92 La dolorosa vida de Izuke- CAPÍTULO 35

Dos chicas están caminando juntas por las calles de la ciudad.

—Es un día tranquilo. Días como estos me gustan.

—Sí, es un día tranquilo.

Dan la vuelta en una esquina y me ven dándole un golpe a Sinfer.

Sinfer sale volando y pasa a lado de ellas.

—¡¡¿Eh?!!

Me dirijo a él corriendo, estoy bastante herido, pero intento soportar el dolor.

—¡¡Ya no quiero seguir!! ¡¡Si seguimos así, los dos terminaremos muertos!!

Sinfer se dirige a mí corriendo.

—¡¡Tú morirás, yo viviré!!

Sus manos empiezan a brillar y toca el suelo. La tierra empieza a temblar y una enorme cantidad de tierra empieza a elevarse junto conmigo arriba.

—¡¡Tú no puedes volar, Izuke!! ¡¡Caerás y morirás!!- Dice riendo.

—Mierda... La espíritu me dijo que no muestre mi magia tipo hada con personas que me conozcan... Pero debo hacerlo.

Veo que el sol está arriba de mí.

—¿Es el medio día?... Tal vez pueda volar y el sol pueda hacer que Sinfer no pueda verme.

Me asomo y me doy cuenta que estoy bastante alto... No sé cuánto, pero apenas puedo distinguir a las personas... Parecen hormigas... Creo que estoy a un kilómetro del suelo.

—No podrá verme... Funcionará.

Cierro los ojos y tomo aire profundamente.

—Quiero convertirme en hada.

Mi cuerpo es rodeado por un material negro y desaparece rápidamente.

Cuatro enormes alas de hada de color negro salen de mi cuerpo, dos en cada lado de mi cuerpo. Expulsan un vapor negro... Es más como energía negra... Energía demoníaca.

—Bien... No debo usarlo mucho tiempo.

La tierra se dispersa y desaparece.

—Ahora.

Empiezo a volar rápidamente, alejándome de la ciudad.

—Debo ocultarme... No debo estar cerca de Sinfer.

Veo el bosque y empiezo a descender rápidamente.

—Estaré oculto hasta que a Sinfer se le pase el enojo.

Aterrizo en el bosque y mis alas desaparecen.

—Bien...

Varias pequeñas heridas aparecen en mi cuerpo.

—Estoy bastante herido, así que tener más heridas no importa.

Mis piernas empiezan a temblar.

—Apenas puedo mantenerme de pie.

—I-increíble.

—Tienes alas.

Volteo preocupado y veo a María y a Seipo.

—Mierda...

Se acercan a mí.

—I-I-Izuke, estás muy herido.

—Estás rodeado de heridas... Debes descansar.

—Es lo que planeo hacer... No le digan a nadie lo que acaban de ver, por favor... Es un secreto.

—No te preocupes.

—No se lo diremos a nadie.

—Muchas gracias.

Siento un escalofrío.

—Mierda.

Escucho sonidos entre los árboles.

—¡¡Corran, huyan de aquí!!

Sinfer sale de entre los árboles y se para frente a nosotros.

—¡¡No sé como le hiciste para escapar hasta este lugar, pero no me importa!!

—¿C-cómo me encontraste?

—¡¡Tú olor es fácil de rastrear!! ¡¡Hueles a basura y a raro!!

—Sinfer... Cris murió, pero debes superarlo.

—¡¡¿Tú superaste la muerte de tu padre?!! ¡¡¿Lo hiciste?!!

—Bueno...

—¡¡Obviamente no lo hiciste!! ¡¡Si lo hubieras superado, dejarías de estar sonriendo siempre!! ¡¡Ahora que no estás sonriendo, pareces una persona más normal!!... Cris... Cris era como una hija para mi... La amaba... Era mi mejor amiga... Y por tu culpa... ¡¡Está muerta!!

—¡¡Huyan!!

Sinfer se acerca corriendo a mí y me da un golpe en la cara, sus espinas se me encajan en la mejilla.

—¡¡Muere, ya no te necesito!!

—¡¡Perdiste la razón, idiota!!

Me toma del cuello y me empieza a ahorcar.

—¡¡Muere, muere, muere, muere!!

Intento liberarme, pero no tengo tanta fuerza.

—¡¡Llegaste a tú limite, es tu final!! ¡¡Hoy morirás!!

Bajo los brazos y cierro los ojos

—Lo siento, Sinfer... Realmente... Lo siento.

Mi cuerpo es rodeado por un material negro y desaparece rápidamente.

Cuatro enormes alas de hada de color negro salen de mi cuerpo, dos en cada lado de mi cuerpo. Expulsan un vapor negro... Es más como energía negra... Energía demoníaca.

—¡¡¿Eres un hada, maldito?!! ¡¡Por eso pareces un niño!!

—Sinfer... Lo siento... Pero creo que estoy a punto de perder la razón.

Abro los ojos y mis ojos se vuelven rojos.

—¡¡Muere, Sinfer!!

Tomo sus brazos y los aprieto.

—¡¡¿Qué?!!

Rompo sus brazos y le doy una patada en el pecho. Le arranco ambos brazos y Sinfer cae al suelo.

—¡¡Imposible, no deberías tener tanta fuerza!! ¡¡Ya no deberías tener fuerza!!

—¡¡Cállate!!

Le doy un golpe en la garganta con mi pie.

—¡¡Muere, idiota!!

Empiezo a darle golpes en la cara con mi pierna.

—¡¡Muere, muere, muere, muere, muere, muere!!

Le destruyo la cabeza y empiezo a reír.

—¡¡No debiste meterte con...!!

Mis ojos vuelven a ser azules.

—...migo...

Caigo al suelo inconsciente y mis alas desaparecen.

Mi cuerpo es rodeado por rayos negros y blancos que me electrocutan. Toda mi piel se desintegra y desaparece.

Sangre me rodea completamente.

—¡¡Izuke!!

María y Seipo se acercan a mí cuerpo.

—I-Izuke se comportó raro... Sentí maldad en él.

—Yo también... Creo que debemos irnos... Realmente le dimos mala suerte.

—Tienes razón... Si sus compañeros ven esto, van a querer matarnos... Vámonos.

Se van corriendo de ahí.

-Veinte minutos después-

Ángel nos encuentra y empieza a llorar.

—Sinfer... Izuke... ¿Por qué demonios llegaron tan lejos.

Ángel revisa el cuerpo de Sinfer.

—Estás... Muerto...

Ángel revisa mi cuerpo y empieza a llorar demasiado. Mocos salen de su nariz.

—Izuke... Estás... Estás...

avataravatar
Next chapter