70 La dolorosa vida de Izuke- CAPÍTULO 13

Sonia me pellizca la mejilla.

—Despierta, vamos a desayunar.

Abro los ojos.

—Buenos días, Sonia.

Me levanto y me estiro.

—Vamos.

Salimos de la carreta y veo a mi alrededor. Estamos en un pequeño pueblo. Hay puestos de ventas y tiendas.

—Se ve lindo este pueblo.

Siento un escalofrío.

—¿Es un mal presentimiento?- Pienso.

Crismei mira a lo lejos a un anciano que parece que nos está vigilando desde un callejón. El anciano parece muy normal, tiene el cabello rojo, usa un traje negro y usa un extraño parche en el ojo izquierdo. El parche es azul y tiene un rayo en él.

—¿Eh?

El anciano se da cuenta que Crismei lo está viendo y se va corriendo de ahí.

Crismei se acerca a mi y me toma de la mano.

—Izuke, Izuke.

—¿Qué pasa?

—Nos estaba observando un anciano muy raro. Se fue corriendo cuando se dio cuenta que lo descubrí.

—Por eso sentí un mal presentimiento... ¿Será un demonio?

—Creo que no, parecía un anciano normal, lo único raro es que usaba un parche azul.

Sonia saca su espada.

—Demonio o no, debemos averiguar por qué nos estaba observando. El pueblo es pequeño, nos separaremos y lo buscaremos.

—¡¡Sí, jefa!!

Volteo a ver a Crismei.

—Conviértete en espada, por favor.

—Sí.

Crismei se convierte en espada y la tomo con mi mano derecha.

—¡¡Vamos!!

Ángel, Sonia y yo nos separamos y empezamos a buscar.

Corro por las calles del pueblo.

—Un anciano con un parche... Definitivamente es alguien sospechoso.

—Ten cuidado, Izuke.

—Gracias por preocuparte por mi, Crismei. Tendré cui...

Corro a lado de un callejón y el anciano sale de ahí.

Volteo a verlo y me intenta golpear con su puño derecho.

Me agacho, esquivando su ataque y me alejo de él.

—¡¡Anciano, ¿Por qué intentó golpearme?!! ¡¡¿Eres un demonio?!!

El anciano me sonríe. Su piel se vuelve roja y en su frente le crece un pequeño cuerno verde.

—Sí, es un demonio. ¡¡Todos deben huir de aquí!! ¡¡Hay un demonio en el pueblo!!

Todos a mi alrededor se asustan y se van corriendo.

—Anciano, ¿Cómo supo que estábamos aquí? ¿Nos estaba siguiendo?

—Tal vez sí, tal vez no, no te lo diré.

—Ya veo... Supongo que no tengo otra opción más que pelear y derrotarte.

—¡¡Ya veremos eso, mocoso!!

Una espada blanca sale de la palma de su mano izquierda y la toma con su mano derecha.

—¡¡Muere!!

Intenta golpearme con su espada y esquivo sus ataques fácilmente.

—Sus ataques son menos rápidos que los de Sonia... Mis reflejos realmente mejoraron... Es un demonio, así que matarlo no es malo, al contrario, es algo bueno. - Pienso

Tomo a Crismei con fuerza.

—Fortalece mi cuerpo, Crismei.

—Sí.

Me agacho para esquivar su ataque y le doy un gran golpe con la espada en el pecho y le hago un gran corte en el pecho.

—¡¡Mierda!!

Suelta su espada y se aleja de mi.

—Mi turno.

Empiezo a golpearlo rápidamente con la espada. Sangre salpica por todos lados.

Cae al suelo completamente herido.

—¡¡No es justo!! ¡¡Me dijeron que eras débil, que eras un simple niño!!

—Creo que te mintieron.

—P-perdóname la vida, por favor. Me iré y ya no sabrás nada de mí, lo prometo.- Dice con lágrimas en sus ojos.

Me da algo de lástima verlo así.

—Está bien, no te mataré, puedes irte.

—M-muchas gracias.

El demonio se levanta con dificultad y se aleja caminando.

—¿Crees que sea buena idea dejarlo vivo?

—No lo sé... Tal vez no sea buena idea...

Veo a Sonia a lo lejos y se dirige a nosotros corriendo.

El anciano se asusta y se acerca a mi.

—A-ayúdame, no quiero morir.

Se pone detrás de mi temblando de miedo.

—Está bien, yo te prote...

Siento un mal presentimiento.

Volteo a ver al demonio y veo que intenta darme un golpe en la cabeza. Su puño esta rodeado de un vapor negro.

Me hago a un lado, esquivando su golpe.

—Idiota.

Le doy una gran patada en su costado derecho y lo saco volando varios metros.

—Te iba a dejar vivir, idiota.

Me acerco al demonio.

—Realmente no puedo confiar en un demonio.

Intenta levantarse y pongo mi pie izquierdo sobre su pecho.

—No te levantes.

Pongo la punta de mí espada en su frente.

—P-perdóname.- Dice con lágrimas en sus ojos.

—No te perdono.

Levanto la espada y con todas mis fuerzas la encajo en su frente. Sangre empieza a salir rápidamente de su frente.

Sonia se para detrás de mi.

—Bien hecho, Izuke. Veo que no recibiste ninguna herida.

—Sus ataques eran lentos comparados con tus golpes, Sonia.

—Eso es por qué Crismei mejoró tus reflejos.

—Lo sé... Crismei, vuelve a tu forma humana.

Crismei se convierte en una hada, vuela a lado de mi y vuelve a su forma humana.

Sonia me da una palmada en la espalda.

—Lo hiciste muy bien. Vamos a desayunar.

—¡¡Vamos!!

Tomo de la mano a Crismei y volteo a verla.

—Bien hecho, Crismei, lo logramos.

—Yo no hice nada, tu lo venciste.

—Tu eres mi espada, gracias a ti logré derrotarlo.

Le acaricio la cabeza y se sonroja.

—Muchas gracias por tu ayuda.

Crismei sonríe.

—¡¡De nada, Izuke!!- Dice con un tono alegre.

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