2 Capitulo 1: Presente de un pasado.

Según las antiguas historias, aquellas cenizas de la humanidad que se convirtieron en chispas no fueron muchas sino pocas.

Cinco si somos muy exactos. Los dioses tampoco querían ayudarlos mucho, y los pusieron en cinco recónditas zonas de un planeta desconocido.

Ese planeta azul como el mar que tenia un gran parecido con la antigua tierra donde provenían, mas provista de sus recursos. Ya que la civilización que habitaba en aquellas grandes tierras no podia usarlas por una gran y simple razón.

La única razón y mas grande detonante de que no hubieran progresado como los humanos, serian unas bestias primigenias creadas por los dioses cuando no podían contener su furia en tiempos pasados.

Pobres humanos, luego de haberse envueltos en la ira divina perdiendo tolo que conocían ahora estaban en un lugar que no entendían mas peligroso que el anterior.

JeJeJe.

Lo que esos dioses furiosos no sabían es que un dios bendiciria a esos inocentes criaturas, como lo hizo sin que los otros lo vieran?, por que?, cual dios? serian algunas preguntas luego las responderé no hay prisa.

Solo responderé una sola pregunta, con que los bendicieron.

Con algo simple pero inquebrantable, la capacidad de romper sus limites de sus cuerpos mortales, con la capacidad de convertirse en dioses.

Ya se ya se, parezco un viejo senil diciendo estas cosas pero es la verdad.

Con la experiencia y con la astucia humana podrían lograrlo, gracias a la bendición podrían despertar su poder oculto y vengarse de los dioses algún dia.

Bueno creo que ya vasta de introducciones, no?

Ejem bueno, ya que los cinco humanos están esparcidos, empezare con el mas pequeño curioso de la historia.

Su nombre era arthur, hijo de una familia rica de Londres el en ese momento tendría unos diez años de edad, parece muy cruel pero es así, luego de ver a sus padres morir quemados mientras gritaban "ayuda" sin descanso, después de haber sido transportado fue privado de cualquier emoción ni la mas misera de ellas o al menos seria lo que prefería Arthur ya que el estaba sufriendo. Le dolían las entrañas de la tristeza y en aquella pradera solo se podían oír los sollozos de aquel niño llorando sin descanso.

Aquellos estruendosos sollozos se extendían por la pradera, pero el pobre de Arthur no era el único que oía sus sollozos.

Un sonido se entremezclaba entre los grandes sollozos del niño, y lo que se esperaba cualquiera ocurrió. En medio de la pradera se encontraba un gran ser, un ser horrendo envuelto en cadáveres de numerosos bestias mas pequeñas.

avataravatar
Next chapter