105 La dolorosa vida de Izuke- CAPÍTULO 48

Me dirijo a él corriendo.

—¡¡No uses tu magia aún, puedo esquivar sus golpes!! ¡¡Yo te diré cuando la necesite!!

—¡¡Claro, compañero!!

Sakuto apenas puede mantenerse de pie.

—No puedo perder... ¡¡No perderé!!

Se dirige corriendo a mí y nuestros puños derechos vuelven a chocar.

—¡¡Les demostraré a mis hermanas que soy igual de fuerte que ellas!!

Me lanza una gran patada en el costado izquierdo. Sangre sale de mi boca.

—¡¡Aún puedo pelear!!

Le doy un golpe en la cara y sale volando.

Se detiene y me ve con furia.

—¡¡No me rendiré!!

Me lanzo contra él y él se lanza contra mí.

—¡¡Muere!!

—¡¡Ahora!!

Intenta golpearme en la cara con un gran y rápido golpe y me hago a un lado rápidamente.

—¡¡Dos, usa tu máximo poder!!

Le doy un gran golpe en el estómago y rápidamente le doy un golpe en la cara.

Cae al suelo fuertemente.

—¡¡El gran final!!

Tomo su pierna y doy un gran salto de aproximadamente cien metros.

—¡¡Este es mi movimiento final!!

Empiezo a volar en el aire y empiezo a dar vueltas rápidamente.

—¡¡Este movimiento será mi ataque final!! ¡¡Dos, usa toda tu magia en mis brazos!!

—¡¡Sí!! ¡¡Dar vueltas es divertido!!

—¡¡Digo lo mismo, hermano!!

Doy vueltas demasiado rápido. Doy como veinte o treinta vueltas por segundo.

—¡¡Remolino Izuke!!- Grito con todas mis fuerzas.

—¡¡¿Remolino Izuke?!!

—¡¡Que feo nombre!!

Empiezo a descender a una gran velocidad mientras doy vueltas.

—Lo siento, hermanas.- Piensa con un tono triste.

Sakuto piensa en sus hermanas.

Piensa en los momentos que vivió con ellas.

Recuerda el tiempo que vivió con ellas.

Recuerda cuando ellas lo trataban mal y lo golpeaban.

Recuerda cuando ellas intentaban entrenarlo.

Recuerda cuando ellas lo veían con asco y decepción.

—Hermanas... No puedo más... Lo siento... Perdón por decepcionarlas otra vez... Realmente soy un inútil... Lo siento- Piensa mientras llora.

Aterrizo y azoto a Sakuto contra el suelo fuertemente. Una gran nube de polvo rodea nuestro alrededor.

—¡¡Lo lograste, Izuke!!- Grita Sinfer.

Uno y Dos bajan de mi y saltan de alegría.

—¡¡Ese último movimiento fue genial!!

—¡¡Eres genial, Izuke!!

Empiezan a bailar moviendo el trasero.

—¡¡Ese demonio no fue rival para nuestro poder combinado!!

—¡¡Somos increíbles!!

Dejan de bailar y me miran.

—¡¡Fue un gusto conocerte!!

—¡¡Si algún día vas a la zona Grians, visitanos!!

—¡¡La entrada se encuentra en un país rodeado de nieve, en un bosque donde nunca hay nieve!!

—¡¡Adiós!!

Desaparecen y Sinfer se acerca a mí.

—Bien hecho, Izuke.

Veo el cuerpo de Sakuto, está destrozado, es una escena realmente asquerosa. Está rodeado de sangre, sus brazos y piernas están destrozadas, su cabeza está separada de su cuerpo.

—Gracias...

Empiezo a llorar.

—Pero ahora todos están muertos... No pude salvarlos.

Sinfer me limpia las lágrimas con sus manos.

—No es demasiado tarde, mira.

Los restos de Sakuto empiezan a brillar.

—La energía no utilizada regresará... Lamentablemente, la energía utilizada, no podrá volver... Creo que de los 100,321 habitantes de la ciudad, solamente el 50% de ellos regresarán a la vida.

—Lo siento... Realmente lo siento.

—No fue tu culpa, tú no sabías que él haría eso.

—Lo sé... Pero yo pude haberlo derrotado antes... Él atacó la ciudad por qué venía por mí... Todos esos habitantes murieron por mi culpa...

Sinfer me acaricia la cabeza.

—No te culpes... Intenta pensar que podrás salvar a millones de personas cuando derrotes al resto de los demonios.

—Sí... Está bien.

Los restos de Sakuto se vuelven polvo y se esparcen rápidamente por la ciudad.

—Espero que las familias de los muertos puedan perdonarme.

—Lo harán.

Suspiro.

—Supongo que debo volver a la normalidad.

Mi transformación desaparece y vuelvo a ser un niño. La ropa que apareció en mi cuerpo desaparece.

—Uno, dos, tres... ¿Eh?

—¿Qué pasa?

—Cuando me convierto en hada, mi cuerpo sufre daños... Qué raro, esta vez no me pasó nada... Lo más raro fue que crecí de tamaño... Eso no debería haber pasado.

—Tú cabello y tus ojos también habían cambiado... Bueno... Podemos averiguar lo que te pasó más tarde.

Truena los dedos y los muros desaparecen.

—Revisemos la ciudad, debemos contar a las víctimas.

—¡¡Ahhh!!- Grita la princesa.

Nos damos la vuelta y vemos a la princesa sentada en el suelo desnuda. Debajo de ella está su ropa.

—¡¡¿Por qué estoy desnuda?!!

—Si ella está desnuda, eso significa que los que estaban en la fiesta... ¡¡Mierda!!

—Tú también estás desnudo.

Me sonrojo y me tapo mis partes.

—Será una noche larga.

Se agacha y acomoda algo de tierra.

—Transforma esta tierra en unos pantalones.

—S-sí.

avataravatar
Next chapter