97 La dolorosa vida de Izuke- CAPÍTULO 40

Sakuto y dos demonios están detrás de un árbol, viendo a lo lejos el castillo. Uno de los demonios tiene el cabello rojo, piel blanca, tres ojos negros, largas garras y usa un traje rojo (Miolfo). El otro demonio tiene el cabello blanco, piel de color negro (Negro negro, no negro moreno, ni afroamericano, negro negro), largas garras, dos ojos completamente blancos y usa un traje blanco (Banfa).

—Ya saben el plan, mantengan vigilados a los compañeros de Izuke y ataquen cuando yo les diga. Yo vigilaré a Izuke y lo atacaré cuando esté lejos de sus compañeros.

—Sí, amo.

—Tenemos memorizado el plan.

—¿Colocaron las bombas?

—Sí, amo.

—Perfecto, esto no puede fallar.

Lejos de ahí, Crismei y yo estamos caminando por la ciudad. Nei está sobre mi cabeza.

—Estoy un poco aburrido, ¿No quieres hacer algo, Crismei?

—¿Como qué?

—No lo sé... Tal vez ir al castillo y recorrerlo, o tal vez jugar a las escondidas, o también...

—¿Escondidas? ¿Como se juega eso?

—¿No existe en este mundo ese juego?

—Creo que no, nunca escuché sobre ese juego.

—Es fácil, solo se trata de que uno de los jugadores debe contar hasta 100 y los demás jugadores deben esconderse. El chiste del juego es que, el que cuenta, debe encontrar a los demás jugadores. Los jugadores se salvan si llegan al lugar dónde estaba contando el jugador. Es fácil de jugar.

—¡¡Suena divertido, quiero jugar!! - Dice Crismei.

—¡¡Yo también!!- Dice Nei.

—¡¡Vamos a jugar!!

Salto de alegría.

—¡¡Siempre quise jugar este juego con alguien!!

—¿Eh? ¿Nunca lo has jugado con alguien?- Pregunta Crismei.

—N-no... Nunca he jugado este juego... Solo lo jugaba con mi papá, pero con dos personas no es divertido de jugar.

Bajo la mirada.

—Nunca tuve amigos... Nunca jugué este juego con otros chicos de mi edad... Les daba asco.

-Tiempo atrás-

Mi padre está buscando algo en unas bolsas de basura y yo estoy a su lado. Veo a un pequeño grupo de niños reunidos.

—¡¡Yo no quiero contar!!

—¡¡Yo tampoco!!

—¡¡Yo conté la vez pasada, no es justo!!

—¡¡Yo no quiero contar tampoco!!

Me acerco a ellos emocionado.

—¡¡Puedo jugar con ustedes, yo puedo contar!!- Digo emocionado.

Todos voltean a verme con asco.

—Un vago.

Todos se tapan la nariz.

—Y apesta, qué asco.

—Vayámonos, ya apestó el lugar.

Todos se alejan corriendo y bajo la mirada.

—Yo solo quería jugar.

Mi papá me acaricia la cabeza y está sonriendo como siempre.

—Izuke, yo jugaré contigo.

—¡¡¿Enserio?!!

—Claro, vete a esconder, yo contaré.

—¡¡Gracias!!- Digo con una enorme sonrisa.

-Presente-

—Izuke... ¿Te sientes bien?

—Sí.

Levanto la mirada y le acaricio la cabeza.

—Estoy bien, no te preocupes.

—¡¡Déjeme, por favor!!- Grita una niña.

Volteo y veo a un hombre tomando de los brazos a una niña de unos 12 años. Tiene un vestido roto blanco y está descalza. Tiene el cabello verde y corto.

—¡¡Aléjate de mi tienda, apestosa!!

La empuja y la niña cae al suelo.

—¡¡Me das asco!!

—Asco... Asco...

Esas palabras las empecé a escuchar varias veces en mi mente.

Me acerco al hombre corriendo.

—¡¡No soporto a las personas como tú!!

El hombre voltea a verme.

—¡¡¿Qué demonios quieres, niño?!!

Le doy una gran patada en el estómago y hago que choque contra la pared. El hombre está en el suelo inconsciente.

—¡¡Todas las personas somos iguales, no te deben de dar asco otras personas!!

Crismei se acerca a mí.

—I-Izuke, no era necesario golpearlo.

—Lo sé... Me dejé llevar un poco.

—¡¡Ese golpe fue grandioso, Izuke!! - Dice Nei.

—Gracias.

Volteo a ver a la niña y le extiendo mi mano.

—Hola, mi nombre es Izuke... ¿Estás bien?

—S-sí... Muchas gracias por defenderme.

Me toma la mano y se levanta.

—¿Te molestó por estar cerca de su tienda?

—Estaba pidiendo dinero afuera de su tienda... Supongo que por eso se enojó.

—Ya veo... ¿Vives en la calle o tienes hogar?

—Vivo en las calles... Mis padres me abandonaron hace semanas y he estado viviendo en las calles desde entonces.

—Eso es demasiado cruel.

La observo por unos segundos.

—No tienes zapatos.

Me siento en el suelo y me quito los zapatos y calcetines.

—Puedes ponerte los míos, creo que te quedarán.

—¡¡¿Enserio?!!- dice emocionada.

—Claro. Luego te conseguiré ropa.

—¡¡Muchas gracias!!

Me levanto y la veo ponerse los zapatos.

—¿Estás seguro, Izuke? Esos zapatos son muy caros.- Dice Nei.

—No te preocupes, sé que Ángel puede conseguirme otros.

La niña me abraza.

—¡¡Muchas gracias por los zapatos!!

—De nada... ¿Tienes hambre?

—S-sí.

—Vamos, conozco un buen restaurante.

Volteo a ver a Crismei.

—Busca a Sonia o a Ángel y diles que estaré en el restaurante de Fran, diles que vayan por qué necesito dinero para pagar.

—¡¡Sí!!

Crismei se convierte en hada y se va volando.

—¡¡¿Es una hada?!!

—Sí, es mi compañera, yo soy un guerrero.

—¡¡Increíble!!

—Y mi compañero peludo es Nei.

—¡¡Mucho gusto en conocerla, jovencita!!

—Dice que mucho gusto en conocerte.

—Dile que el gusto es mio.

—Puedes decírselo tú, él puede entender a los humanos, pero otros humanos no pueden entender lo que dicen... Bueno, creo que solo yo puedo.

—¿Puedes?

—Creo que mi magia es especial o algo así, así que puedo entender lo que dicen los animales.

—¡¡¿Tienes magia especial?!! ¡¡Increíble!!

Saca una pequeña rana verde de su bolsillo.

—¡¡Se llama Sinfer, es mi mascota!!

Me pongo nervioso y mi sonrisa empieza a temblar.

—¿S-Sinfer?

—Sí, ¿Por qué?

—P-por nada... ¿Por qué le pusiste ese nombre?

—No lo sé, hace una semana lo encontré y ese fue el primer nombre que se me ocurrió.

—Ya veo.

Acaricio a Sinfer.

—Hola, S-Sinfer.

Se queda callado y no me dice nada.

—No me dice nada... Supongo que no quiere hablar.

—Está bien.

Guarda su rana.

—Vamos al restaurante.

Un anciano me observa desde lejos.

—Es momento de atacar.

Se dirige corriendo a mí.

—Este hechizo solo puedo usarlo una vez, no puedo fallar.

Siento un mal presentimiento.

—Mierda.

Volteo a ver a mi alrededor y veo al anciano.

—¡¡Mierda!!

Tomo a Nei y lo dejo en el suelo rápidamente.

—¡¡Huyan todos de aquí, un demonio!!

—¡¡¿Demonio?!!

Me dirijo corriendo a él.

—¡¡Vamos, atácame!!- Dice el anciano.

Intento golpearlo, pero un pequeño portal aparece frente a mi.

—¡¡¿Eh?!!

Atravieso el portal con mi puño y me jala con una inesperada fuerza.

—¡¡Mierda!!

El anciano se para detrás de mí y se convierte en Sakuto.

—No podrás escapar, Izuke.

Me empuja dentro y él también entra. El portal se cierra.

—¡¡Izuke!!- Grita la niña.

-Al otro lado de la ciudad-

Sonia está peleando contra Miolfo.

—¡¡Eres buena, Sonia!! ¡¡Los rumores sobre ti no son mentiras!!

—¡¡Cállate y pelea, idiota!!

-En otra parte de la ciudad.

Banfa está peleando contra Ángel, pero claramente se ve que Ángel tiene una gran ventaja sobre él.

—Este humano es demasiado fuerte.- Dice mientras se aleja.

—¡¡No huyas!!

Ángel lo alcanza y lo empieza a golpear en la cara.

Ángel lo toma del cuello.

—¡¡¿Por qué me atacaron a mí?!! ¡¡¿Por qué no atacaron a Izuke?!! ¡¡¿Tienen planeado algo, verdad?!!

El demonio empieza a reír.

—¿Apenas te das cuenta? ¡¡Mi amo ya debió haber derrotado a Izuke mientras peleamos!!

—¡¡¿Qué dices?!!

—¡¡Izuke es fuerte, pero sin sus compañeros no sabrá como lidiar con Sakuto!!

—¡¡¿Uno de los hermanos de Golan está aquí?!!

—¡¡Estaba, estoy seguro que ya se llevó a Izuke lejos de aquí!!

—¡¡Mierda!!

avataravatar
Next chapter