, haciendo uso de su voz de alfa, como todo un rey. La madre con sus ojos cerrados estaba orgullosa de aquel muchacho de diez años. Sin duda alguna estaba formando a un gran rey, a un gran alfa de gran corazón. —Te nombro Liam, príncipe de Atlon y protegido del heredero al trono, del futuro rey, el gran alfa Zayn Mal

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