20 CAPÍTULO 20: Reto

La dolorosa vida de Ángel.

CAPÍTULO 20

Esta es una situación demasiado peligrosa, debo tener cuidado.

—¿Es su líder?- Digo con una mirada seria.

—Lo es, ahora responde, ¿Aceptas o no?

—¿Puedo pensarlo?

—Te daré un minuto.

Veo a mi alrededor y analizo la situación.

—Cristal sigue desmayada. Ellos deben formar parte de la gran red criminal que mencionó Cristal. Supongo que Merteo es su líder... Ahora que recuerdo...- Pienso.

Recuerdo las palabras del director.

—La familia Veninfe se aprovecha de los plebeyos... Supongo que debo averiguarlo.- Pienso.

Veo a los criminales, la mayoría tienen espadas, arcos y escudos.

—No puedo pelear con las chicas a mi lado... Supongo que no tengo otra opción.- Pienso.

Suspiro. Se me ocurrió algo, no es un gran plan, pero funcionará.

—¡Acepto, pero con la condición de que dejen ir a mis compañeras!

—Está bien.

Me dirijo a Sonia y le susurro.

—Tengo que arreglar este asunto, regresa a la escuela, por favor.

—Podemos ayudar...

La interrumpo con mi voz.

—No... Esto es muy peligroso... Regresa a la escuela. No te preocupes por mí. Si no regreso a la escuela en dos días, quiero que le digas al rey que la familia Veninfe no son descendientes del familiar.

—Está bien, ten cuidado.

Me dirijo a Charlotte.

—Salgan lo más rápido que puedan. Esto es peligroso.

—Podemos ayudar Ángel, solamente...

—No, es peligroso, lo siento.

Bajo a Rei de mi hombro y la subo al caballo.

—Adiós.

Me alejo de ella y me dirijo al hombre.

—Quiero hablar con su líder.

—Acompáñanos.

El hombre empieza a caminar y lo sigo. Volteo a ver a Sonia y le extiendo el dedo pulgar, dándole a entender que estaré bien.

—Ángel, ¿Qué haremos?- Dice Crismei.

—No lo sé, pero supongo que pronto se me ocurrirá algo, Crismei.

-Minutos después-

Me reúno con la familia Veninfe en el salón vacío. Todos los miembros están ahí, Andrea, Merteo, Nerma, un anciano y unos hermanos gemelos.

—Me alegro que hayas aceptado- Dice Merteo.

—¿Qué quieren exactamente de mí?

—Queremos que te unas a nuestra organización.

—¿Su organización?

—Volfer, la organización criminal más poderosa del continente. Queremos que seas uno de los líderes.

—Si me uno a su organización, podré descubrir lo que hacen.- Pienso.

Me rasco la cabeza.

—¿Y yo que ganaría?

—Tendrás esclavos, esclavas Súcubos, dinero y poder sobre el país.

Bajo la mirada y susurro.

—Sígueme la corriente, Crismei.

—Sí, Ángel.

Levanto la mirada y observo a Merteo con una mirada seria.

—Suena tentador... Acepto.

—¡¡Traigan el contrato!!- Grita Merteo.

Dos hombres entran y se paran frente a mí extendiendo un papel. El papel está rodeado por una luz azúl.

—Firma.

Crismei vuelve a su forma normal.

—¡No firmes, es un contrato de juramento!

—¿Qué significa eso?- Digo confundido.

—¡Si rompes el contrato morirás!

—Ángel, no tienes otra opción, debes firmar si no quieres que tú amiga muera.- Dice Merteo sonriendo.

—¿A qué te refieres?

—Lamentablemente no pudimos capturar a todas tus amigas, pero al menos capturamos a tú amiga Cristal.

—¡¿Qué?!- Digo nervioso.

—Es una forma de asegurarnos de que firmes.

—¡Maldito! ¡Crismei, conviértete en espada!- Digo enojado.

—¡Sí!- Dice Crismei enojada.

Crismei se convierte en espada y la tomo con mi mano derecha con fuerza.

—¡Te mataré!

Me lanzo contra él, pero dice unas palabras que hace que me detenga.

—Cristal morirá si me atacas.

Me detengo y lo observo con furia.

—¡Eres un cobarde!

Merteo se acerca a mí y me acaricia la mejilla.

—No soy un cobarde, y para demostrártelo, te ofrezco una alternativa. Derrota a cada uno de los jefes de la organización y te entrego a tú amiga.

—¡Querido, ¿Qué estás diciendo?!- Dice Andrea.

—¡Padre, es una tontería!- Dicen los gemelos.

Merteo voltea a verlos y les sonríe.

—No se preocupen. Luego les explico.

Lo veo y me alejo de él.

—¿Cumplirás con tú palabra?

—Lo prometo, te doy mi palabra. ¿Quieres que firmemos un contrato?

—No me arriesgaré a firmar nada, pero confío en tú palabra. Si derroto a los jefes, tú me entregarás a Cristal.

—Claro.

Crismei vuelve a su forma humana.

—¡Espero que cumplas con tú palabra!

—Lo haré.- Dice sonriendo.

—¡Ángel, ¿Confías en él?!

Me le quedo viendo a Merteo por unos segundos y sonrío.

—No siento ningún mal presentimiento, él está diciendo la verdad.

—Solo tengo una condición.- Dice Merteo.

—¿Cuál?

—Deja que los jefes se preparen para pelear. Mañana podrás empezar a pelear.

—Claro, yo también necesito prepararme.

Abro la puerta del salón y volteo a ver a Nerma.

—Creo que nuestra cita se canceló.

Crismei y yo salimos del salón.

—¡Querido, ¿Por qué dijiste eso?!- Dice Andrea.

—¡¿Realmente cumplirás?!- Dicen los gemelos.

Merteo sonríe y unas lágrimas salen de sus ojos.

—Consulté a la vieja vidente.

—¿A Nirsma?

—¿Q-qué dijo?

—Dijo que nosotros...

Salimos del castillo y Crismei está sobre mis hombros en su forma humana.

—¿Estás seguro, Ángel?

—Sí... Realmente no sentí que estuviera mintiendo.

—Pero, ¿Por qué estás tan confiado?

—Escucha, si lo hubiera atacado, Cristal habría muerto. Si hubiera firmado, me habrían obligado a hacer cosas muy malas. Realmente no tenía muchas opciones.

—Supongo que creer en su palabra es tú última opción.

Saco mí teléfono y le llamo a Charlotte. Pasan unos segundos y Charlotte contesta.

—¡Ángel, Cristal fue...!

—Lo sé, ya me enteré.

—¡Te iba a avisar antes, pero cuando intenté llamarte, un pájaro me arrebató mi teléfono! ¡Estuve persiguiendo al pájaro y...¡

—Y supongo que cuando te marqué, el pájaro se asustó y soltó el teléfono, ¿Verdad?

—¡Exactamente!

—Suena gracioso... ¿Cómo secuestraron a Cristal?

—¡Nos rodearon y empezamos a lanzarles hechizos! ¡Nos superaron y tuvimos que huir! ¡Pero lamentablemente, Cristal cayó de Mei y uno de los criminales la tomó y se fue corriendo! ¡No pudimos rescatarla, pues eran decenas de criminales!

—Ya veo... ¿En dónde están?

—¡Estamos muy lejos de la ciudad!

—Bien, váyanse a la escuela, yo me encargaré de rescatar a Cristal. Dile a Sonia que regresaré en tres o en cuatro días a la escuela.

—¡¿Pero...?! ¡No, Sonia!

—¡Dame eso! ¡Ángel, ¿Por qué no me hiciste un teléfono a mí?!

—¿Bueno? ¿Sigues ahí? ¿No se escucha nada? Creo que no tengo señal, adiós.

—¡No te atrevas a...!

Cuelgo y guardo mi teléfono. Suspiro aliviado.

—Bueno... Supongo que ahora tenemos que esperar a que sea mañana... ¿Quieres ir a recorrer la ciudad?

—Claro.

-Minutos después-

Me sale sangre por la nariz. Estamos frente a un bar y burdel. Afuera están varias mujeres semidesnudas. Crismei me empieza a dar golpes en la cabeza.

—¡Vámonos, pervertido!- Dice enojada.

—L-lo siento, vamo...

Veo a una mujer semidesnuda con moretones en la cara.

—Es uno de los negocios de la organización... Tratan mal a las mujeres... Crismei, conviértete en espada.

—¿Atacarás?

—Sí, lo haré.

—Pero debemos atacar mañana.

—Es cierto... Lo siento, pero supongo que mañana las rescataré.

Me alejo de ahí.

—Crismei, consigamos un lugar en dónde dormir.

—¡Vamos!

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