27 CAPÍTULO 27: Alexa ataca

La dolorosa vida de Ángel.

CAPÍTULO 27

Crismei y yo recorremos la escuela aburridos.

—Esto es un poco aburrido.- Digo con un tono bajo.

—Lo es.- Dice Crismei con un tono bajo.

Recibo una llamada y saco mi teléfono.

—Debe ser Charlotte.

Contesto y me pongo el teléfono en la oreja derecha.

—¿Hola?

—¡Hola, Ángel, ¿quieres salir?!- Dice Charlotte con un tono alegre.

—¿Salir?

—¡Sí, iré a un pueblo algo lejos y me vendría bien un poco de compañía!

—Claro, no tengo nada que hacer.

—¡Estaré en la entrada de la escuela!

—Está bien, adiós.

Cuelgo y guardo el teléfono.

—Bueno, iremos a un pueblo con Charlotte.

—Está bien.

—Pero primero vayamos con Sonia para avisarle que entrenaremos después.

-Minutos después-

Llego a la habitación de Sonia y toco la puerta.

—¡Sonia!

Sonia abre la puerta, está vestida con una falda corta blanca y una blusa verde.

—¿Ya iremos a entrenar?

—Dejaremos el entrenamiento para después. Iré a un pueblo con Charlotte, ¿quieres acompañarnos?

—¿A un pueblo? No, gracias.- Dice con una expresión de asco.

—Está bien... Volveré en unas horas.

—Está bien.

—Por cierto, no te enojes, pero hace unas horas derroté a unos guardias y al sobrino del rey... Adiós.

—¡¿Qué?!- Dice enojada.

Comienzo a sudar, estoy muy nervioso.

—C-creo que debo irme jeje.

Me alejo de ella y me jala de la camisa.

—¡Eres un idiota!

—Lo tenía que hacer, él quería comer con Crismei, ese enfermo coqueteaba con Crismei.

—Ángel tiene razón.- Dice Crismei.

—¡No me importa, ve y discúlpate con el rey!

—¡¿Eh?!

—¡Es una orden!

—¡Carajo!

Bajo la cabeza y suspiro.

—¿Por qué se lo dije? Soy un idiota.- Pienso enojado.

Subo la cabeza y la veo a los ojos.

—Está bien.

—Aquí te espero, adiós.

Me da una patada en la entrepierna.

—¡¿Y eso por qué?!

—¡Para que no hagas otra tontería!

Cierra la puerta con fuerza y levanto mi puño derecho mientras lo aprieto con fuerza.

—Carajo. Crismei, vámonos.

—¿Irás?

—Debo hacer lo que ella me diga, no tengo otra opción.

—Está bien.

-Minutos después-

Salgo al patio y suspiro.

—Carajo.

Una sirvienta me toca el hombro.

—Disculpa.

Volteo a verla.

—¿Sí?

—Su caballo fue llevado al establo.

—¿El que traje hace una semana?

—Sí.

—Ya veo... Muchas gracias.

-Minutos después-

Llego al establo y entro. Los caballos me dan una linda bienvenida.

—¡Oye, lárgate!

—¡Tengo hambre!

Los caballos empiezan a insultarme.

—Que carácter.

Veo a mi caballo y lo acaricio.

—Hola, amigo.

No dice nada.

—La otra vez tampoco hablaste... ¿No quieres hablar?

Sigue sin decir nada.

—Bueno.

Me subo y Crismei sube.

—Bueno, vamos.

El caballo empieza a caminar.

—Vamos.- Digo mientras lo acaricio.

-Minutos después-

Llego a la entrada de la escuela y veo a Charlotte montada en su familiar.

—Hola, Charlotte.

—¡Hola, ¿nos vamos?!

—Lo siento, debo ir con el rey, pero si quieres puedes acompañarme.

—Lo siento, no puedo, pero diviértete.

—Nos vemos.

Me voy de ahí.

—Que flojera.

Saco mi teléfono.

—Son las 10:19 de la mañana... Llegaremos a las 10 de la noche. Qué flojera.

-Muy lejos de ahí-

Alexa está volando en un dragón rojo.

—Llegaré mañana en la mañana, la hora perfecta.- Piensa sonriendo.

Alexa está acompañada de otros cinco dragones rojos.

-12 horas después-

Llego al castillo del rey.

—¡Por fin!

Bajamos del caballo.

—¡Me duele el trasero!- Digo mientras me acaricio el trasero.

—¿Te doy un masaje para que se te quite el dolor?- Dice Crismei.

—¿Eh? No, gracias.

Nos dirigimos los guardias.

—Quiero hablar con el rey.

—¿Quién lo busca?

—El familiar Ángel.

—¡¿Ángel?!

—¡Por favor, síganos!

—¡Nosotros llevaremos su caballo al establo!

—Gracias.

Seguimos a los guardias.

-Minutos después-

Me reúno con el rey.

—¡Hola, Ángel!

—Hola, vine por qué quiero disculparme con usted. Yo derroté a unos guardias y lastimé a su sobrino. Lo siento.

—Ya lo sabía, no te preocupes, realmente no me importa lo que le pase a él.

—Ya veo, muchas gracias por su tiempo.

Bostezo y me rasco el cuello.

—Buenas noches, adiós.- Digo con un tono de cansancio.

—Espera, por favor. ¿No te gustaría quedarte a dormir? Luces muy cansado.

Crismei me jala de la camisa.

—Acepta, estoy muy cansada.- Dice Crismei con un tono de cansancio.

—Yo igual, no creo que pueda cabalgar por más tiempo.

—¡Prepararé sus habitaciones!- Dice el rey.

—Gracias.

—Por cierto, mi hija está cenando, ¿quieres acompañarla?

—Claro.

Crismei y yo nos dirigimos al comedor.

—¿Será buena idea quedarnos?

—Supongo que sí, no te preocupes.- Dice Crismei.

—Está bien.

Llegamos al comedor y veo a Esmeralda.

—¡Hola, Ángel!- Dice con una gran sonrisa.

—Hola, ¿cómo estás?

—Bien, ¿y tú?

—Bien... ¿Puedo sentarme?

—¡Claro!

Crismei y yo nos sentamos.

—¿Qué haces aquí?

—Nada importante, Sonia me ordenó disculparme con tú padre por qué lastimé a tú primo.

—Ya veo... Droul llegó llorando con mi padre, fue muy gracioso.

Comienza a reír y sonrío.

—Ya me imagino.

-En la escuela-

Cristal está acostada en su cama.

—Oye, Rei.

Rei se sube arriba de ella.

—¿Crees que puedo gustarle a Ángel?

Cristal no entiende lo que dice Rei.

—Quisiera poder entender lo que dices.

Cristal le da un beso en la frente a Rei.

—Mañana empezaré a entrenar, voy a mejorar mis hechizos. Me esforzaré en mejorar.

Rei empieza a saltar arriba de ella.

—Veo que te alegras por mí.- Dice Cristal sonriendo.

-Habitación de Charlotte-

Charlotte está sentada sobre su cama.

—¿Le hablo?... No... Tal vez... No...- Dice nerviosa mientras observa su teléfono.

-Habitación de Rem-

—No he visto a Ángel en todo el día... ¿Estará bien

-Habitación de Louise-

Rocco le ladra a Louise.

—¡No me voy a disculpar con él, ya te lo dije!

-Habitación de Sonia-

Sonia está acostada sobre su cama.

—Hubiera ido con él.- Dice Sonia suspirando.

-Al día siguiente, 5:03 de la mañana.-

Crismei y yo estamos acostados sobre una gran cama y abro los ojos poco a poco.

—¿Qué hora es?- Digo cansado.

Tomo mi teléfono del escritorio.

—Son las 5 de la mañana...

Me levanto y me pongo los zapatos.

—Llegaré a las cinco de la tarde.

Intento despertar a Crismei.

—Tenemos que irnos.

Crismei se levanta cansada.

—Quiero dormir un poco más.- Dice con un tono de cansancio.

—Lo siento, debemos irnos.

—Está bien.

-Minutos después-

Salimos del castillo y veo a un guardia.

—Buenos días.

—Buenos días, Ángel.

—¿Puede ir por mí caballo?

—Claro.

El guardia se va y bostezo.

—Tengo sueño.

-Una hora después-

Unos guardias tocan la puerta de la habitación del rey. Están muy nerviosos.

—¡¡Rey!!- Gritan nerviosos.

El rey se despierta y abre la puerta.

—¿Qué pasa?- Dice cansado.

—¡Unos dragones con el logo del país de Froizan entraron a nuestro país!

—¡¿En dónde se encuentran?!- Dice el rey nervioso.

—¡Nuestros guerreros fueron asesinados y nuestros dragones también, no sabemos en dónde están!

—¡Reúne a nuestros mejores guerreros y a todos nuestros dragones!

—¡Sí, majestad!

-Dos horas después, en la escuela-

Los seis dragones rodean la escuela.

—Bien.

Alexa toca su frente con dos dedos, el índice y el pulgar.

—Ataquen.

Los dragones empiezan a lanzar esferas de fuego por la boca.

—Sal, Ángel.- Dice sonriendo.

-En otra parte del país-

Siento un gran escalofrío.

—Algo malo pasará.- Digo con una expresión seria.

—Sentí lo mismo, Ángel... Tengo un mal presentimiento.- Dice Crismei con una expresión seria.

—Sentí un escalofrío... Eso pasa cuando algo malo va a pasar... Pero esta vez fue un gran escalofrío.

—Presiento lo mismo.

—¿Qué significará?

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