10 Capítulo 10: Debilucha en ascenso

Translator: Nyoi-Bo Studio Editor: Nyoi-Bo Studio

—Tío… Yan —Yao Si tenía una duda—. ¿No dijiste que toda la gente del Planeta Azul estaba extinta? Si todos los sobrevivientes fueron convertidos en hematófagos, ¿entonces cómo tienen hematófagos recién nacidos? —Si solo la gente del Planeta Azul podía ser convertida en hematófagos, entonces la realidad no tenía sentido.

—¡Buena pregunta! —Yan Xuan estaba satisfecho y la elogió—. Pudiste notar este problema, mi bebecita es realmente lista.

—…

Hizo clic en el libro generado por la computadora óptica en su mano y abrió algunos materiales para continuar con su explicación.

—En efecto, los hematófagos no podemos reproducirnos, y cada hematófago solo puede convertir a un descendiente —declaró con un rostro serio—, es por eso que la primera mordida se da solo una vez en la vida para los hematófagos, es muy importante. A menos que se haga por absoluta necesitad, como durante la era del día del juicio que ocurrió en el Planeta Azul antes; solo entonces puede estar libre de esta preocupación. Es por eso que la población de cada generación de hematófagos es fija, con un número base de alrededor de tres mil. Es por eso, también, que nos llaman la tercera especie.

"¿La tercera especie, entonces era también por esto que la Dra. Wang y los otros llamaban a la Tierra el tercer planeta?",

—Aunque la gente del Planeta Azul ya no existe —Yan Xuan suspiró—, con la tecnología genética de ahora, podemos replicar a las personas del Planeta Azul original siempre y cuando encontremos sus genes.

—¡Clones! —los ojos de Yao Si se abrieron ampliamente.

—Sí, pero —sacudió su cabeza con lástima—, todos los genes son únicos, aquellos que son replicados exitosamente son raros. Es por eso que incluso con este tipo de tecnología, los porcentajes de éxito todavía son muy bajos, y la gente es finalmente replicada, más o menos, tienen algunos rasgos genéticos.

—¿Rasgos genéticos? —"¿Qué significaba eso?"

—Por ejemplo, recuerdos de su vida pasada y cosas como esa —él la miró, sonrió haciendo que sus ojos se estrechen hasta formar una línea delgada—. Justo como tú, mi bebecita.

Ya Si se trastornó. Finalmente entendió que haya pensado que lo que ella dijo eran las memorias traídas por esos genes, es por eso que no estaba para nada sorprendido.

—Pero, mi bebé, no te preocupes, esas memorias se desvanecerán en poco tiempo —le acarició la cabeza y la consolaba—. Pronto volverás a ser tu yo verdadera, un bebé bueno y obediente. Hasta entonces, hay cosas que mi bebé tendrá que aprender, muchas, muchas cosas.

—…

¿Era por eso que estaba tan determinado a llamarla bebé? ¡Pero ella de verdad no lo era!

—También puede que tengas otras fallas —Yan Xuan especulaba—. Es por eso que tu padre tuvo que haberte hecho entrar en hibernación a una edad tan temprana, pero probablemente no predijo que serías despertada antes de tiempo por el Plan de Terminación Planetaria —frunció el entrecejo, con un rastro de enojo apareciendo en su rostro.

—De cualquier modo, mi bebé, no necesitas preocuparte, cuando lleguemos a casa investigaremos y lo averiguaremos. Vamos a examinar tu linaje mientras lo hacemos, para ver de qué generación de hematófagos pertenece mi bebé.

—Sé sobre mi linaje,

—¿Oh? —Yan Xuan alzó sus cejas y preguntó—: ¿Tu ascendiente[1] te lo dijo antes de que entraras en hibernación? ¿De qué generación eres, mi bebé?

Ella dudó un poco y extendió cinco dedos.

—Cinco. —"¿Y qué si era una debilucha de quinta generación?".

—¿Cincuenta? ¿O quinientos?

—…¿Qué? —Yao Si estaba confundida por sus preguntas, ¿qué eran esos números?

—¿No puedes recordar? —Yan Xuan exhaló y acarició la cabeza de Yao Si para asegurarle que todo estaba bien—. Está bien, has hecho un buen trabajo, es difícil recordar siquiera el número cinco. No hay muchos hematófagos alrededor de la quincuagésima generación, puede que necesitemos un poco de tiempo para encontrarlos, pero sería fácil localizar a aquellos de nuestra especie que son de la quingentésima generación que tienen un descendiente.

—Espera…¡Espera! —su corazón tembló repentinamente, una idea absurda apareció en su mente—. Tío… Yan, ¿puedo preguntar de qué generación eres?

Yan Xuan sonrió y sus ojos se estrecharon formando una línea con esa expresión de un "buen tío que satisface la curiosidad de los niños".

—El linaje del tío está bastante cerca al frente, soy un hematófago de la cuadragésima octava generación.

—¡Cuarenta y ocho! —los ojos de Yao Si se salieron de sus órbitas por el shock. "¿Qué diablos? ¿Cómo es posible?". Este avance en la barra de progreso fue demasiado rápido, hace un segundo ella estaba viendo a las primeras tres generaciones teniendo una pelea callejera—. ¿Qué hay de las primeras diez generaciones?

—Las primeras diez generaciones de hematófagos dejaron de existir antes del día del juicio, ellos son parte de leyendas —contestó Yan Xuan con paciencia—. Aparte de Su Majestad, todos los de nuestra especie son hematófagos de la trigésima generación en adelante.

—¡Treinta… en adelante!

—Los recién nacidos más jóvenes son casi de la generación setecientos del linaje. Mi bebé, no necesitas preocuparte, no eres de las generaciones más jóvenes.

—Se…¡Setecientos! —Eso estaba demasiado lejos.

—Sí—viendo su cara atónita, Yan Xuan pensó que estaba insatisfecha con su linaje y continuó tranquilizándola—. Mi bebé, tu linaje aún no ha sido confirmado, tal vez no estés después de la quingentésima generación. Si estás alrededor de la quincuagésima generación, entonces mi querido bebé sería la princesa de nuestra especie.

—¿Princesa? No, no, no…

"No hay manera de que sea su princesa, ¡porque soy su ancestro!".

Ella nunca hubiera pensado que los hematófagos habían continuado por tantas generaciones. Cada hematófago en toda la galaxia ahora era de una generación de dos dígitos y contando, y de acuerdo a la ley elemental, mientras más cercano sea tu rango a la cima, más poderosa era tu habilidad.

¿Acaso eso significaba que su antiguo y debilucho ser de quinta generación ahora podía caminar a donde quisiera, de lado como un cangrejo[2], y no necesitaba temerle a nadie?

"Ja… Ja ja… Ja ja ja…".

¡¿Quién hubiera pensado que un día una debilucha como ella tendría una oportunidad para brillar?!

La felicidad la golpeó muy inesperadamente, necesitaba algo de tiempo para recuperarse.

Los dioses de repente se volvieron tan buenos con ella, y todavía no se acostumbraba.

—Ministro Yan, de hecho yo…

Bip, bip, bip…

Antes de que pudiera terminar su frase, la computadora óptica en la muñeca de Yan Xuan sonó de repente con una notificación. Una flor roja semitransparente flotó de la pantalla, con una luz reluciente.

—Llegó muy rápido —Yan Xuan se levantó y la ayudó, sosteniéndola de las manos—. La persona que viene a recogernos ha llegado. Si mi bebé todavía tiene algo que quiera saber, ¿qué tal si el tío Yan te contesta cuando lleguemos a casa?

Dijo eso y luego salió de la puerta, arrastrándola. Yao Si fue forzada a tragarse las palabras que estaban a punto de salir de su boca.

Pero pensándolo bien, con esta tendencia que tenía de tratarla como un bebé, incluso si ella decía que era de la quinta generación, no le creería. Daba igual esperar hasta que regresaran y examinaran su linaje.

No había de qué preocuparse, ¡ella le mostraría lo increíblemente genial que era cuando regresen!

—El tío que nos vino a recoger se llama Li Yue, es un amigo del Tío Yan, de otra especie. —Yan Xuan la llevó hasta la plataforma donde ella había visto a la Tierra desintegrarse a la nada.

Solo entonces Yao Si descubrió que ya había mucha gente (una estimación aproximada sería alrededor de algunos cientos) quienes estaban alineados en una formación perfecta. Una vez que se dieron cuenta que habían salido, saludaron de manera uniforme. La persona que estaba de pie en el frente era Lu Ren, quien tenía una sonrisa amarga persistente en su rostro, y detrás de él estaba el sub-comandante y la Dra. Wang.

—Ministro Yan, ¿se van tan pronto? —Lu Ren exprimió una sonrisa que se veía más fea que una cara llorando y se acercó a ellos—. La distancia hasta el Planeta Rojo es bastante grande y la Señorita Yao es muy joven, el viaje puede ser cansador para ella. ¿Qué tal si descansan un poco más en nuestra estación espacial? Me pondré en contacto con la Unión y enviaré flotas para despedirlos, ¿qué opina?

—No es necesario —Yan Xuan lo rechazó directamente—. Me he comunicado con un amigo de la raza Celestial, ya ha llegado.

El rostro de Lu Ren se puso aún más pálido. Era como si las palabras "sin nada por vivir" estuvieran escritas por toda su cara.

Yan Xuan caminó con Yao Si hasta el centro de la plataforma a un lugar similar a un sitio de aterrizaje, luego la recorrió con la mirada por el rabillo del ojo. Era difícil decir si fue porque sus súplicas tuvieron un poco de efecto o porque tuvo algo de compasión, pero de pronto, volteó y dijo:

—Oh, por cierto, acerca del asunto de antes. Debido a las demandas de mi dulce bebé, ya no te haré responsable.

—¡Ministro Yan! —Lu Ren estaba eufórico. En esa fracción de segundo, toda su persona volvió a la vida, la sonrisa en su rostro se veía como si estuviera a punto de florecer—. ¡Gracias Ministro Yan por su comprensión!

—Sin embargo…—el tono de Yan Xuan cambió repentinamente, la esquina de su boca reveló una sonrisa malvada—. Ha despertado a un recién nacido en hibernación de esa manera, y en cuanto a si su ascendiente buscara causarle problemas en el futuro, eso no tiene nada que ver conmigo.

Lu Ren puso rígido, recordando instantáneamente la posesividad que era todavía más aterrador que la inmortalidad de los hematófagos. La flor que apenas acababa de florecer, se marchitó al instante, todo su cuerpo se solidificó como una roca del tipo que estaba resquebrajándose.

Yao Si echó una mirada a la leve sonrisa burlona en la esquina de los ojos de Yan Xuan que apenas podía ocultarse, y sus labios temblaron.

"Este descarado lo estaba haciendo a propósito, ¿verdad? ¿En serio era necesario apuñalarlos mientras estabas a punto de irte?".

—Mi bebé, mira, aquí viene el Tío Li —dijo Yan Xuan, y apuntó hacia el cielo sobre ellos.

Yao Si siguió la dirección a la que apuntaba, levantó su cabeza, y miró… De repente, se quedó rígida.

"¡Tienes que estar bromeando!".

[1] Hombre o animal que está una o más generaciones arriba de su descendiente. En este caso se utiliza como sinónimo de padre.

[2] Caminar de lado como un cangrejo significa que uno puede ocupar todo un camino, previniendo que nadie más pueda pasar. Indica una acción tiránica y arrogante.

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