69 La dolorosa vida de Izuke- CAPÍTULO 12

Ángel y Crismei regresan con nosotros en una carreta jalada por un caballo blanco.

Ángel observa el cadáver de la demonio a lo lejos.

—¡¡¿Qué pasó?!!

Ángel baja del caballo y Crismei baja de la carreta.

—¡¡¿Es un demonio?!!

—Sí, Izuke y yo la derrotamos. Esa demonio venía por Izuke.

—¡¡Eso significa que ya saben lo que planeamos!! ¡¡Debemos irnos de inmediato!!

Ángel me carga en sus brazos.

—El trío demoníaco considera a Izuke como un peligro, durante nuestro viaje intentarán atacarnos, debemos estar atentos y vigilar muy bien.

—Tienes razón, Ángel.

Ángel me sube a la carreta y se da cuenta de la mordida que tengo en el brazo. Se da cuenta también que tengo sangre en la boca.

—¿Se mordió?... ¿Izuke también peleó?

—Sí, a pesar de estar tan cansado, él logró esquivar los ataques de la demonio y le quitó su espada. En el camino te cuento lo demás, vámonos.

—Sí.

-Varias horas después-

Me despierto y me doy cuenta que estoy en una carreta en movimiento.

Me siento y veo a Sonia y a Crismei dormidas sobre los asientos de la carreta.

—Tengo hambre.

Golpeo la madera de la carreta.

—¡¡Conductor, ¿Cuánto falta para llegar?!!

—¡¡¿Estás despierto, Izuke?!!

—¡¡Sí, Ángel!!

La carreta se detiene.

Escucho los pasos de Ángel y veo a Ángel asomar la cabeza por la ventana de la carreta.

Me sonríe.

—¡¡Felicidades por tu victoria, Sonia me contó lo que hiciste ayer!!

Abro la puerta de la carreta y bajo.

—No hice nada importante, solamente le quité la espada a la demonio.

—¡¡Si no hubieras hecho eso, Sonia podría estar muerta ahora!!

—Tal vez... Una pequeña acción puede lograr un gran resultado.

Veo a mi alrededor, estamos en un pequeño camino en medio de un hermoso valle verde. Huele muy bien.

—¿En donde estamos?

—No lo sé... Deja veo el mapa.

Saca un papel doblado de su bolsillo y lo desdobla.

Es una gran mapa del país Zouler.

—Estamos exactamente en este lugar.

Apunta con su dedo un camino que está en medio del mapa.

—Y nos dirigimos a este lugar.

Apunta con su dedo casi una esquina superior derecha del mapa. En ese lugar hay una cueva dibujada y un lago.

—Tardaremos dos o tres días en llegar.

—Ya veo... ¿Qué hay en ese lugar? ¿Por qué vamos a ese lugar?

—Cuando lleguemos te lo diremos.

—Está bien... ¿Entonces ya no entrenaremos?

—Por supuesto que entrenaremos, pero menos tiempo que antes.

—Ya veo... Ya sé que no soy nadie para exigir, pero tengo un poco de hambre.

—No te preocupes, en una hora llegaremos a un pueblo, pararemos ahí para comer.

—Está bien.

—Descansa, aún es muy temprano.

—Sí, está bien.

Me subo a la carreta y Ángel cierra la puerta.

—Por cierto, estoy muy orgulloso de ti. A pesar de estar muerto de cansancio, esquivaste los ataques de esa demonio muy bien. Eso es algo bastante sorprendente, incluso los guerreros más experimentados les costaría trabajo hacer eso. Felicidades, Izuke.

—¡¡Prometo mejorar más!! ¡¡Muchas gracias!!

Ángel me sonríe.

—Estoy seguro de eso... Me recuerdas mucho a mi pequeña hermana, ella siempre sonreía... Bueno, es tiempo de irnos.

Ángel se sube al caballo y empezamos a movernos.

Una lágrima sale del ojo derecho de Ángel.

—Hermana...

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