1 La muerte del Monarca de las sombras

Numerosas Antorchas iluminaban el interior de aquel lugar dando una vista espléndida del lugar que muy pocas personas podían ingresar desde que fue creado.

Era una mezcla entre un viejo templo y una sala del trono la cual no fue limpiada en mucho tiempo.

Sus paredes estaban cubiertas por musgo y entre los espacios del piso crecía un poco de hierba.

El interior de aquel lugar tiene forma de una cúpula la cual era absurdamente enorme, incluso el Reino más grande del continente parecía un patio de alguna casa.

En la parte más profunda de aquel lugar, un trono de algún material de color negro con varias líneas de color rojo se podían ver por toda su estructura.

Pero lo que le daba un toque de majestuosidad era aquel ser que estaba sentado en el.

Con una armadura de cuerpo completo de un color negro profundo, el único ligar visible de aquella armadura era donde se ubican los ojos.

Una hendidura la cual está protegida por un vidrio de color negro, en aquel vidrio el brillo frío e indiferente de unos ojos de color morado fluorescente se podía ver.

Su armadura estaba cubierta por innumerables marcas de batallas, las cuales cuentan cuán difíciles fueron de ganar.

-¡Su Majestad!.

Un grito femenino se pudo escuchar hacer eco en aquel lugar oscuro y descuidado.

Una diminuta figura apareció de la sombra proyectada por aquel hombre sentado en el trono.

-Hablar.

Su voz era apagada y sin emoción alguna, incluso aquella mujer conocida por su control del hielo no podía compararse con su frialdad.

-¡Su Majestad… han llegado, el ejército del norte está aquí.

Ante aquellas palabras, el hombre solo miró a la diminuta figura la cual estaba sobre una rodilla y con la cabeza gacha, sin atreverse a mirarlo por un solo milisegundo.

-Haz que todos se retiren, esta es mi pelea, no deben haber bajas innecesarias.

El hombre se levantó de su trono, su altura llega fácilmente hasta los cien metros de altura.

Al ver esto, el hombre solo movió su cabeza hacia abajo para ver la diminuta figura de su subordinada.

-Talvez debería…. Volver a mi tamaño inicial.

El hombre comenzó a murmurar para sí mismo, pensando si debería absorber su abrumador poder en su cuerpo y regresar a aquel tamaño de un humano normal.

-*Inhalar*

Respiro hondo y su cuerpo comenzó a encogerse a una velocidad asombrosa.

Cuando sintió que su poder había sido absorbido por su núcleo mágico abrió los ojos.

La subordinada de aquel hombre al cual llama su Majestad no pudo evitar levantar la cabeza al sentir como la presión sofocante de antes había desaparecido.

Sus ojos no pudieron evitar agrandarse y su boca se abrió en estado de shock.

Frente a ella estaba un hombre de unos treinta años de una altura de 1.95 CM.

Su cuerpo aún conservaba la armadura pero aquel casco el cual cubría su rostro había desaparecido por completo.

Su largo cabello plateado y ojos morados fluorescentes estaban a la vista.

Aunque eran tan fríos como el hielo mismo, no pudo evitar quedar asombrada.

Su predecesora no estaba mintiendo cuando dijo que el Emperador Běifāng zhànshì era como un Dios en un cuerpo humano.

Su belleza supera con creces al subordinado bajo el mando del renombrado Brujo de Sangre o Monarca Sangriento.

Běifāng zhànshì fijó sus mirada en su subordinada, viendo aquella expresión, no pudo evitar recordar a cierta mujer la cual hizo que su estado de humor se hundiera.

-Quien diría que el Monarca de las sombras emprendió su camino hacia la cima junto con el Monarca de la sangre.

Una voz masculina acompañado con burla se pudo escuchar resonar en aquel lugar.

Běifāng zhànshì miró en dirección donde se escuchó la voz, pero cuando vio aquella silueta caminando en su dirección, no pudo evitar hacer una mueca de molestia.

-Nánfāng zhànshì, qué quieres, he tenido suficiente con tus bromas, sabes muy bien que no eres bienvenido en mi Imperio.

Běifāng zhànshì miró a su hermano, su cabello plateado y ojos rojos brillantes lo miraban con burla no oculta, sabía muy bien porque estaba aquí.

-Sabes que no vendría a este lugar abandonado por ese vejestorio andante, madre te invita a unirte al Imperio, eres el único que falta de sus tres hijos.

Běifāng zhànshì miró a los ojos de su hermano menor, desde el momento en el que podían comenzar a formar sus propios pensamientos, habían sido entrenados para servir bajo una sola persona.

[ Héxīn zhànshì ] 

La famosa Genio responsable de crear a tres Caballeros perfectos bajo el mando directo del Emperador de la dinastía Héngxīng

Aunque esto solo duró dieciocho años, cuando Běifāng zhànshì conoció a aquella mujer que le mostró una perspectiva muy diferente de la suya, de alguna manera, el frío e indiferente líder de equipo había cambiado por completo.

Aprendió a valorar la vida, los momentos felices y sobre todo, a amar a una persona.

Pero siempre dicen que si quieres paz, debes estar preparado para pelear una guerra.

Su madre, Héxīn zhànshì, había descubierto aquel romance, sin dudar un solo segundo, aprovechó esa oportunidad al máximo.

Como un genio de la genética , tenía muchas dudas sobre sus creaciones.

Quería ver que resultados saldrían del llamado caballero perfecto y una mujer de clase baja.

Dejó que la pareja llevará su relación al punto culminante.

Como resultado, una pequeña niña nació de aquella relación.

Pero la madre de aquella recién nacida había muerto en el parto.

La causa de aquello fue el no poder soportar tanta presión durante el embarazo.

El experimento de Héxīn zhànshì dio como resultado dos cosas.

La primera era que la sangre del humano perfecto en aquella bebé había purificado la sangre de la mujer.

El segundo resultado era que el proceso de gestación era demasiado doloroso y duro para la mujer embarazada, el parte tendría dificultades, pero con la tecnología actual era algo mínimo, sin embargo, la medicina era algo deficiente, como resultado la progenitora de la primera generación de los llamados Altos humanos murió al dar a luz.

Esto llevó a que Běifāng zhànshì entrara en depresión y por consecuencia comenzará a rebelarse contra su madre y el gobierno actual.

Pero una plática de unas cuantas horas con su madre fueron suficientes para hacerlo volver a sus cabales.

Desde aquel momento, y hasta el día de hoy, nunca había podido ver a su hija.

Debido a que fue creado en una incubadora y no en el útero de una mujer como también nunca recibió el amor y afecto de una figura materna y paterna, nunca supo qué significaba ser un padre ideal.

Siempre había dejado ese papel a la nodriza de su hija.

Había tenido muy pocas interacciones con su hija cuando apenas era un bebé recién nacido, no quería que fuera puesta bajo el cuidado de su madre y por ende, en el gobierno.

Había visto demasiadas cosas oscuras de aquel gobierno perfecto de su Imperio, no quería que su hija se viera involucrada en una lucha política y ser usada como un arma.

Decidió tomar su lugar y ser el arma del gobierno a cambio de la libertad y felicidad de su hija.

Pero el destino le hizo ver que le faltaba mucho por experimentar, cuando fue enviado para cuidar de las hijas de tres de los altos mandos de la capital imperial conoció a la mujer que haría que algo dentro de él se rompiera y nunca volviera hacer igual.

-El Reino se unirá al imperio bajo el control de madre, sin embargo, yo no lo haré.

Běifāng zhànshì miró por el rabillo del ojo a su subordinada la cual parecía querer decir algo pero no lo hizo y decidió guardar silencio.

-Sabes que conmigo y nuestro otro hermano es más que suficiente para acabar con tus enemigos y salir victoriosos.

Los ojos de Nánfāng zhànshì miraron con extrañeza a Běifāng zhànshì, nunca lograría entender porque se había esforzado tanto su hermano mayor.

-Es suficiente Nánfāng zhànshì, es mi decisión final, pueden comenzar con el traslado de los ciudadanos.

Běifāng zhànshì negó con la cabeza en negación, había vivido por más de treinta años, su experiencia de vida no había sido la mejor.

Su primera relación dio como resultado en la muerte de su amada y una hija con la cual no podía interactuar casi nunca.

Su siguiente relación…. Fue algo que no quiere recordar.

Era su hora de partir, algo dentro de él comenzó a palpitar y una gran sonrisa se formó en su rostro el cual había dejado atrás su frialdad y solo la tranquilidad podía ser vista.

''Mi amada Xiǎo xīngxīng, muy pronto estaré contigo''.

Nánfāng zhànshì y la subordinada de Běifāng zhànshì solo vieron como la oscuridad se tragaba el cuerpo de su hermano mayor/Jefe.

Ese día, el ejército de más de mil millones del último Monarca como también el imperio Yuèliàng habían caído bajo las manos del Monarca de las sombras.

Pero también el actual Monarca de las sombras había caído en aquel encuentro.

Sin que nadie lo supiera, el linaje del Monarca de las sombras todavía tenía un heredero en este caso… Heredera.

[ Xiǎo tàiyáng zhànshì ]

La encargada de ayudar al siguiente Monarca de las sombras a eliminar a los enemigos que habitan del otro lado del multiverso.

avataravatar
Next chapter