La luna de miel, fue la que siempre soñé. Me sentí plenamente amada, deseada y valorada. Sus besos, caricias y palabras susurrándome lo feliz que estaba por haberme elegido.
Yo también estaba mas que contenta, me sentía la más afortunada del mundo por tenerlo a mi lado, rodeándome con sus brazos, protegiéndome, haciéndome sentir segura.
Así fue cada noche, sentía que era completamente dueña de su vida y él dueño de la mía...