1 Nuclear prologo

"En este nuevo mundo hay seres mejores adaptados, pero eso no significa que ellos haya querido eso".

Omar, de 48 años, cava un agujero en la parte trasera de su casa, este agujero estaba al lado derecho de una gran piedra, que a su vez estaba al lado de otra gran piedra, en total habían unas 7, 8 si contamos la nueva.

-Adiós, Leonardo. 

Después de enterrar a su amigo, él tomo una maleta y se fue del lugar, para caminar sin un rumbo fijado en estas tierras sin vida, solo pensando en los viejos tiempos.

-Como lo hice Papá.

-Excelente, pero aún le falta para superar mi estofado.

-¿Qué tal ahora?

-Ahora sí lo supero.

-¿Ya la mataste?

-De hecho la perdí de vista.

-¡¿Qué?!

-Cálmate la…Sara, esta en tu cabeza.

-Quítamela, quítamela.

-¿Por qué tengo que aprender hacer una de estas?

-Bueno, nunca sabes cuando podrás necesitar una pistola casera, ya que un día puedes que estés rodeado de mutantes y entonces estarás:  ¡¿Por qué no le hice caso a mi madre?!. Mientras te comen. 

-Que lo digas así, me hace querer hacer algo más potente que esto.

-¿Como una escopeta?

-Sí.

-Hermano. ¿estas bien?

-Sí, es solo es un rasguño. No te preocupes. La herida que tenia Omar en su brazo derecho era una muy grave, ya que su brazo estaba en la dirección equivocada.

-¿Ves?. Como nuevo.

-Increíble. Los demás enloquecerán cuando se enteren.

-No, no, no. Esto es un secreto, así que por favor no lo se cuentes a nadie. ¿De acuerdo?

-Sí. 

-Vanesa. Feliz cumpleaños. Omar le había traído unos dulces en una caja de metal.

-Gracias Omar, pero mi cumpleaños es mañana.

-¿En serio?

-Pero aún así muchas gracias. Vanesa le dio un beso en la mejilla a Omar.

-No fue nada.

Omar dejo de caminar, y solo se dejo caer de rodillas en el rocoso suelo.

-Mierda. Mierda. Mierda. Mierda. ¿Por qué me tienes que quitar todo lo que amo?. Púdrete Dios, púdrete. 

Él permaneció ahí, insultado y maldiciendo, hasta que el sol se oculto. Omar preparo una sopa con los vegetales que había cultivado, pero esta no le sabía a nada.

A la mañana siguiente, siguió caminando, y caminando. Hasta llegar aún pequeño riachuelo, donde vio a un lobo, este también se había dado cuenta de la presencia de Omar, después de un rato de observase mutuamente, el lobo se fue.

Omar por su parte se quedo ahí, esperando a que el lobo regresará. Tras pasar el día entero sin moverse, tuvo que empezar a moverse para despertar sus piernas.

Tras verlo irse, el lobo aprovecho ese momento para tomar agua, él había estado solo desde que su manada y los animales de la zona murieron y así es como le gustaba estar, solo.

El tiempo transcurrió, y Omar siguió ahí esperando al lobo, y el siguió evadiéndolo. Hasta que un día Omar tomo sus cosas y se fue.

El lobo volvió a tomar agua con tranquilidad, pero no podía evitar fijarse si el había vuelto de vez en cuando.

Un día mientras el lobo se estaba comiendo unos hongos, capto un peculiar aroma proveniente del riachuelo, él lo siguió. Ahí vio a Omar, que estaba usando una hoja para esparcir el olor, del estofado que estaba preparando. 

Ambos se vieron mutuamente, pero esta vez el lobo se acerco a Omar.

-¿Esta rico?

 -woof.

-Voy a tomar eso como un sí.

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