1 PROLOGO

No podía describir aún esa sensación… Sentir la sangre recorrer mis manos, había dejado de temblar, dejé de escuchar todo a mi alrededor, parecía como si estuviera en absoluto silencio, no estaba asustado, al contrario, sentía una relajación que no había tenido en mucho tiempo, que bien se siente…

Parecía que todo iba en cámara lenta, hasta que di un último parpadeo y mis sentidos volvieron, ver a aquel hombre tirado al lado de su coche, frente a mi, desangrándose, me dio una enorme paz. Me miré en el reflejo de la ventana del coche, no podía creer lo que había hecho, pero ya no había marcha atrás, volví a verlo. Mi mente en ningún momento pensó en poder llevarlo a un hospital, el más mínimo remordimiento era nulo. Comencé a escuchar el motor de un auto aproximándose, ahí, mis sentidos se dispararon como si de un arma se tratara, corrí a toda velocidad por las calles logrando así alejarme lo más que pude de la escena del crimen.

No podía creer lo que había hecho. Me subí al transporte público, coloque mis audífonos y me dirigí a mi casa, donde seguramente me esperarían mis dos gatitas. Frente a la puerta, sin tener la menor idea de lo que había hecho. Solo puedo esperar a mañana, todo lo que se dirá y se hablará sobre la muerte del encargado de mi área.

El sueño de muchos se cumplirá cuando sepan que alguien lo asesino. Lo que nadie sabe, es que quien lo mató, fui yo.

¿Un héroe o un villano? De pequeño siempre soñaba con ser un héroe, alguien bueno, un ejemplo a seguir, que las personas me quisieran por lo bueno que soy, con el tiempo, con el poco tiempo que llevo de vida y con lo que hice hoy, me doy cuenta que tal vez mi destino no era ser un héroe, que la gente me amara, tal vez mi destino es ser un villano, que la gente me tema y deseen no toparse conmigo. Que en lugar de pedirme ayuda, me rueguen y supliquen por su vida. Tal vez siempre debí ser un villano.

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