3 CAPÍTULO 3: Ángel, el familiar.

La dolorosa vida de Ángel.

CAPÍTULO 3

El profesor Bell me toma de los hombros y me empieza a sacudir rápidamente.

—¡¡Transformaste el vaso en un zapato de un material completamente diferente!!- Grita emocionado.

Sonia me da la vuelta y me empieza a sacudir rápidamente.

—¡¡Eso es imposible!!- Grita emocionada.

—E-espera. D-deja de sacudirme.

Sonia deja de sacudirme e intento no vomitar.

—Q-quiero intentarlo de nuevo.

Extiendo mi mano derecha apuntando al zapato y pienso en un balón de fútbol. Si funcionó una vez, supongo que podría funcionar otra vez.

—¡Crea fes!

El zapato se transforma en un balón de fútbol.

—¡Increíble!- Digo emocionado.

Tomo el balón y volteo a ver al profesor.

—¿Me lo puedo quedar?

—C-claro. Regresen a sus asientos.

Sonia me jala de la oreja y comienza a caminar.

—¿Por qué dijiste que no tenías magia?- Dice con un tono de enojo.

¿Por qué no le dije? ¡Por qué no sabía, en mi mundo no existe la magia!

—Por qué de verdad no sabía que tenía magia.

—Te ordeno que me digas la verdad.

Ya me estoy dando cuenta de su manera de ser, no confía en las personas esta chica.

—Es la verdad, no sabía que tenía magia.

Sonia me observa por unos segundos con una mirada seria.

—Realmente dices la verdad.

Nos sentamos y el profesor continuó con su clase.

-Tres horas después-

Se escucha una campana y todos se levantan de sus asientos.

—¡Pueden salir a comer!- Dice el profesor.

Todos nos rodean rápidamente y nos observan con expresiones de asombro. Es muy incómodo, no estoy acostumbrado a llamar la atención.

—¡Eres increíble!

—¡Tú familiar es increíble!

Los alumnos comienzan a decirnos cosas bonitas y me sonrojo.

—No es para tanto.- Dice Sonia con un tono presumido.

Esto es realmente incómodo, ya no lo soporto, mi cara está completamente roja.

Me alejo de todos rápidamente.

—¡¡Ángel, regresa!!- Grita Sonia enojada.

—¡N-no quiero molestarte, habla con tus amigos!- Digo nervioso.

Guardo mi balón bajo mi camisa, salgo corriendo del salón y me tapo los oídos para no escuchar sus órdenes.

—¡No escucho, no escucho, no escucho, no escucho...!- Repito la misma frase para evitar escuchar otra cosa.

Después de salir al patio de la escuela, dejo de correr. El patio está solo, no hay nadie en el lugar. Volteo y observo hacia atrás para asegurarme de que somos no me haya seguido, y afortunadamente, no me siguió.

Suspiro aliviado.

—Bien, no me siguió.

Saco mi teléfono y veo cuánta carga le queda. Estoy confundido, aún tengo el 100% de carga, pero yo lo usé mucho tiempo durante la clase... Esto es bastante raro, como todo en este lugar.

—¿Tengo 100%? Pero lo he usado mucho tiempo... Qué raro.

Bajo mi balón y lo observo por unos segundos.

—Está bien, si no escucho las órdenes de Sonia, no puedo sentir dolor.

Extiendo mi mano derecha apuntando al balón y pienso en unos audífonos.

—¡Crea fes!

El balón se transforma en unos audífonos.

—¡¡Tener magia es increíble!!- Grito emocionado y feliz.

Me pongo los audífonos y los conecto a mi teléfono. Tengo una gran sonrisa en mi cara, tener magia es lo más increíble que me ha pasado en la vida, aunque no sé por qué tengo magia... Eso también es raro...

—Aunque no sé por qué tengo magia... Luego investigo eso.

Pongo algo de música y me acuesto en el suelo. Las canciones que descargué no habían sido borradas, solo las aplicaciones fueron borradas.

—Que bueno que las canciones no se borraron... Tengo magia, estoy en otro mundo y hay cosas muy interesantes aquí. Sería un sueño hecho realidad, pero tengo que soportar a Sonia y hacer lo que ella me diga. Eso no me gusta- pienso mientras intento relajarme.

Cierro los ojos y me pongo a escuchar la música. Necesito relajarme, pensar en Sonia me molesta bastante, apenas la conozco y ya la estoy odiando.

-Minutos después-

Después de estar varios minutos acostado en el suelo, siento que alguien me toca el hombro.

—¿Eh?

Abro los ojos y veo a Charlotte, que me está hablando, pero no puedo escucharla por qué tengo los audífonos puestos.

—Hola, Charlotte.- Digo con una sonrisa.

Me levanto y me quito los audífonos.

—¿Qué estabas diciendo? No te escuchaba.

—¿Qué estás haciendo?- Dice con un tono dulce.

Esta chica realmente es linda y amable, espero que las chicas en este mundo sean como ella y no como Sonia.

—Estoy escuchando música.

Ella me mira con una expresión de confusión.

—¿Música? ¿Escuchas música con tú teléfono?

—Sí, ¿Quieres escuchar?

—¡Claro!- Dice emocionada.

—Creo que la música de mi mundo es diferente, pero tal vez te pueda gustar.

Le doy los audífonos y se los pone.

—¡Increíble, realmente es música!- Dice con los ojos brillantes y sorprendida.

Le presto mi teléfono.

—Escucha las canciones que quieras.

-Media hora después-

Charlotte se la pasó escuchando música por media hora, durante ese tiempo no dejaba de cantar, realmente le gustaba la música que tenía en mi teléfono.

—¡Este invento es increíble!

Se quita los audífonos y me entrega mis cosas.

—¡Muchas gracias, la música es muy buena!

—De nada.- Digo con una sonrisa.

Se acerca demasiado a mí y me sonrojo, ella es una chica muy hermosa y no estoy acostumbrado a estar cerca de chicas como ella. En mi mundo las chicas me ignoraban, así que esto es nuevo para mí.

—¡Por cierto, lo que hiciste en el salón fue increíble, lograste transformar el vaso en algo completamente diferente? ¡Eso es prácticamente imposible!

—G-gracias, aunque en mi mundo no existe la magia, no sé por qué tengo magia.

—Creo que el muro celestial te dio magia.

Si ese muro me trajo a este mundo, es probable que también me haya dado magia.

—Tal vez... No lo sé.

Charlotte se agacha.

—Me preguntaba...

Toma algo de tierra del suelo y se levanta.

—¿Puedes transformar esta tierra en un teléfono?

Si logré convertir un vaso en un zapato, es probable que pueda convertir algo de tierra en un teléfono.

—Creo que puedo, pero no serviría de nada. Los teléfonos necesitan electricidad para funcionar, pero en este mundo no hay electricidad... O eso creo.

—¿Y por qué tú teléfono funciona aquí?

Es cierto... ¿Por qué la batería no disminuye?

—Ahora que lo dices....

Reviso la carga de mi teléfono y aún tiene el 100% de carga.

—Hace mucho tiempo que he usado el teléfono, pero todavía tiene el 100% de carga. Eso es raro.

—Al menos para tener el teléfono como un adorno, por favor.

—Está bien.

Extiendo mi mano derecha apuntando a la tierra y pienso en mi teléfono.

—¡Crea fes!

La tierra se transforma en un teléfono y sonrío.

—Listo.

Charlotte observa el teléfono sorprendida y emocionada.

—¡Gracias!- Dice con los ojos brillantes.

El teléfono se enciende, ¡el maldito teléfono que acabo de crear se está encendiendo! ¡El teléfono funciona!

—¡¿Está encendiéndose?!- Digo confundido.

—¡Increíble!- Dice Charlotte emocionada.

—¡Pero no puede funcionar sin carga!

El teléfono se enciende por completo y veo que tiene el 100% de carga.

—¡Imposible! ¡¿Me lo prestas?!

—¡Claro!

Tomo el teléfono y lo reviso. Es prácticamente igual a mi teléfono.

—Es como mi teléfono...

Abro la galería y está vacía.

—Está vacía...

Vuelvo al inicio y me doy cuenta que tiene señal.

— ¿T-tienes señal?... Me pregunto...

Intento llamar a mi número y mi teléfono suena.

—¡¿Qué es ese ruido?!- Dice Charlotte confundida.

Observo mi teléfono y me doy cuenta que el número que me llama es el número "1".

Le doy el teléfono a Charlotte y contesto. Me pongo el teléfono en el oído derecho.

—Ponte el teléfono así como yo.

Charlotte se pone el teléfono en el oído.

—¿Así?

—Espera.

Me alejo bastante de ella.

—¿Puedes escucharme?

—¡Puedo escucharte como si estuvieras a mi lado! ¡Increíble!

—¡Funciona!- Digo emocionado.

Regreso con ella.

—No sé por qué, pero el teléfono funciona, ¡Esto es raro!

Le intento llamar a mi madre, pero no entran las llamadas.

—No puedo llamarla...- Digo con un tono triste.

—¡¿Puedes explicarme cómo usarlo?!

—Claro.

-Veinte minutos después-

Le expliqué a Charlotte cómo llamarme. Le expliqué las funciones que tiene el teléfono, aunque le costó trabajo entender, por qué no entendía las letras ni los números que tenía el teléfono, pues eran letras y números de mi mundo.

—Tú escritura es diferente a la nuestra.- Dice Charlotte.

Es verdad, aunque... ¿Por qué las escucho hablar el mismo idioma que yo? ¿Por qué las entiendo?

—Pero... Hablamos el mismo idioma, pero ustedes tienen diferente escritura... ¿Por qué?

—No lo sé.

Escucho una campana.

—Debemos regresar a clases. Ya les quiero presumir mi teléfono a mis amigas, estarán celosas de mí.- Dice con una pequeña risa.

Me imagino a Charlotte presumiendo el teléfono y una Sonia imaginaria me da un golpe en la cabeza.

—¡¡Hazme un teléfono a mi también, para llamarte y darte órdenes!!- Grita enojada.

La Sonia imaginaria empieza a reír diabólicamente y siento un poco de miedo.

—P-por favor, no le digas a nadie que te dí un teléfono. Sonia podría obligarme a que le haga uno y realmente no quiero hacerlo.

—Está bien, no te preocupes, no le diré a nadie.- Dice sonriendo.

Me sonrojo y me pongo los audífonos. Esta chica es realmente linda.

—Gracias.- Digo sonriendo.

Regresamos al salón y Sonia me empieza a gritar enojada. Como tengo los audífonos puestos, no puedo escuchar lo que me grita.

—Jeje, no puedo escucharte- Lo digo con un tono de burla.

Me da una gran patada en la entrepierna y me pongo de rodillas.

—¡¡Mierda!!- Grito del dolor.

Me quito los audífonos y me levanto rápidamente.

—¡¿Por qué me golpeaste?!- Digo enojado.

—¡¿Por qué te fuiste corriendo?!- Dice enojada.

—¡No me importa que sea tú familiar, yo tengo mi propia vida, no eres mi dueña!

—¡Claro que lo soy!

—¡No lo eres!

—¡Te ordeno que te sientes!

—¡Me sentaré por qué yo quiero sentarme!

Me siento y me pongo los audífonos.

—Disfruta tus clases.

Pongo mi cabeza en la mesa y me pongo a escuchar música. Sonia es realmente desesperante, hace enojar a cualquiera con facilidad. Admito que en algún momento pensé que viviría la típica historia de que el chico se enamora de la chica que lo trata mal, pero ahora pienso que si algún día comienzo a sentir algo por ella, significa que me volví loco por tantos golpes que recibo de ella.

—Solo tengo que ignorarla.- Pienso mientras escucho mi música.

Cierro los ojos y Sonia mira mis audífonos con curiosidad.

—¿Qué es eso que tienes en el oído?- Dice con curiosidad.

Me quita los audífonos y se los pone. Su expresión cambia a uno de sorpresa cuando escucha la música.

—¡¿Qué es ese ruido?!

Se quita los audífonos y volteo a verla.

—Se llama música, sirve para relajarse y para ignorar a chicas locas como tú.- Digo sonriendo y con un tono de burla.

—¡Idiota!- Dice enojada.

Me empieza a golpear en la cara y me arrepiento de la broma que le hice.

—¡Es broma, relájate!

El profesor entra al salón y Sonia deja de golpearme.

—Ángel, el director quiere hablar con usted.

—¿Yo?-Digo apuntándome a mí mismo con mi dedo.

—Sí, usted.

—C-claro.

Me levanto y me dirijo al profesor.

—¿En dónde está el director?

—En su oficina.

—¿En dónde está su oficina?

El profesor voltea a ver a Sonia.

—Sonia, acompañe a su familiar con el director.

—¡Claro!

Veo que Sonia se dirige a mí con una sonrisa diabólica y siento un mal presentimiento.

—¿M-me puede acompañar otra persona?

—¿Por qué?

—Creo que si Sonia me acompaña, mi vida correrá peligro.

—¿Eh?

Sonia me jala de la oreja.

—Tenemos que hablar.

Lo dice con una dulce voz, pero eso me hizo tenerle más miedo.

Sonia y yo salimos del salón.

—Bien, continuando la clase...

—¡¡Ahhh, no, Sonia!!- Grito desesperado.

Mis gritos de dolor alertaron al profesor y éste sale del salón y me observa en el suelo golpeado. Sonia está sentada en mi espalda, golpeándome la cabeza.

—P-profesor, ayúdeme.- Digo mientras extiendo mi mano derecha.

El profesor tranquilizó a Sonia.

—P-por favor, vaya con el director.

—¡Sí!

El profesor vuelve al salón y Sonia voltea a verme enojada.

—¡¿Qué hiciste?! ¡¿Por qué el director quiere verte?!

—¿Yo? Yo no hice nada.

—¡¿Y por qué el director quiere verte?!

—No lo sé, tú deberías saberlo.

Después de caminar y de intentar no tener contacto visual con Sonia, por qué me venía observando con una sonrisa diabólica que me ponía nervioso, llegamos a la oficina del director.

—Es un honor conocerlo, Ángel.

—¿Por qué quiere hablar conmigo?

—Sonia, puede retirarse, quiero hablar con Ángel a solas.

—¡Claro que sí!

Sonia sale de la oficina y suspiro aliviado.

—Por fin puedo estar tranquilo.

—Seré breve, tú eres alguien muy especial. Según las leyendas, los familiares que sean invocados por medio del muro celestial, serán los hechiceros más poderosos que hayan existido.

—¿Más poderosos?

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