Amanecer podía ver que Emily había comenzado de nuevo con su fiesta de la autocompasión y trató de encontrar una manera de detenerla sin darle la oportunidad de pintarse a sí misma como la víctima aquí y demonizar a su hermana como de costumbre.
—Pero, no siento lástima —dijo ella.
Amanecer casi se atraganta con su té cuando escuchó eso, tuvo que contenerse al máximo para no reír en voz alta por lo cómico que fue y lo rápido que Alfa Zenith humilló a Emily, sin siquiera intentarlo.
No estaba segura de qué intentaba conseguir Emily al actuar de manera tan lamentable.
Tony se aclaró la garganta para intervenir en este embarazoso momento. Luego miró al guardia cercano y le pidió:
—¿Puedes traer dos sillas para ellos?
Sin embargo, el guardia no aceptó esa orden de él. Sin el permiso del alfa, ninguno de ellos se movería de su lugar.
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