9 CAPÍTULO 9: Problemas.

La dolorosa vida de Ángel.

CAPÍTULO 9

Entramos a su habitación y Sonia empieza a quejarse de lo mal que se ve la habitación debido a la explosión.

—¡No puedo dormir de esta forma!

—Entonces... ¿Dormiremos en otra parte?

—Sí. Unos trabajadores vendrán y arreglarán la pared. Yo dormiré con una amiga, tú dormirás en el suelo.

—Está bien... Sonia, te puedo pedir un favor.

—¿Qué favor?

Realmente no quiero dormir en el suelo. Ahora que soy un estudiante, tengo el derecho de tener una habitación.

— ¿Te molesta si duermo en otra parte?

—¿Tienes en dónde dormir?

—No, pero podría conseguir.

—Está bien, como sea.

—Gracias

Salgo de la habitación y suspiro.

—Estoy llamando mucho la atención... Presiento que eso me traerá problemas.

Llamar la atención podría ser muy malo, tal vez en este mundo existan personas malas que quieran mi poder, o simplemente me obliguen a usar mi magia en cosas malas.

—Iré con el director para saber si tiene un lugar en donde pueda dormir.

Veo a una estudiante con enormes pechos, sentada en el suelo, hablando con un gato blanco.

—¡Eres muy lindo, muy lindo!

—Y tú eres muy linda con esos enormes pechos.- Dice el gato.

El gato empieza a tocar los pechos de la estudiante.

—¡Qué tierno eres!

—¡Qué suaves son!- Dice el gato con un tono pervertido.

Veo al gato de cerca, realmente odio a las personas pervertidas por él... Bueno, en este caso no es una persona.

—Oye, es muy lindo, ¿Lo puedo acariciar?

—¡Claro, es mi familiar, puedes acariciarlo!

Me agacho y acaricio al gato.

—Es muy lindo.

—¡Qué asco, no eres una chica, no me toques!- Dice el gato enojado.

Levanto la mirada y observo a la estudiante a los ojos.

—Oye, te digo algo.

—Dime.- Dice la chica.

—Yo puedo hablar con los animales, ¿Quieres saber lo que tu pervertido gato dice?

El gato salta y se aleja de mí.

—¡¿Eh?!- Dice asustado.

—¡¿En serio?!- Dice la chica sorprendida.

El gato se acerca a mí, temblando de miedo.

—¡No le digas lo que dije sobre sus pechos!

—¿La seguirás tocando?

—¡No lo haré, lo juro!

Qué suerte es ser un gato y tener una ama muy hermosa... Y mi ama es una maldita loca.

—Oye, tú gato no quiere que te diga lo que dice, lo siento.

—Que lástima.- Dice la chica decepcionada.

—Sí, lo sé.

Me levanto y me alejo caminando.

—¿Un humano que nos entiende? Increíble.- Dice el gato sorprendido

-Minutos después-

Entro a la oficina del director.

—Hola.- Digo con una sonrisa.

—¡Ángel, pasa!

Me acerco al director.

—Disculpe, ¿No tienen una habitación en donde pueda dormir?

—Lamentablemente no, todas las habitaciones están ocupadas... Solo tenemos una habitación disponible, pero no creo que quieras dormir ahí.

—Me conformo con esa habitación

—Está junto con las habitaciones de las sirvientas.

—¿Me puede indicar dónde es?

—Claro, acompáñame.

Salimos de su oficina y caminamos juntos.

—¿Estás seguro de querer dormir ahí?

—Claro, es mejor que dormir en el piso.

—Está bien.

-Minutos después-

Estamos frente una puerta algo vieja y rota.

—Es por aquí.

Abre la puerta y hay unas escaleras que llevan a un piso inferior. Es como si fuera un sótano.

—¿Aquí duermen las sirvientas? Se ve un poco... Incómodo.

—Lo sé.

Bajamos y veo el pasillo. El piso es de tierra, está muy oscuro y huele muy raro. Hay como doce habitaciones.

—El piso es de tierra.

Casi no veo, no hay lámparas.

—¿No hay luz?

—No.

Saco mi teléfono y enciendo la linterna de mi teléfono.

—¡Increíble, ¿Qué es eso?!- Dice sorprendido.

—Es un aparato de mí mundo, sirve para llamar, tomar fotos y videos.

—No entiendo.

Suspiro, realmente me cansa explicarlo.

Le expliqué las funciones de mí teléfono.

—¡Increíble!- Dice sorprendido.

—Gracias... ¿En dónde está la habitación?

—Es la última habitación, se encuentra al final del pasillo a la derecha, yo debo irme, adiós.

El director se va y veo a mi alrededor.

—Bueno... Supongo que así tratan a los plebeyos los nobles.

Me dirijo a mí habitación.

—Huele un poco raro.

Entro en la habitación. Solo hay una cama sin sábanas... Solo hay eso.

—Hay una cama... Solo hay una cama. Es muy diferente a la habitación de Sonia. Es la clara diferencia entre un noble y un plebeyo.

Saco mi teléfono.

—Supongo que puedo escuchar un poco de música.

Me pongo los audífonos y los conecto a mí teléfono.

—Necesito más ropa, no puedo estar más tiempo con esta ropa.

Pongo algo de música y me acuesto.

-Al anochecer-

Me levanto y me quito los audífonos.

—Creo que iré a bañarme.

Saco mi teléfono y enciendo la linterna.

—Está muy oscuro.

Salgo de la habitación y unas sirvientas gritan cuando me ven salir con la linterna.

—¡¡Ahhhhh!!- Gritan asustadas.

���¡Lo siento, no quise asustarlas! ¡El director me dio permiso de dormir en esta habitación!

—¿Ángel?

Veo a Rem entre las sirvientas.

—¡Hola, Rem!

—¿Por qué duermes aquí?

—Están arreglando la pared de Sonia y ella se fue a dormir con una amiga, y el director me dio esta habitación.

—¿En este lugar?

—Sí, aunque es un poco incómodo.

—¿Qué es eso?- Dice apuntando con su dedo índice mi teléfono.

—Es mi teléfono, es un aparato de mí mundo.

—¡Increíble!- Dice sorprendida.

Las sirvientas me ven raro. Supongo que hasta yo vería raro a un chico que sale de la nada con un aparato extraño.

—Hola, mi nombre es Ángel.- Digo sonriendo.

Todas me saludan nerviosas diciendo "Hola, Ángel".

—Necesitan un poco de luz en este lugar.

Veo el piso y se me ocurre una gran idea.

—Puedo usar mi magia...

Tomo algo de tierra del suelo.

—Esperen.

Extiendo mi mano derecha y pienso en una linterna antigua de vela.

—¡Crea fes!

La tierra se transforma en una linterna antigua de vela.

—Bien, ¿Alguien tiene un encendedor?

—¿Encendedor?

Realmente este es un mundo primitivo.

—Supongo que no existen en este mundo.

Tomo más tierra del suelo.

—Espero que también funcione.

Extiendo mi mano derecha y pienso en un encendedor.

—¡Crea fes!

La tierra se transforma en un encendedor color verde.

—Espero que funcione.

Intento usarlo y funciona. Tener magia realmente es muy útil.

—¡Increíble!- Digo emocionado.

Abro la linterna y enciendo la vela.

—Así habrá luz, solo deben apagarlo cuando no la usen... ¿En dónde la pongo?

Logré crear un clavo y un martillo para colocar la linterna en la pared.

—Listo, pondré el encendedor aquí para que enciendan la vela.

—¡Muchas gracias!- Dicen todas emocionadas.

—Esperen.

Creo muchas velas, para que las usen después.

—Cuando se acaben pueden reemplazarlas.

—¡Gracias!- Dicen todas emocionadas y sorprendidas.

Observo el piso de tierra por unos segundos.

— Me pregunto sí... ¿Pueden subir por un momento?

—Claro, ¿Qué harás?- Dice Rem.

—Solo quiero intentar algo.

—Está bien.

Todas suben y me trueno los dedos. Mi magia es poderosa, así que es posible lograr lo que estoy a punto de hacer.

—Bien... Tal vez funcione.

Extiendo mi mano derecha y pienso en un piso hecho de madera.

—¡Crea fes!

El piso de tierra se transforma en un piso de madera.

—¡Genial! ¡¡Pueden bajar!!

Todas bajan y observan el piso emocionadas y sorprendidas.

—¡¡Increíble!!- Gritan todas.

—Sería más cómodo caminar en un piso de madera.

Las sirvientas se acercan demasiado a mí y me sonrojo.

—¡¿Puedes hacer mi piso de madera?!

—¡El mío también!

—C-claro.

-30 minutos después-

Les arreglé las habitaciones a todas, les hice muchas linternas para cada habitación, les hice encendedores, muebles y sábanas.

—Ya terminé.

—¡Muchas gracias!- Dicen todas agachando la cabeza.

—N-no hay de qué. Adiós, iré a bañarme.

Subo y salgo de ahí.

—No sé cómo podían dormir en un lugar así.

Después de caminar por varios minutos, llego al baño de hombres. Al entrar, se pueden observar canastas con ropa en el suelo. Tomo una de las canastas vacías que hay en el suelo.

—Bien, debo dejar mi ropa en esta canasta y ponerme una toalla para entrar... Será un poco incómodo.

Dejo mi ropa y mis cosas en la canasta y me pongo una de las toallas que están colgadas en la pared.

—Bien...

Abro la puerta del baño y veo que se bañan a vapor y en el centro hay una piscina.

—Hace calor...

Entro y veo que hay muchos estudiantes, que me observan con curiosidad. Algunos están desnudos.

—Qué incómodo.

Entro en la piscina y me relajo, el agua está caliente.

—Que caliente está el agua.

Varios estudiantes se acercan a mí muy emocionados.

—¡Oye, ¿Tú eres Ángel?!

—¡Lo que hiciste fué asombroso!

—¡Ese hechizo solo puede hacer un daño pequeño!

—¡Pero tú lograste destruir una parte del muro!

Me incomoda estar rodeado de estudiantes desnudos.

—G-gracias.

Dos estudiantes me toman de las manos y un estudiante muy fuerte se acerca a mí. Mide dos metros y es calvo. Es el típico chico malo de la escuela.

—¡No me gustan los chicos presumidos como tú! ¡Creo que debo darte una lección!- Dice enojado mientras se truena los dedos.

Intento no sobresalir, pero me doy cuenta que eso no funciona.

—¿Presumido? No soy presumido. ¡Déjenme en paz!- Digo enojado.

—No, creo que no. Mientras no puedas mover las manos, nosotros te golpearemos.

—¡No puedes usar los hechizos sin tus manos!

—¡Hazlo pedazos, Sandro!

Los volteo a ver. Son los estudiantes que intentaron tocar los pechos de Rem.

—¡Ustedes son los que intentaban tocar los pechos de Rem!

—¡Cállate!

Uno de ellos me da un golpe en la cara.

—¡Mi turno!- Digo enojado.

Veo al estudiante calvo y pienso en él.

—¡Forle levitation!

Levanto al estudiante del suelo y todos me observan asustados y sorprendidos.

—¡¡Imposible!!- Grita asustado y con la cara pálida.

Aviento al estudiante, provocando que choque contra la pared.

—¡¡Lo hizo sin usar sus manos!!- Grita uno de los estudiantes asustado.

—¡¡Lo hizo con sus ojos!!- Grita el otro estudiante asustado.

Suspiro. Realmente no sabía que podía hacer eso, pero me alegro de que haya funcionado.

—Improvisé, pero afortunadamente funcionó.

Los dos estudiantes me sueltan y los veo con una gran sonrisa.

—Jeje, creo que es mi turno.

Sonrío diabólicamente como Sonia y me observan con miedo.

-10 minutos después-

Salgo del baño.

—Eso fue divertido.

Suspiro. Creo que lo que acabo de hacer me traerá problemas.

—Sonia me está contagiando su maldad.

Volteo a ver a los estudiantes.

—Creo que...

Los tres estudiantes están golpeados e inconscientes en el suelo.

—Tendré problemas.

Tomo la canasta con mi ropa.

—Charlotte me dijo que debo llevarme la canasta y luego una sirvienta la recogerá.

-Minutos después-

Llego a mi habitación y me pongo la ropa.

—Bien, a dormir.

Me acuesto en mi cama y me quedo dormido profundamente.

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