87 La dolorosa vida de Izuke- CAPITULO 30

-En una parte desconocida-

Estoy en un bosque.

—¿Eh? La puerta me dejó en este bosque... Bueno... Tal vez no esté muy lejos.

Escucho unas voces a lo lejos.

—¡¡Lo sabía, hay una ciudad cerca!!

Me dirijo corriendo al origen del sonido.

—Espero que Sonia no me golpeé por irme sin avisar.

Salgo del bosque y veo una ciudad algo rara... Muy rara. Veo a personas con cabezas de animales, colas de animales, orejas de animales y algunos con el cuerpo de un animal.

—He escuchado de ellos... Creo Crismei me contó de ellos... ¿Cómo se llamaban?

Cierro los ojos.

—Recuerda... Recuerda.

-Tiempo atrás-

Crismei y yo estamos sentados frente a frente en medio de un bosque.

—¡¡¿Existen diferentes tipos de humanos?!!

—Sí, y es importante que los conozcas para que no te asustes. Hay tres tipos de humanos. Los normales, los fantasmas y los semihumanos.

—¡¡¿Fantasmas?!! ¡¡¿Existen?!!

—Sí existen. Se les considera una especie de humanos por qué solo los humanos y semihumanos pueden volverse fantasmas. Ellos pueden convivir entre sí, pero nosotros los vivos no podemos verlos o escucharlos.

—¡¡Genial!!... ¿Qué son los semihumanos?

—Son humanos con características de animales... Aunque los humanos y semihumanos se mantienen alejados.

—¿Por qué?

—Los semihumanos son discriminados... Los humanos piensan que son demonios o monstruos asquerosos... Les tienen miedo... Por eso los semihumanos viven juntos y alejados de los humanos. Existe una ciudad donde todos sus habitantes son semihumanos, pero alrededor de su territorio hay carteles de aviso, para que los humanos sepan que la ciudad semihumana está cerca de ese lugar y se alejen... Aunque no sé por qué los odian... Los semihumanos no son tan diferentes a los humanos.

—¡¡Quiero conocerlos!!

—Tal vez algún día vayamos.

—¡¡Ya quiero que ese día llegue!!

-Presente-

Estoy acercándome a varios semihumanos con los ojos brillantes y emocionado.

—¡¡Increíble, genial, fantástico!!

Me paro frente a unos semihumanos.

—¡¡¿Puedo tocarlo, por favor?!!- Digo emocionado.

—C-Claro.- Dice un semihumano con cabeza de perro.

Baja la cabeza y lo acaricio.

—¡¡Es suave, gracias!!

—¿Estás perdido, niño? No deberías estar aquí.

—No se preocupe por mi... Aunque estoy perdido... ¿Sabe en donde queda la ciudad Melfis?

—Claro.

Me señala el camino con su dedo.

—Queda al norte... ¿Tienes carreta?

—No... ¿Cuánto tardaría en llegar en carreta?

—Creo que unas... Cinco horas.

—¡¡Gra...!!

Siento un escalofrío.

—Carajo... Nunca puedo estar tranquilo en ningún lado. Disculpa, ¿Hay un demonio aquí?

—Sí... Hace unos días llegaron dos demonios y nos obligan a hacer lo que nos dicen.

—¿En dónde están?

—¡¡No, por favor!!- Grita una chica y volteamos a verla.

Veo a los dos demonios que se fusionaron antes.

—Ahí están.

—Vaya... No aprendieron la lección.

—¿Aprender la lección?

—Ya los había derrotado y les perdoné la vida.

—¡¡¿Qué dices?!!

Me acerco corriendo a ellas.

Están paradas frente a una semihumana con la piel llena de pelo rosa y orejas de lobo. En su cuello tiene un collar con una pequeña espada. Tiene como 15 o 17 años. La demonio tiene extendida su mano derecha.

—¡¡¿En donde está el collar que te pedí?!! ¡¡No lo veo en mi mano!!

—¡¡No puedo dárselo, mi padre me lo dio antes de morir!!

—¡¡¿Quieres morir?!! ¡¡Entregamelo!!

—¡¡No, por favor!!

—Supongo que tendré que matarte.

—¡¡No me hagan daño!!- Gritan llorando.

Aparezco corriendo rápidamente y me paro frente a ella.

—¡¡Déjenla en paz!!

—U-un humano...

—¡¡Es Izuke!!

Las demonios ponen sus cabezas en el suelo.

—¡¡Perdónanos por favor!!

—¡¡La dejaremos en paz!!

—Agradezco la ayuda que me dieron antes, pero me di cuenta que son demasiado peligrosas... Lo siento.

Me acerco a ellas y con un gran golpe en la nuca con mi pie derecho, dejo inconsciente a la demonio con forma de mujer.

Tomo al oso de la pata y empiezo a dar vueltas rápidamente.

—Lo siento.

La lanzo al aire y me tapo los ojos.

—No será bonito de ver.

Escucho un gran choque y me destapo los ojos. Veo al oso rodeado de sangre.

—Que asco.

La chica se acerca a mí y otros semihumanos también.

—¿Eres un humano?

—Bueno... Sí, lo soy.

Me rasco la mejilla.

—Aunque realmente soy un hada.- Pienso.

La chica me abraza.

—¡¡Muchas gracias por salvarme!!

Me da un beso en la mejilla y me sonrojo.

—D-de nada... Lo siento, pero debo regresar a mi hogar. Adiós.

Me alejo corriendo de ahí y los humanos empiezan a susurrar.

—Un niño humano derrotó a los demonios.

—Simplemente increíble... Ese niño es bastante fuerte.

Entro al bosque y veo mis manos.

—Puedo fortalecer partes de mi cuerpo más rápido... Genial... Me pregunto si no se enojarán conmigo por irme sin avisar.

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