31 CAPÍTULO 31: Más dolor

La dolorosa vida de Ángel.

CAPÍTULO 31

—Mi padre me regaló el caballo, podemos ir a la ciudad en él.- Dice Mei.

—Está bien, muchas gracias.

-Minutos después-

Acomodamos algunas cosas sobre el caballo de Mei.

Subimos al caballo y Mei me abraza fuertemente.

—Vamos.

—S-sí, vamos.

El caballo empieza a correr.

—Siendo sincera, siempre pensaba que algún día me ibas a pedir ser tu novia.

—Bueno... Es que después de ver cómo rechazaste a Drei, no me atreví.

—Eso fue hace dos años.

—Sí, pero me dio lástima Drei, lloró por horas. Pensé que si te pedía ser mi novia, me iba a pasar lo mismo.

—Nos conocemos desde niños, y siempre me has parecido una buena persona. Por eso me enamoré de ti.

Me abraza más fuerte... ¿Esto estará bien? Bueno, yo tengo su edad físicamente hablando, pero mentalmente soy un adulto... Aunque sigo teniendo mentalidad joven... Es complicado.

—Mierda, esto está mal...¿Me gusta? No me gusta... O tal vez sí...¿Qué debo hacer? ¿Debo terminar con ella? No quiero romper su corazón. ¡Esto está mal!- Pienso.

-5 horas después-

Llegamos a la ciudad... La ciudad realmente es enorme, está rodeada por un muro... Tiene forma rectangular la ciudad.

—Aquí estamos, en la ciudad Freki.

Bajo del caballo.

—Iré al gremio, tú consigue un lugar en donde dormir.

Saco una bolsa con monedas de mi pantalón.

—Toma.

—No te preocupes, mi padre me dio mucho dinero.

—Está bien. Nos vemos.

Mei cabalga el caballo y se va.

—¡Ángel, ¿en serio serás su novio?!- Dice Crismei.

—No quiero, pero tampoco quiero romper su corazón.

Me acerco a una mujer.

—Disculpa, ¿en dónde está el gremio?

—Es ese lugar de ahí.

Me señala el lugar... Es un establecimiento normal, como cualquier otro. Es de dos pisos... Siendo sincero, estoy un poco decepcionado con el diseño.

—Muchas gracias.

Entro al gremio y me dirijo a la encargada. El gremio es un lugar administrado por mujeres. Hay 5 ventanillas, cuatro de ellas son para solicitar misiones o información, y la quinta es para cobrar la recompensa.

Me acerco a una mujer, que está atendiendo la ventanilla número 3.

—Hola, quiero registrarme.

—Claro. Su nombre y edad, por favor.

—Mi nombre es Pikas Droel y tengo 15 años.

-Un minuto después-

El proceso de registro es un poco largo, pero ya casi terminamos.

—Necesito un poco de su sangre.

Vaya... Eso es un poco raro... Me recordó a Sonia.

—C-claro.

Me hago una pequeña herida en mi dedo pulgar izquierdo con mi espada. La encargada toma mi dedo y un poco de sangre cae sobre una tarjeta. La sangre desaparece cuando cae sobre la tarjeta.

—Listo.

Me entrega la tarjeta.

—Son 100 monedas.

—Claro.

Después de pagarle, ella me sonríe.

—Bienvenido.

—Gracias.

Observo a las personas a mi alrededor... Este lugar es como un bar... Es realmente interesante.

—¿En dónde estará Cristal?

—¡Bebe, bebe, bebe, bebe!

Veo a un grupo de aventureros reunidos... Parece que están jugando a algo... Como una competencia de quién toma más alcohol o algo parecido.

—Eso parece divertido.

Me acerco a ellos y los veo.

—¿Qué hacen?

Uno de ellos me toma de la camisa.

—¡Aléjate de nosotros, mocoso!

—¡Déjalo, sabes que no podemos pelear en el gremio!- Dice una chica... con la voz de Cristal.

—Está bien, Cristal.

La volteo a ver y veo a Cristal tomándose una cerveza.

—¿Cristal? ¡Soy yo, Ángel!

Cristal me observa y escupe su cerveza por la sorpresa.

—¡¿Ángel?!

—Hace mucho tiempo que no te veo.

Le sonrío... Creo que aún me recuerda.

Cristal se levanta y me toma del cuello con su mano derecha... Realmente se volvió fuerte.

—¡Imposible, Ángel murió, solo eres un impostor!

—Vaya, te volviste muy fuerte, creo que realmente escuchaste mi consejo: "Tú deja de preocuparte por lo que digan de ti y solo preocúpate en mejorar".

Creo que eso le dije... Fue hace mucho tiempo, pero creo que le dije eso o algo parecido.

Me suelta y se aleja de mí.

—¡Imposible!

—¿Podemos hablar a solas?

—C-claro. ¡Largo, necesitamos estar a solas!

Sus compañeros se van y nos sentamos.

—Escucha, Crismei me lanzó un hechizo para renacer cuando morí. Por eso aún estoy vivo.

—¿Crismei hizo eso?

—Crismei, sal.

Crismei se convierte en una niña.

—Hola, ha pasado mucho tiempo, ¿cómo estás?- Dice Crismei con una gran sonrisa.

—¡Realmente eres tú!

Me abraza y empieza a llorar... Realmente me extrañó... Aunque nos conocimos solamente por poco tiempo.

—¡Creí que nunca te volvería a ver!

—Calma, ahora estoy aquí... Aunque tengo algo importante que preguntarte.

Cristal deja de abrazarme.

—¿Qué pasó con Sonia? Ella es... Ella era mi ama, después de todo.

—Bueno, Sonia nunca apareció, su cadáver no fue encontrado.

—Ya veo... Mi trabajo como familiar era proteger a Sonia y no pude. Mi trabajo como familiar que fue invocado por medio del muro celestial, era el de derrotar a Golan y tampoco pude. Ahora no tengo magia. No puedo hacerlo.

Se me salen unas lágrimas... Soy un fracaso... ¿Por qué me invocaron a mí? Es obvio que yo no era el indicado para este trabajo.

—Realmente soy un inútil.

Cristal me acaricia la mejilla derecha.

—No te preocupes, estoy seguro de que lo lograrás, solo debes esforzarte, preocúpate en mejorar.

Me sonríe... Realmente me siento mejor con sus palabras.

—Gracias, te lo agradezco.

Escucho gritos.

—¡¡Un comandante de la reina Golan!!

Un comandante... Mierda.

—Es uno de los líderes del ejército de la reina Golan. ¿Qué hace aquí?

—Debemos averiguarlo.

Salimos del gremio y veo algo que me destrozó el corazón. El comandante está sujetando a Mei del cuello. El comandante usa una armadura dorada, incluso usa un casco dorado... No sé si es hombre o mujer.

—¡¡Mei!!

—¡¡Pikas!!- Grita Mei llorando.

El comandante le rompe el cuello a Mei y la asesina. El cuerpo de Mei cae al suelo. Ver eso me hace sentir mucho, pero mucho odio... Me arde el pecho.

—Lo siento, ¿era tu novia? ¿Me perdonas, Ángel?

Su voz es la de una mujer... El comandante es una mujer.

—Mei.

Recuerdo los momentos que viví con ella. Ella era mi única amiga... Mi mejor amiga.

—Era mi única amiga, y ella murió por mi culpa... ¡No te lo perdonaré!

Crismei se transforma en espada y la tomo con mi mano derecha.

—¡No sé por qué sabes mi nombre, pero no me importa, te mataré!

La comandante saca su espada.

—Acércate.

Me acerco a ella corriendo y ella extiende su mano derecha.

—¡Fleca!

Un pequeño portal blanco aparece en su mano derecha.

Una flecha sale del portal a una gran velocidad, pero logro esquivarla.

—¡Fallaste!

—No fallé.

Escucho gritos.

—¡¡Cristal!!

—¡¡No, Cristal!!

No... No, por favor.

Volteo y observo que la flecha le dio a Cristal en el corazón... Atravesó su pecho, justo en su corazón... Ella no me apuntaba realmente a mí... La mataré.

—¡¡Cristal!!

—¿Lo recuerdas?

La comandante se quita el casco.

—De esa misma manera te asesiné hace 15 años.

Siento un gran odio en mi corazón... Ella provocó todo mi sufrimiento... Creí que ella sería el último jefe antes de tener que enfrentarme a Golan, pero creo que será la primera en morir.

—Tú... Tú mataste a los estudiantes, a los maestros, mataste a Charlotte, a Louise, a Rei, a Rocco, a Sonia, y ahora mataste a Mei y a Cristal.

Fuego sale de mis manos y mi espada es rodeada por fuego.

—Yo nunca... Pero nunca... ¡Nunca te lo perdonaré!

Siento un gran dolor en mi corazón y la ataco... Aunque mis ataques son inútiles, ella fácilmente se protege con su espada. Nuestras espadas chocan, no puedo atacarla bien.

—Ira, dolor, agonía, y sientes que eres un inútil. Esos sentimientos deben ser muy dolorosos para ti, ¿no?

Aunque odie admitirlo, es verdad.

—¡Cállate!

Me sale fuego de mi pecho y mi camisa se quema.

—¡Te mataré!

La sigo atacando y se defiende con facilidad.

—Esos ataques son inútiles, como tú.

Tomo la espada con más fuerza con ambas manos.

—¡Crismei, fortalece mis brazos con tu energía mágica!

—¡Sí!

La ataco rápidamente y no alcanza a protegerse. Destruyo un parte de su armadura, exactamente en la parte de su pecho.

—¡Imposible!

—¡Esto es por Louise!

Le doy un golpe en la pierna derecha.

—¡Esto es por Charlotte!

Le doy un golpe en la cintura.

—¡Esto es por Rocco!

Le doy un golpe en el estómago.

—¡Esto es por Rei!

Le doy un golpe en el pecho.

—¡Esto es por Sonia!

Le doy un golpe en la cabeza, provocando que una parte de su frente se abra.

—¡Esto es por Cristal!

Le destruyo toda la armadura y cae al suelo rodeada de sangre y heridas.

—Im...posible.

Le atravieso el corazón con mi espada.

—¡Y esto es por Mei!

El fuego desaparece... No sé que acaba de pasar... Esto fue raro.

—Crismei.

Crismei se transforma en una niña.

—¿Qué fue lo que me pasó?

—Siendo sincera, no sé que pasó. Fuego salió de tu cuerpo y también de mí. Eso fue raro.

Me dirijo a Cristal... Está acostada en el suelo y sus compañeros están a su alrededor.

—¿Ella está...?

—Sí, está muerta.- Dice uno de sus compañeros.

Me alejo de ella poco a poco... ¿Por qué me pasa esto? ¿Estoy destinado a sufrir? ¿Estoy destinado a no tener amigos?

—¡Soy un idiota, soy un inútil!

Me golpeo la cabeza contra una pared.

—¡No debí venir a la ciudad, por mi culpa, Cristal y Mei están muertas!

Me sigo golpeando hasta que sangre rodea mi rostro.

—Soy un inútil...

Empiezo a llorar... Esto es realmente frustrante.

—¡Un inútil!

Crismei me jala de la camisa.

—No te culpes, tú no sabías que esto iba a pasar, no es tu culpa.

—Las mismas palabras de antes no creo que funcionen.

Todos me observan con miedo y se alejan.

—Creo que debemos irnos.

—Está bien.

Empezamos a caminar y la encargada nos habla.

—¡Esperen, no han recogido la recompensa!

—¿Recompensa?

—Por defender la ciudad de un comandante, la recompensa son de 100,000 monedas.

—¿100,000? Me vendría bien.

—Acompáñame.

-Minutos después-

Salimos del gremio con dos bolsas con monedas. Crismei carga una con su mano derecha.

—Eres muy fuerte, Crismei.

—Las hadas somos más fuertes que los humanos.

—¿Puedes llevarte las dos bolsas?

—Claro.

Le entrego la bolsa que llevaba.

—Consigue una carreta y un caballo.

—¡Está bien!

Crismei se va y me acerco al cadáver de Cristal.

—Cristal, perdóname, no debí venir a la ciudad. Te habías vuelto fuerte y ahora lo arruiné, lo siento.

—Oye, debemos llevarla para sepultarla.- Dice uno de sus compañeros.

—Era su compañera, ¿verdad?

—Ella era la líder, era muy fuerte... Era una buena líder.

—Me imagino.

Me limpio las lágrimas.

—No te preocupes, estoy segura de que ella te perdonaría.- Dice una de las compañeras de Cristal.

¿Me perdonaría? No lo sé... Creo que no... Pero ella era muy buena, creo que sí lo haría.

—Eso espero.

Me alejo y me acerco al cadáver de Mei.

—Fuiste mi mejor amiga y también fuiste mi novia. Si tan solo no hubieras venido conmigo. Si tan solo te hubiera dicho: "No seré tu novio, fue una broma", estarías viva. Realmente soy un idiota.

Cargo su cadáver en mis brazos.

—Pero te prometo algo, te juro que mataré a Golan, te lo prometo.

Le doy un beso en la frente.

—Te extrañaré.

Me acerco a los aventureros.

—¿En dónde la sepultarán?

—Hay un cementerio en las afueras de la ciudad.

—¿Puedo ir? Quiero sepultarla.

—Claro.

Crismei llega con la carreta, que es jalada por un caballo blanco.

—Costó 20,000 monedas.

—No importa.

Subimos los cadáveres a la carreta.

—Lo siento, Cristal. Lo siento, Mei.

-Una hora después-

Terminamos de enterrarlas y todos se van menos Crismei y yo. Estamos en un cementerio común y corriente.

—Cristal, lamento mucho que te asesinaran por mi culpa, no debí venir a la ciudad. No, no debí ir a disculparme con el rey. Si yo hubiera estado en la escuela, esto no hubiera pasado.

Se me salen más lágrimas.

—Mei, no debiste venir conmigo, fue mi culpa, debí decirte que realmente no quería ser tu novio, debí decirte. Fuiste mi mejor amiga, todos los días te veía, y ahora que ya no te veré, te extrañaré... Adiós.

Me alejo un poco y me siento mareado.

—¿Qué me pa...?

Me desmayo y caigo al suelo.

—¡Ángel!- Dice Crismei preocupada.

Me despierto y me doy cuenta de que estoy en un lugar completamente en blanco.

—¿En dónde estoy?

Me levanto y Mei aparece de la nada frente a mí.

—Hola, Pikas, o debería decir, Hola, Ángel.- dice sonriendo.

—¿Mei?

Empiezo a llorar y la abrazo... Esto es raro... No sé si sea real o no.

—Lo siento, debí decirte quién era, pero no me atrevía. Moriste por mi culpa, y lo siento. Sé que me odias, pero...

—No te preocupes, tú no sabías que esto iba a pasar.

Dejo de abrazarla.

—Yo no te odio, nunca podría odiarte.

Me acaricia la mejilla derecha.

—Porque te amo. No te culpes por mi muerte, cuídate, te extrañaré.

Me da un beso en la boca... Ese beso dura solamente 5 segundos.

—Una mujer con alas me dijo que voy a reencarnar, pero olvidaré todos mis recuerdos. Pero no te preocupes, estoy segura de que te reconoceré cuando te vuelva a ver. Adiós.

—No, Mei, espera.

Mei desaparece... Aún tenía palabras que decirle.

—Todavía no terminaba de disculparme.

Cristal aparece.

—Hola, Ángel.

—¡Cristal!

La abrazo con fuerza.

—¡Lo siento, si no hubiera ido a la ciudad, tú aún estarías con vida, perdóname!

—No te preocupes, te perdono... Sabes, desde que te conocí, me enamoré de ti. Nunca me atreví a decírtelo, pero ahora que voy a reencarnar, supongo que puedo decírtelo.

—¿En serio me perdonas?

Me acaricia la mejilla derecha.

—Claro.

Me da un beso en la boca... Realmente no me esperaba ese beso.

—Puedes creerme o no, pero ese fue mi primer beso... Y lo di después de morir.

Se ríe... Su risa es hermosa.

—Cuídate, te extrañaré, adiós.

—Adiós, Cristal.

Todo desaparece.

—Las extrañaré.

Me despierto... No sé si fue un sueño o no, pero ahora me siento más tranquilo.

—Me duele un poco la cabeza.

—¡¿Estás bien?!- Dice Crismei preocupada.

—Sí... Lo estoy. Vámonos.

Subo al caballo y Crismei sube a la carreta.

—¿En serio estás bien?

Observo el cielo... Me siento más tranquilo... Pero aún me siento un inútil.

—Sí, lo estoy.

-País Froizan-

Dos guardias abren una celda.

—Es hora de tus experimentos diarios. Camina.

Una mujer sale de la celda. La mujer es parecida a Sonia, solo que es más delgada y se ve muy herida.

—Está bien.

La mujer camina muy despacio.

—¡No te hagas la graciosa!

El guardia golpea a la mujer en el estómago con su puño derecho.

—¡Camina, Sonia!

—Sí, está bien.

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